Un dia con los niños
Era de mañana sus sabanas subían y bajaban al ritmo su respiración en su mente se pasaba la imagen de aquellos caballeros convertidos en niños.
Saori: Shion, tuve una pesadilla horrible, tu y los demás eran unos mocosos que me atormentaban. Era el peor de los castigos.
Shion: ¿Castigo? Y porque me lo dice a mi? ¿Además seguimos siendo niños no?—Escucho una voz infantil y al abrir sus ojos se encontró con el rostro del pequeño enseñando su lengua y con su dedo debajo de su ojo.
Saori: ¡¿No era un sueño?! —Decia con lágrimas que recorrían su rostro dramáticamente.
Aldebaran: Señorita Saori le hicimos el desayuno. —Entro el pequeño con un par de platos. Al verlo Saori salio despavorida de su cama para ir a la cocina y al ver el desastre casi le da un paro cardíaco.
Saori: ¿Q... Quien... Uso la cocina? —Pregunto con su mano en su frente
—¡Fue Dm! Le dijimos que no lo hiciera pero cuando vio a Aldebaran lucirse cocinando quiso hacerlo también.
—¡Aphrodite mentiroso! Yo solo quería demostrar que también podía hacerlo.
—Olvidenlo, llamare a alguien que venga a arreglar esto.
—¿Señorita Saori podemos comer helado? —Pregunto tiernamente Shaka que la miraba con sus grandes ojos azules.
—¿Helado? Buena idea hoy comeremos solo comida chatarra. —Un destello en sus ojos apareció, y enseguida mando a llamar a Jabu junto a otros santos de bronce quienes le llevaron todo lo que había pedido.
—Señorita Athena, ¿Donde están los santos dorados?
—¿Y el patriarca? —Preguntaron curiosos los bronceados.
—Ha bueno ellos, tuvieron que cumplir varias misiones fuera de aquí, dejen esto y retirense por favor. —Ordeno rápidamente Athena provocando solamente mas curiosidad en los caballeros.
—¿Algo anda mal no creen? — preguntó Jabu a sus acompañantes.
—Si yo también no creo que sea posible que se hayan marchado los doce caballeros dorados, y tampoco he visto por aquí a Shun o a Ikki.
—Ahora que lo mencionas tampoco he visto a Seiya Hyoga o Shiryu.
—Algo no esta bien y debemos investigar.
—Si yo te apoyo Jabu. —Contesto decidido uno de los caballeros a su costado.
Varios Kilómetros mas lejos de ahí mas exactos en Suecia Seiya caminaba buscando una dirección de oficina pues a la joven que tenia en mente trabajabaas de lo debido.
Después de varias horas caminado llego a un gran edificio el cual se mostraba majestuoso lleno de lujos, cuando se acerco a una señorita esta lo envió a una oficina en el piso mas alto, al llegar bajo del elevador y llamo a la puerta donde una señorita de brillantes cabellos rubios le recibió.
—¿Seiya? —pregunto asombrada.
—El mismo Dharani.
—Pero... Tu habías desaparecido.
—Bueno digamos que si pero solo por un tiempo.
—Idiota sabes como me sentí cuando dijeron que probablemente estabas muerto.
—Si y lo siento. —La joven se quedó en silencio por unos segundos pues aun no daba crédito a que el chico estuviera ahí. —¿Como te ha ido?
—Pues... Tu que crees.
—Supongo que bien, no pareces estar en mala posición.
—Pues si, cree mi propia empresa, pero absorbe todo mi tiempo, sabes extraño hacer el trabajo de campo.
—Esto parece todo un imperio, sabias que para poder hablar contigo tuve que guiñar muchas veces el ojos este día, creo que no volverá a ser el mismo. —Decia tocando su ojo derecho.
—Seiya sigues siendo el mismo. —Contestó con una dulce sonrisa.
—Bueno creo que es hora de decirte el motivo de mi visita, Dharani tengo un problema, hay un niño al quisiera que ciudaras por un tiempo.
