Se ve tan feliz,
con su hermosa sonrisa,
con sus brillantes ojos celestes,
con su mirada tan perdida...
Oh, espera...

Ella no parece ser tan feliz, ¿no es así?
¿Por qué no miras detrás de esa amabilidad?
¿Acaso tienes miedo con lo que te puedas encontrar?

Ella no es lo que crees, cariño.
Ella está muriendo cada día.
Pero a vos no te interesa, ¿correcto?
¿Por qué te interesaría ayudar a la chica que ayuda a todos?

Ella es tan linda,
o al menos eso dice la mayoría.
Ella es tan dulce,
o al menos eso escuché.
Ella se preocupa por todos,
o al menos eso demuestra.
Ella jamás dijo una grosería,
o al menos yo jamás me enteré.

Ella se mira al espejo y se larga a llorar,
o al menos eso escuché a las 5 de la mañana.
Ella es una hija de puta,
o al menos eso me admitió entre lágrimas.
Ella no puede dejar de pensar en sus defectos,
o al menos eso me demostró al mirarse al espejo.
Ella se odia a si misma,
o al menos de eso me di cuenta cuando comenzó a gritarle a su reflejo.

Y te preguntarás: ¿por qué ella es tan infeliz?
Me pregunto lo mismo desde el día en que la conocí.
Aunque... es distinto.
Siempre supe que había algo raro en ella.
Y no, no es su personalidad.
Sino... su forma tan falsa de ser.

Sabía que ella no era la chica amable que todos creían.
Sabía del rencor que ella guardaba en su corazón.
Y tal vez por eso se desquitó conmigo.

No debí decirle esas cosas.
No debí tratar de entenderla.
No debí preguntarle por su familia.
No debí tratar de ayudarla.
No debí tratarla de una forma "especial".
Debí haberla tratado como los demás...
Debí haber sido ayudada por ella.
Debí haberme quedado lejos, como todos.
Debí haber sido yo la hija de puta.

Creí que eras una mariposa.
Y en efectivo, lo eras.
Pero... resultaste ser venenosa.