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Heirate mich...? (cásate ¿conmigo...?)

El día había llegado Kanon se encontraba en la habitación del juez escuchando un poco de Heavy Metal para relajarse y éste estaba haciendo sus deberes. Al terminar, Rada salió junto a sus compañeros hacia el castillo de Hades, pero algo no andaba bien con él.

Minos:- Oye, cejón... - Obtuvo inmediatamente la atención del escorpiano. - ¿Qué ocurre? ¿Por qué esa cara? -
Radamanthys:- No es nada importante, es sólo que no sé cómo proponerle matrimonio a Kanon. - Bajó su mirada y los otros dos lo miraron con cara de "tú no tienes remedio (-.-¡)".
Minos:- ¿Es en serio? -
Aiacos:- De verdad, Radamanthys, no mames, no puedes decir eso. - El rubio los miró con odio.
Radamanthys:- Par de inútiles, les digo cómo me siento y sólo se burlan de mí. - Dijo molesto, pero manteniendo un volumen bajo en su voz.
Aiacos:- Ya, ya, cejón... deja de preocuparte y deja que fluya. - Sabias palabras.
Minos:- Vaya... nunca creí que dirías algo así. - Lo miraron sorprendidos ya que él solía ser tan desastroso como el mismo Milo de Escorpio.

El danés volvió a mirar hacia el suelo, el canceriano tenía razón. Entonces eso haría, pero ¿cómo empezar? Frunció el seño y tensó la mandíbula...

Radamanthys:- ¡AAARGH! ¡Maldición! No puede ser que yo, el gran Radamanthys de Wyvern no pueda decidir cómo rayos hacer para pedirle algo tan estúpido como un "Cásate conmigo". Soy una vergüenza... - Se reprochaba a sí mismo dentro de su cabeza. - Debo hacerle caso a Aiacos. Maldito Garuda... te odio, pero estás en lo correcto. - Suspiró resignado. - Los veo más tarde, debo ir con Kan. - Y así, caminó hacia su habitación en silencio mientras que los otros dos fueron por unas copas y algo de comer.

En la habitación, Kanon estaba sumida en sus canciones con los ojos cerrados y divagando en su mente. ¿Qué sería de ella y el juez desde ese entonces en adelante? ¿Realmente sería una buena idea llevarlo a Rodorio? Y si así fuere, ¿dónde harían su casa?

Kanon:- Hmph... de seguro él sabrá dónde y cómo hacerlo. - ¿"Él"? Pero ¿de quién hablaba? - Hoy es el día. - Seguía sumida en sus pensamientos. - Estoy ansioso por nuestra celebración. - Dijo en voz alta justo en el momento en el que entró el juez a la habitación.
Radamanthys:- Yo también. - Sonrió mirándola embelesado. - ¿Cómo estuvo tu día? - Preguntó quitándose su Sapuri.
Kanon:- ... - Equis, wey... cero, nada.
Radamanthys:- Está bien si estás enojado no quieres hablar, pero quiero saber ¿cómo estás? - Insistió.
Kanon:- 🎶Mjmjmmm...🎶 - Hasta que se avivó y se acercó a la cama y se dio cuenta de que tenía puestos los auriculares.
Radamanthys:- (Face palm) Si seré idiota... - ¡Hasta que te diste cuenta, man! - Aaaaah... (suspiro de resignación) - Acarició la mejilla de la geminiana con el dorso de sus dedos y ésta reaccionó.
Kanon:- ¡Rada! - Lentamente se sentó con ayuda del menor. - Perdón, estaba... - No tuvo tiempo de decir nada más.

El rubio la tomó por el mentón elevando un poco su rostro para poder besarla. Ella le correspondió abrazándolo por los hombros, pero llegado cierto momento, no pudo evitar pensar en su hermano. Abrió grandes los ojos al cruzarse ese pensamiento por su cabeza. Se separaron ruborizados y se quedaron unos segundos perdidos en los ojos del otro, pero ella estaba en otra esfera.

Radamanthys:- ¿Ya almorzaste? - Rompió el silencio.
Kanon:- Sí, Pandora me trajo algo para que no tuviera que salir de aquí. - Dijo un tanto desganada. - Comienzo a pensar que esto es una cárcel... -
Radamanthys:- Será mejor que te quedes aquí por ahora. No puedes esforzarte mucho o podrías tener contracciones. - Le explicó con calma mientras terminaba de quitarse su camisa y comenzaba a desabrocharse el cinturón.
Kanon:- ¿Contra qué? - No comprendía, pero le gustaba la vista así que se puso cómoda para ver el espectáculo.
Pandora:- Contracciones. - Entró justo en el momento en que Wyvern dejó caer sus pantalones y comenzaba a bajar su ropa interior. - Veo... que llegué en mal momento... - Se cubrió la vista del escultural cuerpo del escorpiano.
Radamanthys:- Descuide señorita Pandora, me iré inmediatamente. - Se cubrió lo que la azabache no debía ver.
Kanon:- Ya se arruinó la diversión... - Dijo con un poco de tristeza.
Pandora:- No, no, yo me voy. Luego ven a mi oficina para seguir la charla, es necesaria. - Y así, salió como rayo de la habitación. - Ayyy... (Suspiro de resignación) nunca más volveré a entrar sin avisar. - Pensó para sí y se fue a su Oficina para esperar a la peli agua que, nuevamente, se acomodó y miró con malicia a su novio.
Kanon:- ¿En qué estábamos...? - Él enrojeció completamente.

Suspiró calmándose y pasando sus manos por su rostro desde sus mejillas, hacia su cabello. Entremetió sus dedos en éste sensualmente para relajarse. A Kanon se le caían las babas al ver el escultural cuerpo de su amado. Y él sonreía malicioso y satisfecho lo que echaba nafta al fuego dentro de la geminiana.

Radamanthys:- ¿Te gusta lo que ves...? - Eso la hizo "despertar" de su trance.
Kanon:- Vaya, cariño... no es tu costumbre hacer preguntas tontas con respuestas obvias... - Respondió sonriendo de la misma manera que el rubio.

Éste se acercó lenta y sensualmente y tomó la mano de su amada haciendo que ésta acaricie sus perfectos pectorales y abdominales. A la peli agua se le prendió fuego la cabeza al sentir la piel del menor. Se quedó perdida en esos ojos que la veían como si quisiera devorarla en ese mismo momento. A Radamanthys le costaba un mundo controlarse para no tomar a su "dama" ahí, no más, pero sus bajos instintos le jugaron una mala pasada.

Radamanthys:- ¡Maldición! No... - Muy tarde.
Kanon:- Amor... ¿quieres que te ayude con esto...? - Tomó el "asunto" entre manos y sin esperar repuesta, comenzó a masturbarlo.
Radamanthys:- Espera, Kan... - No pudo detenerla.

Hizo hacia atrás su cabeza gruñendo para tratar de silenciar sus evidentes gemidos.


- En otra parte del Inframundo -

Aiacos:- Ya tenemos todo, la cena es en unas horas, Kanon está de vuelta... - Enumeraba cada cosa con sus dedos. - Ahora... - Tenía a Minos bebiendo un vaso de Whiskey enfrente y a Pandora leyendo un libro y bebiendo té a unos metros. - ... lo que no entiendo es ¿por qué demonios tú y la Señorita Pandora están actuando tan extraño? - El noruego detuvo su trago abriendo grandes los ojos y Pandora igual.
Pandora:- ¡Evade la pregunta, si se entera podría ser peligroso para todos! - Comunicó vía cosmos.
Minos:- No sé de qué hablas, cariño, yo no me siento extraño. - Dijo con toda la serenidad del mundo sonriendo como si nada.
Aiacos:- Está bien. Deberíamos comenzar a prepararnos, ¿no crees? - Siendo las 6:00pm y la cita a las 8:00pm, era algo lógico.
Minos:- Sí, es verdad. - Se puso de pie. - Vámonos, debo hacer unas cosas antes de prepararme. - Esperó a que su novio se pare y emprendieron camino a las habitaciones.

Al llegar, el noruego abrió la puerta de su habitación y al intentar entrar, el azabache trató de entrar junto a él, pero fue detenido.

Aiacos:- ¿Qué ocurre? ¿Por qué no me dejas pasar? - Se quedó esperando una respuesta.
Minos:- Perdón por haber mentido allá, cuando estábamos con la Señorita Pandora, pero sí ocurre algo... - Hizo una pequeña pausa y tomó aire profundamente. - Con todo este desastre que ocurrió con el cejón y Kanon... no me he estado sintiendo muy bien. - Suspiró pesadamente. - Tomaré un baño y luego iré por ti, ¿está bien? - El canceriano lo miró sin entender.
Aiacos:- Si quieres, puedo hacerte compañía. - Le sonrió con malicia dándole a entender que quería estar con él en la tina.
Minos:- Lo siento, amor, pero realmente no estoy de ánimos para eso. - Balde de agua fría para el nepalí.
Aiacos:- Está bien, iré a mi habitación y te esperaré. - Dijo con un poco de desánimo y salió con la cabeza gacha de la habitación del ariano.
Minos:- Perdón, Aiacos, lo hago por tu bien. - Dijo en su mente aguantándose las ganas de gritar de impotencia y empuñando el aire.