—¿Un niño? Te puedo ayudar a buscar una niñera si quieres.
—No, es que no es tan sencillo, algo paso y este niño antes era un adulto, nadie debería saber pero no creo que sea justo engañarte.
Cabe decir que tendrías que irte de aquí, pero a donde vas no tienes de que preocuparte, no te hará falta nada económico.
—Seiya el dinero no seria ningún problema, pero soy una mujer de negocios debo cuidar mi empresa.
—Lo entiendo, pero podrías regresar a lo que querías, podrías hacer trabajo de campo, y cuidar a tu empresa estoy seguro que Saori te ayudara.
—¿Saori? ¿Saori Kido?
—Si, has escuchado de ella.
—Si y mucho, lamentablemente no son cosas buenas.
—Pero debes conocerla, veras que ella no es mala persona.
—Seiya en el mundo de los negocios dicen que ella es una niña mimada, incluso dicen que cuando Julian Solo quiso hacer un acuerdo con ella término muy mal.
—Te lo ruego Dharani, piensalo. —Dijo el chico marchandose hacia la puerta.
—Espera Seiya...
Lo pensare pero por favor quedate en el hotel Cross yo pagare tu estancia en el. —El joven asintió y salio de la oficina dejando pensativa a su amiga.
De vuelta en el santuario Saori tenia a todos los niños con el estómago hinchado de tanta comida.
—Creo que no volveré a comer en mi vida. —Dijo Milo sobando su enorme barriga.
—Lusco como la señora Marie, ¿Recuerdas Saga? —Hablo esta ves Kanon.
—Cierto esa señora siempre nos decía que comía por dos.
—¿Por dos? —Pregunto Shaka a su costado.
—Si decía que había un bebe dentro de ella.
—Que miedo esa señora se comía a los bebes. —Exclamo asustado Aphrodite.
—No seas tonto Aphro lo que pasa es que esa señora el pato le dejo un bebe.
—¿Hyoga lleva a los bebes? —Ante este ultimo comentario realizado por Camus, Saori estalló en risas pues no daba crédito a lo que los niños decían, ya que en sus palabras había tanta inocencia que ni ella poseía.
Lejos de ahí en una cafetería en la capital estaba Ikki junto a dos señoritas frente a él.
—Esta es la situación Ikki, no puedo irme si no es con ella.
—Entiendo.
—Yo de verdad no quiero molestar.
Mizu si tienes la oportunidad por favor ve, yo estaré bien. —Contestaba amablemente la joven a su lado.
—Y yo quiero que entiendas Aria que no iré a ningún lado sin ti, prometi ayudarte y eso haré.
—Ya has echo suficiente, tu y tu madre me acogieron en su casa, y con eso esta bien.
—Ikki, dime algo, avandonarias a alguno de tus amigos.
—Por supuesto que no. Ellos valen mucho para mi.
—Aria si tu fueras la de la oportunidad y no yo, me abandonarias.
—No, eso jamas.
—Ahora entiendes porque no puedo dejar que estés sola a tu suerte.
—Que les parece esto, Aria vivirás en mi casa, yo tengo que partir unos días así que estará vacía, podrías cuidarla estarás en el mismo lugar que Mizu solo que en otro lugar, mientras tanto Mizu estará en otra casa cuidando a un niño.
—Yo no puedo aceptarlo, es su casa...
—Dejame volver a formular la pregunta. —Interrumpio a la chica. —Te ofrezco un trabajo en donde cuidaras mi casa en los días que este ausente, ¿aceptas?
—Yo... —La mirada de la joven se dirigió a la de su amiga quien entusiasmada le decía que aceptara.
—Si. Aceptó. —Un grito eufórico se hizo escuchar por la cafetería seguido de un fuerte abrazo por parte de Mizu a Ikki.
—Gracias, eres el mejor. —Le susurro en el oído a su amigo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro