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Capítulo 3: "El inicio de un gran amor"


El primer mes ya había pasado desde que ambos jóvenes decidieron ser amigos aún en contra de los prejuicios de muchas de las personas que conocían a ambos.

Cuando el padre de Milk, se entero que su hija andaba juntándose con uno de sus empleados, pego el grito en el cielo y casi hasta le da un ataque, pero luego lo pensó mejor y llegó a la conclusión que si él se oponía a esa amistad podría provocar que su niña se encaprichara más con él, además para su mala fortuna ella ya era mayor de edad y él no podía oponerse a sus decisiones solo aconsejarla, ya que lo que menos quería era alejar a su única hija de él y quedarse solo pues era lo único que tenía desde que enviudo.

Por otra parte el maestro de Gokú le había aconsejado que no se haga muchas ilusiones con Milk, pues ella era de una posición social muy distinta a la suya y que lo más probable era que la jovencita estaba ilusionada con la idea de conocer a alguien distinto a la gente de su clase, pero eso no significaba que algún día lo podría ver como algo más que un amigo, ya que eso según las perspectivas de su maestro era imposible.

Los amigos de Gokú tenían diferentes posiciones: unos pensaban que la "niña rica" como ellos la llamaban estaba encaprichada con el pobre muchacho y solo lo estaba usando para divertirse con él, pero otros pensaban que la jovencita estaba enamorada de su amigo y por eso siempre lo buscaba y estaba pendiente de él.

Gokú por su parte en ese primer mes había descubierto que Milk, era una niña maravillosa, muy sencilla para ser hija de quien era, buena y dulce, cada día que pasaba él la amaba más, claro que el pobre tenía que callarse su amor conformándose solo con estar cerca de ella como su amigo, pues sabía que él no estaba a su nivel y que tal vez nunca pueda darle todo lo que ella merecía.

Milk, cada día que pasaba se enamoraba más de Gokú y estaba completamente segura que él era el príncipe que tanto había esperado, pero no sabía cómo decirle que lo amaba por temor a que él la aleje de su lado y no quiera volver a verla, de solo imaginarse lejos de él la bella pelinegra sentía una inmensa tristeza.

En el gimnasio:

Mira quién llego, decía con burla el joven de la cicatriz.

¿Quién? pregunto el joven de tres ojos.

La niña rica, dijo en tono irónico Yamcha.

Ya amigo no seas envidioso qué culpa tiene Gokú de que ella ande encaprichada con el dijo Ten.

Mejor cállense, dijo Krilin, yendo al encuentro de la bella pelinegra.

Hola Krilin, ¿y Gokú?, pregunto la bella jovencita.

Aún no termina con su grupo, pero siéntate a esperarlo dijo el jovencito calvo con amabilidad.

¡Gracias, Krilin¡, dijo la bella pelinegra con una dulce sonrisa.

Minutos después:

Hola Milk, dijo Gokú acercándose a saludarla con un beso en la mejilla.

Hola Gokú vine para ir a almorzar juntos, dijo la bella jovencita.

Está bien, pero solo con la condición de que esta vez seré yo el que pague, dijo el joven de cabello alborotado con una bella sonrisa.

Como tu digas Gokú, dijo la jovencita cogiéndose de su brazo y colocando su cabeza sobre su hombro para salir junto a él.

Nos vemos chicos, dijo Gokú saliendo con la bella jovencita.

Si sigue así va a terminar sufriendo, decía Piccolo.

Y eso no es todo, hasta se puede quedar sin trabajo, dijo preocupado Ten, viendo a los jovencitos salir muy felices por la puerta.

El amor, el amor , el amor, decía el calvo con una sonrisa.

30 minutos después:

En un modesto restaurante un par de jovencitos enamorados se encontraban de lo más felices consumiendo sus alimentos.

Estuvo delicioso, esta comida está más rica que la prepara mi chef, dijo la bella pelinegra con una sonrisa.

Gokú al escuchar eso, sintió tristeza por no haber podido llevar a Milk aún lugar más lujoso como ella merecía.

¿Qué te pasa Gokú?, pregunto la pelinegra preocupada.

Discúlpame Milk, por no haberte llevado a un lugar que este a tu nivel, dijo el jovencito con la mirada baja.

