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¡Grandísimo idiota!

Previamente...

Death Mask:- Conozco a Kanon... - Enderezó un poco su cabeza abriendo los ojos para mirar a sus compañeros. - ... él todavía sigue amando a Saga. - Todos los demás caballeros lo miraron con los ojos abiertos como platos de la impresión. - ¿Qué? No me miren así, es la verdad. ¿Acaso creen que se puede dejar de amar a alguien de la noche a la mañana? - Sabias palabras que dejaron a todos con las mil y un preguntas en la cabeza.

- Al mismo tiempo en el Templo de Géminis y en el Inframundo -

Saga/Kanon:- ¡Atchú! - Estornudan a la vez. - Alguien debe andar hablando de mí... - Se limpian la nariz y siguen con los suyo.

El día siguió sin más novedades, Kanon ansiosa por que llegue ese día y Radamanthys igual sólo que nervioso también.

Minos:- Radamanthys... - Lo llamó vía cosmos.
Radamanthys:- ¿Qué ocurre, Minos? - Al oírlo, miró en dirección a la habitación del ariano frunciendo un poco el seño.
Minos:- Tenemos el paquete. Nos vemos en la biblioteca en unos minutos. - Dijo con un tono muy serio.
Radamanthys:- Hmph. - Eso era un simple "Sí".

- Diez minutos después... -

Minos:- Entonces así quedamos. -
Radamanthys:- Exacto. - Ya habían hablado y arreglado todo.

Radamanthys volvió junto a Kanon como si nada hubiera pasado. Ella estaba comiendo una barra de chocolate enorme.

Kanon:- ¿Guieresh? - Le convidó del dulce hablando con la boca llena. - He eshtado benshando... - Tragó lo que tenía en la boca y quiso hablar sobre su hermano al danés. - ¿Cómo le caerá esta noticia a mi hermano? - Dijo con inocencia y algo de duda, pero el rubio frunció el seño y la miró mal.
Radamanthys:- No tiene que importarte lo que él piense, tú eres mío y no suyo. - Gruñó molesto y se fue de la habitación dejando a una muy confundida Kanon acariciando su pancita con algo de tristeza.
Kanon:- Pero yo... - Se quedó con las palabras en la boca agachando su mirada. - Hermano... - Inconscientemente habló vía cosmos como si quisiera realmente hablar con él.
Saga:- ¡¿Kanon?! ¿Estás bien? - Al oír la triste voz de su gemelo, reaccionó inmediatamente.
Kanon:- Sí, sí, estoy bien. Jeje... - Quiso disimular, pero a quien quería engañar era a su hermano que lo conoce como la palma de su mano.
Saga:- Kanon... - Dijo con un tono de estar perdiendo la paciencia dándole a entender que sabía perfectamente que le estaba mintiendo.
Kanon:- Está bien... - Suspiró resignada y trató de formular una respuesta convincente con la cual el mayor no enloqueciera. - Quería darte más noticias sobre tus sobrinas, así que se lo comenté a Rada y él reaccionó mal, me levantó la voz y se fue. - Esas palabras le dolían hasta a ella misma.
Saga:- ¡¿SobrinaS?! - Esa no se la vio venir... - ¡¡¿¿SOBRINAS??!! Serán dos y serán niñas, qué alegría. - Se le escaparon un par de lágrimas y del otro lado la menor notó eso.
Kanon:- Oye, espera... ¿Estás llorando? -
Saga:- No, no... sólo se me metió una basurita en el ojo y me hizo doler. -
Kanon:- (Face palm y suspiro de resignación) Tú no cambias... - El pelimorado se sintió un poco ofendido por eso.
Saga:- Tú tampoco, niño insolente. - Justo en el orgullo...
Kanon:- ¿Tenías que ser tan duro? - Le seguía el juego quebrando su voz como si estuviera a punto de llorar y riéndose mientras miraba por la ventana.

