SECOND CHAPTER: ENDING.

Jungkook observó cómo esos labios besaban a la chica. Podía imaginarse el sabor y la calidez de los mismos, tanto que su boca se hizo agua y tuvo que tragar saliva.

──Jo-der.

Jimin atestó un suave golpe en la nuca de su novio por el comentario, el cual Jungkook pasó por alto.

──Necesito más alcohol ──murmuró al darse cuenta de que ya no le quedaba cerveza.

──Pensé que no te afectaba, JK ──susurró Yoongi.

Se llevó otro golpe de Jimin.

Jungkook farfulló algo antes de alejarse de ambos y dirigirse a la mesa de bebidas, donde habían estado al principio. Allí se sirvió un trago de una botella que estaba en otro idioma y se lo bebió sin para a respirar.

Estaba frustrado.

Se suponía que lo había olvidado, que incluso cuando estaban juntos se habían dejado de amar. Entonces, ¿por qué su corazón latía tan deprisa y le costaba respirar?

Verlo con otra persona le había puesto enfermo, pues no era lo mismo que darlo por hecho o imaginárselo.

Por otra parte, Taehyung soltó a la desconocida pasados apenas cinco eternos segundos. Ella no pareció descontenta, pero él se disculpó en un susurro y salió corriendo en dirección opuesta. Las chicas, desde donde le habían observado, se rieron.

Jungkook necesitaba tomar aire y respirar, aclarar sus ideas.

Taehyung necesitaba reprimir las ganas de llorar y calmarse un poco.

Ambos chocaron con alguien en la salida de la casa y Tae pareció a punto de caer, pero un brazo tatuado le sujetó antes de que eso pasara.

Entonces Jungkook se fijó en las manos que se sujetaron a sus hombros, una de ellas luciendo un precioso anillo plateado.

──Kookie...

Él no respondió debido al nudo en su garganta, así que Taehuyng se separó bruscamente y continuó su huida con lágrimas en los ojos.

Después de unos segundos, tras haber asimilado las letras del anillo, Jungkook salió corriendo tras él.

El aire del exterior era frío, una clásica noche de invierno transicionando a primavera. Pero ninguno de los dos se inmutó, porque sus corazones se habían congelado la noche en que tomaron caminos distintos.

──¿Por qué has venido? ──espetó Jungkook, caminando tras él, sin importarle quién escuchaba──. ¿Por qué has hecho eso?, ¿qué quieres de mí?

Taehyung se abrazó a sí mismo y se sentó en el borde que separaba el jardín de la carretera.

──Lo siento... ──susurró.

Pero Jungkook no se detuvo, llegó hasta él y lo alzó de su oscuro jersey, enfrentando esa mirada que fingió no importarle.

──¿Qué mierda quieres de mí, Tae?

El apelado llevó sus manos a las contrarias, luchando por no parecer tan débil como estar en presencia de su ex marido le hacía.

──No lo sé ──susurró, acariciando esa piel que tanto extrañaba sentir──. Sólo sé que te echo de menos, más de lo que quisiera admitir.

Jungkook apretó tanto la tela que sus nudillos se volvieron blanquecinos. Pero por más que estaba enojado, no era con Taehyung, sino con él mismo. No podía creer que era incapaz de olvidarle.

Él también le extrañaba.
No importaba si se habían dejado a un lado por culpa de sus carreras, o si el trabajo les consumía y les hacía pensar que habían dejado de amarse.
Porque en realidad nunca dejarían de hacerlo, pese a las malas rachas siempre tendrían un lugar para el otro en su corazón.

Con la poca dignidad que le quedaba a Jungkook, atrajo el cuerpo del mayor hasta el suyo bruscamente. Taehyung sintió el calor apoderarse de su ser en cuanto sintió que todo de pronto era y quería ser de su ex marido.

Sus ojos vagaron por el rostro opuesto, buscando alguna señal de duda o mentira, pero no la hallaron. Aunque tampoco encontraron la decisión necesaria, así que, haciendo caso de lo que su voz interna decía, sujetó el rostro de Jungkook con sus manos y plasmó sus labios sobre los de él con rapidez.

El tatuado dudó, tanto que tardó unos segundos de más en copiarle y cerrar los ojos. Pero terminó por devorar sus carmines como tiempo atrás, disfrutando del sabor y tacto como si fuese la última vez.

──Joder, también te extraño ──masculló, negándose a abandonar sus labios.

Taehyung jadeó al sentir su aliento contra la piel. Olía a alcohol, pero no le importaba.

──Vuelve a mí. ──Se quejó, pegándose tanto a él que parecía querer desaparecer.

Jungkook sujetó su trasero con fuerza, notando los bultos de ambos pantalones chocar entre sí.

──No puedo ──farfulló sin ganas──. Sabes que no puedo.

──¿No puedes o no quieres? ──contraatacó Taehyung.

Un chasquido puso punto y final al encuentro de sus labios, pero ninguno tomó la distancia necesaria para poder resistirse a besarse de nuevo. Sin embargo, Jungkook terminó separándose a regañadientes.

──No quiero volver a ser el segundo plato ──explicó deprisa, aunque no soltó el cuerpo de su ex marido──. Me niego a pasar noches en vela esperando a que regreses del trabajo o a comer a solas porque no tienes tiempo para mí.

──Kookie... ──susurró, dolido de todos esos recuerdos──. ¿Crees que no me dolía?, ¿que yo quería estar más tiempo en la oficina que contigo? ──Bufó──. Si lo hice fue para estar a tu altura y lo sabes, pero esta conversación ya la hemos tenido.

Jungkook entonces le soltó, apretando la mandíbula con rabia, y Taehyung se alejó con rabia.

──Yo nunca te pedí que tuvieses una carrera para ser mi marido.

──Y yo lo único que quería era tener tu aprobación. ──Le reprochó el mayor.

Ambos se miraron de arriba abajo, como si fuesen un reflejo de quienes eran meses atrás. Ya habían discutido sobre aquello, sabían bien los motivos y las consecuencias, ¿por qué tenían que hacer eso de nuevo?

──Ten una buena noche, no pienso volver a discutir contigo ──masculló Jungkook, dando media vuelta.

Taehuyng pareció reaccionar, dejando a un lado la presión en su garganta para ir tras él y sostener su mano.

──Espera, por favor...

──¿Qué quieres?, ¿qué esperas de esto? ──rió, sarcástico, girándose──. ¿Que volvamos juntos y todo sea idílico?, ¿que seamos una pareja perfecta de repente?

Taehyung negó y se abrazó a él, queriendo impedir que se fuera. Jungkook no le apartó, pero tampoco le devolvió el gesto.

──Lo siento, no quería... Yo no quiero herirte, te extraño ──susurró, dejando una lágrima caer por su mejilla──. Kookie, por favor danos otra oportunidad, las cosas han cambiado, por favor...

Jungkook sabía que Taehuyng se había graduado al fin, que había vuelto con sus padres. Lo había escuchado de algunos amigos que compartían y lo había visto en sus redes sociales.

Él seguía en el apartamento que había sido de los dos y había roto lazos con sus familiares, los cuales no habían sido nada justos con su ex marido debido a su clase social.

──¿Cómo puedes saber que funcionará esta vez? ──murmuró, dudoso.

Sus brazos poco a poco alcanzaron a rodear el menudo cuerpo de Taehyung, aprovechando su aroma y calor por si no volvía a verlo.

──No lo sé ──negó──. Pero sé que... Te sigo amando. Nunca se apagó la llama, conejito.

Taehyung sabía que ese apodo era el punto débil de Jungkook. Su Jungkook.
Necesitaba tenerlo de vuelta, había comprendido las razones por las que se separaron, había decidido cambiar por sí mismo y no por la aprobación de nadie. Pero ahora que se amaba, seguía teniendo otro vacío en su corazón.

──Cielo...

Se abrazó con más fuerza, temiendo la respuesta.

──Deberíamos hablarlo con más calma ──concluyó el tatuado.

Entonces alzó su mentón para mirarlo de nuevo, encontrándose con una mirada esperanzadora.

──S-sí, claro, por supuesto. ──Asintió.

Jungkook sonrió apenas. Adoraba cuando Taehyung se ponía nervioso.

──¿Por qué no vamos a casa y... lo pensamos? ──sugirió.

No era una buena idea, ambos lo sabían. ¿Encerrados en la misma habitación?

Sin embargo, cuando Taehyung escuchó a casa y no a mi casa, no pudo evitar acceder.

Jungkook tomó la suficiente distancia para poder agarrar su mano, como solía hacer, y dirigirlo hacia su coche, aparcado a unas manzanas de allí. Avisaría de su ausencia a Yoongi por mensaje.

Taehyung se mordió el labio mientras caminaba calle abajo con él, pensando en los cambios que podrían hacer para que aquello funcionase.

Porque de veras quería volver con él.

THE END.