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Capítulo 22. Hora de crecer

(Foto de arriba hecha por 20tStarlar)

Nuevo día en la mansión de Golden. Todo estaba en puro silencio. En la habitación del peliazul los rayos solares entraban a través de las blancas cortinas. El mayor se levantaba del suelo, puesto que en la noche escuchó unos ruidos del laboratorio que lo hicieron caerse de la cama. Se levantó con dolor, pues había dormido el resto de la noche en el suelo, y se giró hacia la cama para ver cómo un pequeño bebé pelimorado dormía muy profundamente a su lado. Le apartó algunos pelos de su carita y le acarició una mejilla. Sonrió por reflejo y decidió vestirse. De repente, alguien empezó a llamar muy fuertemente la puerta, montando un escándalo.

- ¡Bon! ¡Bon! ¡Levántate ya!- la voz de Irene resonaba por las paredes del cuarto, causando que Bonnie se despertara de golpe y empezara a llorar.

- ¡IRENE!- el peliazul, muy enfadado, cogió con cuidado al pequeño intentando calmarlo- ¡No seas bruta! ¡Has despertado a Bonnie de golpe!

La castaña entró al cuarto al escuchar el llanto del pelimorado y empezó a pedir disculpas a todo quisqui.

- ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo de veras! ¡Pero es que estaba tan emocionada de que por fin había encontrado la cura para Bonnie que no me he podido controlar! ¡En serio perdón a ambos!

Los chicos, tanto Bon que se había quedado paralizado, y Bonnie que había dejado de llorar, se quedaron perplejos al escuchar aquella noticia. Todo se había quedado en silencio, nadie sabía qué decir...

- Eeh... chicos, ¿estáis bi...?- no la dejaron terminar, puesto que ambos se lanzaron a abrazar a la chica, rebosantes de alegría.

- ¡¡Eres la mejor amiga y científica de este mundo!!- soltó el peliazul al borde de las lágrimas de alegría.

- W-wow... gracias, chicos...- Irene estaba un poco ruborizada, porque nunca le habían dicho algo tan bonito, según ella, y eso la avergonzaba. No estaba acostumbrada a recibir elogios que no fueran de parte de sus padres.

Se separaron del abrazo y Bon tomó a Bonnie por debajo de los brazos y lo miró a los ojos, intentando no llorar.

- Bonnie- el pequeño lo miró-, ya vas a crecer.

El pelimorado no resistió más y se agarró fuertemente al cuello del mayor, fundiéndose ambos en un cálido abrazo, mientras soltaban algunas lágrimas de radiante felicidad. Irene sólo los acompañaba en el sentimiento, mientras intentaba parar los sollozos del pequeño, acariciándole la cabeza, y le sonreía a Bon.

(Perdón si las proporciones no cuadran, pero aún no sé dibujar bien cuerpos pequeños ;-;)

Luego de un rato, decidieron avisar a sus amigos para darles la gran noticia, y que vinieran lo más rápido que pudieran, porque no quería perder ni un segundo. Cuando todos llegaron, se fueron directamente al laboratorio, donde Bon y Bonnie los esperaban al lado de la gran máquina que volvería a convertir a Bonnie en un adolescente de 16 años.


- Bien, por fin, después de un mes de mucho esfuerzo, POR FIN, he conseguido hallar la forma de devolver a Bonnie a su edad normal- la chica cogió al pequeño en brazos-. Así que sin más dilación, vamos a hacer que este pequeñín crezca de nuevo.

El hecho de que Irene llamara a Bonnie "pequeñín" lo había ofendido un poco, por lo que infló sus mejillas, e hizo que a Bon se le coloraran las suyas. La chica metió a Bonnie dentro de la cabina y antes de cerrarla, se alejó un poco para que todos admiraran la última vez que verían a Bonnie en esa forma, bueno, hasta que Irene decida repetirlo... si es que sucede. El pelimorado dirigió su mirada al peliazul, que lo miraba con ternura. Sólo esperaba que le siguiera amando siendo él mismo. Este se acercó al pequeño y se dieron un último abrazo. Cruzaron una última vez sus miradas, transmitiéndose entre ellos un "te quiero" lleno de pureza.

- Bien, es hora de crecer-  e Irene encendió la tediosa maquinaria haciendo que las puertas se cerraran, dejando a Bonnie dentro y Bon fuera.

Una luz roja invadió todo el laboratorio, trayendo consigo múltiples sonidos estridentes. A la nada, una brillante luz salió del interior de la cabina donde se encontraba Bonnie. Todos se taparon los ojos durante un rato, hasta que todo paró, llenando toda la habitación de un silencio la mar de tenso. Nadie decía nada. La máquina dejó de hacer nada. No pasaba absolutamente NADA. De repente, la cabina se abrió, trayendo consigo un montón de niebla. A duras penas nadie podía ver nada, y todos se taparon la boca y empezaron a toser. Se veía una silueta al fondo, que se movía muy lentamente.

- ... ¿Bo-Bonnie?...- alcanzó a decir Bon, pero estaba demasiado impactado como para articular palabra alguna.

Nadie contestó. La silueta avanzó hacia el exterior de la cabina, dejando ver a un muchacho de pelo morado y ojos rojos vestido con un pijama algo rasgado de conejito. Parecía confuso.

- ¿Ha... funcionado?- el chico pelimorado tenía una sonrisa plasmada en su cara, echaba de menos escuchar su propia voz fuera de su mente.

- ¡¡BONNIE!!- todos se lanzaron a abrazar a Bonnie, muy contentos de que hubiera vuelto a su forma normal.

- ¡Chicos! ¡Cómo extrañaba poder caminar con mis propias piernas!- se reía el pelimorado en el suelo, rodeado de todos sus amigos, pero echaba en falta a alguien.

Efectivamente. Bon se había quedado paralizado al lado de Irene. No podía creer que volvía a escuchar aquella suave voz que tanto lo enamora. Sus amigos, al darse cuenta de las miradas que compartían ambos chicos, se separaron del menor y lo ayudaron a levantarse y luego darle un golpecito en la espalda para que fuera a hablar con el peliazul. Como estuvo medio mes sin caminar, a la nada que colocó un pie en el suelo, casi se cae, de no ser por los buenos reflejos de Bon, quien lo atrapó justo a tiempo. Ninguno dijo nada, estaban perdidos en su mundo, ambos muy sonrojados. Irene le hizo una señal a todos de que los dejaran solos. Luego de un rato, Bon carraspeó su garganta y colocó bien a Bonnie, quien no aguantó más y se abalanzó sobre el mayor, para abrazarlo con todas sus fuerzas, mientras que Bon lo correspondía, soltando algunas lágrimas.

- Maestro, ¿estás llorando?- Bonnie soltó una risilla, haciendo que Bon lo aferrara más a él, soltando más lágrimas.

- No sabes... lo mucho que extrañaba tu dulce voz- eso hizo que el pelimorado se sonrojara de pies a cabeza y escondiera su cabeza en el pecho ajeno, escondiendo su rubor.

Bon dejó escapar una risita y luego reposar su cabeza encima de la de Bonnie.

(...)

Ya por la tarde, estaban preparando la mesa para comer y luego ya irse cada uno a su casa, ya no había necesidad de quedarse en la mansión de Golden. Cuando se sentaron, las sirvientas trajeron múltiples platos de distintas nacionalidades. Todos estaban con la boca abierta.

- Golden... ¿qué es todo esto?- Irene no daba crédito a sus ojos.

- Esto es para celebrar tu éxito. No todos los días se consigue transformar a un bebé en un adolescente, ¿no?

La castaña sonrió ampliamente y todos atacaron la mesa. Chica intentaba probar de todo, mientras Foxy no paraba de comer todo el rato pudin. Freddy discutía con Fred sobre si comer pizza o espaguetis y Golden solo reía, mientras Paola atacaba la carne e Irene se tomaba un plato de su comida favorita: sopa.

Bon y Bonnie comían tranquilamente, hasta que Bonnie decidió coger la mano de Bon por debajo de la mesa, pues su mano estaba calentita y la suya estaba un poco fría. Bon se sobresaltó por el frío de la mano del pelimorado, y en vez de decir nada, sólo la apretó un cuidado, dando a entender a Bonnie de que no le iba a soltar. Asegurándose de que nadie les veía, el menor recostó su cabeza en el hombro del mayor, y este, su cabeza en la de Bonnie, entrelazando sus dedos con los del otro.

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Palabras: 1424

Holi, ¿cómo están? ¡Feliz Navidad a todos! Espero que lo estéis pasando muy bien y que os hayan traído mucho regalos. Y hablando de eso... ¿os gustaría que hiciera un especial de Navidad aún cuando Bonnie sea un bebé o un niño? Si así lo queréis, ponedlo en los comentarios, pero lo pondré después de terminar la historia... es decir después del último capítulo que viene. Lo sé, lo sé... ¡a veces soy muy mala!

Bueno, bueno... ¡Vamos con los fanarts!

Gracias, Draw_Miel, por este Bonnie tan cute :3.

GabrielaGajardo8, estoy 101% segurísima de que Bon muere con este Bonnie tan extremadamente kawaii.

Estos dos dibujos son de misacki_Bonnie, muchísimas gracias por estas preciosidades.

Por último, tenemos este dibujín de... ¡TrinidadrdenesAraos! Muchas gracias.

¡Disfruten!...

¡¡Esperad!! Que me ya llegado uno de última hora... jeje. Con ustedes..

Les traigo este Bonnie navideño directamente hecho por la grandiosa... ¡Anyiilee! Muchas gracias, y Feliz Navidad a tí también :3.

Ahora sí, ¡Disfruten!

-Irene

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