La situación era la siguiente, YeonJun y BeomGyu no tenían ningún soporte al licor, estaban totalmente ebrios con sólo algunos tragos, SooBin y TaeHyun estuvieron encargados de llevarlos a casa. JungKook no dudó en pedirles un taxi, prefería sacarlos de allí y prefería salir de allí, haber ido había sido una mala idea por completo. ¿En qué estaba pensando?

Se quedó mirando el taxi irse con los chicos, respiró profundo sacando su celular, envió un mensaje a Tae avisando que estaría en casa pronto.

Ya inventaría otra mentira, pero haber ido a ese club y creer que solucionaría todo era absurdo, su mejor amigo Park Jimin estaba muerto y nada lo traería de regreso.

El chico miró la calle esperando otro taxi, hacía algo de frío, mientras esperaba el brazalete en su muñeca de color rojo seguía allí, cuando pensó en arrojarlo al suelo alguien se detuvo a su lado hablándole.

— A veces no pasan muchos taxistas por esta zona—su voz fue reconocida de inmediato. JungKook se tensó por completo, podía escuchar su propio corazón—Si vas a esa esquina llegas a la próxima calle y podrás irte más rápido.

El chico pelinegro lentamente volteó mirando a la chica junto a él, los recuerdos de esa noche vinieron a su mente, una muchacha de abrigo largo y negro era esa persona que había creído encontrar, la había visto hace un rato en el club, pero no pensó que le hablaría, de hecho, ¿Lo habían atrapado o qué? Miró a la fila fuera del club y de nuevo a la calle, ¿Debería correr?

— Pero...considerando la manera en que me mirabas allí dentro...—añadió ella—Creí que te quedarías un poco más—sonrió ladinamente—Soy Laila.

JungKook retrocedió por instinto y eso la hizo extrañarse, generalmente los humanos tienen otra reacción al conocerla. La chica tomó su brazo cuando éste giró para irse, apretó ligeramente sonriéndole de manera encantadora, los ojos de Laila eran algo rojos pero brillantes, de hecho, esa chispa en sus ojos le hizo caer ridículamente.

Laila se detuvo cuando la sed había desaparecido, su cuerpo sentía una extraña corriente que la dejó con ligeros temblores, relamió sus labios encontrando aquel muchacho pelinegro inconsciente, la chica de cabello oscuro se maldijo así misma por dejarse llevar por sus impulsos, realmente necesitaba irse de ese lugar si quería traer un cambio a su vida, la puerta de la habitación se abrió y eso no hizo sentir muy orgullosa a Laila.

— ¿Interrumpo tu cena? —DoYeon estaba muy seria. Su color era el azul en particular.

— Acabo de terminarla de hecho—dijo bajando del chico sobre la cama, su corazón seguía latiendo, pero su cuerpo contenía menos sangre, de nuevo notaba que su sabor era particular, diferente a la de los demás— ¿Qué sucede?

— Joanna habló conmigo sobre tu retiro.

— Joanna—reprochó negando con la cabeza—Sí, es cierto, pienso hablar con el jefe—suspiró mirando al chico en la cama y luego a DoYeon—Es algo personal, créeme.

— Honestamente pienso que es una buena idea—eso la tomó desprevenida—Desde hace dos semanas vengo considerando esa opción.

— ¿Enserio? —hasta ahora nadie en ese club había renunciado porque todos los trabajadores permanecían allí por el acceso a la sangre— ¿Estás bien? —preguntó al notarla nerviosa.

— ¿Recuerdas las normas del club?

— Tomar sólo lo necesario de los humanos, divertirse con ellos y no pasar el límite con ningún cliente—asintió cruzándose de brazos, DoYeon vestía con una blusa azul y pantalones blancos que se aferraban a sus piernas, sus botas de tacón alto la hacían ver más alta que la misma Laila.

— Bueno...yo...rompí una de ellas, pero por favor, no le digas esto a nadie, te lo comento porque...ya que piensas retirarte quisiera no ser la única en hacerlo—hizo una pausa, pero Laila se mantuvo en silencio limpiando sus labios con una servilleta como si fuera lo más normal del mundo tener manchas de sangre—Me excedí con un cliente de hace dos semanas.

— ¿A qué te refieres?

— Mientras bebía de su cuerpo no...me detuve—Laila comprendió—Su sangre tenía un sabor diferente, enserio, era...—inconscientemente miró al chico en la cama y luego a la chica—Era como si todo de mí necesitara beber hasta la última gota, sabes que nunca me ha pasado, siempre hago mi trabajo sin romper las reglas, pero...

— ¿Alguien sabe de esto, DoYeon?

— Por supuesto que no.

— ¿Quién fue la víctima?

— Su nombre era Park Jimin, venía con dos chicos más ese día, ¿Recuerdas?

Laila sintió que un balde de agua fría caía sobre ella, miró al chico en la cama sin creer lo que escuchaba, hace dos semanas Jeon JungKook había ido al club con dos amigos iguales de atractivo que él, pensaba que sólo a ella le estaba pasando esa debilidad extraña por su sangre, al instante se acercó al cuerpo verificando su pulso con sólo escucharlo.

Y no estaba nada bien.

Su remordimiento y consciencia habían regresado.

— Necesito llevar este chico al hospital.

— ¿Qué?

— Este chico vino con Park Jimin hace dos semanas—la miró—Lo que te pasó con Jimin me está sucediendo con JungKook.

— ¿Sigue vivo? —DoYeon se acercó—Su pulso es débil, ¿Cuánto bebiste?

— No lo sé, pero te aseguro que no fue hasta la última gota.

— De acuerdo, mantengamos la calma, podemos llevarlo al hospital, pero sabes que no podemos entrar ahí...

— Tendré unos minutos antes de volver a tener sed—aseguró—Avisa a seguridad, necesito sacarlo de aquí.

JungKook despertó en una habitación que no era suya, escuchaba el sonido de uno de esos aparatos de hospitales que indican los latidos del corazón, el pelinegro llevó su mano a su cabeza e intentó incorporarse, pero se sentía débil, no tenía ganas de moverse.

— ¿JungKook? —TaeHyung sonrió aliviado de verlo consciente— ¿Cómo te sientes?

— ¿Dónde estamos? —su voz fue algo ronca. Aquella habitación era algo pequeña.

— En el hospital, me llamaron anoche avisando que habías tenido un extraño accidente—se cruzó de brazos—Parece que un animal te atacó en el camino a casa.

— ¿Qué?

— Dos chicas te trajeron aquí, estaban preocupadas tanto como yo—sonrió un poco—Avisaré a una de ellas, espera.

JungKook lo miró salir confundido, ¿Un animal lo atacó? ¿En qué momento? En su brazo derecho tenía una aguja, echó un vistazo al aparato de los latidos recostando su cabeza de la almohada, se sentía realmente cansado, pero también como si le hubieran dado una paliza. Tocó su cuello encontrando una venda del lado izquierdo, los recuerdos golpearon su mente haciendo que su corazón se agitara un poco.

"Esa chica..."

La puerta se deslizó a un lado, TaeHyung entró acompañado de una chica muy conocida para JungKook. Ésta vestía con ropa normal, se inclinó hacia adelante saludándolo con una pequeña e inocente sonrisa.

"Ella me hizo algo anoche"

— Me alegra que despertara—se enderezó—Mi nombre es Laila, gusto conocerlo, Jeon JungKook.

Más portadas hechas por otras dos seguidoras ^^

En multimedia tienen una foto de Laila ♡ (Aunque ya saben que pueden imaginarla como les plazca)