I'm Going To Drink!
*Aviso: esta historia no es para menores de 18 años por los temas que toca, si ignoras este aviso ya es tu problema, yo te avisé.*
"El alcohol puede ser un vicio para algunas personas, pero para otras, es la máscara que esconde su verdadera cara, o peor todavía, su identidad."
—Leslie Starshine.
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Leslie Starshine era una joven dragona alegre, cuando tenía sus 18 años recién cumplidos vivía imaginándose su vida soñada. Imaginaba que, algún día, alguien se preocuparía por ella, estaría con ella y sólo para ella, amándola y cuidándola, eso es lo que había visto en tantas de sus amigas, muchas de ellas tenían la vida soñada de Leslie, pero eso no le generó rencor, sino que alegría por ellas y una ligera envidia amistosa.
Su especie, los dragones Flecha, se caracterizaba por su competición y elocuencia, con habilidades únicas y cuernos codiciables. La increíble seducción que poseían sus voces eran algo que otra especie no tenía con tanta frecuencia como los Flechas, y Leslie, sin dudas era una de las más especiales de su especie, por el lado femenino.
Ella representaba el "Amor Celeste", una clase de amor puro, inocente y eterno, lo cual la volvía romántica y obviamente alegre y soñadora. De lejos se veía lo especial que era ella, sus colores celestes, turquesas, verdes y lilas eran justo lo que la hacía especial físicamente, las demas hembras de la especie tenían colores más metálicos y oscuros, como azules y morados.
Pero, como alguien completamente normal, no todo era positivo. Su aparencia también atraía a la especie enemiga de los Flecha, los dragones Linterna, una especie de dragones bioluminiscentes que se podía decir que eran todo lo contrario a los Flecha. Los cuales, acabaron con gran parte de su especie, haciendo así, que Mayberick, el líder del último grupo de dragones Flecha, tuvo que irse lejos en busca de un nuevo hogar para todos.
Por suerte, el último grupo de dragones Flecha que quedó pudo esconderse en el Endless Forest, lugar casi inconcurrido por los Linterna, pero sí por los dragones de Veneno. Tanto así, que en uno de los paseos matutinos diarios de Leslie por el bosque conoció a Valtor, un dragón de Veneno. Ambas especies tenían un disfraz humano para no ser cazados.
— Hola, soy Valtor, mucho gusto. ¿Cuál es tu nombre? —preguntó con una sonrisa gentil y amable.
Como Leslie representaba al Amor Celeste, eso la hacía propensa a sobre-idealizarse temas como el amor. Era tan así, que Leslie se sintió atraída a Valtor desde el momento 0 en que lo vió, donde aún no intercambiaba ninguna palabra. Al parecer, el cuento de hadas con el que la dragone de ojos verdes había soñado cada noche se empezaba a hacer realidad, hasta en el punto más profundo de su ser.
— Soy Leslie... Mucho gusto, Valtor —respondió, devolviéndole la gentil sonrisa, aunque un poco más atontada.
Ambos comenzaron como una de esas parejas adolescentes en la escuela, ingenuos y creyendo que todo el mundo es color rosa, hasta que los primeros desacuerdos los hacen caer y caer. Transcurriendo dos años en los que su relación fue decayendo con el pasar del tiempo, pero eso no evito que trajeran algo positivo, o al menos para Leslie.
A pesar de la obvia decaída de la relación, Leslie aún mantenía su esperanza de que "el amor supera cualquier obstáculo", quedando cegada por completo del grave problema en el que estaba en esos momentos. Cuando fue, con una sonrisa esperanzada, a darle las jugosas buenas noticias, Valtor se quedó en completo shock.
— ¡¿Qué?! ¿Hablas en serio...? —preguntó alzando la voz ligeramente, para confirmar si había escuchado bien.
— Pues... Es justo lo que te dije. Es genial, ¿no? —respondió ella, con una sonrisa esperanzada.
— ¿Genial? ¡¿Genial?! ¡¿Acaso no oyes lo que dices?! ¡No, eso no es nada genial! Es exactamente lo contrario —exclamó Valtor, alterado y muy ansioso—. Tal vez para ti lo sea, pero para mí no... No estoy listo para eso, Les —explicó, tratando de suavizar lo furiosa que fue su reacción anterior.
