𝐸𝑝𝑖́𝑙𝑜𝑔𝑜
Dos años después
— Espera, quédate ahí—avisó JungKook tomando una foto de TaeHyung frente aquel lago teniendo un aire pensativo, el pelinegro sonrió satisfecho con el resultado mostrándole la foto a su amigo quien se mostró igual.
— Quiero ver las demás—Tae le quitó la cámara echando un vistazo.
Mientras revisaba las fotos, JungKook respiró profundo mirando aquel lago, se encontraban en la ciudad de Seattle pasando el tiempo por sus vacaciones de la universidad y del trabajo, estaban en pleno verano por lo cual el sol se encontraba reluciente en el cielo azul. No mucho había pasado en ese tiempo, de hecho, en esos dos años todo había vuelto a la normalidad...al menos casi todo.
— A Jimin le hubiera gustado venir—JungKook miró a Tae cuando le devolvió la cámara. A su izquierda estaba la calle donde pasaban autos y personas, a su derecha estaba aquel lago.
— Dijo que odiaba esta época del año—comenzó a caminar a su lado. Todo vampiro odiaba el verano— ¿Cómo te has sentido desde que llegamos?
— No te mentiré, es imposible no pensar en ella—dijo en un suspiro—Me había convencido de ver a sus padres, pero no puedo, me sentiré más culpable.
— ¿Habrías tenido algo con ella? —lo miró.
— Tal vez—se encogió de hombros colgando la cámara de su cuello—Laila era mi tipo.
— Creías que Lisa era tu tipo.
JungKook sonrió ladinamente recordando cuando Laila le pidió no llamarlo más o se enojaría, de alguna manera funcionó porque Lalisa no era tan insistente como antes.
— Laila y Lisa son muy diferentes, no me refiero a lo que eran exactamente, Laila si pensaba en los demás antes que en ella—indicó—Ella renunció al club Votum porque no quería lastimar más humanos, era algo irónico, decía que algunos lo merecían, pero de igual manera indicaba que los protegía.
TaeHyung notaba esa sonrisita que sólo aparecía cuando hablaba de ella.
— Joanna dice que Laila era única.
— Sueles hablar mucho con ella, Jimin dijo que pasaban más tiempo juntos—dio un suave codazo a sus costillas— ¿Están saliendo?
— No—se sonrojó.
— Hyung, no soy idiota, estoy viendo que mientes.
— Me gusta, ¿De acuerdo? Pero tenemos miedo de que...ya sabes, su sed...la controle...
— Joanna tiene años siendo lo que es, tiene más autocontrol de lo que un humano puede tener—indicó—No seas pesimista, inténtalo con ella, es buena chica.
— Trabaja en un club donde se alimenta cada noche, ¿Crees que eso es bueno?
— ¿Entonces te gusta, pero la juzgas en secreto? —insinuó.
— No me confundas, ya tengo hambre, vamos a esa cafetería—señaló.
TaeHyung había ido al baño dejándolo solo, JungKook estiró sus brazos sentado en aquella mesa cerca de la ventana, bostezó un poco algo cansado, desde temprano habían salido a pasear por la ciudad, miró las fotos tomadas por la cámara donde Tae o él salían solos, en algunas salían juntos haciendo caras raras. JungKook miró la cafetería esperando paciente, sus ojos se posaron en una joven de cabello castaño recogido en una coleta alta, el flequillo caía parejo sobre sus cejas oscuras, tenía unos lentes circulares algo grandes, la chica tenía su laptop sobre la mesa con una agenda en la cual anotaba algo, JungKook notó una malteada con un plato pequeño de brownie.
Esa chica era muy parecida a Laila.
— Regresé—Tae se sentó frente a su amigo— ¿Ya pediste algo?
— No—apartó la vista rascando su cabeza— ¿Quieres ir a pedirlo?
— Acabo de regresar, ve tú, pide cualquier cosa por mí—se encogió de hombros. JungKook se levantó caminando a la fila, esperó su turno con paciencia, pero volvió a mirar aquella joven, desde donde estaba tenía una mejor vista, sintió un cosquilleo en su estómago por el gran parecido en su rostro, era como ver a Laila sentada allí.
JungKook se preguntó cuántas veces Laila fue a esos lugares para estudiar mejor, sonrió tristemente sin poder evitarlo, pero no contó con que la chica se percataría de su mirada, rápidamente se enderezó fingiendo mirar el menú.
— Estaba delicioso—dijo Tae al acabar el pastel de limón—Aunque muy amargo para mi gusto, oye, ¿Por qué esa chica te mira tanto?
— ¿Quién? —JungKook bebía de su malteada de fresa. Miró donde Tae indicaba y se sonrojó apartando la vista.
— ¿Y por qué te sonrojas?
— No me estoy sonrojando.
— Si lo estás—señaló.
— ¡Hyung! —reprochó en voz baja. Ambos voltearon de ver a la muchacha que se levantó, cerró su laptop recogiendo sus cosas y guardándolas en un bolso, la chica dio un último sorbo a su malteada incorporándose al colgar su bolso del hombro, TaeHyung y JungKook la miraron salir de la cafetería, la atención de JungKook se vio puesta en la mesa donde estuvo—Olvidó algo.
— ¿Qué?
JungKook se levantó, se acercó a la mesa tomando un lapicero color púrpura. Tenía la letra M en plateado, el pelinegro salió de la cafetería sin notar la sonrisita divertida de TaeHyung.
— ¡Oye! —JungKook se acercó a la muchacha que esperaba en el semáforo, revisaba su celular con aire distraído, aclaró su garganta al tocar su brazo y tuvo que hablar en inglés—Esto es tuyo—le entregó el lapicero.
— ¿Disculpa? —lo miró con esos ojos oscuros. Era como ver a Laila, era exactamente igual a ella, la chica arrugó su nariz y con ese gesto los lentes se subieron un poco— ¡Oh! Gracias—tomó el lapicero—Soy algo olvidadiza a veces—sonrió apenas—Gracias—lo colocó en su oreja mirando el semáforo aún en verde, notó que el pelinegro seguía mirándola y seguía allí— ¿Se te ofrece algo más?
— Disculpa es que...eres muy...parecida a una amiga mía.
— ¿Por eso me mirabas tanto en la cafetería?
JungKook se avergonzó.
— Lo siento.
— ¿De dónde eres?
— Corea del Sur.
— Mis abuelos eran de allí—sonrió un poco y extendió su mano—Soy Melina, Melina Song.
— Lindo nombre—aceptó su mano. No pudo dejar de detallar su rostro, ¿Era posible que una persona se pareciera tanto a otra? —Me llamo JungKook, Jeon JungKook.
— Gusto conocerte, JungKook—habló en coreano sorprendiéndolo.
— ¿Sabes coreano?
— El idioma no se ha perdido en mi familia, ¿Cuánto tiempo se quedarán en Seattle?
— Unos días más, estamos de vacaciones...
— Ya veo—asintió. Su celular comenzó a sonar interrumpiendo— ¿Hola? Sí, sí, voy en camino—miró a JungKook—Gusto conocerte, espero disfruten sus días aquí—fue lo último que dijo antes de retirarse. JungKook simplemente se quedó mirándola alejarse.
"Si Laila no hubiera sido vampira posiblemente así se hubiera visto en las calles de Seattle"
Con una pequeña sonrisa y con ese pensamiento regresó a la cafetería.
¡Una mini historia completada! ^^ Fue corto pero era la idea realmente, el final quise hacerlo muy distinto a lo que suelo colocar en muchas de mis historias.
Espero que les haya gustado este breve fanfic y espero verlos en otras de mis historias ♡
Saranghe ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro