JungKook bajó del taxi mirando aquel local, el club tenía sus paredes de un gris oscuro, las letras con el nombre del club estaban encendidas en rojo, había algunas luces de neón creando formas que llamaban a cualquiera, la puerta negra estaba cerrada pero dos grandulones la custodiaban, ellos decían quién entraba y quien no en aquella fila larga. El pelinegro distinguió a sus dos amigos, Jimin sonrió emocionado de verlo y TaeHyung revisaba su celular.

La noche al parecer sería larga, JungKook tenía el presentimiento que tendrían que sacar a Jimin a rastras de allí cuando estuviera ebrio, al castaño le encantaba beber y coquetear con las chicas, lo increíble es que ninguna lo ha rechazado aún.

— No fue tan difícil llegar, ¿No? —sonríe un Jimin ansioso. No estaban al final de la fila, pero tampoco al inicio.

— ¿Hace mucho que llegaron? —JungKook sacó su celular echando un vistazo a la hora—Todavía no son las diez de la noche, ¿Cómo es que ya hay dos matones en la puerta?

— Son personal de seguridad—corrigió Jimin—Poco antes de las diez suelen cuidar que la fila esté en orden, dejarán pasar cien personas y, ¿Sabes qué? Entramos allí.

— Que emoción—fingió una sonrisa y mira a Tae— ¿Qué estás viendo, hyung?

— Investigaba sobre este club en Internet, dice que hay varias franquicias en distintos países—JungKook miró la información el celular del rubio metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero—Recientemente llegó a Corea, por ahora sólo está en Seúl, cuando busqué por los comentarios de este club todos dicen lo mismo, los que visitaron el lugar no recuerdan absolutamente nada—frunció el ceño y miró a Jimin—No voy a dejar que me droguen, ¿Eh?

— No hay drogas dentro, aquellos tipos de la puerta suelen revisarnos antes de pasar.

— ¿Hay algo que no sepas de este club? —preguntó Kook.

— Son rumores, ya lo dije.

— Me parece que eres realmente chismoso—acusó TaeHyung— ¿Enserio quieres estar aquí, JungKook?

— No—respiró profundo—Pero será divertido verlo ebrio—bromeó en voz baja y TaeHyung negó con la cabeza.

Exactamente a las diez en punto la fila comenzó a moverse, cien personas entrarían al club Votum, el resto esperaría para poder entrar y según Jimin muchos morían por tener sus puestos. JungKook fue testigo de cómo los dos matones según él revisaban a todos los que querían entrar, tenían lentes oscuros por lo cual no podían verles los ojos, pero Kook estaba seguro que de no tenerlos intimidarían más. Cuando fue el turno de los chicos pasaron por el mismo procedimiento, en sus muñecas colocaron una cinta como pulsera, la de Jimin era azul, la de TaeHyung era verde y la de JungKook roja.

Una vez dentro la música estaba a todo volumen, las luces de neón parpadeaban al ritmo de la música, a los costados estaban las mesas con sus sillas, bajando unos escalones estaba la pista de baile y frente a esta se distinguía la barra, los baños estaban a un lado de dicha barra. JungKook notó las escaleras que daban al piso de arriba, frunció el ceño al ver varias puertas, su atención se posó en las mujeres que salieron de dichas puertas.

Eran realmente hermosas, no parecían ser asiáticas, una de ellas tenía ojos brillantes, sus labios estaban pintados de un rojo como la sangre, usaba un vestido rojo que dejaba al descubierto su espalda, sus piernas estaban descubiertas por la falda que llegaba a centímetros de sus rodillas, su cabello caía suelto como una cascada oscura por su espalda, no había ninguna onda en esa melena, pero si algunos mechones rojos.

— Vaya, me preocupaba por ti, pero creo que estarás bien—dijo Tae dando un suave codazo a su brazo. JungKook apartó la mirada siguiendo a los chicos a una de las mesas.

— ¿Quieren beber algo en específico? —Jimin los miró y JungKook se encogió de hombros.

— Pide lo que quieras, iré al baño—TaeHyung se alejó. Jimin fue a la barra y JungKook esperó en la mesa, algunas personas bailaban en la pista, el club era realmente grande, con las cien personas allí todavía había espacio para moverse. JungKook miró hacia las puertas del piso de arriba, algunas personas entraban a ellas, ¿Entonces no podían llevar droga, pero si tener sexo allí?

Por las escaleras tres chicas bajaron conversando entre sí y usando vestidos un poco reveladores. Entre esas tres estaba la chica de vestimenta roja, parecía reprochar a una de ellas, en cuanto sus ojos se desviaron hacia la mesa donde JungKook estaba éste apartó la mirada.

Rascó su cabeza fingiendo mirar hacia la pista de baile, sintió un ligero calor en sus mejillas y le pareció ridículo, la última vez que se sintió nervioso había sido con su ex, Lisa. Si ella estuviera allí con él...ni siquiera hubiera entrado al club, le había mostrado un lado muy diferente al verdadero, si estaba con JungKook todas esas cosas estaban mal pero cuando estaba con su amante todo era aceptable.

Un ejemplo claro fue cuando JungKook de travieso quiso estar con ella en un baño público, que irónico que meses después la haya atrapado teniendo sexo con otro tipo en un baño.

Sacudió la cabeza reprochándose por pensar en ella cuando esa noche se supone que debía distraerse. Cuando los chicos volvieron, JungKook fingió su mejor sonrisa, los tres comenzaron con los tragos, comentaron un poco sobre la estructura del club, opinaron sobre la universidad o cosas triviales. El alcohol fue relajándolos cada vez más, TaeHyung y JungKook estaban sobrios, pero Jimin estaba volviéndose muy...amistoso. Desde la mesa vieron como una chica de vestido azul se acercó conversando con él, Jimin por supuesto comenzó a coquetearle y ella le siguió.

— ¿Cómo es que todas caen ante él?

JungKook sonrió divertido ante las palabras de TaeHyung.

— Buenas noches, chicos—ambos miraron a las dos muchachas que se acercaron dejando dos tragos más en la mesa. JungKook reconoció a la chica de vestido rojo, de cerca era más hermosa aún, sus ojos...

"El licor me está afectando, sus ojos no pueden ser rojos"

Los ojos de la chica de vestido verde y cabello rubio ondulado eran verdosos. La de rojo parecía un tanto asiática pero la otra no, a pesar de eso hablaba el coreano muy fluido.

— Nosotros no pedimos...—TaeHyung es interrumpido por la chica de rojo.

— Va por la casa, es primera vez que vienen, ¿No es así? —sonrió mirándolos. JungKook la veía sin disimular—Aquellos que vienen por primera vez reciben un trago que no está en el menú.

— Es muy amargo, pero tiene un toque dulce—sonrió la de verde—Disfrútenlo.

— Gracias—TaeHyung sonrió como idiota. Ambas se alejaron y JungKook parpadeó varias veces saliendo del trance.

— ¿Le guardaremos un poco a Jimin? —el vaso de JungKook tenía una tonalidad rojiza y el de TaeHyung verdosa.

— ¿Dónde está? —Tae miró a la barra sin localizarlo—Joder, ¿En dónde se metió?

— Tranquilo, debe estar con la chica bailando...

— La última vez que se desapareció así lo salvé de ser golpeado por el novio de otra chica—dijo levantándose—Intentaré llamarlo—sacó su celular sin tener mucho éxito—Mierda, intentaré buscarlo, llámalo o déjale un mensaje.

JungKook rodeó los ojos obedeciendo quedándose a solas en la mesa, intentó llamar a Jimin, pero con la música dudaba que lo escuchara, prefirió dejarle un mensaje, guardó el móvil y tomó el vaso que habían traído las dos chicas. Lo miró unos segundos bebiéndolo después, el sabor era asqueroso y muy amargo, ¿Dónde estaba lo dulce? Tosió un par de veces tocando su garganta.

En medio de su desagrado por aquella bebida localizó a Jimin, éste entraba a una de las puertas de arriba, junto a esa puerta estaba aquella chica de rojo sonriéndole un poco a JungKook. Ella lo estaba mirando.

"Aparta la vista, aparta la vista"

Sonrió tontamente y quiso morirse.

"¡¿Qué demonios me pasa?!"

La chica le hizo una señal con su mano, ella quería que subiera a donde estaba, JungKook se rehusó, pero como si no tuviera control de su cuerpo se levantó obedeciendo sin borrar la sonrisa estúpida de su cara.

Las cosas estaban muy extrañas de repente.

¿Notaron los pequeños detalles?

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