🌹XLV🌹
Un par de horas después, Woojin baja a recogernos a la playa. Está de buen
humor y, mientras nos encaminamos hacia el auto, me dice que Taehyung está descansando.
Yo asiento. Me niego a preguntar nada.
Bastante rayado estoy ya con
el tema de las llamadas de aquellas mujeres como para preguntar nada más.
Cuando llegamos a la casa me dirijo directamente hacia la piscina.
Si Taehyung está descansando, no quiero molestar.
Minho y Woojin desaparecen y me quedo solo en la piscina. Tomo mi iPod y me pongo los auriculares.
Media hora después, Taehyung aparece por la puerta, parapetado tras unas oscuras gafas de sol.
Se para a mi lado.
No lo miro.
No lo saludo.
Sigo enfadado con él.
Durante más de diez minutos permanecemos en silencio hasta que él me quita un auricular.
-Hola, bebé.
Con un gesto que denota mi enfado, le quito el auricular de la mano y me lo
pongo de nuevo.
Al ver mi poca predisposición para hablar, se sienta cómodamente en una de las hamacas que están frente a mí, se pone los brazos en la cabeza y me mira.
Me mira... Me mira... Me mira y, al final, le increpo:
-Por tu bien, deja de mirarme.
-¿O? ¿Me vas a pegar?
Resoplo.
Le daría un bofetón con toda la mano abierta.
-Mira, Taehyung, ahora el que no quiere tu cercanía soy yo.
Él sonríe y eso me enfada más.
Me levanto y él hace lo mismo. Y, sin pensar en nada más, lo empujo y cae
vestido a la piscina.
-Pero Kook, ¿qué haces? -protesta.
Con rapidez corro a la habitación.
Cuando entro en ella, voy directo a la ducha, allí veo el neceser abierto de Taehyung y por primera vez me fijo en los frascos de pastillas que hay.
¿Qué es eso? Pero antes de que pueda acercarme para leer qué pone, lo oigo entrar en el baño y comienza a quitarse la ropa mojada.
-Vamos a ver, Kook, ¿qué te pasa?
No lo miro. Paso por su lado y respondo :
-Nada que te importe.
-De ti me importa todo, pequeño.
Sentirlo tan relajado, cuando yo estoy que echo humo, me hace mirarlo enfadado.
-Taehyung, cuando estoy enfadado, es mejor que no me hables, ¿vale?
-¿Por qué?
-Porque no.
-¿Y por qué no?
-Pero, vamos a ver, ¿tú eres tonto? ¿No ves que me estás enfadando más?
-Si quieres, le digo a Min ho que le haces una limpieza general ahora mismo. Te conozco y sé que cuando estás molesto te gusta limpiar la casa.
Al escuchar aquello, gruño. No estoy de humor.
Él se acerca a mí y se agacha, colocándose a mi altura.
-Me paso media vida pidiéndote disculpas. Pero merece la pena por el solo hecho de estar contigo y ver tu cara cuando me perdonas.
Intenta besarme y yo me muevo.
-¿Otra vez me rechazas?
Su comentario, en especial su cara, finalmente me hacen sonreír.
-Sí, y como no te alejes, además de rechazarte, te vas a llevar un puñetazo.
-¡Vaya! Me encanta ese carácter tuyo...
-Pues a mí, tu cabezonería me saca de quicio.
Acto seguido me coge por la cintura, me tumba en la cama y me besa. La toalla se queda por el camino y estoy desnudo. Intento rechazar su boca, pero su fuerza es mucho mayor que la mía y, cuando consigue meter su
lengua en ella, ya ha podido con mi voluntad y con mi enfado, y respondo a sus besos con avidez.
-Así me gusta... -me dice-. Que seas una fiera a la que, cuando yo quiero, domestico.
Aquel comentario me hace darle un mordisco en el hombro y él se
encoge, me mira y me muerde en el cuello.
-¡Serás bestia...!
-Para ti siempre, pequeño. ¡Somos como la bella y la bestia! Porsupuesto, la bella eres tú y la bestia soy yo.
Ese comentario vuelve a hacerme sonreír y, tras aceptar gustoso el beso de la paz, me doy cuenta de que no tiene buena cara.
-¿Estás bien, Taehyung?
-Sí. Pero aquí lo importante eres tú, no yo.
