Eran las 9 de la mañana en él que me desperté, aún pensando en la gran noticia que recibí de la Diosa Atena.

El día era de un sol radiante, aún que las guerras ya hayan terminado, los entrenamientos seguían siendo igual, los demás caballeros tenían a sus compañeros de combate. Salí del templo Géminis con la ropa que solíamos usar desde niños antes que todo aquello se volviera una pesadilla.

Al estar en el coliseo, sólo podía observar los entrenamientos de los nuevos aspirantes, cada caballero dorado ya habían estado teniendo a dos discípulos cómo mínimo.

Las horas pasaban bastante rápido, el sol ya se estaba escondiendo, las primeras estrellas se observaban junto a la luna mostrando su gran belleza. Mi mirada se fijó en nuestra constelación que brillaba cada vez que las demás, no sé cuánto tiempo me quedé parado en el mismo lugar. Una voz interrumpió mis pensamientos para voltear la mirada en el que veía a Atena desde de una pequeña distancia.

La joven Diosa bajaba los demás templos hasta lograr llegar a un sitio del cuál podría descansar lo suficiente, proteger el santuario le consumía gran parte de su cosmos, esperaba que sus compañeros continuaban custodiando su respectivo templo pero desde esa misma distancia pudo divisar la figura de uno de sus guerreros más fuerte.

- Me imagine que te encontraría aquí Saga.

- Debería decir lo mismo, aún que la guerras santas ya no existan ahora, siempre se toma la molestia de velar por la seguridad del santuario y la tierra.

- Siento mucho no poder convencer a tu hermano de volver al santuario pero estoy segura que tú lo harás.

Saga soltó un suspiro al escuchar a la joven de cabellos lilas, aún dudaba si ir o no al templo de Poseidón, sabía que sería difícil mantener una buena relación con su gemelo, pensaba una y otra vez que su pequeño hermano lo siguiera odiando por lo sucedido en el pasado.

Unas personas se sumaron a esa plática.

- Atena tiene razón Saga.

Sasha no mostró ninguna impresión al ver a los antiguos gemelos de la guerra anterior, Aspros y Deuteros que también tuvieron sus peleas y separaciones que al final se dieron cuenta que no podrían vivir sin él otro.

El peliazul sonrió levemente y agradeciendo enormemente a sus amigos y decidir traer aún que fuera a la fuerza a su hermano.

El templo era compartido por los hermanos gemelos Aspros y Deuteros hasta que ambos consiguieran un departamento en el pueblo y Sasha se dirigió a descansar a sus aposentos custodiada por los guardias que vigilaban durante las noches.

Ya en la tercer casa, Aspros y su hermano ocupaban la habitación de Kanon y yo sólo pude sentarme en la orilla de la cama mientras tomaba entre mis manos aquella fotografía de los dos y preparando algunas cosas al igual que guardaba mi armadura en la caja de pandora, ya que partiría mañana a dónde se encontraba el Dios de los mares Poseidón.

Era un recuerdo de una de las travesuras que hemos vivido y de las que más vendrán, dejé esa foto en la mesita de color marrón e intentar dormir, manteniendo esa esperanza de reencontrarnos cómo siempre debió ser.

Ese día tan esperado había llegado, recogí mis cosas ya saliendo del templo pero me sorprendió el ver a mis compañeros en la entrada junto a los demás caballeros anteriores, sólo Milo era el más insistente en querer irse pero era fuertemente sujetado del brazo por su antecesor Kardia y la mirada fría de que sería asesinado por Camus.

- Ten cuidado Saga.

Asentí reverenciandome y activar mi cosmos y abrir una dimensión que me llevará dónde Poseidón cerrandolo detrás mío sin poder escuchar las quejas del bicho menor.

- ¿Porque no me dejaron ir con Saga?

- Será mejor que te calles, sino quieres que tú cubo te convierta en paleta Milo, Camus sin duda es peor que Degel.

En ese momento Kardia recibió un golpe de parte de Degel.

En el templo de Poseidón.

Saga esperaba no encontrarse con los marinas o mejor dicho no estar cerca de aquella mujer llamada Thetis pero no era su día de suerte.

- ¿Quien te dió permiso de entrar en el territorio de mi Dios Poseidón?

- Eso no es asunto tuyo, quítate del camino, sino quieres que acabe contigo.

Kanon quien descansaba en uno de los pilares desocupados para luego salir al sentir la presencia de su hermano apretando sus puños, esperaba que ese idiota lo considera muerto. Era su oportunidad para acabar con su gemelo, quién lo encerró en Cabos Unión.

¿Kanon perdonará a Saga?

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RedDianaCat27
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