
capitulo 1 La maldicion
La brillante luz de la luna y las estrellas iluminaban el santuario donde los caballeros y Athena se encontraban durmiendo, de la nada un rayo callo sobre el templo del patriarca y una nube llena de relámpagos se empezó a formar, esta comenzó a bajar por las doce casas casas hasta llegar aries donde así como llego se desapareció.
Los rayos de luz chocaban con sus párpados haciendo que se remobiera en su lugar, perezosamente abrió sus ojos mirando hacia su ventana, bostezo y miro el reloj de su pared 10:30, la chica de pelo lila abrió ha mas no poder aquella mirada violeta, como pudo se puso de pie y salio de su templo, había algo extraño puesto que Shion no fue a despertarla como de costumbre. Muy lentamente abrió la puerta que dividía su templo con la cámara del patriarca el silencio reinaba el lugar su corazón empezó a latir con fuerza por temerse lo peor, se acerco a la habitación del peliverde y la abrió con cuidado, en la cama del gran guerrero se podía observar como un vulto pequeño subía y bajaba rítmicamente, la chica asustada quito la sabana que lo cubría solo para quería perpleja a lo que vio.
Un frío le recorrió su pequeño cuerpo, somnoliento tallo sus pequeños ojos con ambas manos, bostezo por instinto y dirigió su mirada a la chica que estupefacta le miraba.
- ¿Quien es usted? -Le cuestiono atónito.
Saori: ¿Shi... Shion..? -Tartamudeo sorprendida, deseando que no fuese verdad.
Shion: ¿Como sabe mi nombre? -El pequeño de ojos esmeraldas empezó a mirar asustado a todas las direcciones posibles, la joven diosa paso saliva tratando de buscar una explicación a esto. -¿Donde estoy? ¿Como llegue aquí?
Saori: Shi... Shion ¿cuantos años tienes?
Shion: seis. ¿Donde esta la hermana Maria y Dohko?
Saori: ¡Dohko! ¿Sabes quien es?
Shion: Vivimos en el mismo orfanato es como mi hermano. -Una idea absurda paso por su mente, lo llevaría con Dohko porque quizás el haya sido el único afectado, la diosa tomo al pequeño de la mano y utilizó teletransportacion para llegar a la casa de libra. Pronto llegaron la casa que estaba en completo silencio, un escalofrío le recorrió la espalda deseando porque el viejo maestro solo estuviese dormido, pero todo esto se derrumbo cuando un par de ojos castaños la miraron desafiante.
- ¿Quien es usted? ¿Por que tiene a Shion? ¿Como llegue aquí? -Le cuestiono firme aunque dentro de si el miedo le consumía, la chica hizo berrinche internamente puesto que ahora tenia a dos niños a su cuidado, una corriente eléctrica le hizo ir a averiguar sobre los caballeros restantes, asustada subió a ambos niños al templo donde antes estaba Shion y apresuradamente fue hacia los demás solo para verificar su temor todos los caballeros dorados se habían vuelto niños, desde aries comenzó a subir por los templos todos los niños le preguntaban lo mismo ¿Donde estaban? ¿Quien era ella? ¿Por que no estaban en casa? Pesadamente seguia subiendo sabia que les debía una explicación a esos niños y tendría que ser lo mas paciente posible, por fin llego a Piscis el pequeño peli azul se escondió tras los rosales que estaban en su templo, asustado la miro junto a los otros niños, ¿acaso esta mujer era aquella de las leyendas que se llevaba a los niños mal portados? Su facha le hacia pensar eso, lo único que le hacia falta era aquel costal del que los adultos hablaban. Ella le extendió una paleta al ver que este no quería salir de su escondite, asustado pero invadido por el deseo de aquel dulce caramelo se acerco y lo tomo, lo que aprovecho la diosa para tomarlo de la mano y llevarlo hasta el templo del patriarca donde estaban Shion y Dohko, los demás niños le miraron asustados en especial los mas pequeños. Un pequeño Aioria era protegido por su hermano mayor Aiorios, y a un pequeño de ojos azul profundo le protegían ese par de gemelos que aun que no se conocían entre si ambos hermanos sintieron querer proteger al inquieto Milo de tres años, el terror les invadía por no saber que les haría aquella terrorífica mujer pero descidieron seguirle. No paso mucho cuando llegaron a una habitación que era lujosa pues todo a su alrededor la destacaba. Al entrar con la mirada divisaron a dos niños mas quienes solo los miraron mas ci fundidos.
Todos los niños estaban frente a Saori y esta cerro la puerta tras de ella solo para escuchar aquellas palabras que retumbaban con el eco de la habitación.
: ¡ESA SEÑORA SECUESTRA NIÑOS! -Grito el joven Milo alertando a todos, los niños se miraron entre si y después la miraron a ella.
: ¡ES LA SEÑORA DEL COSTAL! NOS VA A COMER A TODOS! -Continuo Aphrodite recordando las leyendas del señor Gak.