Valtor se sentía joven todavía para ese tipo de cosas. Mientras que Leslie estaba visiblemente confundida, no se esperaba para nada esa reacción, sus exageradas expectativas del romance perfecto de película se estaban convirtiendo en su mayor muro entre ella y la realidad. No a todos les alegra ese tipo de información, y menos a alguien de 20 años que todavía es bastante joven.
Fue tan bajo el golpe para Valtor, que de un día para el otro se había ido, sin despedirse. Se marchó lejos del Endless Forest, para jamás volver. Para jamás volver a Leslie por más que el problema, para él, no era ella, sino el "pequeño" inconveniente del que se acaba de enterar. Por eso había tomado esa tan cruel decisión.
Leslie quedó con su alma destrozada, pero aún con una ligera esperanza de que volviera algún día, a pesar de que sus amigas le dijeran la realidad de que Valtor la había abandonado para siempre y que jamás regresaría.
— ¡Entiéndelo, Lissy! ¡Él nunca volverá, amiga! No te quería, ¡acéptalo de una vez! —regañó Renata, una dragona Flecha de ojos ámbar y una de las amigas más cercanas de Leslie, y le puso el apodo de Lissy para que se note lo cercanas que eran.
— No puedo estar más que de acuerdo con Renny, Lissy. Valtor no te amaba, si de verdad lo hiciera no se habría ido y mucho menos dejarte con el pequeño problema —Intervino BlazeGlitter, también una dragona Flecha, pero en su caso sus ojos eran naranjas flameantes.
Las palabras de dos de sus mejores amigas fueron una punzada en el espíritu de Leslie, que la empezaban a ahogar por dentro, hasta que una frase en particular comenzó a rondar en su mente: "el pequeño problema"...
Esa sola línea fue suficiente para que Leslie volteara hacia el suelo, cada vez era más difícil para ella la situación, y un nudo en su garganta comenzó a amenazarla con hacerla llorar sin consuelo alguno. Incluso su mente proyectó cada recuerdo de cuando sus tres amigas (Renata, BlazeGlitter y Grace) comenzaban a vivir su cuento soñado.
Dicho cuento soñado, para sus amigas, funcionó. Cada una estaba cerca de su final de "y fueron felices para siempre", y la envidia de Leslie crecía y crecía en su interior, convirtiéndola en una envidia amistosa a una impotencia imposible de calmar. Leslie suspiró de resignación, no quería caer tan bajo como para culpar a sus amigas de su desgracia, así que sólo se resignó.
— Lissy, no te preocupes, ya llegará alguien que realmente te ame —aseguró Grace, la dragona Flecha de ojos rosas, al ver la expresión resignada de su amiga.
— Déjalo así, no importa, estoy bien —responde Leslie con seriedad.
Leslie comenzó a caminar siendo seguida por sus amigas, quienes estaban confundidas. Abrió sus alas, las cuatro estaban en su versión dragón, así que cambiaron a su disfraz humano, aún conservando las alas, los cuernos y la cola. Leslie voló, seguida por sus amigas, buscaba algo.
Leslie aterrizó al rato, completamente seria, con su alma herida y su ilusión hecha pedazos. Se quedó sentada arriba de un árbol, viendo hacia la ciudad junto al Endless Forest, de lejos, vio un supermercado, y allí supo qué tenía que hacer.
Las semanas pasaron, y Leslie se había vuelto adicta al alcohol de una manera impresionante, a pesar de que en su estado no podía tomar. Sus amigas hacían de todo porque no tomara, pero era inútil, Leslie era muy necia. A partir de ahora, comenzaría a planear su reencuentro con aquel a quien hace unas semanas tanto amaba. ¿Debía ir a buscarlo? Pensaba ella, mientras se tomaba lo último que le quedaba a la botella de cerveza que tenía en sus manos, vivir junto a la ciudad le facilitaba conseguir alcohol.
Cada día, Renata, BlazeGlitter y Grace visitaban a Leslie, se preocupaban por ella, y las tres le tenían un enorme resentimiento a Valtor por haber cambiado tanto a su amiga. En su versión humana, Leslie se cortó el cabello por encima de su cuello, cuando antes lo tenía hasta la cintura.
Podría parecer una decisión insignificante, pero no cuando Leslie adoraba su cabello largo y castaño, que se lo cortara y lo tiñiera ya no era normal en ella. Simbolizaba lo mucho que le había afectado su relación con Valtor, estaba completamente devastada y quería buscarlo, quería volver con él, aunque significara tener que cambiarse por completo.
