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🌹LIII🌹

Cuando salgo de la oficina a las seis de la tarde, tomo mi auto y me encamino a mi casa. Nada más llegar, dejo el maletín sobre el sillón, me quito la chaqueta del traje e inmediatamente suena el timbre.

Abro y Taehyung se lanza sobre mí para saquearme la boca. Me besa con deleite, me coge entre sus brazos y murmura tras darme un azote:

-Depravado. ¿Qué es eso de calentarme en la oficina?

Río divertido mientras él juguetea con mi cuello.

-Te voy a hacer pagar el calentón que llevo todo el día.

Me sigo riendo mientras él me desabrocha el pantalón y éste cae al suelo. En ese momento, escapo de sus manos y corro por la casa. Él va detrás de mí y ambos nos reímos a carcajadas. Llegamos a mi habitación y, de un salto, me subo a la cama donde, nervioso, comienzo a saltar como un niño.

Taehyung me mira, sonríe y murmura mientras se desabrocha la camisa y después los pantalones:

-Salta... salta... que cuando te pille te vas a enterar...

Feliz por el momento tan tonto que estamos viviendo, salto por encima de la cama y corro de nuevo hacia el comedor.

Taehyung me pilla en el pasillo. Me sujeta por la cintura y me pone contra la pared. Su boca vuelve a estar contra la mía y su lengua saquea mi boca con avidez.

Me abre la camisa y cae al suelo. Cuando me tiene sólo vestido con el tanga, me lo arranca de un tirón.

-Dios... -me dice entre risas-. Llevaba todo el día deseando hacer esto.

-¿En serio?

-Sí, cariño... en serio.

Lo beso... Yo también deseaba que lo hiciera y, al ver mi inminente respuesta, deja escapar un gruñido de satisfacción, me alza entre sus brazos y se sumerge lentamente en mí.

Cierro los ojos, gimo, me arqueo y, cuando siento que no se mueve, abro los ojos y murmuro cerca de su boca:

-Vamos... vamos...

Taehyung se ríe, se retira de mí y lentamente vuelve a penetrarme.

-Taehyung...

-¿Qué, cariño?

-Más... quiero más.

Vuelve a salir de mí.

-Más ¿qué?

La sangre bulle por mi cuerpo descontrolada y le araño en la espalda exigiéndole que vuelva a
penetrarme.

Él ríe y lo hace. Incrementa su ritmo y me da lo que le pido. Una y otra... y otra vez, mientras yo me deleito y él me muerde la barbilla con pasión.

Sus embestidas cada vez son más profundas y, cuando me llega el orgasmo y chillo, él hace lo mismo y me aprieta contra él.

-Sí, Kook..., sssí.

Agotados, nos quedamos apoyados en la pared del pasillo, mientras yo le beso en el hombro y él respira sobre mi cuello. De nuevo, acabamos de hacer lo que mejor sabemos hacer y ambos estamos llenos y satisfechos.

Me deja en el suelo y caminamos desnudos hacia la cocina.

Necesitamos agua y, cuando regresamos al salón, vuelve a cogerme entre sus brazos como segundos antes.

-Verte en la oficina y no poder tocarte es una tortura.

-Sí... lo confieso... para mí también lo es.

-Te vi esta mañana con Jackson, ¿qué hacías?

-Desayunar, como cada mañana.

-Ese tipo...

-Escucha, guapo -le corto-, Jackson y yo sólo somos compañeros. Nos llevamos fantásticamente bien, pero nada más. Sí que es cierto que me coquetea, pero él sabe que conmigo no tiene nada que hacer.

-¿Lo ves? Me lo acabas de confesar. ¡Te coquetea!

Su gesto serio me encanta. Sus celos tontos e infundados se me antojan
entrañables. Lo beso.

-No hay peligro. No te comas la cabeza por algo que nunca será.

-¿Nunca?

-Nunca, Tae... créeme, cielo. Yo sólo te quiero y te necesito a ti. -Cuando veo cómo me mira, me asusto de lo que acabo de decir y añado-: En cambio, yo sí me puedo comer la cabeza y
preocuparme.

-Tú, ¿por qué?

Resoplo y pregunto:

-¿Has jugado alguna vez con mi jefa?

Clava sus ojazos azules en mí. Durante un rato, que se me hace eterno, madura la respuesta.

-He cenado con ella y reconozco que he tonteado verbalmente en esas cenas, pero poco más. Nunca mezclo el trabajo con mis juegos.

Su contestación me hace reír.

-Vale... ¿Y yo qué soy? Te recuerdo que trabajo para tu empresa...

