—¿Cómo es posible que nos dieran tan pocos puntos?—cuestionó unos de los amigos de Nelly, Luis, refiriéndose en la recompensa.

—Tal vez no valía mucho—comenta Sally.

—¡Claro!, por la culpa de Nelly que le disparó con una flecha.

Nelly se mostró ofendida ante las palabras de su amigo.

—¡¿Por mi culpa?!

—¡Claro!

—No me disculparé ya que lo hice para poder vivir.

—Hoy en día no se vive, se sobrevive.

Nelly se mostró perpleja antes sus palabras.

—Tenía que hacerlo—murmuró.

—Nelly recuerda que tenemos que traer a las bestias completas casi intactas para que nos den buena recompensa—explicó Luis.

—Entonces ¿porqué nos decimos llamar  exterminadores?—preguntó Nelly.

Luis tomó aire y cerro los ojos pidiendo paciencia.

—Para la siguiente misión recuerda que tienes que esperarnos para que utilicemos las redes eléctricas.—Dicho eso Luis se fue de sus vistas.

Nelly no entendía porque querían las bestias vivas. Las redes eléctricas que utilizaban su equipo sólo electrocutaban a las bestias y las dejaban inconscientes. Luego las llevaban a un edificio lejos del centro de la cuidad donde se les daban recompensa a las personas que las capturaban. Si la bestia estaba muerta no servía, pero si la bestia estaba herida se les daba menos puntos a sus relojes.

—No fue tú culpa, sólo está estresado porque no obtuvimos la recompensa completa—le dijo su amiga Sally a Nelly.

Nelly le regaló una pequeña sonrisa a su amiga aunque no la podía ver por el cubrebocas que tenía puesto.

—Sally, ¿Porqué crees que necesiten a las bestias vivas?

—No lo sé.

«Tal vez experimentan con ellos.

—¿Para qué?—Preguntó Nelly curiosa.

—Puede de que estén buscando la cura del virus.

—Pero ellos aparecieron después del virus.

—Si, pero puede ser que tengan alguna relación con eso.

—Pero si los Nitres aparecieron después del virus—Volvió a repetir Nelly—¿no sería mejor buscar de donde provino el virus? No sé, el primer huésped.

Sally asintió pensativa.

Ambas tomaron camino hacia su hogar, donde Nelly ya tenía viviendo tres años. Era subterráneo, se ubicaba debajo de un supermercado. En el vivían ocho personas, cuatro mujeres y cuatro hombres.

Antes de entrar por la entrada de su hogar, ambas pasaron por una maquina para desinfectarse completamente.

Al entrar Nelly fue directo a ver a sus preciadas gallinas, eran de todos pero ella decía que eran de ellas porque las cuidaba mejor que los demás y les daba cariño. A ella le gustaban los animales.

—Hola Nelly, estamos bien gracias por preguntar.—habló Lock, que se encontraba comiendo en la cocina.

Nelly volteó a verlo y se limitó a agitar la mano de modo de saludo.

—Alguno de ustedes me puede transferir algunos puntos para comprar un paquete de comida—pidió Christopher tomando camino hacia la salida junto con Maddy, mientras ambos se ponían sus tapabocas.

Un paquete de comida era una caja enorme llega de comida enlatada y instantánea que el gobierno del país empezó a dar hace unos año, donde de igual manera tienen que pagar con puntos de los Reltils.

—Yo—Se ofreció Nelly. Todos en la habitación voltearon a verla, confundidos.

Nelly le transfirió 50,000 puntos a su amigo por medio de su reloj.

—¿De dónde sacaste tanto?—Cuestionó Maddy hacia Nelly.

—Ahora corrí demasiado mientras huía de un Nitre—explicó tranquila.

Se mantuvieron en silencio por unos segundos viéndose entre sí antes de que Christopher y Maddy se fueran.

—Espero que les vaya bien. No queremos que ninguno otro se contagie.—comentó Nelly mientras acariciaba a una de sus gallinas.

Hace cuatro años, cuando Nelly aún no vivía con Sally y compañía. Nelly tenía una amiga llamada Anne, ellas sobrevivían por su cuenta. Nelly era el cerebro y Anne era la fuerza, juntas eran un equipo se cuidaban una a la otra. Anne era muy valiente...

Una noche Nelly vió a su amiga muy rara, le preguntaba su estado y ella decía que estaba bien. Nelly pensó que era porque no había comido bien así que no le dió mucha importancia. Los días pasaron y Anne no se podía poner de pie y tenía temperatura, en ese momento Nelly se preocupó, era un síntoma del virus. Ella cuidó a su amiga por semanas, se quedó con ella hasta el último aliento que dió su amiga.

