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Voodoo

"Que el infierno abra cada puerta ya, todo pecador que hizo alguien llorar le llegó su turno de al fin pagar[...]


Miro tu sonrisa y todo es suficiente. Todo lo que pidas, seré tu sirviente..."


(Voodoo doll - Vixx)




KyungSoo observó al amor de su vida, se estaba alejando nuevamente de su lado, dejándolo desolado y con una rabia que nadie podría contener. Porque Park ChanYeol era suyo y ninguna mujer podría quitárselo, esa niña se había robado a su gigante y lo pagaría muy caro, porque nadie le quita lo suyo a Do KyungSoo.

Echó una mirada de rabia por última vez a la pareja que bailaba alegre y se marchó a su hogar. Porque su venganza empezaría en estos momentos.

KyungSoo entró hecho una furia, dentro de su hogar, finalmente corrió hacia la habitación que más le gustaba. Estaba oculta en la azotea.

El lugar era lúgubre, tenebroso y alumbrado sólo con las llamas de velas negras, cualquiera que entrara al lugar podría catalogarlo como escalofriante, pero para KyungSoo era normal.

Se paseó por la habitación, conociéndolo ya de memoria, tomó los utensilios que usaría, tomo unas agujas enormes, cuchillos afilados y una pequeña almohadilla llena de alfileres con cabecitas rojas.

KyungSoo sonrió con malicia cuando tomó uno de sus muñecos, sucios, de aspecto horrible, con dos hilos cruzados en un X que simulaban ser sus ojos, al igual que una fila de costuras para la boca, del lado izquierdo del pecho del muñeco una X con hilo rojo, que lo invitaba a ser perforado. La sonrisa que se extendió en los acorazonados labios de KyungSoo, lejos de ser tierna, era hermosamente tenebrosa y guardaba en ella un ápice de diversión, como si lo que haría en un momento sería una travesura.

Unos ojos siempre curiosos y apagados, lo observaron desde su lugar de siempre, recorriendo con la mirada el cuerpo menudo, vestido con unas prendas completamente negras, esa sonrisa que ya lo había visto esbozar, muchas veces, a decir verdad. Lo hipnotizaba y lo hacía sentir lleno por un momento, no importaba que aquella sonrisa guardase muchas intenciones malas, él lo amaba completamente. JongIn estaba enamorado de su propio titiritero, porque él era sólo un muñeco, un juguete para KyungSoo. Un artefacto que utilizaba para sus venganzas, con un castigo muy cruel, para los que se atrevían a dejarlo. Porque nadie traiciona a Do KyungSoo y sale ileso.

KyungSoo susurró cosas que no se atreverían a repetir, observando al muñeco ahora con una foto de una bonita chica. La sonrisa de KyungSoo seguía allí, mucho más extensa y macabra. Estiró sus pequeñas y blancas manos sobre la pequeña almohadilla y tomó un de los alfileres y lo clavó lentamente en el rostro del sucio muñeco, nuevamente tomó otra afilado utensilio y lo clavó directo en la pierna derecha del pequeño muñeco. Y para terminar su fatal acto, tomó su mejor alfiler, más ancho y filoso que los otro y lo clavó lenta y tortuosamente en el corazón del muñeco, para que su víctima sufra el mayor de los dolores y por supuesto su fatídico final.

"Nos vemos en el infierno, querida Joy" le susurró al muñeco y lo tiró al fuego.

La estruendosa risa que vino luego, llenó el lugar. Hasta que se fue apagando y giró lentamente hacia su siguiente objetivo. Lo vio allí, sumiso y tranquilo, con aquellos orbes negros que habían perdido su brillo hace mucho tiempo ya.

El acto central se estaba acercando.

KyungSoo desvió su mirada y su sonrisa seguía allí. Caminó tranquilo en la habitación, sabiendo que el amor de su vida estaría sufriendo, pero KyungSoo pensaba causarle mucho más dolor, porque la crueldad era parte de él y no le importaba dañar a otros para hacer pagar a quienes lo traicionaron. Seguía en su caminata y burla interna, mientras tomaba en sus manos varios utensilios afilados, entre ellos una un objeto puntiagudo y de gran tamaño.

— Ven aquí, JongIn. —susurró sin mirar hacia su juguete favorito, el mejor y más obediente que tuvo.

— Si... —le respondió el muchacho. Salió de entre las sombras y caminó lentamente, su aspecto era el de un chico cansado, era muy flaco, pero no por eso menos apuesto, lo era cuando KyungSoo lo obtuvo por primera vez. Sus cabellos castaños ya no brillaban como aquella vez que le sonrió y se presentó con una bonita sonrisa "Mucho gusto, mi nombre es JongIn" y KyungSoo supo que ese chico debía ser suyo. JongIn estaba dispuesto a someterse a él, aunque fuera cruel y estuviera sólo un poco loco. Fue el único chico que se quedó junto a KyungSoo.

JongIn terminó su camino y se dejó caer en el sofá de la habitación. Extendiendo su brazo izquierdo en el reposa manos, su camisa negra estaba rasgada al igual que sus pantalones, su brazo izquierdo y derecho estaban llenas de cicatrices, algunas enormes y otra pequeñas, incluso en su rostro había una, fue la única vez que KyungSoo tocó su cara (fue por aquel chico, Oh SeHun que se creía demasiado hermoso para alguien como KyungSoo) La cicatriz de su rostro iba desde su pómulos haciendo una curva hasta su mentón.

