
𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 15
Se supone que Park Jimin había muerto esa noche en que DoYeon perdió el control por su sangre, ella lo dejó en aquel callejón creyendo que estaba muerto e incluso había hecho un corte en su garganta pero no lo suficientemente profundo para matarlo por completo, Jimin había usado la hipnosis cuando despertó en la morgue, convenció al hombre que lo revisaba en ese momento que diera detalles falsos de su muerte aunque cuando sus padres tuvieron que reconocer el cuerpo Jimin fingió estarlo, escuchó el llanto de su madre y el consuelo de su padre, quería abrazarlos, llorar con ellos pero también tenía la necesidad de alimentarse de su sangre, eso le aterró.
Jimin no quería ser un monstruo. Usando la hipnosis ordenó a aquel doctor de la morgue que lo liberara por la noche luego de su supuesto entierro y funeral, así fue, pero el final no fue lindo, Jimin terminó alimentándose del hombre sintiendo que su garganta ardía terrible. Vigiló a los chicos sin saber que hacer, sintiéndose perdido y atraído a ese líquido rojo, de alguna manera los protegió desde lejos, luego apareció Laila y Jimin comenzó a notar que la muchacha se preocupaba por JungKook realmente.
Unos días antes del ataque de San a TaeHyung y JungKook, Jimin había visitado a DoYeon advirtiéndole que no era su amiga, pero tampoco su enemiga, claro está que DoYeon acabó huyendo creyendo que Jimin la lastimaría o algo peor. Las fotos de los padres de Laila las había conseguido Jimin, el chico tenía amigos por cualquier lado y tenía unos conocidos que vivían en Seattle de donde era Laila, prometió pagarles si conseguían ciertas fotos sabiendo que por dinero las personas hacían cualquier cosa, le envió aquella nota a Laila esperando que entendiera que cuidaba de sus padres y envió el dinero a JungKook porque sabía que lo necesitaba para los gastos.
Todo eso los llevaba a ese momento, Laila tenía dos días acostada en la cama, su fiebre empeoró, su respiración era más pesada, Joanna había intentado alimentarla pero al segundo día la joven comenzó a rechazar la sangre vomitándola a los segundos, el brazo izquierdo de Laila era completamente morado y gris, aquello se extendió a su cuello, su hombro y su costado izquierdo, la chica había empezado a alucinar, era triste verla en ese estado cuando Laila había estado protegiendo a JungKook de una manera u otra.
TaeHyung terminó enterándose de todo, se desmayó al ver a Jimin, pero acabó asimilándolo.
— ¿Laila? —JungKook susurró moviendo su brazo un poco, ella estaba muy quieta mientras dormía, su temor creció—Oye, ¿Me escuchas? —susurró dulcemente.
— Sí—su voz salió por lo bajo. Entreabrió sus ojos rojizos, sus labios eran pálidos y tenía ojeras grandes.
— ¿Quieres que traiga algo? —volvió a preguntar.
— Mi brazo...—susurró arrastrando las palabras—No puedo moverlo, apenas...lo siento—respiró profundo pero su pecho sonó de forma rara, tosió y JungKook apartó el cabello de su frente.
— Estás ardiendo de nuevo—se levantó tomando el pañuelo de la mesa de noche, lo metió en el bol con agua y lo exprimió un poco antes de colocarlo en su frente. A Laila le parecía ridículo que hiciera eso a un vampiro, pero al mismo le parecía lindo— ¿Estás sonriendo? —preguntó confuso al notar la pequeña sonrisa en sus labios.
— JungKook...
— ¿Sí?
— Si alguna vez...vas a Seattle...—lo miró dulcemente—y ves a mis padres...—hizo otra pausa. Sus ojos contuvieron las lágrimas por poco tiempo, aquello conmovió a JungKook, acercó su mano limpiando cuidadosamente su mejilla.
— ¿Quieres que hable con ellos?
— No—sonrió tristemente—Quiero...que te asegures en persona que están bien.
— Si voy a Seattle no dejaré de pensar en ti—sonrió un poco—Debiste enseñarme sus encantos.
— Lo siento, yo...—cierra sus ojos, respiró profundo y volvió a abrirlos lentamente, JungKook tomó su mano gris, la acarició, pero ella no sintió nada allí—No soy tan fuerte.
— ¿Realmente no hay una cura? —acarició su cabello—Se supone que todo tiene una solución.
— La infección se ha extendido por mi brazo y parte de mi cuerpo—dijo negando con la cabeza—No creo que dure esta noche
— Lamento haber aparecido en ese club esa noche.
— ¿Vas a volver con tu ex? —preguntó intentando bromear.
— No quiero hablar de Lisa ahora.
— Encontrarás otra chica, esta no te pondrá en peligro—dijo y JungKook sonrió un poco—Eres un buen chico, Jeon JungKook.
— Pudiste ser esa chica—dijo sorprendiéndola—Debías ser ella.
— ¿Me hubieras aceptado?
— Sí—asintió. Laila cerró sus ojos quejándose un poco, JungKook notó aquel color gris extenderse por su cuello, avanzaba despacio, la chica respiró con dificultad— ¿Laila? —la chica no respondió, su fiebre seguía alta y de repente se desmayó.
— Tú la salvaste de alguna manera—dijo Jimin a Joanna quien veía con tristeza como su amiga moría poco a poco, todos estaban en la habitación, la noche había caído, el brazo derecho de Laila estaba por completar su color gris, JungKook había dejado de colocarle los pañuelos en la cabeza y había comenzado a sentirse culpable por lo sucedido.
— Lo siento—dijo a la rubia—Esto es mi culpa, debí...esperar a Laila, decirle de San, yo...
— No fue tu culpa, JungKook—Jimin lo miró—Querías proteger a TaeHyung.
Tae guardó silencio estando sentado en una esquina del cuarto, también se sentía mal por la muchacha.
— Jimin tiene razón—Joanna no los miró, estaba junto a la cama tomando la mano de Laila—Laila quería protegerte, sabía que corría el peligro de acabar mal, no esperaba esto, pero...ella lo hizo para protegerte—miró a JungKook.
— Lo siento.
Laila tosió un poco acostada de lado, intentaba respirar, pero no lo conseguía del todo, Joanna acarició su mejilla para hacerle saber que estaban ahí.
— Omma...—la escuchó decir, estaba alucinando—Quiero volver a casa—la voz de Laila fue algo ronca, unas lágrimas silenciosas cayeron de sus ojos cerrados.
— Ellos te esperan, cielo—susurró Joanna mirándola y acariciándola—Estarán bien si vas con ellos.
— Appa...
— Él también muere por verte—su voz comenzó a flaquear. Tragó con dificultad sin soportar el llanto mucho tiempo—Déjate llevar, Laila.
JungKook para entonces contenía las lágrimas, no era justo que la chica que lo salvó y protegió muriera por culpa del malo, en las películas el villano siempre muere y el bueno sobrevive. Se acercó depositando un beso en su frente, uno en su mejilla y uno corto en sus labios.
— Puedes dejarlo ir, Laila—susurró muy bajo—Gracias por salvarme, prometo no olvidarte—parpadeó varias veces queriendo evitar las lágrimas, pero Laila dio su último respiro y de repente se quedó muy quieta.
Joanna sollozó cubriendo su boca con sus manos sin creer que su amiga ya no estaba, JungKook apartó la vista limpiando rápidamente sus mejillas, pero joder, era difícil, él también comenzó a llorar. Jimin apretó su hombro y Tae miró al suelo sintiéndose terrible también.
Laila había cumplido su palabra, no dejar que nada malo le pasara a JungKook.
Capítulo final :')
Falta el epílogo ♡ Me puse toda emotiva escribiendo esto así que solté algunas lágrimas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro