𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7
Jeon JungKook recordaba absolutamente todo y no podía creer que la chica o la cosa (no sabe ni siquiera como llamarle) sea quien lo trajo al hospital. TaeHyung no dejó de agradecerle a la muchacha mientras que JungKook en silencio miraba con atención esperando encontrar un defecto en Laila. ¡Incluso tenía un nombre común y corriente! Aunque era evidente que lo sucedido anoche no fue nada normal, JungKook recordaba haber sentido que su cuerpo no respondía a las órdenes de su cerebro, como si hubiera sido hechizado al ver sus ojos rojos, su mirada en ese instante era un tanto oscura, pero pasaba por ser normal.
El temor creció en el pelinegro cuando Tae recibió una llamada y salió de la habitación dejándolos solos.
"¿Por qué está aquí? ¿Viene a terminar lo que empezó?"
— Este clima va de mal en peor, ¿No? —Laila miró hacia la ventana que daba a la calle, afuera llovía a cántaros, algunas personas iban en diferentes direcciones con sus paraguas.
— ¿Por qué me trajiste? —se atrevió a preguntar con voz seria. Laila volteó a mirarlo con sus brazos cruzados.
— Estabas sangrando, mi amiga y yo te encontra...
— ¿Dónde está tu amiga?
— En su casa posiblemente—indica—Quería estar aquí, pero le pedí que fuera a cambiarse y...
— ¿Hiciste lo mismo?
— ¿Qué?
— No tienes la misma ropa de anoche—señaló sin dudar. Se notaba que tenía cierta molestia, Laila quedó como piedra unos minutos— ¿También fuiste a cambiarte?
— ¿Recuerdas algo de anoche, JungKook? —inquirió con verdadera curiosidad.
Se supone que los humanos no pueden recordar nada cuando están con ellas, por algo usan la hipnosis para eliminar esos recuerdos o al menos bloquearlos en sus mentes. ¿Cómo es que Jeon JungKook era inmune a ese poder? A Laila jamás le había pasado.
— ¿Por qué luces tan aterrada ahora? —bufó—Fuiste tú quien asesinó a mi amigo, ¿Por qué me trajiste?
"Este chico vino con Park Jimin hace dos semanas. Lo que te pasó con Jimin me está sucediendo con JungKook"
— Escucha...
— Sólo respóndeme, ¿Por qué me trajiste a un hospital después de lo que me hiciste dos veces y después de asesinar a mi amigo? —exigió saber, usó una amenaza muy absurda—Avisaré a Tae, la policía vendrá...
— No fui yo.
— ¿Qué?
— No asesiné a Park Jimin—indicó. A JungKook le causó escalofríos e impotencia que usara su nombre—Lo que pasó con él fue...un...accidente...
— Le drenaron toda la sangre—sus ojos oscuros brillaron por las lágrimas que contenía—Cortaron su garganta.
Y Laila lo sabía porque DoYeon se lo contó, había hecho aquello para hacerlo pasar por un asesinato como cualquier otro, era obvio que los nervios la habían atacado, Laila entendía perfectamente el odio de ese muchacho a ellas, pero no sabía exactamente que hacer o decir porque se supone que JungKook no debía recordar nada.
— Lo siento—fue lo que pudo decir.
— ¿También sientes esto? —señaló su cuello— ¿Por eso viniste? ¿Para acabar con esto y no verme una tercera vez? Me reconociste cuando me viste anoche.
— Lo hice—admitió—Pero no tenía ni idea que Jimin...
— ¡No uses su nombre! —alzó la voz—Será mejor que te largues antes de que avise a TaeHyung.
— Lo siento ense...
— Vete ahora—ordenó.
Una semana después
— Está exquisito—JungKook sonrió al probar la sopa de su madre, ésta había ido a visitarlo luego de que Tae le contara sobre el extraño acontecimiento que ocurrió, claro que Kook le reprochó por preocuparle, su madre era una mujer muy nerviosa por lo cual intentaba darle noticias que pudiera manejar—Extrañaba esto.
— Me alegra que te gustara—la señora Jeon le sirvió un poco de arroz sentándose luego a su lado para comer también—Necesitas recuperar fuerzas, Tae me dijo que a veces sueles marearte.
— Es sólo estrés del trabajo y las clases...
— O esa extraña mordida en el cuello—indicó—Hay tantas personas malvadas en la calle estos días que no me sorprende que hayan intentado tomarte para una secta rara...
— Mamá—dijo divertido pero su sonrisa fue disminuyendo cuando Laila apareció en su mente. Luego de decirle que se fuera ese día no volvió a verla, Tae preguntó a donde había ido y JungKook mintió diciendo que se le había presentado algo.
Incluso pensaba en ella y su odio crecía. Pensaba en decirle a Tae, pero sabía que lo tomarían por loco.
— Es la verdad, ¿No has mirado las noticias? —tomó una cucharada de sopa, la llevó a su boca y prosiguió—Desde que Jimin falleció han aparecido casos similares a él.
— ¿Qué? —eso no lo sabía.
— ¿No has visto la televisión, cielo?
— Siempre estoy en la universidad o en el cibercafé trabajando—indicó encogiéndose de hombros, tomó algo de arroz masticándolo unos minutos, cuando tragó miró a su madre— ¿Han dicho algo más? ¿Encuentran relación con Jimin?
— La policía y los periodistas lo niegan, pero no puede ser normal que cada día, a cada minuto muera alguien—JungKook sonrió un poco siendo comprensivo con ella.
— El mundo va de mal en peor, puede ser real, mamá.
— Ten mucho cuidado cuando salgas, ¿Sí? —tomó su mano acariciándola—Incluso a tu padre se lo he dicho, cuando sale tan tarde del trabajo me inquieta, si algo les llega a pasar...
— Oye, tranquila, tendré cuidado—sonrió un poco.
Su celular vibró en la mesa con un mensaje, lo tomó sorprendiéndose de ver el número, Lalisa le había escrito preguntándole cómo se encontraba, decía que había tropezado con TaeHyung por casualidad y éste le había contado cuando ella preguntó por él. JungKook suspiró decidiendo no responder, lo que Lisa le había hecho no era fácil de olvidar, él la había querido enserio, pero lo había engañado con otro hombre.
— ¿Sucede algo?
— ¿Oh? —el chico parpadeó varias veces, fingió una sonrisa asintiendo decidiendo cambiar el tema. Siguieron comiendo juntos en algunas conversaciones triviales, JungKook se ofreció a lavar los platos, pero su madre era tan terca que le ordenó descansar, hubiera seguido la discusión, pero desde despertó del hospital los mareos se hicieron constantes, si JungKook se agitaba demasiado perdía fuerzas hasta casi llegar a desmayarse.
Los doctores le habían pedido reposo total ya que según ellos el estrés de las clases con el trabajo podían afectarlo de otra manera también. El chico sabía que no era cierto, esa tal Laila debió de beber más de lo permitido.
— Iré a comprar algunas frutas en la tienda de la esquina—comentó su madre dejando los platos limpios a un lado—Quiero prepararte una ensalada de frutas para la noche.
— ¿Quieres que te acompañe? —se ofreció.
— Quiero que te recuestes, tengo entendido que TaeHyung regresará de clases en una hora, me ocuparé de él.
— Mamá, estamos bien.
— De igual modo, descansa.
JungKook no pudo ir contra ella, su madre lo dejó a solas en el departamento prometiendo no tardar, el pelinegro se dirigió a su habitación llevándose un susto al encontrar cierta persona mirando una foto de su mesa de noche.
— ¿Qué demonios...?
Laila levantó su mirada oscura a él, la chica vestía sin ese atuendo extravagante del club, su cabello oscuro iba suelto por su espalda de manera lisa, tenía unos vaqueros que marcaban sus piernas, zapatos deportivos y una sudadera roja. JungKook mantuvo la calma, pero su cabeza sólo le decía que ella había venido a terminar lo que empezó.
— ¿Tu madre se fue?
— ¿Cómo llegaste aquí?
— Tengo que sacarte-dejó la foto en la mesa de noche y se acercó a él, pero JungKook retrocedió—No voy a lastimarte.
— Bebiste de mi sangre dos veces y asesinaste a mi amigo, no creo eso.
— Escucha, no tengo tiempo para esto, necesito sacarte de aquí ahora mismo—justo en ese instante se escuchó el timbre de la puerta. JungKook miró hacia atrás y Laila tomó su muñeca con fuerza.
— ¡¿Qué estás...?!
Ella cubrió su boca con su mano libre indicándole que se callara. JungKook miró aquellos ojos más de cerca encontrando un color vino en ellos, ¿Qué demonios pasaba?
— No abras la puerta—susurró apartando su mano poco a poco—No hables alto, él te escuchará.
— ¿Él? —habló bajo.
— ¿Enserio quieres que te lo explique ahora?
— Estás en mi departamento, tengo derecho de saber, ¿No crees? ¿Cómo entraste? —el timbre siguió sonando— ¿Quién está allá afuera?
Antes de que Laila siquiera respondiera, un tercero apareció en dicho cuarto.
— Vaya, ahora compruebo lo mucho que este patético humano te interesa—dijo el chico desconocido metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, vestía con traje, tenía cabello castaño y un mechón blanco, Laila volteó a verlo manteniendo a JungKook detrás suyo— ¿Es enserio, Laila?
— Déjalo en paz, San.
— Pero si no he hecho nada—sonrió encantadoramente. Era alto como JungKook, delgado pero fuerte, tenía hombros un poco anchos—Aún.
— ¿Quién eres tú? —se atrevió a preguntar el chico detrás de Laila.
— Cierto, que modales los míos, aunque tengo entendido que cuando tocan el timbre debes responder a la puerta—comentó dejando en claro que él había estado tocando el timbre, segundos antes—Mi nombre es Choi San, soy el novio de Laila...
— No eres mi novio—gruñó ella—Vete de aquí ahora y deja a JungKook en paz.
— Tranquila, tranquila, sólo vine a comprobar que tanto te importa este tonto, ¿Ya le dijiste?
— ¿Decirme qué?
— San—reprochó—Vete.
— Pues tu sangre le atrae de sobremanera, la pobre se ha resistido demasiado y está convencida de que eres especial—bufó. JungKook miró a la chica quien sólo tenía sus ojos puestos en el vampiro aquel—Vine a demostrarle que no es cierto—se acercó a ellos—Laila, quítate.
— No vas a lastimarlo, vete.
— Es un bien para ti, nena, así abrirás los ojos...
— Lárgate de aquí—gruñó empujándolo. Sus ojos cambiaron al rojo, JungKook no podía creer que Laila había ido a protegerlo, aunque no entendía nada, ¿Especial decía?
— ¿Quieres retarme, bebé?
— Quiero que te vayas, eso quiero.
San rodeó los ojos, en un parpadeo el chico intentó tocar a JungKook, más bien agarrarlo, Laila lo tomó del cuello colocándolo contra la pared, gruñó sintiendo los colmillos queriendo salir, su cuerpo estaba en alerta total, San sonrió divertido, disfrutaba como Laila defendía ese patético ser. Enserio estaba jodida.
Si bien, San no era su novio, pero tenía tiempo interesado en ella, saber que lo estaba rechazando por un humano era imperdonable para él.
— Lárgate—ordenó soltándolo—Vete de aquí.
— Laila...
— ¡Ahora!
— ¡¿Enserio lo escogerás a él?!
— No estoy escogiendo a nadie...
— ¡Es un humano, Laila! Es un estúpido humano...
— Al menos no es un monstruo como tú—levantó una de sus cejas—Vete, no lo repetiré.
San se acercó a ella con aire de superioridad, miró a JungKook quien contenía la respiración y sonrió divertido.
— Volveré a verte...JungKook.
Fue lo último que dijo antes de desaparecer, la habitación quedó en silencio, Laila tardó unos minutos en relajarse, la adrenalina estaba pasando, así como el susto en JungKook, el mareo vino a él sintiéndose débil, sus rodillas perdieron fuerza y Laila lo atrapó antes de que cayera al suelo.
— Tranquilo, ¿Estás bien? —pero él no respondió. JungKook estaba muy pálido, sin problema lo ayudó a llegar a la cama, lo recostó con cuidado desapareciendo un segundo y apareciendo al otro con un vaso con agua, hizo que JungKook bebiera un poco sentándose a su lado, esperó con calma que el chico se sintiera mejor, poco a poco fue recuperando su color— ¿Estás bien?
— ¿Quieres explicarme qué demonios pasa? —exigió saber.
— Lo siento...
— No digas eso.
— Sé que crees que yo asesiné a Jimin, pero no fue así—miró los ojos del chico—Esa noche debía estar contigo, ¿Recuerdas? A tu amigo le tocó el azul.
JungKook recordó perfectamente.
— ¿Qué quieres?
— Vine a evitar un desastre, pero creo que provoqué otro.
— ¿Qué?
— San no se detendrá, es un idiota que anda detrás de mí desde hace...un tiempo y...
— ¿Y qué tengo que ver?
— ¿Me escucharás si te lo explico?
— Mi madre vendrá...
— Cierto—respiró profundo—Vendré por la noche, ¿De acuerdo?
— Espera, ¿Vas a irte sabiendo que otra...cosa rara como tú vendrá a...?
— Somos vampiros, no es tan raro—se levantó—Y descuida, San no aparecerá de nuevo al menos por hoy—lo miró—Lo siento.
JungKook seguía detestándola por lo sucedido, pero por otro lado tenía temor de que aquel..."vampiro" regresara. ¿Qué demonios estaba pasando? Todo parecía sacado de un mal cuento.
¿Vampiros? ¿Es enserio?
Historia corta ♡
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