La presión de cuidar a niños volvía loca a Saori y con ello el mar humor logrando así obligar a sus caballeros fueran por una respuesta con las jóvenes elegidas por ellos.

Saori: Creo que necesito alcohol.

Tatsumi: Señorita no creo que sea lo mejor usted aun es muy joven para eso.

Saori: Estos niños me van a volver loca. —Un oso de peluche salio volando en su dirección logrando dar en su cara y que este la despeinara toda. —MUY BIEN QUIEN FUE EL RESPONSABLE?! —Grito eufórica lo ultimo que necesitaba era que los pequeños le perdieran el poco respeto que aun sentian hacia ella.

Aphrodite: Yo vi que fue Saga. —Se excuso al ver la malvada mirada de Saori.

Saga: Claro que no, fue DM, el me quito el oso. —Se defendió.

Dm: Mentiroso yo se lo di a Shaka.

Shaka: Claro que no. —Una discusión entre niños daba inicio, Saori suspiro pesadamente y llevo sus dedos a su frente rezando porque sus caballeros volvieran pronto con las chicas.

Afuera del Instituto Nacional de Grecia esperaba una chico de cabellera rubia junto a su motocicleta la hora de salida de los alumnos, pasados cinco minutos una campana sonó dando fin a las clases, los alumnos que salían le miraban unos asombrados y otros mas con envidia, rápidamente sus brillantes ojos azules se fijaron en una chica de cabellera negra y ojos cafés una sonrisa se dibujo en sus labios al verla sin embargo al mirar bien quien le acompañaba volvió a su rostro serio.

Hyoga: Hey Darelle. —Llamo su atención a lo que la chica al verlo sonrio y rápidamente fue con el.

Darelle: Hyoga! Que felicidad verte por aquí.

Hyoga: Pues a mi tambien me hace feliz verte bien. —El chico que la acompañaba se acerco a ella y al pelirrubio demandando autoridad con su caminar.

Darelle: Oh cierto, ustedes ya se conocen Hyoga el es Ian, Ian el Hyoga.

Ian: Lo recuerdo.

Hyoga: Si yo también.
Darelle me permites llevarte a tu casa, hay algunas cosas de las que debemos hablar en privado.

Darelle: Yo... —La joven miro a Ian quien con una mueca parecía aceptar que fuera con el rubio.

Ian: Estarás bien? —Pregunto de la nada.

Darelle: Si, Hyoga es muy bueno cuidando personas.

Ian: Que se le va hacer Darelle, ve con cuidado y llámame cualquier cosa e iré a por ti enseguida. 

Darelle: Si, yo te llamaré no debes preocuparte. —Contesto la joven con una gran sonrisa. Ian la miro y dio media vuelta para marcharse.
Ya lejos de él Hyoga decidió preguntar.

Hyoga: Desde cuando se volvió tu guardaespaldas.

Darelle: Yo... Es una larga historia.

Hyoga: Y también un largo día, te escucho.

Darelle: Pero no aquí, seria un problema que escucharan. —Dijo señalando con la mirada a un grupo de chicas que parecían matarla con la mirada a cada segundo. El chico entendió enseguida que algo había pasado así que decidió llevar a la joven a una cafetería a comer para poder hablar tranquilamente ahí.

Hyoga: Esta bien, sube.

Darelle: Espera, no, es que... —La joven comenzó a tartamudear y en sus movimientos se notaba un gran nerviosismo.

Hyoga: Estas bien? Que te pasa? —Le dijo preocupado.

Darelle: Es que... Me da un poco de miedo. —Se sincero finalmente.

Hyoga: No te preocupes, yo te protejo de cualquier cosa, incluso de mi y de esta motocicleta. —La chica sonrió ampliamente provocando un leve sonrojo en el caballero de Cisne. —Bueno vámonos. —La chica asintió y ambos subieron al vehículo pasados varios metros sobre el llegaron a una cafetería cerca del santuario donde ambos entraron y ordenaron algo de comida fue entonces que Hyoga insistió con que le dijera lo que pasaba entre ella y el chico que la acompañaba.

Darelle: Bueno, desde el día del accidente cuando volviste, Ian empezó a buscarme y a acompañarme a casa, no me ha dicho porque lo hace, pero su compañía es grata, no me siento sola.
Una de mis amigas fue transferida a otra escuela hace seis días y la otra empezó a salir con nuestro amigo, así que empecé a estar sola para no incomodarlos y fue cuando Ian se presentó conmigo.

Hyoga: Aja, ¿Porque las chicas de hace rato parecían matarte con la mirada? —Pregunto un tanto molesto.

Darelle: Bueno, Ian es muy popular en la escuela, tiene su grupo de fans y desde que el me busca ellas tienden a molestarme con pequeñeses y supongo que al verte hoy se pusieron celosas, no solo porque Ian estaba con nosotros si no que eres un chico atractivo y bien pudiste gustarle a alguna y no le pareció que yo estuviera cerca de ambos.

—¿Ya lo pensaste? —Cambio nuevamente el tema

—Si.... Acepto.
Cuidare del niño.

—¿En serio? —Pregunto emocionado.

—Si, es verdad.

—Vamos por tus cosas, hoy mismo puedes estar ahí.

—Tan pronto.

—Claro, Saori estará mas que feliz de que estés ya en el santuario. —El chico se levanto emocionado de la silla llevando consigo a la joven con quien iría a recoger las cosas que le hicieran falta.

En el aeropuerto internacional de Grecia bajaban dos jóvenes entusiasmados.

—Shun...estoy nerviosa.

—Tranquila a saori le entusiasmara tu presencia. —Decia con una paleta de caramelo entre sus labios.
Athziri al ver su expresión se relajo un poco pues aun había que tomar varios autobuses para llegar a la zona donde estaba el santuario.
Mientras tanto a los pies de las ruinas griegas tres jóvenes se internaban por el bosque donde se creía no había nada mas, pues un fuerte encantamiento protegía el santuario donde solo unos cuantos podían entrar.

—¿Estas seguro que es por aquí Ikki?

—Si, muy seguro. —La vista del joven se desvío hacia la joven de su costado derecho quien parecía ir exhausta.

—Se encuentra bien señorita Aria.

—Si estoy bien, no se preocupe. —Contesto rápidamente la joven

—Por favor llameme por mi nombre, y no me trate de usted.

—Si, es decir pido lo mismo, si no es molestia.

—De ninguna manera Aria.
Bueno sigamos. —En la mente de Mizu solo transcurría un pensamiento es que esos dos parecían tener alguna conexcion ya que Ikki no solía ser tan amable.