No podía sentirse bien sin Valtor, necesitaba que él estuviera con ella como antes, no le importaba nada más que volver con él. Estaba decidida a encontrarlo, sus amigas intentaban darle consuelo en ese momento, pero Leslie sólo les pedía ayuda para buscar a Valtor. Tanto así, que incluso terminaron accediendo a buscarlo, obviamente no querían, pero sentían que la única forma de que Leslie fuera feliz es recibir un buen golpe de realidad.
Pasaron 3 años de una intensa búsqueda, hasta que, por fin, dieron con su paradero. Resulta que muy lejos no se había ido, sino que estaba en la otra punta del Endless Forest, y como es un bosque tan enorme que parece nunca acabar tardarían mucho tiempo en llegar, pero Leslie aprovechó su velocidad de dragón Flecha, que le permitía volar a la velocidad que una flecha.
Dejó a los pequeños Fede y Kael, sus hijo de 3 años (sí, son gemelos), con su madre, mientras que Leslie y sus amigas iban a toda velocidad hacia Valtor. Cuando llegaron, vieron que ese lado del bosque era bastante brillante y bonito, lleno de colores claros y pálidos, como rosas, celestes, amarillos y blancos. Pero, además de eso, encontraron a una dragona de color celeste cristal y ojos fucsia. Era una dragona Crystal.
— Hola, soy Lyra, ¿en qué puedo ayudarles? —preguntó la dragona, con una sonrisa amable.
Ella se encargaba de recibir y asistir a los nuevos en lo que necesiten, las chicas le pidieron ayuda a Lyra, la dragona Crystal, para encontrar a Valtor, aunque sólo le dieron la descripción de que era un dragón de veneno, y Lyra les dijo que no había visto a ningún dragón así por esos lados.
Leslie se quedó aún más desilusionada, pero ya no lo iba a intentar, perdió la fe de recuperar la relación que algún día había tenido, y decidió regresar a su casa, junto a sus amigas. Leslie se dio cuenta que lo único que valía la pena ahora era sus hijos.
Después de un largo viaje, Leslie llegó a su casa, sus amigas se habían despedido y se habían ido a las suyas, Leslie fue recibida por los pequeños dragonsitos, uno negro, verde y azul marino, y el otro igual sólo que con los colores invertidos.
— ¡Llegaste, mami! Mida, hice un pato —dijo el pequeño Fede, mostrándole un origami de pato que había hecho.
— ¡Mami, yo hice un conejo! —exclamó el pequeño Kael, empujando a su hermano y mostrándole el origami a su mamá
Leslie sonrió al ver los origamis y se agachó a la altura de los pequeños.
— Les quedaron muy bonitos, mis niños —admitió Leslie, acariciando la cabecita de sus pequeños.
A pesar de que ahora tenía otro sentido en su vida, Leslie no podía dejar de tomar alcohol, sin darse cuenta, terminaba bajándose 15 cajones diferentes de cada marca de alcohol que conocía, eso se había hecho parte de su rutina. Desde que el líder de su grupo se fue, ella estaba muy paranóica, Valtor lograba relajarla, pero ahora Valtor no estaba, sólo Fede y Kael, pero eso no era suficiente.
Un año después, Leslie estaba en su versión dragón junto con todo el grupo de dragones Flecha, exceptuando a Mayberick. Ella estaba tomando, como siempre, mientras sus amigas la miraban con mucha preocupación e impotencia por no poder hacer nada para ayudarla.
La razón por la que estaban todos reunidos ahí, era para ponerse de acuerdo de adónde ir ahora, pues los dragones Linterna en cualquier momento los encontrarían. Lo que ninguno sospecharía era lo que estaba por suceder en ese momento, una hacha de doble filo voló hacia un dragón que estaba cerca de Leslie, clavándose de forma diagonal en su hombro hasta su estómago, dejándolo casi completamente cortado.
Obviamente el dragón murió de inmediato, quedando tendido en el suelo junto a un charco de sangre. Todos los presentes estaban shockeados, y más las amigas de Leslie, pues esa hacha pasó muy cerca de ella. El sus fue tal, que las tres fueron junto a Leslie para intentar protegerla, mientras que la nombrada veía el cadáver del dragón bastante shockeada.
No tuvieron tiempo de reaccionar, pues de los arbustos salieron tres dragones, los tres llevaban una armadura que no los dejaba ver bien sus identidades, pero todos eran de distintas especies de dragones. Uno de ellos se veía que tenía unas inmensas alas marrones, que los Flechas reconocieron de una sola especie, los Lujs, pues ellos se alimentaban de los Lujs solitarios.