Después de la pérdida de su amiga ella tenía que sobrevivir sola. Con su inteligencia y su arco. Y un año después Sally salvo a Nelly de ser devorada de un Nitre, ella la llevo a su hogar y desde entonces ella lleva tres años viviendo ahí.

Sus compañeros casi no la soportan porque es muy preguntona y hay veces que no hace caso a lo que le dicen que haga, ella hace lo que quiere.

....

—Siempre me pregunto que estuviéramos haciendo justo ahora si el mundo no hubiera colapsado.—comentó Christopher.

Todos los chicos se encontraba reunidos en el comedor. Algunos jugando cartas y otros comiendo.

—Y yo siempre me pregunto el porque siempre preguntas eso—dijo Luis.

—Déjalo, sólo quiere que pudo a ver sido de nosotros—contestó Juan, el más mayor de todos.

—Bueno, empezamos contigo Juan.

—Señor Juan—corrige Maddy con una sonrisa divertida.

Juan se ríe con sarcasmo.

—Bueno—habló Juan—Yo sería maestro de química, durante las vacaciones viajaría y conocería el mundo.

Juan tenía treinta y dos años, fue él quien puso a salvo a los chicos dandole un techo, comida y educación.

—Yo estuviera en la universidad estudiando psicología—comentó Sally.

—El único psicólogo que va a ver será el que necesitas Sally—bromeo Luck, pero se le borró la sonrisa cuando vió a Sally con la cara seria.

—No eres gracioso.

—Maddy—habló Andrea, hacia su amiga.

—Yo estuvieron estudiando medicina o formando un negocio—contestó Maddy.—¡Oh! O también estuviera estudiando diseño de modas.

—Yo estuviera estudiando Arquitectura—habló Luis, con una sonrisa en el rostro—Con una casa propia, diseñada por mi, y viviría con un perro.

—Probablemente estuviera dirigiendo una película.—comentó Lock, pensativo.

—Pero la ves pasada dijiste que probablemente serías Bombero—comentó Christopher.

—La gente cambia de parecer, aparte es un hubiera o probablemente, no existe.—respondió Lock.

—Yo sería la presidenta—comentó Andrea de la nada. Todos voltearon a verla confundidos.

—¿Qué?, tengo buenas ideas para mejorar el país.—contestó Andrea en su defensa.—Primero acabaría con la pobreza y luego iría por limpiar las calles, y acabaría con las personas malas que hay en la calles para que la gente se sienta a salvo.

—Yo...—habló Christopher pensativo.— Contador, me gustan los números.

Era cierto, Christopher era muy bueno en los números, le encantaban las matemáticas. De hecho antes del colapso cuando era un niño cago varias olimpiadas de matemáticas. Aparte de que era muy listo en matemáticas tenía un buen sentido del humor, hacía reír a todos.

Nelly sintió las miradas de sus amigos pero ella siguió tejiendo.

—Nelly—la llamó Christopher.

—No lo sé—se limitó a decir.

—Siempre dices eso. Debe de ver algo, un sueño.—comento Maddy.

—No, nada—contestó Nelly, aún concentrada tejiendo.

—Nelly...—insistió Lock,curioso.

—Lock, no la presiones—le dijo Juan.

—Bueno—murmuró Nelly dejando su tejido aun lado—Puede que tenga un sueño.

Todos la miraron curiosos.

—Es vivir en una casita en el campo, con jardín y tener gallinas, vacas y cerditos—dijo Nelly con una gran sonrisa.

Sus amigos se quedaron boquiabierta, sorprendidos y sin saber que responder.

Lock suelta una pequeña risa.

—¡Lock!—le gritó Sally.—No te burles.

—No me estoy burlando, sólo me reí por el silencio incómodo.

—Claro—contestó Maddy volteando los ojos en blanco mientras negaba con la cabeza.

—Nelly—habló Andrea—no hay sueños tontos, sólo personas tontas.

Eso último volteó a ver a Lock con frialdad.

—Es un hermoso sueño—le dijo Sally a Nelly.

Nelly sonrió ante las palabras de sus amigas.

—Entonces...¿No ibas a estudiar una carrera?—le cuestionó Luis a Nelly.

—Si...Pero no sabía cual.—respondió Nelly.—Había muchas probabilidades si escogía una carrera porque probablemente no era lo mío o no me gustaría para vivir de ello.

«Nunca estuve segura de que sería de mi vida, de pequeña vivía el momento y vivía todos los días. Nunca pensaba en el futuro. Tenía 17 años cuando tenía la presión de escoger una carrera y una Universidad, tenía demasiado estrés encima.

«Luego llegó el virus y por un tiempo estuvimos en clases en línea, y el estrés aumentó. Digan lo que quieran pero me alegra de esto sucediera, ahora soy una nueva persona y me agrada, relajada, sin preocupaciones.