Capítulo 3 : Desesperación
-Si pudiera lo haría... - intentaba sonreír para su hermana, ya era suficiente martirio para ella oír sus quejas por el dolor.
-¿Ni aunque te cante una nana?- preguntó la joven, quería que su hermano descansara y se sintiera mejor y no dudaría en cantarle si eso llegaba a funcionar.
-Tal vez... Si me cantan los dos puedo intentarlo... Zenitsu también canta muy lindo -
-No tanto como Nezuko-chan pero podría intentarlo- le dijo el rubio quien también sonreía, aparentando tranquilidad.
-Por favor, solo... Es un pequeño capricho... Oír a mi hermana y a mi cuñado... Cantando juntos... E... Imaginar que eso también lo harás con sus hijos... -
-De acuerdo, allá vamos Nezuko-chan-
Tanjiro solo se acomodó en el futon, cerrando sus ojos, sujetando la guarda que siempre mantenía a su lado, deseando con todas sus fuerzas encontrarse con él Rengoku otra vez.
Pasaron un par de minutos para que el pelirrojo se quedara dormido oyendo a su amigo y hermana cantar volviendo al mismo lugar en el que estuvo hace 5 noches. Todo a su alrededor era sereno, así que no tardó en levantarse y abrir sus ojos, buscando a alguien en especifico pero estaba completamente solo.
-¿Hola? ¿Hay alguien?- empezó a correr gritando pero nadie respondía, solo podía oír el eco de su voz.
"Volveré cuando me sienta menos culpable"
Recordó las palabras del rubio, él solo deseaba verlo vivir feliz en un mundo sin demonios y le había hecho sentir culpable por su noble petición.
-¡NO FUE TU CULPA!¡ RENGOKU-SAN!- Pero no hubo respuesta alguna, solo silencio y más silencio.
-Kamado Tanjirou, cuanto tiempo sin verte - Tanjirou se sorprende dando un salto atrás y ve una figura parecida a Muzan que le sonreía con malicia. ¡Esto debía ser alguna broma producto de su mente! ¿O acaso esa maldición también le hacía tener alucinaciones?
-Que divertido mocoso - se notaba que el cuerpo de aquel ser estaba completamente encadenado, de su cuerpo escurría una especie de líquido negro - Vas a morir de la forma más dolorosa posible -
-Aún no me rindo, debe haber alguna cura - dice con firmeza el Kamado, pero le temblaba algo la voz, después de todo ver al rey demonio otra vez le erizaba la piel.
-La única cura será tu muerte y una vez muerto... Tal vez tampoco podrás escapar de tu sufrimiento-
-¡Ni lo sueñes!- le grita antes de empezar a correr de esa figura quien se libró poco a poco de sus cadenas.
-¡Tu vida debía pertenecerme! ¡Juntos seríamos un ser perfecto! ¡No dejaré que vivas! ¡Quiero que sufras y agonices hasta la muerte! - esa cosa comenzó a moverse, siguiendo al pelirrojo, completamente decidido a atormentarlo.
-¿Pertenecerte? ¡No soy tu juguete, Muzan! - Tanjiro no tenía intenciones de dejarse atrapar, en ese plano tenía su cuerpo en perfecto estado y su resistencia volvía a ser impecable.
-¡Tú me perteneces! ¡Tú me perteneces! - repetía una y otra vez esa cosa mientras lo perseguía.
-¡No! -repitió mientras seguía corriendo , si esto no era un sueño debía ser una pesadilla. Estaba con las manos vacías y desnudas, no tenía con qué defenderse de aquel demonio por lo que solo podía continuar escapando.
Deseaba que el pilar apareciera frente a él y le ayudara, pero solo podía ver cómo todo se volvía a oscurecer nuevamente a su alrededor.
El suelo empezaba a abrirse en una grieta que saltó por milagro dando una pequeña voltereta para seguir corriendo de esa figura negra la cual a duras penas podía distinguir.
Pero todo el suelo comenzaba a agrietarse, el fondo era de absoluta oscuridad, pero no quería despertar aún, no sin antes encontrar a Kyojuro.
Los pasos los aceleró aún más mientras saltaba las grietas que cada vez eran más grandes y más complejas de pasar. En una ocasión casi la figura le agarra por rodar en el suelo debido a un mal salto.
De pronto todo se volvió completamente negro, podía oír como esa criatura seguía intentando alcanzarlo pero era extraño, sabía que estaba corriendo pero no sentía que algo se moviera realemente.
-Ya te tengo, Kamado Tanjirou- oyó en su nuca, sin importar que tanto corriera, no parecía moverse en absoluto.
Cerró sus ojos con fuerza pero nada sucedió, oyó como alguien desenvainaba una espada, un corte y todo lo demás fue silencio, no podía distinguir cuando sus ojos estaban abiertos o cerrados, pero imaginaba quién podía haberle rescatado.
Tanjirou se llevó las manos a la cabeza tirándose al suelo temblando sin parar mientras las lágrimas no paraban de salir sintiéndose como un niño asustado perdido en el bosque. Había dejado que el miedo le dominara y hacía años que no le pasaba eso. ¿Por qué no había peleado como siempre lo hacía? ¿Se había vuelto acaso un cobarde?
"Despierta... Oni-san..."
Oyó muy a lo lejos la voz de Nezuko, le estaba llamando pero no entendía de dónde podía venir esa voz. No quería despertar .. No sabía que debía hacer.
"Oni-san... Por favor... Despierta..."
Nezuko estaba llorando, Tanjiro llevaba dos días completos sin despertar y temía por la vida de su hermano en ese momento, no paraba de llamarlo una y otra vez sin parar de llorar, no quería perderlo tan pronto.
"Tanjirouuu, no puedes morirte aún" - gritaba Zenitsu con lágrimas y mocos asomando. La marca ahora se veía algo por su hombro izquierdo.
Pero sin importar los llantos y gritos no había respuestas de parte del pelirrojo que parecía sufrir aún dormido.
-Zenitsu, ¿qué le pasa a mi hermano?- las lágrimas de la joven caían dolorosamente de sus ojos hinchados, le dolía ver a su amado hermano sufrir tanto.
-Quisiera saberlo... Quisiera poder hacer algo... ¡Tanjiro no puede morir! ¡no puede! ¡Él prometió que nos vería casarnos! ¡Lo prometió! - decía entre sus típicos lloriqueos escandalosos, sus intentos de estar calmado para no alterar a la menor fueron completamente inútiles y se había terminado por derrumbar.
-La marca... Ya está en su hombro, Zenitsu...- mencionó la joven, acomodando la ropa de su hermano, quien a ratos se movía incómodo en el futón.
-Solo rezo para que las chicas puedan hacer algo... - tomó la mano de su novia bastante temeroso, angustiado por la vida de quien le dio una familia, podía oír como ese sonido gentil se desvanecía poco a poco.
-Espero que si, Zenitsu ¿Falta para que lleguen?-
-Me enviaron una carta... Deben venir en camino... -
-¿Vendrá Kanao con Aoi verdad?-
-Solo vendrá Aoi, Kanao no puede salir de la finca -
-Oh es verdad, esta medio tuerta-
-Me sorprende lo poco que Nezuko-chan cuida sus palabras a veces... No viene porque no puede dejar a las niñas solas - dijo el rubio riendo un poco por lo bajo, aliviando un poco el ambiente.
-Oh, tienes razón. Esta con una serpiente blanca, ¿verdad?-
-Si... Si me permites... Estaré rezando afuera... - Zenitsu estaba algo inquieto, sus oídos no lo engañaban, debía estar preparado para lo peor.
-Claro, adelante Zenitsu- le respondió la joven, ella no se separaría de su hermano.
-Llámame si necesitas algo o si algo le pasa a Tanjiro... -
-Si, Zenitsu - el rubio le dio un beso en la frente antes de salir afuera.
Nezuko puso un nuevo incienso para luego tomar la mano de su hermano, no entendía por qué aún no despertaba pero quería que abriera sus ojos pronto, estaba muy asustada.
-No te rindas. Nunca te has rendido, Oni-san -
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