Pero, en este caso, el Luj tenía un hacha de doble filo, pero sólo se quedó ahí parado, mirando como sus compañeros comenzaban a matar a todos los dragones Flechas que había ahí, quienes no pudieron reaccionar a tiempo debido al shock. La líder del trío de dragones se aproximó hacia Leslie con su hacha, lista para matarla.
Sus amigas lograron distraerla en lo que Leslie se escabullía para buscar a Fede y a Kael, que estaban jugando (más bien peleando) con unas piedras, como su apariencia era más de dragón de Veneno que de Flecha no les pasaría nada en el exterior, así que Leslie les dio instrucciones específicas para que se fueran, una vez ambos prometieron irse, Leslie regresó para intentar ayudar a sus amigas.
Kael tenía miedo, por lo que se fue rapidamente, creyendo que su hermano iba detrás suyo. Fede, en cambio de irse, siguió a su madre, él no quería separarse de ella, era sólo un niño de 4 años después de todo, en cuanto llegó se escondió al ver a los dragones desconocidos, viendo como asesinaban a todos.
Leslie se quedó shockeada cuando vio que llegó tarde, sus amigas ya estaban muertas, dos sin las alas o los cuernas, y la otra completamente descuartizada. La líder del trío de dragones apareció detrás de Leslie y la atacó con el hacha, la cual le dió en uno de los cuernos de la mencionada. Intentó matarla varias veces, pero todas terminaban con que el hacha se le clavara en los cuernos.
Leslie salió del shock, y se puso a esquivar los hachazos de la dragona de armadura, hasta que pasó junto al Luj que seguía parado en el misma lugar. La otra dragona le lanzó una mirada fulminante al Luj, al igual que el otro compañero, dándole a entender lo que querían que hiciera.
El Luj no quería matar a nadie de allí, así que fingió no entender la señal para que Leslie consiguiera alejarse un poco. Los otros dos se acercaron al Luj a toda velocidad y le aclararon qué era lo que tenía que hacer, y como última opción el Luj decidió lanzar su hacha al aire. Quería evitar un asesinato. Pero la líder atrapó a Leslie.
Para su mala suerte, su compañero agarró el hacha que revoleó, y terminó el trabajo, rebanándole el cuello a Leslie. Todo mientras el pequeño Fede veía todo muy asustado. Decidió hacer lo que su madre le había dicho, y se fue volando rápido de ahí, pues la otra loca escuchó el arbusto donde estaba escondido moverse.
Los tres dragones se quedaron buscando un rato, pero supusieron que no era nada y se fueron, llevándose una bolsa negra donde habían puesto parte de lo que quedó de Leslie, tenían algo planeado con ella.
Unos días después, Valtor había vuelto donde estaba Leslie junto con Lyra, ya no había podido contener la culpa que se guardó desde el momento en que se había ido, quería remediar las cosas malas que había hecho, pero cuando llegó a la parte del bosque donde vivían los Flecha lo recibió un camino de cadáveres esparcidos por varios metros del suelo, a todos les faltaba alguna parte.
A algunos las alas, a otros los cuernos, a otros la cola o las extremidades, y algunos estaban descuartizados. Allí, Valtor vio el cuerpo de las amigas de Leslie, ya en descomposición. Tenían unos gusanos devorándolas de a poco, a Valtor le dio un mal presentimiento y comenzó a buscar a Leslie con ayuda de Lyra.
No tardaron en encontrar su cuerpo tirado en el suelo, la mayoría estaba visible, pero a partir del cuello estaba detrás de un arbusto. Valtor y Lyra se acercaron y vieron que detrás del arbusto no había nada, Leslie ya no tenía la cabeza, se la quitaron. Era la única sin tener la cabeza.
A Valtor le dió impresión verla así y se alejó, algo le decía que todo eso era su culpa, se dejó caer en el suelo, maldiciéndose a sí mismo por ser tan idiota. Lyra intentaba calmarlo, sin éxito, mientras intentaba no mirar las inminentes pruebas de la masacre que ocurrió a tan sólo un par de días. Pero, ahora ya no hay nada que Valtor pudiera hacer para remediar todo el daño que había ocasionado, ahora sólo podía resignarse y, por lo menos, buscar a Fede y a Kael para cumplir con lo único que deseaba Leslie...
... Una familia feliz.
Fin.
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