-No, señor Kim, no. Se está usted equivocando. Aquí el que se
encontraba mal hace unas horas y no tiene buen aspecto es usted. Si alguien se tiene que preocupar aquí soy yo, no usted.
Taehyung se quita de encima de mí y se pone a mi lado, frente a mi cara.
-Eres precioso.
-No me vengas con tus cursilerías, Tae... y responde, ¿qué ocurre? Acabo de ver en tu neceser varios botes de pastillas y...
-Eres el hombre más bonito e interesante que he tenido el placer de conocer.
-¡Taehyung! ¿Quieres que te insulte y te dé una patada?
-Mmmmm... me encanta el guerrero que llevas en tu interior.
Sin perder mi sonrisa, le acaricio el pelo.
-Da igual lo que digas. No voy a cambiar de tema. ¿Qué ocurre? ¿Qué son esas medicinas que tienes en tu neceser?
-Nada.
-Mientes.
-¿Tú crees?
-Sí... yo creo. Y que sepas que me estás enfadando otra vez.
Sus ojos me miran y sé que lucha por contestar a mis preguntas. Finalmente
murmura sin mucha convicción:
—No pasa nada. No quiero preocuparte.
-Pues me preocupas.
Durante unos instantes, que se me hacen eternos, piensa... piensa... piensa y finalmente dice:
-Kook... hay cosas que no sabes y...
-Cuéntamelas y las sabré.
De pronto sonríe y choca su nariz contra la mía en un gesto amoroso.
-No, cariño. No puedo o sabrás tanto como yo.
Sigo sin entenderlo y cada vez soy más consciente de que me oculta algo.
-Escucha, cabezón...
-No, escucha tú... -Pero luego se arrepiente de lo que va a decir y me revuelve el pelo-. ¡Ah... bebé!, ¿qué voy a hacer contigo?
Deseoso de que confíe totalmente en mí, le abro mi corazón.
-Encapricharte de mí tanto como yo lo estoy de ti. Quizá, al final, hasta me
quieras y dejes de ocultarme tus secretitos.
Espero una risa. Una contestación inmediata. Pero Taehyung cierra los ojos y con el rostro serio responde:
-No puedo, Kook. Si despierto las emociones, sólo sentiré dolor y te lo haré sentir a ti.
-Pero ¿qué tontería es ésa? -protesto.
Taehyung, al ver mi gesto, intenta cambiar de conversación.
-Mañana ¿qué te apetece que hagamos?
Me siento en la cama y me retiro el pelo de la cara.
-Kim Taehyung, ¿qué es eso de que, si despiertas los sentimientos, los dos
sufriremos?
-La verdad.
-Mis sentimientos ya se han despertado y ante eso nada se puede hacer. Me gustas. Me enloqueces. Me encantas. Y no mientas, sé que yo consigo el mismo efecto en ti. Lo sé. Me lo dice tu cara, tus ojos cuando me miran, tus manos cuando me acarician y tu posesión cuando me haces el amor. Y ahora dime de una maldita vez qué son esas medicinas.
Su mandíbula se contrae y, con un movimiento enérgico, se levanta de la cama.
Voy tras él. Lo sigo hasta el baño, donde se echa agua en la cabeza, coge el neceser, lo cierra y lo estrella contra la pared. Sin saber qué pasa, lo miro, interrogándolo con mis ojos.
—¿Qué ocurre? ¿Qué he dicho para que te pongas así? ¿Esto tiene algo que ver con las llamadas de la tal Chung ha y de la tal Yeji? ¿Quiénes son? Porque mira, he intentado callarme, ser prudente y no preguntar, pero... pero ¡ya no puedo más!
Taehyung no me mira. Sale del baño y se para junto a la ventana. Voy detrás de él y me planto delante de su cara.
-No huyas de mí. Tú y yo estamos en esta habitación y quiero que seas
totalmente sincero conmigo y me digas lo que te pasa. Joder, Taehyung, no te estoy pidiendo amor eterno. Sólo necesito saber qué te ocurre y quiénes son esas mujeres.
-Basta, Kook. No quiero seguir hablando.
Me desespero y, al ver mi cuerpo desnudo en el cristal del armario, decido vestirme. Me pongo unos boxers, una camiseta rosa y un corto short.
Después me vuelvo hacia él.
-Vamos a ver, ¿de qué es de lo que no quieres seguir hablando?
-¡He dicho que basta! Por hoy, mi cupo de numeritos ya está lleno.
