MIKE

Caminábamos por las calles nocturnas de Buenos Aires, es cierto que esta ciudad nunca duerme, hay lugares que hasta podría jurar que jamás salí de Nueva York.

—Tío Mike— dijo Andy tirando de mi chaqueta.

—¿Qué sucede campeón?—

—¿Cómo es la tía Alexa?— cuestionó curioso.

Y tanta curiosidad se debía a la charla que habíamos tenido antes sus padres y yo en el coche saliendo del aeropuerto.

********************

—¿Cómo está eso de que la encontraste?— pronunció nervioso Jona.

—Sé que parece una locura después de tantos años y es por eso que necesito tu ayuda hermano, sobre todo porque Alexa ya no es Alexa— sentencié.

—¿Cómo que Alexa no es Alexa?— gruñó molesta Miranda.

—Eve Trovato— mascullé.

—¿Eve Trovato?— repitieron al unísono.

—Eso fue aterrador— sonreí al oírlos.

—Explícate hermano—

—Eve Trovato, esposa de Tyler Trovato y madre de Alexa Trovato—

—¿Alexa Trovato?— volvieron a repetir.

—Ya dejen eso, es... tenebroso— dije sintiendo un escalofrío.

—¡Como sea! ¿Quién demonios es Eve Trovato?— cuestionó Miranda.

—Alexa—

—Por ese motivo nos fue difícil rastrearla— murmuró Jona.

—Exacto, más aún al tener el apellido de su esposo— mascullé con tristeza.

—No pudo haberse casado, ella te amaba Mike—

—Lo sé Miranda, ella no sabe quién soy—

—¡Qué!— gritaron al mismo tiempo.

—Está bien, última vez que se los pido, es aterrador ver como dicen lo mismo al mismo tiempo—

—Es que estamos sincronizados, Alexa y tú también lo hacían y seguido— reprochó Jona.

—Lo sé— suspiré largo recordando esos momentos.

—Por eso no entiendo cómo es que pudo casarse y formar familia estando enamorada de ti— murmuró Miranda.

—Su memoria...—

—¿Jona?—

—Ese hombre debe de estarla manipulando, si es aquel médico que la sacó del instituto...—

—Debe ser un psiquiatra y tiene acceso al expediente completo de Alexa...— siguió Miranda.

—Por lo tanto sabe cómo puede mantener a Alexa fuera de juego a base de tratamientos...— continuó Jona.

—¡Es un maldito infeliz!— gritaron.

—Está bien, me rindo con ustedes, son aterradores y gracias al cielo los niños están dormidos— dije negando ante el acto que acababa de presenciar.

—Yo estoy despierto, papi y mami con su grito lo hicieron— añadió bostezando Andy.

—Se los dije, hablar más bajo— reproché.

—Papi y mami siempre hablan alto y al mismo tiempo, tío Mike tiene razón, dan miedo—

La confesión del pequeño hizo que las risas llenaran el coche en un segundo.

—Vas a negar que nuestra deducción es incorrecta...— afirmó Miranda una vez controlada la risa.

—No Mir, lo mismo pensé, pero sigue sin conducirme a lo concreto y necesario, encontrarla—

—Haberla visto y saber que está viva es la mejor noticia que pudiste haber conseguido hermano, al llegar me contactaré con mis antiguos compañeros, algún detalle se debe haber escapado al señor Trovato— aseguró Jona.

—Gracias familia, es como volver a nacer— terminé diciendo con un suspiro.

—Lo sabemos Mike— sonrió Miranda.

*******************

—¿Tío Mike?— volví a ver al pequeño quien continuaba esperando por una respuesta.

—Tía Alexa es la mujer más maravillosa que existe campeón, luchadora y fuerte y prometo traerla de regreso y enseñarte que no hay manera de no quererla— susurré en su oído.

—¿Promesa?— preguntó ofreciendo su meñique.

—Promesa— asentí afirmando más para mí que para él.

Luego de recorrer los lugares que Miranda y Jona querían enseñarme y vencido por el sueño logré ir hasta la habitación que habían preparado para mí.

—Intentamos darte todo lo que necesites hermano, estaremos en la habitación por si necesitas algo—

—Está bien Jona...—

—Sólo dame treinta minutos... tú sabes—

—No necesito detalles— dije levantando la mano para que callara.

Rompió el silencio con una carcajada y abandonó la habitación. Giré a mi alrededor y una extraña sensación me invadió. Comencé a abrir los cajones y me encontré con lo que durante tanto tiempo había extrañado.

—Alexa— suspiré tomando sus fotografías del mueble.

La habitación que me habían dado era la que pertenecía a ella en su adolescencia, los posters de sus ídolos de aquel momento aún permanecían intactos, la casa que había pertenecido a su madre y luego dejara a Jona.

—¿Green Day? ¿Rolling Stones? y ¿Luis Fonsi? Ay por favor Alexa— sonreí ante lo raro de sus gustos.

Llegué a una estantería con libros, la mayoría ya amarillentos soportando el paso del tiempo, tomé uno de ellos y comencé a pasar una a una sus páginas, quién diría que a la Alexa que yo conocí le gustaran las historias de piratas.

—El corsario negro— merece el intento.

Cerré el libro marcando la página para continuar con la lectura y luego de cambiarme la pijama me envolví con las sábanas de su cama e intenté descansar al menos un segundo mi mente.

—Te extraño Mike—

—Te amo Alexa—

—Ya no soy aquella persona Mike—

—Te haré recordar pequeña—

—Recuérdame como volver a ti Mike—

—¡Alexa!— desperté gritando asustado y agitado.

—¿Mike?— vi a Miranda asomarse en la puerta.

—Lo lamento Mir, no quería...—

—Está bien, no te preocupes, tengo una de esas noches también— dijo refiriéndose al tiempo que estuvo a merced de Raymond.

—Aún aparece en tus sueños—

—Pero Jona intenta hacerlo más llevadero, dormir en sus brazos me ayuda siempre— sonrió.

—Creo que no podré dormir enseguida, ¿Qué hora es?—

—Las 5 am—

—¿Un vaso de leche tibia?— sonreí.

—Que sean dos— guiñó el ojo saliendo de la habitación.

Luego de asegurarnos de que Jona y los niños siguieran durmiendo llegamos a la cocina, ella tomó las tazas con leche dejando una frente a cada uno. Tomé la mía y tras soplarla un poco bebí un sorbo.

—¿Canela?—

—Viejo truco de la abuela—

—¿Scarlet?—

—Fue uno de sus trucos para ayudarme mientras Jona trabaja luego de volver a empezar—

—Y los niños—

—Ellos son un par de angelitos— sonrió negando.

—¿Segura?—

—Tienen sus momentos como todo niño, pero son los menos, es bueno tenerlos a la par, al menos lo haces todo una sola vez... no creo que Jona quiera tener más niños por aquí— sonrió.

—Habla por ti sola cariño— apareció Jona abrazándola por atrás.

—Hablo por los dos, no quiero, no y no— negó como niña caprichosa.

—Ya te convenceré yo— rio Jona besando su mejilla.

—Son una pareja única— dije riendo ante su conversación.

—¿Verdad que sí?— suspiró Jona enamorado.

—Volverás a tenerla a tu lado Mike—

—No importa cuánto me lleve Mir, Alexa volverá a mí, esa familia me pertenece, una mentira no puede prevalecer sobre un amor tan real como el nuestro—