Gokú eso a mi no me importa lo único que quiero es estar junto a ti, en el lugar que sea, dijo la jovencita con las mejillas sonrojadas por haber dicho tan abiertamente sus sentimientos.

Eres muy linda conmigo Milk, dijo Gokú con una sonrisa fingiendo no entender lo que la jovencita dijo, aunque muy en el fondo sus palabras le llenaron de una gran alegría.

Aún tienes trabajo, dijo la jovencita.

No la tarde la tengo libre, pensaba ir a casa y salir con mi abuelo de compras, dijo el joven de cabello alborotado.

¿Me encantaría conocer a tu abuelo?, dijo la bella pelinegra.

¿No crees que se moleste tu padre?, dijo el joven preocupado.

No tiene por qué ¿o sí?, dijo la pelinegra.

No claro que no, dijo el jovencito.

Entonces vamos con tu abuelito, dijo la jovencita.

Está bien, dijo Gokú con una encantadora sonrisa que hechizaba a la pelinegra.

Luego de acabar de comer, ambos jóvenes salieron del restaurante y tomaron un taxi, a los pocos minutos  llegaron a una modesta pero muy bonita casa. El joven de cabello alborotado abrió la puerta de la misma e ingreso junto a la bella pelinegra.

Abuelito, llamo el joven.

Hijo ya viniste, dijo el adorable anciano, viendo asombrado a la bella jovencita que venía junto a su nieto.

Abuelito te presento a Milk, una buena amiga, dijo el joven con una sonrisa.

Mucho gusto señorita, dijo el anciano.

Un placer conocerlo señor, dijo la jovencita quien abrazaba al anciano con efusividad.

Abuelito vine para ir juntos hacer las compras de fin de mes dijo el jovencito de cabello alborotado con una sonrisa.

Está bien hijo, voy por mi abrigo, dijo el anciano.

Minutos después: Centro comercial

El adorable anciano y ambos jovencitos estaban llenando en el cochecito de compras los productos que necesitaban para su casa.

Mira Gokú, dijo Milk, enseñándole una caja de chocolates.

Te gustan, dijo el joven con una sonrisa.

Son mis preferidos dijo la jovencita pelinegra.

Entonces llévemelos, dijo el joven con una sonrisa, mientras Milk se acercaba a su rostro a darle un beso en la mejilla en agradecimiento.

Oye Marón, esa que está allá no es Milk Ox, decía una peli azul de cabello corto de vestimenta sexy.

Sí, claro que es ella. Pero ese bombón con el que está no es ningún chico de nuestra clase, Bulma, decía sorprendida la peli azul de cabello largo.

Por supuesto que no lo es, es muy lindo pero a simple vista se nota que no es de nuestra clase, dijo Bulma mirándolo de pies a cabeza.

Luego de hacer las compras ambos jóvenes habían vuelto a casa de Gokú donde cenaron juntos, luego el jovencito de cabello alborotado como todo un caballero acompaño a la pelinegra hasta su casa.

Gracias por acompañarme, decía la bella pelinegra a unos cuantos metros de distancia de su hermosa mansión.

No gracias a ti por darme la oportunidad de ser tu amigo, dijo el jovencito con nostalgia.

Te quiero Gokú, dijo la jovencita dándole un beso en la mejilla.

Yo también te quiero, dijo el joven de cabello alborotado acariciando el rostro de la bella pelinegra con la palma de su mano. Eres hermosa, dijo el jovencito y dejándose llevar por sus emociones acerco su rostro al de la bella jovencita y la beso muy suavemente y con mucha dulzura, luego de unos segundos, debido a la inexperiencia de ambos se separaron.

Discúlpame Milk, no debí..., decía Gokú al tiempo que la bella pelinegra lo silencio con sus dedos.  

¡Te amo¡ no te imaginas cuanto, me has hecho muy feliz Gokú, ¡no me rechaces¡ dijo la jovencita mirándolo con inmenso amor.

El joven al escuchar sus palabras no pudo seguir ocultando sus sentimientos y le dijo: yo también te amo princesa, gracias por poner tus ojos en mí, dijo Gokú volviendo a rozar sus labios, para que luego ambos se dejasen llevar por un nuevo dulce y apasionado beso, luego de algunos minutos ambos jóvenes se separaron, el joven de cabello alborotado beso la frente de la pelinegra y se despidió de ella.

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