-¿Tu cupo de numeritos? Pero ¿de qué estás hablando?
-Me incomodan tus preguntas.
-¿Que te incomodan mis preguntas? ¡Anda, mi madre...! Pues que sepas que a mí me incomoda tu falta de respuestas. Cada día te entiendo menos.
-No pretendo que me entiendas.
-¿Ah, no?
-No.
Deseo estamparle en la cabeza la lámpara que tengo al lado. Cuando contesta tan a la defensiva, me saca de mis casillas.
-¿Sabes? Casi te tenía olvidado, después de que desaparecieras de mi vida, pero cuando apareciste en la puerta de casa de mi padre...
-¿Olvidado? -sisea cerca de mi cara
-. ¿Cómo me podías tener olvidado y tatuarte lo que te has tatuado en el cuerpo?
Tiene razón.
La frase que me he tatuado es nuestra, y no me veo capaz de rebatirle ese
argumento.De acuerdo, me tatué esa frase por ti. Apenas te conocía cuando lo hice, pero algo en mi interior
me decía que eras alguien importante en mi vida y quería tener en mi cuerpo algo que fuera sólo de nosotros dos y que durara para siempre.
-¿De nosotros dos?
-Sí -grito colérico.
-Me vas a decir que cuando te acuestes con otro, vea esa frase y te la repita, ¿te vas a acordar de mí?
-Probablemente.
-¿Probablemente?
-¡Sí! -grito como un loco-. Probablemente me acuerde de ti y cada vez que un hombre me diga
«Everything you want», cuando lo lea en mi cuerpo, conseguiré ver tus ojos y disfrutar lo que disfruto contigo cuando accedo a tus caprichos y hacemos el amor.
Mis palabras lo hieren. Su cara se contrae y da un puñetazo a la pared.
-Esto es un error. Un error imperdonable por mi parte. Debería haber dejado que continuaras tu
vida con Yugyeom o con el que quisieras.
-¡Tae! ¿De qué estás hablando?
Se mueve por la habitación como un león enjaulado. Su rostro, pétreo.
-Recoge tus cosas. Te vas.
-¿Me estás echando?
-Sí.
-¡¿Cómo?!
-Quiero que te vayas.
-¡¿Qué?!
-Llamaré un taxi para que te lleve hasta la casa de tu padre.
Sorprendido por la contestación, grito:
-¡No me jodas! No llames a un taxi, que no lo necesito.
Taehyung deja de moverse. Me mira y siento el dolor en sus ojos. ¿Qué le ocurre? No lo entiendo.
Tengo ganas de llorar. Las lágrimas pugnan por salir de mis ojos pero las contengo.
Él se da cuenta y se acerca a mí.
-Kook...
-Me acabas de echar, Tae, ¡ni me toques!
—Escucha, nene...
-No me toques... -replico despacio.
Se detiene a un metro de mí y se pasa las manos por el pelo, nervioso.
-No quiero que te vayas... pero...
Ese «pero» no me gusta. Odio esa pinche palabra. Nunca depara nada bueno.
-Mira, mejor me voy. Con «pero» y sin «pero», ¡Me voy!
-Cariño... escúchame.
-¡No! No soy tu cariño. Si fuera tu cariño no me hablarías como me has hablado y serías sincero conmigo. Me explicarías quiénes son Chung ha y Yeji. Me explicarías por qué no puedo mencionar a tu padre y, sobre todo, me dirías qué son esas puñeteras medicinas que guardas en tu neceser.
-Kook... por favor. No lo hagas más difícil.
Convencido de que quiero irme, agarro mi mochila y comienzo a meter mis cuatro pertenencias en
ella.
Veo de reojo que me está mirando. Vuelve a mostrarse inflexible, su cara se contrae y las manos le tiemblan. Está nervioso, pero como yo estoy furioso.
-Eres un imbécil egocéntrico que sólo piensa en ti... en ti y en ti.
-Kook...
-Olvídate de mi nombre y sigue mandándote mensajes con esas mujeres. Seguro que ellas saben más de ti que yo.
-Maldita sea, hombre, ¿quieres dejar de gritar? -vocea.
-No. No me da la gana. Te grito porque quiero, porque te lo mereces y porque lo necesito. ¡Estúpido! Al final le tendré que dar la razón a Yugyeom.
Está claro que no esperaba esa frase.
