Te amaré hasta el final
Hace mucho tiempo atrás.
Asombrado veía la escena, mientras que la sangre caía a montones del cuerpo de la persona que alguna vez amo, no sabía como había llegado a eso, solo recordaba escuchar una dulce melodía para momentos después sentir un líquido tibio recorrer su mano derecha, él otro por su parte solo lo veía, mientras una línea de espesa sangre comenzaba a salir de sus labios.
Camus: no, Milo yo... - fue lo único que pudo articular al momento que saco su mano del cuerpo de su amado que solo cayó de rodillas.
Afrodita: ¡Los humanos vienen vamonos! - grito mientras sus amigos rápidamente se iban, el rubio se apresuro a ir al pelirrojo quien se negó a ir mientras escucho algo más.
Milo: amor mio... yo jamás hubiera podido traicionarlos así - dijo mientras escuchaban como las puertas comenzaba a querer ser forzadas por una turda enardecida.
Afrodita: Camus, debemos irnos - dijo mientras una vez más Camus se quito sus manos de encima.
Milo: después de todo. No olvides que a pesar de haber sido traído por un humano y vivir entre ellos, mi padre también me hizo convivir con todos ustedes, por lo cuál también son mi familia - le dijo mientras escupió un poco de sangre.
Camus: Milo - llamo preocupado.
Milo: a... deben irse y esconderse, después de ésto, el trato de humanos y vampiros se habrá acabado. Mí padre va a estar muy molesto conmigo ja... me dijo que no debía relacionarme más de lo debido contigo - mencionó para después caer al suelo inconsciente.
O eso Camus quiso creer cuando Afrodita se lo llevó de ahí, cuando la gente entró al lugar donde anteriormente estaban.
En la actualidad.
Camus despertó triste en su cama, al recordar aquella noche, aún no sabía que había ocurrido, el jamás le hubiera mentido o eso quería creer, todo el mundo de los vampiros decía que los había traicionado, lo aseguraban.
Camus: - suspiró para después ponerse de pie -
Una vez más se arregló, peino su cabello suavemente y se coloco sus zapatos, al igual que su collar especial, el cual les habían entregado a toda la familia para que pudieran adaptarse a esta nueva era, y el era profesor en su antiguo castillo, que ahora servia como universidad para poder sostener a su gran familia.
Camus: ay... muy bien, volvemos a un nuevo día más de mi miserable e inmortal vida - dijo molesto mientras tomaba su bolso y salía de su casa.
Durante su camino pudo ver a varios de los chicos que iban hacia el castillo, contando algunas leyendas que se habían famosas en el lugar.
Xx: la verdad aun me sorprende que el maestro Afrodita siga con esas tonterías de los vampiros, brujas y lobos - decía una chica.
Xx: oye no te burles, si existen - dijo un muchacho.
Xx; jaja, si claro. Al igual que los vampiros de ojos azules ¿no? - pregunto haciendo que Camus se detuviera en seco.
Xx: jaja, como si un vampiro y un humano pudiera procrear, es ridículo, por donde lo mires, el vampiro posiblemente se termine comiendo al humano en el acto - aseguró otra chica.
Xx: pero si no hubieran existido los vampiros de ojos azules nosotros hubiéramos muerto ya, lo dice el maestro, ellos eran el trato entre vampiros y humanos, así como eran también esos híbridos los que nos protegían de las demás criaturas - dijo el chico mientras sus amigas reían.
Camus por su parte se quedó parado en su lugar, pensado en su amado, el cuál precisamente venía de esa especie ya extinta gracias al rompimiento del trato. No quiso darle más vueltas al asunto así que se apresuro a llegar.
Continuará...
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