Segismundo caminaba tranquilamente por las calles de los santos siendo iluminadas por farolas debido a la oscuridad de la noche, había quedado con su primo Rogelio en la plaza frente a garage central para partir de allí a una fiesta a la que fueron invitados hace tres días.

¿Por qué hoy en mi tranquilidad
Si es tan grande esta ciudad hoy te tuve que encontrar?

Al llegar a su destino aún no se encontraba Rogelio allí, así que caminó hasta llegar a una banca iluminada.

Con tranquilidad y paciencia comenzó a esperar a su primo, seguro que se le había hecho tarde por algún tipo de percance.

–Hola cabritas–

Pegó un pequeño brinco en la banca de la sorpresa, volteo un poco notando a Emilio detrás de él con una sonrisa.

–Hola Emilio–

Devolvió su mirada al frente.

¿Por qué tu sonrisa despertó
Sentimientos que guarde con candado en un cajón?
¿Por qué?

Un pequeño sonrojo se apoderó de sus mejillas, de todas las personas posibles de encontrar en una noche, civiles haciendo el loco, vendedores de droga, incluso secuestradores, pero no, se encontró con Emilio, su ex pareja, de la cual no había olvidado aún del todo aquella relación.

–¿Que haces aquí?–

El de coleta tomó asiento al lado de Segis con total libertad.

Eres el peor amor que he conocido
Tan perfecto que no te olvido
Piensa en mí, ayúdame a odiarte
Haz las cosas que hacen los cobardes

–Estoy esperando a mi primo, quedamos de encontrarnos aquí–

Dijo un nervioso Segismundo intentando aparentar tranquilidad.

–Bueno, me quedaré esperando contigo, no quiero que te vaya a pasar algo que a estas horas es peligroso–

Le dedicó una leve sonrisa de tranquilidad, metiendo ambas manos en el bolsillo de la chaqueta que portaba.

No me trates bien ni sonrías más
Pues mi alma sigue sufriendo
Se un ex de verdad y trátame mal, ayúdame con eso

Quedaron en un silencio cómodo sorprendentemente, se veían algunas polillas volar alrededor de las luces de las farolas que iluminaban lo que podían.

Una pequeña pero fría brisa comenzó a soplar, Segismundo llevaba su suéter de rombos, pero no era suficiente, pues comenzó a sentir frío.

Disimuladamente se abrazó a si mismo juntando más sus piernas por inercia, cosa de la cual Emilio se dió cuenta apesar de que miraba al frente.

–¿Frío?–

Salió de los labios de Emilio, mirando a Segismundo que intentaba disimularlo sin éxito.

–Un poco–

Murmuró con sus mejillas levemente de color rosado.

Sintió algo cubriéndolo, y al darse cuenta, era una chaqueta de color negro alrededor de sus hombros y con aquel aroma que tanto le gustaba.

¿Por qué te atreviste a saludar
Con un beso sin pensar sin ver mi fragilidad?

–Ese que viene allí es tu primo, así que, ya me voy–

Emilio se levantó de la banca.

–Espera, tu chaqueta–

Segis se levantó de igual manera para quitarse la chaqueta, pero antes de quitarla de sus hombros unas manos lo detuvieron sujetando las suyas.

–Está bien, quédatela–

Le dió un suave beso en la mejilla.

Y se que mañana yo seré la culpable de esperar
Dejarte escapar sin preguntar
¿Por qué?

El de suéter con rombos se quedó sorprendido, no dijo nada y solo lo miraba pidiendo algún tipo de explicación, pero Emilio no dijo nada más y soltando las manos de Segismundo, se comenzó a ir bajo la mirada del más bajo.

Eres el peor amor que he conocido
Tan perfecto que no te olvido
Piensa en mí ayúdame a odiarte
Haz las cosas que hacen los cobardes

Rogelio llegó finalmente un poco cansado por correr desde el otro lado de la plaza.

–Primo perdón por dejarte esperando, pero la policía me detuvo pensando que estaba haciendo un tapón a unos que estaban atracando una licorería pero en realidad se me había ponchado una llanta–

Decía con su respiración un poco agitada, pero notó que Segis miraba a una dirección sin hacerle caso.

–¿Segis?–

Le pasó la mano por al frente, captando ahora si su atención.

–¿Pasa algo?–

–No nada Rogelio, perdón, me fuí por un momento–

–No pasa nada, te decía, me paró la policía pero ya estoy aquí, vámonos que llegamos tarde a la fiesta–

–Claro claro–

No me trates bien ni sonrías más
Pues mi alma sigue sufriendo
Se un ex de verdad y trátame mal, ayúdame con eso

Se dirigieron al auto de Rogelio que estaba estacionado entrando ambos en este.

–Oye que chula tu chaqueta, ¿Cuánto te costó?–

Segis colocó la chaqueta en sus piernas y la dobló con cuidado.

–Es...un regalo–

–Oh ya veo, ¿Te la regaló Horacio? El es muy de chaquetas, se parece a la que trae de doble vista–

Eres el peor amor que he conocido
Tan perfecto que no te olvido
Piensa en mí ayúdame a odiarte
Haz las cosas que hacen los cobardes

–Si, fue Horacio–

Mintió, no le diría a Rogelio que se encontró a Emilio en la plaza mientras lo esperaba, no tenía ganas.

No me trates bien ni sonrías más
Pues mi alma sigue sufriendo
Se un ex de verdad y trátame mal, ayúdame con eso
Ayúdame con eso

Mientras tanto, Emilio subió a un Audi amarillo con luces moradas por debajo que lo esperaba detrás de unos arbustos.

–¿Lo hiciste Emilio?–

Preguntó Gustabo con curiosidad.

–Lo hice, casi me muero de los nervios cabron, pero lo hice–

Soltó el aire en sus pulmones.

–Pues en marcha a esa fiesta, lo recuperarás Emilio–

Dijo con motivación Horacio para arrancar el motor.

–Suave, que te estampas con todo Horacio–

–Tranquilo Gustabo, ire suave–

–Quiero llegar completo con mi chikitito compa, así que con calma o nos quedaremos en medio camino–

El Audi arrancó por la misma ruta que el auto de Rogelio había tomado.

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Tenía muchas ganas de hacer algo con esta canción porque por una extraña razón se me quedó bien pegada xD

Fue algo cortito, algo pequeñito, pero ya está hecho y me gustó uwu aunque tal vez es una kk y yo no me doy cuenta :P pero lo comparto con ustedes <3

Bye   -ᄒᴥᄒ-
-goldupet