Saga:- Por lo menos... -
Kanon:- ¡Ay! - Dijo en un susurro que fue escuchado sólo por su gemelo.
Saga:- ¿Estás bien? - Eso lo hizo preocuparse de su lado.
Kanon:- Sí, es sólo que... - Hizo una pequeña pausa tocando su pancita. - Se están moviendo... - Oyó que se abría la puerta y se puso alerta. - Ahí viene Rada, luego seguiremos con nuestra plática. - Volvió a la realidad como si estuviese perdida en sus pensamientos sin dejar de mirar por la ventana.
Radamanthys:- Kanon... cariño... yo... - No lo dejó hablar más.
Kanon:- Piérdete. - Dijo de manera seca, desinteresada e inexpresiva.

El escorpiano comprendió que lo que había hecho fue muy estúpido y no habló más.

Radamanthys:- Yo... lo siento... Sabes que a veces los celos me ganan, perdóname... - Estaba a punto de salir de la habitación resignado ante el silencio de la mayor. Hasta que escuchó sus palabras.
Kanon:- Me iré al Santuario a ver a mis amigos. - El corazón de Wyvern se detuvo unos segundos. - Quiero ver a Milo, Aioria y a Death. - Dijo seca y molesta.
Radamanthys:- No, no puedes... - Estaba a punto de saltársele la chaveta otra vez hasta que Géminis lo bajó de un ondazo.
Kanon:- No puedes prohibirme nada, no eres ni mi padre, ni mi hermano, ni el Patriarca, ni Athena, ni Zeus, así que ¡cierra el pico y no molestes! - Gritó mostrándole los dientes.

Kanon salió hecha una furia pasándole por al lado sin siquiera saludarlo. Los otros dos jueces oyeron una parte de la conversación, pero decidieron no interferir en la discusión ya que no les concernía. Antes de que Kanon saliera, ambos se metieron en la habitación de Minos para no toparse con ella.

Radamanthys:- ¡Espera! - Trató de seguirla...
Kanon:- ¡ATRÁS! - ... pero elevando su cosmos, lo tomó con la guardia baja y lo hizo caer sentado. - ¡TRIÁNGULO DORADO! - Y se dio a fuga tan rápido que él no pudo ni pararse para alcanzarla.

Ya del otro lado apareció directamente en su antigua habitación, en el Templo de Géminis. Su hermano, al oír la invocación, fue corriendo a ver si realmente se trataba de su hermano. Al abrir la puerta, ahí estaba.

Saga:- ¡Kanon! - La abrazó con medida fuerza como si se le fuera a desvanecer entre los brazos.
Kanon:- Ya, ya, hermano... me asfixias... - El mayor aflojó su agarre y ella correspondió abrazándolo con calma. - ¿Cómo estás? - Él sólo se separó un poco de ella, bajó su mirada y no dijo nada, pero dijo todo.
Saga:- Prefiero no hablar de eso... -
Kanon:- Hermano... - Pensó para sí sintiendo lástima por él. - Estaré aquí por hoy. Así que aprovechemos el tiempo juntos. - Sonrió haciendo que el mayor se sonroje un poco y voltee el rostro, pero ella lo vio perfectamente. - Hermanito... - Dijo divertida con algo de malicia. - ¿Te sientes bien? Estás todo rojo, ¿seguro que no tienes fiebre? - Se acercaba peligrosamentea su rostro.
Saga:- Ya, Kanon, por favor, me estás tentando demasiado. - Ella se acercó aún más acosándolo y él no logró soportarlo...

Volteó rápidamente, la tomó por el rostro y la abrazó por la cintura besándola con todas las ganas que se había estado guardando desde hacía mucho tiempo. Ella sólo se quedó estática por unos segundos hasta que empezó a corresponderle. Cerró sus ojos disfrutando aquel contacto tan íntimo y tal vez tan deseado y que tanto había extrañado inconscientemente. Se abrazó a su cuello y al separarse por falta de aire, no tardaron mucho en volver a unir sus labios en un fogoso beso. Volvieron a separarse y se quedaron perdidos en los ojos del otro.

Saga:- ¿Ahora me comprendes? - Ella sólo sonrió y asintió.
Kanon:- Vienen Milo y Camus, debes ir a tu habitación, se acercan rápidamente. - Literalmente desapareció del lugar dejándola sola y ella se recostó en su cama para esperar a que lleguen.

- Del otro lado en el Inframundo -

Minos y Aiacos salieron de la habitación del mayor.

Radamanthys:- Minos, Aiacos... - Se sorprendió un poco al ver a sus compañeros y se puso de pie inmediatamente.
Minos:- ¿Qué ocurrió? - Preguntó serio.
Radamanthys:- Yo... tuve una discusión con Kanon y ella... fue al Santuario... - El azabache lo interrumpió.
Aiacos:- Bueno, pero ¿tú estás p3nd3jo o qué, hijo? - Fue lo primero que le salió del alma decir.
Minos:- ¡¿Ahora qué hiciste, p3nd3jo?! ¡Grandísimo idiota! ¿Cómo...? -
Pandora:- ¡¿Cómo se te ocurre pelear con una mujer embarazada?! - Exclamó exaltada la superiora dándole un majestuoso sape que lo dejó con la cabeza bajo la alfombra (nuevamente).
Aiacos:- Se lo merece. -
Radamanthys:- Lo siento, no pude controlarme... - Dijo desde ese lugar sin moverse.
Minos:- Ya lo sabemos, tus impulsos de estupidez siempre te han jugado malas pasadas. - Pensó rápido y tuvo una idea. - Aiacos, envía un mensaje a Milo y dile que calme a Kanon. -
Aiacos:- De inmediato. - Y así lo hizo.

Antes de llegar al tercer Templo, Acuario y Escorpio se detuvieron en la escalera de Cáncer.

Milo:- Oye, espera... - Sacó su celular y vio el mensaje de Garuda. - Mira esto... -

[Usted tiene un nuevo mensaje.]

Aiacos: Kanon está furioso con el idiota de Radamanthys, traten de calmarlo (7:57pm)

Aiacos: Ténganle paciencia, por favor... (7:59pm)

Milo: Está bien, cuenten con nosotros (8:00pm)

Camus:- El asunto es serio, no podemos tomarlo a la ligera. - Se queda estático razonando todo. - Kanon volvió al Santuario, eso quiere decir que... - Comenzó a correr como si lo persiguiera el diablo.
Milo:- ¿Qué ocurre? ¡CAMUS! ¡Espera! - Fue tras él corriendo lo más rápido que pudo.

Al llegar a Géminis, se sentían ambas presencias, la descontrolada de Kanon y la (intento de) calma de Saga. Al mayor le costó un mundo calmarse y aparentar de que para él estaba todo bien y todo tranquilo. Primero avanzó Acuario.

Camus:-¿ Kanon...? ¿Dónde estás? - Siguió adentrándose hacia el pasillo que dirigía a las habitaciones y, al llegar a la del gemelo menor, tocó la puerta para no ser descortés. - Kanon... - Ella estaba acostada de costado dándole la espalda a la puerta.
Kanon:- Estoy... aquí... - Dijo con una voz débil.
Camus:- ¿Podemos pasar? - Él y su tan característica caballerosidad.
Kanon:- Sí, claro, pasen. - Ambos caballeros pasaron y se acercaron a ella.
Milo:- ¿Qué ocurrió? ¿Por qué estás aquí? Y ¿por qué estás así? - La voz seria de Milo sólo significaba una cosa: estaba molesto.
Kanon:- Radamanthys... - Quebró un poco su voz para sonar más creíble, ya que, a decir verdad, su malestar y tristeza habían sido calmados por el abrazo y los besos de su hermano aunque no quisiera admitirlo. - ... él reaccionó mal, tuvo un ataque de celos y me gritó. - Detrás de la puerta de su habitación, Saga oía atentamente cada palabra.
Saga:- Hijo dep... - Apretaba los dientes y empuñaba el aire para no salir a matarlo.
Camus:- ¿Qué le dijiste? Quiero suponer que para ponerse así, debió haber tenido una razón de fuerza lo suficientemente válida. -
Kanon:- Sólo le dije que también deberíamos avisarle a mi hermano y se puso a gritar como loco. -
Camus:- Ya veo... - Seguía con un semblante frío y molesto. - Querer pasar por encima de tu hermano, o sea, tu familia, tu propia sangre, es inaceptable. No importa que sea tu novio o no. -
Milo:- Mi cubito tiene razón. No importa qué, Saga sigue siendo tu hermano. - Apoyó las palabras de su amado.
Kanon:- Pues... tengo miedo de su reacción... ya saben cómo es... - El aludido sonrió... su hermano lo conocía muy bien. - Por más frío que parezca, si alguien me lastima... no vivirá para contarlo. - Escorpio y Acuario se quedaron tiesos...

Eso era lo último que faltaba, que mande a la V3RG4 al danés a un día de cumplir su primer aniversario y con todos los preparativos casi listos

Milo:- ¿Qué hacemos, cubito? (Vía cosmos mirando a la geminiana lo más neutral que podía) -
Camus:- No lo sé, no esperaba esto. Radamanthys, idiota... - Le respondía de la misma manera con total cara de poker maldiciendo también el hecho de que el juez haya cometido tal estupidez más conociendo lo inestable que se volvió Kanon luego de convertirse en chica.
Kanon:- ¿Creen que él me consuele un poco? - Esa pregunta no fue pasada por alto por su hermano ni por los caballeros presentes, eso confirmaba lo dicho por el cuarto guardián, pero había que confirmarlo del todo.
Milo:- ¿Él? ¿Quién? - Se hizo el tonto.
Kanon:- Ay... mi hermano, cerebro de escorpión... - Escorpio sólo volteó hacia la habitación de enfrente.
Camus:- ¡Es verdad! ¡Maldición! ¡Es verdad! ¿Qué haremos ahora? - Teniendo una crisis existencial por dentro y total cara de nada por fuera.

[Camus internamente]

(Ah, pero por fuera... ni media pizca de expresión.)

Milo:- Calma cubito... - Él mantenía la calma tanto por dentro como por fuera.
Camus:- Pues veamos qué dice a todo esto. - Tomó posición para tocar la puerta del mayor, pero se detuvo a centímetros de llegar y volteó a ver a su bicho y la señorita a su lado.

Kanon se preparó para la mejor actuación de su vida respirando profundo y cerrando sus ojos. Volvió a mirar a la hielera y le dio el Ok para que toque la puerta. El peliagua tocó la puerta y, al abrirse, se dejó ver un muy serio Saga con expresión de molestia.

Saga:- ¿Qué ocurre? - Dijo corto y seco.
Kanon:- ¿Hermano...? - Puso cara de perrito mojado con un par de lágrimas... él sólo le extendió sus brazos y ella se lanzó hacia él enterrando su rostro en el pecho ajeno sollozando y llorando un poco.

Escorpio y Acuario decidieron darles más privacidad y salieron del lugar. Los gemelos, al ver que ya habían partido, se separaron y el mayor volvió a besarla como minutos atrás siendo correspondido perfectamente.

Saga:- Eres todo un artista... - La miró sonriendo de lado.
Kanon:- Había que actuarla un poco para que no sospechen... - Le siguió el juego.
Saga:- Eres todo un profesional. - Sonreía de lado mirándola de manera cómplice.

Y mientras los gemelos se reían lo más calladamente posible, en las escaleras que llevaban hacia el Templo de Cáncer se encontraban Escorpio y Acuario sentados, ambos agarrándose las cabezas y apoyando sus codos sobre sus rodillas.

Camus:- ¿Y ahora qué? - Hablaba vía cosmos con su novio.
Milo:- No lo sé, no se me ocurre nada... esta vez Radamanthys la cagó en grande. - Tomó su móvil y envío un mensaje.
Camus:- Oye, ¿qué haces? - Lo miró raro.

