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CAPITULO 11

MIKE

A la hora acordada me encontraba camino al parque dónde habíamos quedado de reunirnos con Steve, mientras Silver encontraba un espacio para ella el Camaro llamó mi atención.

-Vaya, con que su familia ya llegó- sonreí al recordar nuestra charla.

Apagué el motor de mi camioneta y fui directo hasta su coche, luego de un par de toques al vidrio despegó sus ojos de su celular señalando que entre al asiento de copiloto.

-¿Ya estás feliz?- pregunté irónico.

-No te das una idea, es mi complemento perfecto-

-Sí que eres un caso perdido- reí.

-Lo que ya dejó de estar perdido es tu prometida- dijo cortando mi risa al instante.

-¿Qué dijiste?- dije girando hacia él sorprendido.

-Lo que escuchaste, un pedido de captura de Tyler Trovato fue expedido hace unas horas en Seattle-

Me mostró la pantalla de su celular donde el rostro de Trovato y sus datos estaban consignados, el pedido era internacional.

-¿Pero qué demonios sucedió?-

-Al parecer su esposa fue hospitalizada, tuvieron una discusión y al entrar la enfermera a la habitación lo encontró tomando del cuello con fuerza a su esposa...- comenzó a explicar.

-¿Alexa?-

-Eve Trovato, así es como está registrada, luego de separarlos y amenazarla con su hija Trovato huyó del hospital pero lo más interesante es que Eve Trovato comenzó a gritar que ella no se llamaba así, que su nombre real es Alexa Bronx y su prometido Michael Brunet, pidió a uno de los oficiales que te contactara-

-Alexa, volvió, volvió- comencé a repetir con una sonrisa en los labios.

-Ahora, ¡Qué diablos esperas para ponerte en marcha hacia Seattle!- gritó llamando mi atención.

-Debo...-

-Debes nada, yo me encargo de tu familia y su madre, tú solo ve al hospital central de Seattle, pregunta por el oficial Davis y te llevará a tu prometida- terminó de decir abriendo la puerta del coche.

-Gracias Steve- dije saliendo disparado.

Subí a mi camioneta aún sin poder creerlo, encendí el motor y tras colocar el manos libre del celular llamé a Jona, Steve se encargaría de mis padres y Scarlet.

-Mike- contestó tras el primer timbre.

-La encontré, voy en camino a buscarla ahora- dije sonriendo.

-¡¿Qué?!- gritaron.

-Maldita costumbre- negué meneando la cabeza.

-¿Dónde está?- escuché a Miranda.

-En Seattle, en el hospital central y es lo de menos, Jona, el desgraciado de Trovato huyó llevándose a su hija, el pedido de captura ya está librado pero necesito tu ayuda hermano-

-¡Infeliz hijo de...!-

-¡Mamá! ¡Miranda!- escuché gritar a los niños y Jona al mismo tiempo.

-Joder ustedes y esa costumbre- dije sonriendo.

-Lo sé, pero es que el coraje es más grande que la educación en este momento, lo siento- dijo Miranda.

-Jona realmente necesito tu ayuda ahora, por favor- repetí.

-Lo sé hermano, no te preocupes, me contactaré con mis compañeros y superiores en un momento-

-De acuerdo, llamaré cuando llegue y la vea-

-Ve con cuidado Mike, han sido diez años y entiendo tu ansiedad pero no olvides tu seguridad- dijo preocupado.

-No te preocupes hermano, lo único que deseo es verla y abrazarla pero para hacerlo debo llegar entero-

-No olvides llamarnos- dijeron antes de cortar.

-Nunca dejarán esa costumbre- susurré.

Coloqué en el GPS la dirección del hospital central de Seattle y me dirigí a una gasolinera cercana a cargar combustible y controlar mi camioneta.

-Serán las dos horas más largas de mi vida- mascullé poniendo en marcha a Silver.

Cada uno de los momentos volvieron a mi mente, los buenos, los malos, los tristes y los felices con mucha más fuerza, estaban allí a flor de piel, nunca se habían alejado de mí, en estos diez años nunca deje de amarla y esperarla y la haría feliz, esta vez olvidaría su pasado, yo la haría olvidar.