-¿En qué le tendrás que dar la razón?
-En que me utilizarías y luego pasarías de mí.
-¿Eso te ha dicho ese imbécil?
-Sí. Y me acabo de dar cuenta de que dice la verdad.
La desesperación lo hace alejarse de mí mientras despotrica como un loco.
La puerta se abre y Min ho y Woojin entran. Nuestros gritos los han debido de alertar.
Minho se pone a mi lado e intenta tranquilizarme y Woojin va junto a suamigo. Pero Taehyung no quiere hablar, sólo blasfema en alemán y sus gritos se escuchan hasta el otro lado del mundo.
Sorprendido por aquello, Minho tira de mí y me lleva hasta la cocina. Allí me da un vaso de agua y me quita la mochila de las manos.
-No te preocupes, Woojin lo tranquilizará.
Enfadado con el mundo en general, bebo agua y respondo:
-Pero, Min ho, yo no quiero que Woojin lo tranquilice. Quiero ser yo el que lo haga y, sobre todo, quiero enterarme de por qué es tan hermético con su vida. No puedo preguntar nada. No me contesta ninguna pregunta. Y encima, cuando se enfada, se larga corriendo o me echa de su lado, como en este caso.
-¿Qué ha ocurrido?
-No lo sé. Estábamos bromeando, hablando y, de pronto, le he preguntado por unos medicamentos que he visto en su neceser y por los mensajes y las llamadas telefónicas que recibe continuamente de Chung ha y Yeji.
Rompo a llorar. La tensión por fin se relaja y puedo llorar.
Min ho me abraza, me sienta junto a él en la cocina y murmura:
-Kook... tranquilízate. Estoy seguro de que lo suyo es una discusión de enamorados y ya está.
-¿Enamorados? -gimoteo-. Pero ¿has oído lo que te he dicho?
-Sí. Lo he oído muy bien. Y aunque Taehyung no te lo diga, te repito lo que te dije hace unas horas en la playa. Está loco por ti. Sólo hay que ver cómo te mira, cómo te trata y cómo te protege. Lo conozco desde hace más de veinte años, somos amigos de toda la vida y créeme cuando te digo que sé que él siente algo muy fuerte por ti.
-¿Y por qué lo sabes?
-Porque lo sé, Jungkook. Confía en mí y, en cuanto a esas mujeres, no te preocupes. Créeme. En ese instante aparece Woojin por la puerta, me mira y murmura con gesto
incómodo:
-Jungkook... Taehyung quiere que subas a la habitación.
-No. Ni hablar. Que baje él.
Mi contestación los desconcierta. Se miran y Woojin insiste:
-Por favor, sube, quiere hablar contigo.
-No. Que baje él -insisto-. Pero bueno, ¿quién se ha creído el marquesito para que yo tenga que ir detrás de él como un idiota? No. No subo. Si quiere, que baje él.
-Jungkook... -susurra Min ho.Por favor -suplico deseoso de marcharme de allí-, necesito que me llamen a un taxi. Por favor...
Min ho y él se miran alarmados y Woojin indica:
-Jungkook, Taehyung ha dicho que...
Con la rabia instalada en mi rostro, en mis venas y en todo mi ser, replico:
-Lo que diga Taehyung me importa un bledo, lo mismo que yo le importo a él. Por favor, llama un taxi. Sólo te pido eso.
-No pongas palabras en mi boca que yo no he dicho -dice Taehyung, que aparece por la puerta.
Lo miro. Me mira y volvemos a comportarnos como dos rivales.
-Min ho, por favor, llama a un taxi -exijo.
Woojin y Min ho se miran. No saben qué hacer. Taehyung, ofuscado, no se acerca a mí.
-Kook, no quiero que te vayas. Sube conmigo a la habitación y hablaremos.
-No. Ahora soy yo él que no quiere hablar contigo y se quiere ir. Me niego a que me utilices más, ¡se acabó!
Taehyung cierra los ojos y respira con fuerza. Mi última frase le ha dolido, pero decide no contestar. Cuando abre los ojos no me mira.
-Min ho, por favor, llama a un taxi.
Dicho esto, se da la vuelta y se va. Diez minutos después, un taxi llega hasta la puerta de la casa.
Taehyung no ha vuelto a aparecer. Me despido de Minho y Woojin y, con todo el dolor de mi corazón, me voy.
Necesito alejarme de allí y de él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro