𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 8
Los ojos del chico se abrieron de golpe cuando alguien tocó su hombro, la habitación estaba a oscuras, el reloj de la mesa de noche indicaba medianoche, JungKook se calmó al comprobar que era Laila quien había entrado. Antes de preguntar cómo lo había logrado, sus ojos se desviaron a la ventana abierta.
— TaeHyung está despierto en la otra habitación—susurró la chica sentándose a orillas de la cama. JungKook quedó sentado recostando su espalda de la pared, ambos se miraron en medio de la oscuridad de esa habitación, incluso allí los ojos de Laila brillaban— ¿Siempre suele dormir tarde?
— Algunas veces, en especial cuando tenemos exámenes o trabajos por presentar—habló en voz baja también— ¿Cómo entraste al departamento?
— La ventana—indicó.
— ¿Saltaste?
— No—sonrió un poco—Somos ágiles, es sencillo subir cuando no tienes miedo de caer ni morir—indicó—Lamento lo de San.
— No pensé que los vampiros fueran tan...posesivos, ¿A qué se refería con lo de especial? ¿Es cierto que mi sangre te atrae?
Laila respiró profundo organizando sus ideas, JungKook quería escucharla y ella quería explicarle lo que había descubierto hasta el momento.
— Se supone que cuando un humano está con un vampiro éste no recordará nada al día siguiente, no me refiero a estar juntos íntimamente, me refiero a servir como alimento—dijo sin notar que a JungKook le causó ciertos nervios escucharla decirlo— ¿Siempre recordaste todo desde un inicio?
— Lo hice.
— Nunca me había pasado algo así pero tu sangre sabe distinta a las demás.
— ¿Eso es un cumplido? ¿Eso me hace especial?
— Se supone que todo monstruo tiene su debilidad, ¿De acuerdo? Algunos vampiros dicen que encuentran algo así como...su otra mitad, la sangre de esa persona parece más dulce y tentadora que el resto, pero...
— ¿Pero ¿qué?
— Muchos terminan perdiendo el control y acaban asesinando su otra mitad—inconscientemente Laila pensó en DoYeon, ella había cometido un error—Los vampiros duramos por varios años, nuestra condena es volver a encontrar esa persona tiempo después y la historia suele repetirse.
JungKook guardó silencio un rato analizando esas palabras, ¿Entonces él era una condena para ella? ¿Eso estaba diciendo?
— Así que...si llegas a...asesinarme...—dijo algo nervioso— ¿Volverás a verme años después?
— Tu alma estaría en otro cuerpo, así es.
— ¿Creen en la reencarnación?
— Suena loco, lo sé, pero el hecho de que yo sea una de ellos ya es bastante loco de por sí—respiró profundo mirando a un punto ciego de la habitación—Y...lamento decírtelo, pero eso mismo pasó con la chica que estuvo con Jimin.
— Jimin estaba ansioso de conocer el club—comentó—TaeHyung y yo nos sentimos culpables, no debimos dejarle ir.
Laila sólo podía decirle una cosa.
— Lo siento.
— ¿También sientes que tu novio esté cazándome por una tontería?
— San no es mi novio.
— No parece tenerlo en claro...
— Arreglaré esto, ¿Sí?
— ¿Cómo? Por lo que dices seguiremos viéndonos.
Laila miró la foto en la mesa de noche, estiró su mano a la lámpara encendiéndola, tomó aquel marco donde tres chicos aparecían sonrientes. JungKook sintió un nudo en la garganta al pensar en Jimin, nadie cambiaría su opinión. Esas cosas eran unos monstruos.
— ¿Puedo preguntar algo? —inquirió— ¿Cómo te involucraste en esto?
— ¿Cómo me convertí en esto? —fue más directa—Supongo que crees que deseaba esto—dejó la foto en su sitio sin dejar de mirarla—La verdad es que no, alguien más lo hizo y aquí estoy.
— ¿Recuerdas algo?
— Caminaba a casa por la noche y alguien me atacó, una chica me encontró, Joanna tiene diez años como vampira, me adoptó como su hermana—miró al chico encontrándose con sus ojos—Me enseñó a acostumbrarme, pero la verdad es que nunca te acostumbras—sonrió con algo de amargura—Pensaba renunciar en el club, pero incluso cuando ya lo he hecho...sigo necesitando de la sangre.
— ¿JungKook? —ambos callaron al escuchar a TaeHyung, en un abrir y cerrar de ojos Laila se escondió detrás de la puerta del baño, JungKook un poco asombrado por tal velocidad no tuvo tiempo de prepararse cuando Tae abrió la puerta de su habitación— ¿Con quién hablabas?
— ¿Qué?