Pero no podía permitir que viera su cuerpo, no luego de que el rubio le dejó tantas marcas. Se quitó toda su ropa y fue al baño. Abrió la llave de agua para llenar la tina y fue a verse a un espejo de cuerpo completo.

Observó cada marca que le dejó el danés y al llegar a la más grande, un poco más arriba de su hombro, pero no lo suficiente como para ser visible. Apretó los dientes aguantándose para no llorar.

Minos:- Maldito imbécil... ¿qué es lo que me has hecho...? -

- De vuelta con la geminiana y el rubio... -


Kanon:- Oh, no... este chico no quiere esperar... - Apretaba aún más el miembro del menor aumentando el ritmo de sus rudas caricias.
Radamanthys:- No... puedo... - Apretaba los dientes tratando inútilmente de resistirse.

Ella sólo sonreía acelerando sus movimientos hasta que al fin lo logró. El rubio se vino en sus manos y a pocos centímetros de chuparse los dedos, se detuvo.

Kanon:- Cierto que no puedo... - Se oyó un tanto desilusionada, pero se puso de pie para poder lavarse las manos. - Vamos, debes bañarte y yo igual. - Caminó hacia el cuarto de baño y se lavó las manos saliendo inmediatamente. - Iré con Pandora. - Fue todo lo que dijo sin esperar repuesta.
Radamanthys:- O...kay...? - A duras penas lograba reponerse. - Me pregunto ¿qué le ocurre...? Está rara... - Pensó para sí.

En el despacho de Pandora, ella buscaba la manera de poder hablar con la impulsiva geminiana sin que se le note el nerviosismo por el episodio de la noche.

Pandora:- Esto es una locura... no puedo encubrir a este imbécil de esta manera. - La situación la sobrepasaba. - Necesito respirar, necesito calmarme... - Respiraba profundo y soltaba lentamente el aire.
Kanon:- Hola Pandora, ¿qué hay? - Entró como Pancho por su casa muy tranquila. - ¿De qué querías hablar? - Preguntó curiosa.
Pandora:- Toma asiento. - Dijo con una expresión totalmente tranquila.
Kanon:- Está bien. - Se sentó con cuidado.
Pandora:- ¿No has estado sintiendo dolores últimamente? - Trataba de seguir tranquila.
Kanon:- Bueno... sí hubo una vez... pero pasó rápido. - Sonrió tratando de desviar la conversación.
Pandora:- Esos dolores se llaman contracciones. - Esperó una respuesta de la amazona, pero ésta última no dijo nada. - Son los dolores que sentirás cuando estés por dar a luz. Debes estar atenta a ellos. - Concluyó. - ¿Tienes alguna duda o pregunta? - No pudo terminar de hablar que ya saltó la griega.
Kanon:- Sí, este... bueno... yo creo que sería prudente ir a vivir al mundo de los vivos... - La azabache abrió sus ojos de par en par. - No me mires así, sólo piénsalo... necesito estar cerca de Rodorio para ir al hospital central cuando llegue el momento. Aparte... Radamanthys me deja solo durante todo el día y extraño a mis amigos.
Pandora:- Hmph... - Se reclinó en su sillón y evaluó detenidamente las palabras de la peli agua. - Tienes razón, pero Radamanthys no puede evadir sus responsabilidades como juez del Inframundo. - Hubo un pequeño silencio en el que Kanon casi se puso a llorar. - Hablaré con mi Señor Hades sobre esto. Siendo mujer, te comprendo. - En ningún momento se le vio ni media sonrisa.
Kanon:- Pandora... ¿te sientes bien? - La aludida se tensó un poco, pero no dejó su rostro sereno.
Pandora:- Sí. - Respondió simple y sin rodeos. - Vuelve con Radamanthys. Debes prepararte, hoy será la fiesta. -
K

anon:- Sí. - Dicho eso, se puso de pie lentamente y se fue de regreso con Wyvern.

Al abrir la puerta, comenzó a quitarse su ropa y a buscar aun toallón con el cual secarse. Esperó a que el danés saliera del baño y se metió sin decir nada.