KyungSoo giró hacia su muñeco y le sonrió, pero esa sonrisa era la más dulce que tenía, la que sólo JongIn había visto.

— Ya sabes lo que haremos, JongIn... —le susurró al oído cuando se acercó y dejo los objetos en la mesa. JongIn no tuvo miedo, en realidad, el miedo y el dolor ya se habían marchado de su cuerpo y su mente, hace tantas noches, que no recuerda exactamente.

— Si... amo. Haremos que pague por haberte roto el corazón. Soy tuyo... —le respondió mirando eso enormes ojos. —Sólo ordena y yo cumpliré. Dime quien debo ser, a quien debo hacer pagar...

— Mi obediente muñeco... ChanYeol, tu nombre esta vez es ChanYeol. —le dijo mientras pegaba en su camisa un pequeño mechón de cabello. JongIn asintió y KyungSoo sonrió satisfecho

El más bajo tomó el pequeño alfiler que yacía en la mesa y lo clavó en el brazo izquierdo. JongIn no se movió, ni siquiera siseó. KyungSoo dio un roce con sus labios en la comisura de la boca ajena.

— Muy bien, juguete. —había una razón para todo aquello. El sufrimiento que causaba en sus víctimas no era el físico. JongIn podría no sentir dolor en su cuerpo. Pero, dentro de su pecho su corazón latía fuerte y no de emoción, sino de dolor. Porque las palabras de KyungSoo dolían más que la agujas y cuchillos que cortaban su cuerpo. —Sabes que no te amo, JongIn. —le recordó, besando sus labios.

— Lo sé, amo... Me duele, KyungSoo. —El mencionado incrusto otro alfiler en el brazo del moreno.

— Lo sé... Hazlo pagar, JongIn. Has que mi sufrimiento sea vengado. —KyungSoo besó tras la oreja de su muñeco. Porque a JongIn le dolía el alma y la victima de KyungSoo, sentía su sufrimiento, cada uno de sus pesares. Acumulados por mucho tiempo, podía sentir el corazón completamente roto del muñeco. Transmitiendo sus mayores ganas de morir, su gran tristeza y la oscuridad que ahora reinaba en su interior.

El sufrimiento que ChanYeol sentiría no se compararía con nada. No era un dolor físico, era un dolor que jamás olvidaría. El dolor de amar a Do KyungSoo.

— Amo... —le susurró.

— Lo sé... shhh —KyungSoo acarició su cabello. Y tomó con la otra ese instrumento peculiar, era una pequeña navaja, lo paso con suavidad por el pecho del moreno, dejando la zona roja. Luego pasó el filo por la piel de su brazo derecho, dejando que la sangre de su muñeco saliera en pequeños hilos.

— Te amo... —susurró el muñeco.

— Sabes que yo no. —le sonrió. Y JongIn lo observo a los ojos, tan cruel, tan malvado y macabro. Pero lo amaba.

KyungSoo retiró lentamente el mechón de cabello de su exnovio. Acarició lentamente el rostro de su juguete. Lo observó todo el tiempo. Besó la cicatriz en su pómulo y luego lo lamió hasta llegar a su mentón. Ese era el único momento en el JongIn volvía a sentir. Por un instante volvía a sentirse completo.

— Te amo... —le susurró KyungSoo. Subiendo a horcajadas sobre él tomando posesión de sus labios. —De la forma más macabra... Te amo —le habló sobre sus labios. Siempre eran las mismas palabras y JongIn la creía. Él no estaba seguro de que exactamente pasaba por la mente del pequeño hombre, nunca estaba seguro. Sin embargo, no le importó, como siempre .Pasó sus brazos llenos de sangre por la estrecha cintura de su agresor.

Tan perfecto en sus brazos.

Si, KyungSoo estaba loco y él lo estaba igual o peor. Porque amaba la forma en que lo lastimaba y amaba, la forma en que lo volvía reconstruir con sus besos y caricias. Porque ambos terminan llenos de sangre y con el corazón reconstruido, listos para ser rotos de nuevo.

KyungSoo estaba listo para volverse a enamorar y JongIn estaba preparado para volver a vengar el corazón roto de su amo.

Nadie comprendería que él estaba dispuesto a sacrificar su cuerpo, su alma y su corazón. Estaba dispuesto a ser su muñeco y hacerlo una y otra vez. Sería quien fuera, si él se lo pedía.

Porque nadie entenderá el hermoso dolor de estar enamorado de aquel diabólico y hermoso ser, el doloroso y satisfactorio sentimiento de estar atrapado en su retorcido amor por Do KyungSoo.



Holaaa :3

He aquí por fin con el OS del reto KaiSOo's Haloween Challenge. 

Espero que les haya gustado, porque yo amé escribirlo <3

Agradezco a la señorita @arthady por crear tan genial reto y permitirme participar <3

Pasen a leer las demás historias, que están geniales :3

Besitos Darks y nos leemos en otra ocasión

VicLeo <3


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