- En el Inframundo -

[Usted tiene un nuevo mensaje]

Milo: Chicos... creo que está perdida... (8:30pm)

Aiacos: Qué dijo? (8:32pm)

Milo: Está con Saga, ella lo abrazó por voluntad propia y se puso a llorar en su pecho (8:32pm)

Milo: Qué demonios le hizo Radamanthys para ponerla así? (8:33pm)

Aiacos: A este menso le dio un ataque de celos y le gritó el muy bruto... (8:34pm)

Camus:- Esto es grave, pero a la vez... comprendo a Kanon. - Se levantó y esperó a que su novio también lo hiciera. - Vámonos. - Ordenó inexpresivo. - Radamanthys se buscó su propia desgracia. Ahora debe arreglárselas solo como todo hombre. -
Milo:- Hmph. - Asintió y lo siguió sin decir más nada.
Camus:- Dile a Aiacos que Kanon está furiosa y que debe darle tiempo. - Y mientras iban subiendo las escaleras, el octavo guardián le envió un último mensaje a Garuda.

Milo: Lo intentamos, pero está demasiado furiosa. No quiso oírnos y se quedó llorando en los brazos de su hermano (9:18pm)

Milo: No insistan, si se meten en este momento sólo será para generar peores problemas. No le digas a Radamanthys esta información, puede ser peligroso (9:20pm)

- En el Inframundo -

El azabache se quedó tieso mirando su teléfono para luego guardarlo y lanzarle una mirada cómplice y fugaz a su pareja.

Minos:- Ve a descansar, Rada. Te hará bien. Mañana pensaremos en qué hacer. - Dijo con toda la serenidad y calma del mundo, y volteó hacia su habitación, donde lo esperaba su amado.

Al llegar al interior de ésta, cerró la puerta tras de sí y miró a Garuda haciéndole un pequeño gesto con la cabeza a lo que éste cerró sus ojos bajando la cabeza y negando.

Aiacos:- No se puede... -
Minos:- ¿A qué te refieres? - Se acercó a él lentamente tratando de entenderlo.
Aiacos:- A que Kanon está realmente molesto y no dará el brazo a torcer. - Ambos sintieron la presencia del rubio tras la puerta. - Kanon buscó refugio en los brazos de su hermano... - La expresión de horror del peliplata no se hizo esperar. - Sí es así, esto no será fácil. No sé de qué manera... - La puerta se abrió sin previo aviso.
Radamanthys:- Muchachos... ¿quieren ir por unos tragos? - Los otros dos decidieron seguirle la corriente para no dar explicaciones.
Aiacos/Minos:- Sí, por supuesto. - Lo siguieron en silencio hacia la barra.
Radamanthys:- Chicos... digan algo por favor... - Pedía auxilio en su "miseria".

Los otros jueces se miraron entre sí... Aiacos alzó las cejas y desvió la mirada tomándose la cabeza a la altura de la frente con la mano derecha como cubriéndose el rostro lo que quería decir que el ariano tendría que ser quien hable. Éste último al ver el gesto de su amado sólo le dedicó una mirada desaprobatoria.

Minos:- Bueno, Rada... no puedo decirte mucho más de lo que ya puedes llegar a saber... - Trataba de encontrar el juego de palabras correcto. - Todos sabemos que la quieres, la amas y toda esa serie de cursilerías, por las cuales deducimos que quieres cuidarla y protegerla. Pero recuerda que ella también es un ser humano y tiene su libertad y sus derechos. - Eso le dolió al escorpiano que sólo se quedó estático mirando un punto fijo en la barra frente a él.
Aiacos:- Así que la próxima vez que se te ocurra tener un berrinche así, recuerda que tus derechos terminan donde comienzan los suyos y que no puedes pasar sobre ellos y ponerte estúpido por algo tan absurdo, ¡Grandísimo idiota! - Él no tuvo tanto tacto, fue directo al grano y le dio un hermoso golpe de realidad.