-Tú has sido mi única excepción. Desde el momento en el que te vi en el ascensor y me confesaste que podías convertirte en la niña de El exorcista, creo que me enamoré de ti.

-¿Ah, sí?

-Sí... por eso no he parado de perseguirte hasta tenerte así como te tengo ahora. Desnudo y entre
mis brazos.

-Me gusta saberlo -reconozco encantado.

Taehyung me besa y me roba el aliento.

-Más me gusta a mí saber que te tengo... bebé.

Sonrío y esta vez soy yo el que lo besa.

-A partir de ahora te prohíbo que tontees verbalmente con mi jefa, ¿entendido?

Mi adonis particular mueve su cabeza en un gesto afirmativo y me devora los labios como sólo él sabe hacer.

-Yo sólo te quiero a ti, cariño. Sólo me haces falta tú.

Su boca baja a mis pezones; me echo hacia atrás y se los retiro. Al moverme noto el movimiento de su erección y ya anhelo que continúe el juego. Taehyung sonríe y meda un azote en el trasero justo en el momento en el que se abre la puerta de la calle
y me quedo helado al ver a mi hermana y a mi sobrina.

-Por el amor de Dios, ¿qué hacen? -grita mi hermana al vernos.

Rápidamente tapa los ojos a mi sobrina y se dan la vuelta.

Taehyung me mira divertido y yo lo miro a él. Me quiero reír pero al ver que mi sobrina intenta darse la vuelta para mirarnos, le murmuro a Taehyung:

-Vamos a vestirnos.

Él asiente.

-Hermana, danos un momento. En seguida regresamos.

-Vale, Tonto.

Taehyung me mira y me pregunta desconcertado:

-¿Tonto?

Le pellizco en el brazo.

-Ni se te ocurra llamarme así, ¿entendido?

Entre risas, regresamos a la habitación. Nos vestimos en pocos minutos, y acto seguido salimos al
encuentro de mi hermana en el salón.

Ésta, al vernos, mueve la cabeza en tono de reproche. La agarro del brazo y me la llevo a la cocina.

-Ven... acompáñame.

Taehyung y la pequeña se quedan en el salón. Cuando entro con mi hermana en la cocina, susurro:

-¿Quieres hacer el favor de llamar a la puerta antes de entrar?

-Yo... yo... lo siento. Pero al verlos desnudos... y estar con la niña...

-... deja de balbucear. Y tranquila, la pequeña no ha visto nada que la vaya a traumatizar. Pero te aseguro que si llegaban a aparecer cinco minutos antes, quizá sí, por lo tanto, por favor, llama antes de entrar, ¿vale?

-Vale... y... ¡Oh, Jungkook! Es Taehyung, verdad?

-Sí.

-Qué bien, tonto. ¿Se han arreglado?

-De momento parece que sí.

-Oh, cuánto me alegro -salta mi hermana feliz por mí.-Y yo...

Ella sonríe y se me acerca.

-Qué contento se va a poner papá. Me habló de él y me dijo que le cayó muy bien este chico. Por cierto... qué culo más bonito tiene.

-¡¿Yang mi?! -Río divertido.

-¡Ay...! ¿Qué quieres que te diga? No he podido remediar fijarme. Tiene un culo precioso.

-Sí. No lo niego.

-Y qué pedazo de espalda... Y no te digo nada de lo otro que he visto, que...

¡Oh, Diossssssssss...!

-Para... -Río-. Para... que te conozco.

Mi hermana también está riéndose.

-Que sepas que tienes mucha suerte de que él sea tan grande. Ya me gustaría a mí que mi Hoseok me pudiera coger en brazos como él te tenía a ti. ¡Oh, Dios... que me acaloro! Anda, toma. Venía a traerte esto y... perdona por haber aparecido en un momento así.

Dos minutos después, mi hermana y mi sobrina se van. Taehyung me mira.

-¿Sabes lo que me ha dicho tu sobrina?

Convencido de que esa pequeña bruja ha soltado alguna de sus lindezas, lo miro y él comienza a reírse.

—Literalmente ha dicho: «Como vuelvas a darle otro azote a mi tío, te doy una patada en las pelotas que te las dejo de corbata».

Me tapo la boca y abro los ojos como platos antes de reír a carcajadas.

Taehyung, al ver mi gesto, ríe conmigo y deseoso de seguir jugando murmura:

-Vamos a la ducha. Estoy deseando retomar lo que estábamos haciendo.

-Te recuerdo que dijiste que teníamos que hablar muy seriamente.

-Exacto... -Sonríe-. Pero ahora tengo otras cosas más importantes que hacer... Tontito.

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