: ¡CORRAN! -Les alerto el menor de géminis haciendo que el lugar se volviera en un caos. Todos corrían de un lado a otro buscando una salida donde no estuviera ella, pero todo fue en vano, a la chica le comenzaba a palpitar una vena en la frente como se atrevían a decirle "La Señora del Costal" siendo tan joven y hermosa, los gritos de todos seguían resonando por el templo hasta que con un "Basta" por parte de ella frenaron en seco su búsqueda por la salida, la chica recibió la atención de todos lo que la sorprendió repentinamente entonces ella aclaro un poco su garganta para continuar.
Saori: Muy bien son niños, debo de ser lo mas sencible que pueda frente a ellos. Bien Saori piensa como interactuabas con Seiya y los demás cuando estábamos chicos. -Mientras la chica pensaba esta avanzaba a un lugar donde todos pudieran verla, y cuando un recuerdo llego a su mente este la desilusiono al darse cuenta como trababa a los bronceados, volvió a pasar saliva y deseando suerte hablo firme y segura de si misma. -Muy bien contestare sus preguntas, las tres mas comunes las dire ahora así que presten atención. Ustedes están en el Santuario de Athena, en Grecia. Seguro querrán saber quien soy y bueno soy la mismísima Saori Kido también Athena, y no están en su casa puesto que fueron elegidos para ser los próximos caballeros dorados, pero bueno técnicamente ya lo son excepto Shion que el es el patriarca, ustedes eran adultos hasta ayer cuando me fui a dormir pero ahora son niños, técnicamente son guerreros pero no siento su cosmos aun. Uff que voy hacer.
Aioria: ¿Entonces usted no nos comerá? -Le pregunto tímidamente
Saori: ¿Que? Claro que no, seria asqueroso se imaginan comida con sabor a caballeros, eso me daría dolor de estomago incluso diarrea, bueno... Pero si se piensa bien hay otras formas de comer chicos guapos. -Dijo recordando aquellos cuerpos bien formados por el ejercicio en los cuales caian pequeñas gotas de sudor, y esas miradas seductoras que solo sus caballeros tenían.
Kanon: ¡La loca nos quiere dejar crecer para luego comernos. Nos va a engordar como puercos!-Miro el pequeño a sus compañeros lo cual saco de sus pensamientos a saori, y sabiendo que técnicamente tenia razón esta se puso nerviosa.
Saori: No, No, No, bueno... Quizás me gustaba verlos cuando se ejercitaban pero nunca quise tenerlos a mi alrededor dandome uvas en la boca sin camisa viendo como sus cuerpos brillaban. -Regreso a sus fantasías, pasados unos segundos en el que todos le miraron extrañados volvió a la realidad, casi al mismo tiempo que la puerta principal se abría y dejaba ver a un joven castaño.
Seiya: ¡Saori! No hay ningún dorado en el santuario. -Hablo fuertemente antes de dirigir la mirada a los catorce pequeños que apenas y le llegaban a los muslos. -¿Wath? -Miro perplejo a los niños mientras su cabeza caía en su hombro izquierdo por la confucion. -Wow este niño es igualito a Aldebaran, mira nada mas esos ojos tan grandes. -El chico portador de pegaso jalaba las mejillas del dorado de tauro, y este a su vez se echo rápido hacia atrás y sobó sus cachetes.
Saori: cofEsAldebarancof -Le hablo fingiendo un poco de tos. Seiya se echo hacia atrás cuando escucho eso, haciéndolo caer, y pidiéndole disculpas al cuidador de la segunda casa.
Seiya: ¿Sera que recordará esto? -La peli-lila le explicó todo lo que sabia a su soldado, este llevo su dedo índice a su barbilla pensando en como ayudar.
Saori: Iré al Olimpo debo hablar con Zeus para saber que fue lo que paso, y quizás pueda ayudarme, pero no sera fácil. Los necesito a ustedes en esta misión y los demás del santuario no pueden saber que esto paso, o armaran un escándalo.
Seiya: Podríamos, no quizás no.
Saori: ¡Dime Seiya!
Seiya: Podríamos buscar personas que se hicieran cargo de ellos, yo recomiendo que sean chicas ya que son niños la compañía femenina siempre resulta mas cálida.
Saori: Si no suena mal. Pero habría un problema, ¿Como meto catorce chicas a los templos de los dorados?
Seiya: Tengo dos opciones, o dices que son sus alumnas, oh directamente tendrás que presentarlas como... Uff esto sonora como época virreinal, pero tendrás que decir que son sus prometidas.
Saori: ¿Que? ¿Casarlos?
Seiya: Si. -Las fantasías de Saori se vieron rotas al mencionar esa palabra "casarlos" aun que le dolía sabia que esa seria buena opción, pues si volvían a ser "normales" les daría la noticia, y si no las chicas los cuidarían hasta una edad considerable, después de meditarlo pensó que seria buena opción, sin embargo esta vez se esforzaría en buscarles a la indicada y no les daría su tesoro visual a cualquiera.
Saori: Seiya...
Seiya: ¿Dime?
Saori: Antes de ir al olimpo, busquemos a las indicadas, podrías ayudarme.
Seiya: ¡Claro! ¡Deja eso en mis manos! -Le dijo señalándose a si mismo mientras le guiñaba su ojo izquierdo.
Saori:Confió en ti. -Lloraba internamente al ver partir en su imaginación a sus caballeros dorados.
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