-Alexa- susurré pensando en la pequeña.

Una hija, una hija de ese maldito que la había arrebatado de mi lado.

-Una inocente que no pagará el pecado de su padre, será mi hija, nuestra hija- sentencié confiado y sonriente.

La música del motor de Silver me estaba cansando, coloqué música en el estéreo, debía llegar, debía verla, quería escuchar mi nombre de sus labios una vez más. Cada pensamiento en mi mente se dirigía a cómo ayudarla a recuperar a su hija y hacer pagar al maldito Trovato.

Las luces de la ciudad comenzaban a brillar a lo lejos, luego de una hora y media estaba cerca, cada vez más cerca de ella. Sin dudarlo hice rugir a Silver acelerando.

-Aguanta un poco más mi amor, sólo un poco más- dije ansioso.

El sonido del GPS guiando mis pasos hasta el hospital era lo único que se escuchaba ahora dentro de la camioneta. Cien metros, cincuenta metros, diez metros y el cartel del hospital central aparecía frente a mí. Luego de dejar a Silver en un lugar salí de ella corriendo como loco hasta la recepción del hospital.

-Buenas noches- dije apenas.

-Señor...-

-Eve Trovato o Alexa Bronx-

-Eve Trovato, sí, un minuto por favor...- dijo saliendo del lugar.

La detuve del brazo y giró asustada.

-El oficial Davis, está con ella, dígale que Michael Brunet está aquí por favor- expliqué.

-Está bien, ya regreso- dijo sonriendo.

Miré a los lados buscando no sé qué cosa, tronaba mis dedos y los habré pasado por mis cabellos más de cien veces mientras volvía la recepcionista. Caminaba de un lado a otro como un loco, la ansiedad estaba matándome.

-Señor Brunet- escuché llamar.

-Aquí, Michael Brunet- dije estrechando su mano.

-Jonatan Davis- dijo presentándose.

-¿Puedo verla? Necesito verla por favor- supliqué.

-Eve Trovato...-

-No...- dije cortando su discurso –Alexa Bronx, ella es Alexa Bronx, después de diez años de buscarla la vi en el aeropuerto hace una semana atrás, ella dijo ese nombre pero yo sabía que no era ella, ella es mi prometida que la secuestraron y luego perdí el rastro fue imposible hallarla, hasta hoy- expliqué.

-Entonces concuerda con la historia de la señora, no estábamos seguros de que sea real lo que había dicho ella, en su historial figuraba un antecedente de tratamiento por paranoia, esquizofrenia y bipolaridad-

-Puedo asegurar el cien por cien que es todo obra de su esposo, el doctor Trovato es el psiquiatra que la raptó de un instituto donde la ingresaron bajo el nombre de Eve Jackson las personas que la habían secuestrado-

-Es un caso que se reabrirá con este nuevo testimonio en ese caso, acompáñeme por favor- dijo señalando el camino.

Segundos, contaba los segundos que me separaban de Alexa, apuraba el paso del oficial, la ansiedad se reflejaba en la sonrisa que llevaba en el rostro.

-Aquí es- dijo deteniéndose frente a la puerta.

-Gracias-

Tomé un respiro e intenté tranquilizar mis latidos, parecían querer salir y tocar su sinfonía fuera de mi pecho. Mi mano movió la puerta y al entrar la vi, tan bella como siempre pero su rostro y su mirada reflejaban tristeza, una que me encargaría de borrar para siempre de ella.

Lentamente giró su rostro hacia mí al escuchar el sonido de la puerta, sus ojos se conectaron conmigo al instante y me vi en ellos como siempre lo hacía y juro que es lo más hermoso que puedo ver en mi vida y no me cansaré nunca de hacerlo.

-Mike...- susurró.

-Alexa...- dije dando pasos lentos hacia ella.

-Te extrañé tanto- dijo abriendo sus brazos y vi las lágrimas agolparse en sus ojos.

-No más que yo mi vida, mi Alexa, mi amor- dije abrazándola tan fuerte como podía.

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