Griffo terminó de preparar el trago del danés y se lo puso enfrente. La situación se puso incómoda cuando todo quedó en silencio. Aiacos estaba molesto, Minos no sabía qué más decir y Radamanthys se sentía tan culpable por haberle hecho eso a su amado Kanon... que le dolía el hecho de sólo pensarlo.

Lo único que se oía eran los tragos y las botellas que ya se habían acabado; tres de Whiskey y dos de Vodka. Aiacos estaba dormido y briago, con su cabeza sobre la barra y Radamanthys seguía mirando ese punto fijo y bebiendo trago tras trago.

El noruego no sabía qué más decir para que su compañero reaccione teniendo en cuenta las duras palabras de su amado.

- En el Santuario -

Kanon estaba siendo agasajada por su hermano mientras Camus y Milo miraban asesinamente al mayor, vigilando que no se le ocurriera hacer nada indebido. Éste los ignoraba con su típica y ya bien conocida frialdad, pero sus ojos brillaban al ver a la hermosa peliagua. Y eso no pasaba por desapercibido por Acuario y Escorpio.

Kanon:- Camus, Milo, vamos... no lo miren así. No me comerá. - Seguía muy feliz, comiendo su plato favorito a manos de su hermano.
Camus:- Bichito, ya no puedo soportar esto, está ofuscándome... - Se comunicaba vía cosmos el francés con cara de nada por fuera.
Milo:- Tienes razón, él no será capaz de hacerle daño ni ponerle un dedo encima en ese estado. - Respondía de la misma forma. - Kanon... - Llamó la atención de la geminiana. - Nos vamos, se nos hará tarde y los rostros de Cáncer se ven más aterradores de noche. - Ambos se pusieron de pie y miraron fiero al caballero de Géminis.
Camus:- Cuídala bien y no hagas ninguna estupidez. - Amenazó a lo que el mayor sólo arqueó una ceja y lo miró desafiante.
Saga:- No eres nadie para decirme eso, querido amigo mío. - Seguía con su semblante frío y tranquilo. - De sobra sabes que soy mucho más poderoso que ustedes. - Acuario comenzó a elevar su cosmos amenazante. - Ya se enojó... - Se burló sonriendo fugazmente sin movérsele un solo cabello por el momento de ira del menor.
Kanon:- ¿Hnn...? Ya dejen de andar peleándose. Camus, Milo, si se van a ir, váyanse sin hacer espamento. - Los miró mal. - ¿Qué no ven que trato de comer? - Señaló su plato.

Acuario se calmó y se dio la vuelta para salir del lugar. Escorpio le dio una última mirada al mayor de los Géminis y salió tras su amado cubito.

Adentro, ambos hermanos suspiraron aliviados al verse solos nuevamente.

Saga:- Por un momento, creí que nunca se irían... - Rodó los ojos. - Y dime... ¿Qué tienes pensado hacer ahora? - Esa pregunta no se la esperaba.
Kanon:- Pues... - Hizo un pequeño silencio y volvió a hablar. - Aún no lo sé... pero sé que debo volver con él ya que es el padre de mis hijas... - Esas palabras fueron acompañadas por un deje de tristeza.
Saga:- No quiero sonar a que quiero separarte de él si es a quien realmente amas, pero... - Hizo una pausa para poder mirarla a los ojos. - ... sinceramente, no quiero que te fuerces a hacer algo que no quieres si es que volverás al Inframundo sólo por no separar a tus hijas de él. - Fuertes palabras que dejaron a la geminiana pensando.

Hubo un gran silencio en el que ella se quedó mirando su plato. Aún no estaba segura de si eso era lo que realmente deseaba, ella amaba a Radamanthys, de veras que sí, pero bueno... ese arranque de estupidez momentáneo la hizo dudar...

Y hasta aquí la dejo, se va a poner medio dramática, aviso... es muy tarde aquí, pero me inspiré a último momento y terminé yéndome medio que por las ramas...

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