— Te escuché hablando con alguien—dijo mirando el cuarto y luego a su amigo— ¿Estás bien?
— ¿Tú estás bien? Me parece que estás volviéndote loco—intentó bromear sonriendo un tanto nervioso.
— Muy gracioso, ¿Necesitas algo?
— Oye, no estoy inválido, puedo levantarme—recordó incorporándose. El suelo estaba helado bajo sus pies descalzos—No hay nadie aquí, sólo yo, quizás hablaba dormido—fingió estirarse— ¿Qué?
— Nada—dijo no muy convencido.
— ¿Qué hacías despierto?
— ¿Cómo sabes que estaba despierto?
— Ya que me escuchaste deduje que estabas despierto, cuando duermes caes por completo.
— Ah—Tae relajó sus hombros—Estoy acabando un trabajo de mañana, es agotador, tengo dos semanas preparándolo.
— Intenta descansar.
— ¿No has sentido algo raro esta semana?
— ¿A qué te refieres?
— Durante la noche me parece que alguien está mirándome, quizás estoy paranoico pero esa sensación no me ha dejado dormir bien.
JungKook miró hacia el baño y luego a TaeHyung. ¿Acaso Laila tenía algo que ver?
— Creo que ambos estamos paranoicos desde lo de Jimin.
— Tu madre también parece estarlo—Tae bostezó—Debo terminar el trabajo, estoy realmente agotado, ¿Mañana regresas a clases?
— Así es.
— ¿Estás seguro de eso? Tus mareos siguen regresando...
— Debo ir a clase y debo trabajar, estaré bien—aseguró.
— Por cierto, antes de olvidarlo, ¿Lisa te ha escrito? La encontré hoy por el pasillo de la universidad, dijo que ha querido comunicarse contigo—bufó—Es tan sínica, es obvio que no quieres hablar con ella.
— Lo ha hecho, pero no me siento listo para hablarle.
— Quizás debas encontrar a alguien más...
— ¿En qué momento pasamos de hablar sobre paranoia a citas? —sonrió divertido—Ve a dormir, estás delirando—se acercó a él sacándolo de su cuarto, Tae le dio las buenas noches y JungKook de nuevo quedó a solas.
Bueno...casi a solas.
Laila salió de su escondite luego de haber escuchado todo aquello. Le trajo recuerdos de cuando ella tenía una vida normal con sus amigas y su familia.
— Será mejor que me vaya, tienes clase mañana...
— Espera—la detuvo— ¿Cómo es que has podido salir en el día? ¿No se supone que la luz del sol los lastima?
— No he salido con el sol, podemos salir cuando el cielo está nublado, pero muchos prefieren no arriesgarse—caminó a la ventana, pero JungKook volvió a detenerla tomando su muñeca— ¿Qué?
— ¿Qué se supone que debo hacer? Dijiste que...
— Sacaré a San del medio, no te preocupes por él—prometió—Y sobre mí no debes asustarte, siempre y cuando mantenga distancia contigo estarás bien—se soltó—Descansa, JungKook.
Laila se deshizo de su chaqueta al llegar a su departamento, la chica encendió la luz de la sala sabiendo que no estaba sola. Cierta persona estaba sentada con sus piernas cruzadas en el sofá.
— ¿Fuiste a verlo?
— Es algo tonto que lo preguntes conociendo la respuesta.
— Laila...
— Si te vuelves a acercar a ese chico o intentas lastimarlo te juro que voy a asesinarte—amenazó con voz calmada. Apoyó sus brazos del respaldar del sillón mirándolo—Deja a JungKook en paz.
— Digamos que te hago caso—comentó— ¿Qué pasará luego? ¿Mantendrás distancia con él?
— Deseas que beba su sangre, ¿No? Sabes que si ese chico muere por mi culpa podrás decirme "te lo dije"
— ¿Enserio crees que ese idiota es tu alma gemela, Laila? —sonrió burlonamente—Es un humano.
— Hay vampiros que les ha pasado...
— ¿Y les crees?
— Incluso antes de que apareciera ese chico te dije que no me interesabas en lo absoluto—indicó. San se levantó del sofá acercándose a ella—No te burles tanto, podría aparecer la tuya, ¿No crees?
— Ya lo hizo—sonrió—Pensaba decírtelo cuando me aceptaras, pero...
— Mentiroso.
— Estuve esa noche, Laila.
— ¿De qué hablas ahora? —caminó hacia su cuarto, pero se detuvo en el acto al escuchar lo siguiente.
— Yo estuve la noche que te atacaron hace dos años en Seattle—y agregó—Era yo.
Admito que nunca he escuchado el grupo Ateez pero San me llamó la atención desde el primer momento.
En multimedia tienen una foto de él :)
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