Radamanthys:- ¿Estás bien? - Se metió tras ella. - Kanon, amor... ¿te encuentras bien? - Sin respuestas...

La mente de la mayor se encontraba en otro lado, estaba pensando en cómo le diría a su "ingeniero, arquitecto, constructor y decorador de interiores" que necesitaba de él.

Kanon:- Debo escribirle cuanto antes... y debe ser antes de la cena. - Pensaba en voz alta, pero susurrando con su mirada perdida. - Afrodita... ¡Afrodita! - Llamó vía cosmos mientras estaba lavándose el cabello.
Afrodita:- ¿Kanon? ¿Qué ocurre? ¿Hay noticias? ¿Qué pasó? - Muchas preguntas y todas juntas.
Kanon:- Sí, soy yo. Te lo diré todo en orden. Radamanthys se comportó como un idiota y me hablé con mi hermano. Llegamos a la conclusión de que será mejor que me quede cerca del Santuario, así que necesito pedirte que me construyas una casa. - Así de facilito...
Afrodita:- Vaya... no esperaba esto... - Hubo un pequeño silencio en el que Dita festejó internamente, pero que, al no saber qué ocurría, a Kanon se la comían los nervios.
Kanon:- Por favor, pececito... - Pensó para sí.
Afrodita:- Claro que sí. - Respondió muy alegre. - Sólo necesitaré algo de ayuda de los chicos. - Nadie se opondría, todos estarían más que felices de que su compañero de armas volviera a la tierra de los vivos. - El resto será fácil. -
Kanon:- Sólo no se lo digas a nadie. - Fue su última petición.
Afrodita:- Descuida, yo también quiero que sea una sorpresa. - Sonrió divertido y terminó su conversación.

Mientras tanto... el rubio ya casi estaba listo y esperaba sentado en su cama pensando en lo que pasó la noche anterior. Miraba sus manos y pensaba en qué cosas le habría hecho a Minos. Luego una frase llegó a su mente: "¿Te gusta?" Eso era lo que Minos hecho una furia le había dicho por la mañana. Tenía que hablar de eso con él... pero ¿cómo? Si no le daba la cara para enfrentarlo. ¿Cuándo? Si siempre estaba acompañado. Y ¿dónde? Cualquier lugar sería una mala elección teniendo en cuenta que estaban siempre acompañados. Y si se llegara a dar el momento, ¿cómo sería? ¿En qué terminaría?

Todo eso daba vueltas en su cabeza hasta que oyó que la puerta del baño se abría. Ella salía despreocupadamente solo tapada con una toalla y secándose el cabello con otra.

Radamanthys:- ¿Todo en orden? - Preguntó para romper el silencio.
Kanon:- ¿Eh? Sí, sí... estoy en la luna, así que no prestes atención. -
Radamanthys:- ¿Se puede saber en qué estás pensando? - Sólo la veía buscar ropas de un lado y del otro.
Kanon:- Pues... - Buscó una barra de chocolate y se la metió de lado en la boca mientras se vestía. - Ejoy enjando en guá jería eg ejor ugar ara hajer a aja... - Rada la miró raro y ella se quitó la barra de la boca. - Que estoy pensando en cuál sería el mejor lugar para hacer la casa. -
Radamanthys:- Sinceramente, no me gusta la idea de salir de aquí. - Miró las paredes de su habitación. - Es todo lo que conozco desde que tengo memoria. - Pensaba en la enormidad del Inframundo.
Kanon:- Ya lo sé. Pero yo no puedo estar aquí. No es mi lugar. - Acarició suavemente el rostro del juez. - Además... ya le dije a Pandora y dijo que mientras no descuides tus deberes aquí, todo estará bien. - Sonrió ya vestida.
Radamanthys:- ... - La miró horrorizado. - ¿Le dijiste a... Pandora...? - Ella sólo asintió. -Mi Señor me hará picadillo. - Quería morirse ahí mismo.
Kanon:- Pero qué dramático... - Lo miró de costado y siguió en su mundo.

- En la habitación de Minos -

Terminaba de vestirse y se acomodaba el cuello alto de su camisa y su corbata frente a su espejo. Movía su cabeza hacia un lado y hacia el otro para asegurarse de que nada se veía. Sus mangas eran largas y cubrían sus muñecas rompiendo con las reglas de etiqueta que él solía seguir a rajatabla.

Minos:- Sólo espero que él no lo note y que el otro idiota no mencione nada. -

To be continue...

Y hasta ahí lo dejo para poder sacarlo ya, en el próximo veré si puedo lograr el punto deseado...

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