Capítulo 22
La carretera se hace un hilo cuando Nicholas pisa el acelerador bruscamente, buscando una salida para esta persecución. El auto rojo escarlata no nos lo pone muy fácil, incluso en algunas ocasiones nos choca por detrás, mandando a la mierda cualquier tipo de seguridad que nos pueda proporcionar el cinturón.
-Sabía que en algún momento determinado mandarían a alguien a seguirnos -me dice Nick mientras mira con cólera a través del retrovisor-. Esos malditos capullos no nos dejarán en paz, será difícil llegar a casa de Evans.
Me sostengo del asiento cuando Nick dobla una curva temerariamente, pasando por alto el riesgo que corren nuestras vidas. Su mirada hace que la carretera se agriete, sus nudillos están blancos por la fuerza con la que aprieta el volante, todo es terrible. Siento que peligramos, la carretera está un poco mojada y podríamos salirnos de control, y más si ese auto nos sigue chocando enérgicamente por la parte trasera.
Nick me vuelve a mirar y toma mi mano por un instante, diciéndome:
-Nunca has estado preparada para esto, lo sé. Pero quiero que seas fuerte, y si algo pasa, no dudes en mantenerte firme, solo quiero eso. No flaquees en ningún instante, princesa.
Asiento, apabullada, temerosa por todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Una ola de peligro y desasosiego se mezclan en mi pecho. Corremos peligro, nuestras vidas penden de un hilo desgastado.
El auto rojo como la sangre helada que corre por mis venas vuelve a chocarnos, esta vez con más fuerza, logrando que me vaya hacia adelante y que mi cabeza casi se estampe contra el salpicadero.
«A la mierda.», me digo en mi subconsciente.
-Nick, la carretera se termina aquí -le digo mirando enajenada hacia las señales de construcción más adelante. Con mi índice tembloroso señalo el final de nuestro camino, nuestra jodida perdición.
Él me mira desconcertado y vuelve a sostener una mirada firme cuando reacciona ante mis gestos de terror. Estoy más que cagada.
-Hay un pequeño acceso a un lado de esta carretera -me dice girando el volante con fuerza hacia la izquierda-. Pero te tendrás que aguantar un poco, es uno de los más accidentados que he visto.
El auto derrapa en la tierra y logra estabilizarse cuando entramos por un camino repleto de baches que hacen que el auto salte como un maldito balón de playa. Mi respiración se comienza a agitar cuando veo el auto pegado a nosotros, chocándonos con insistencia y más fuerza. Cuando todo parece ir un poco mejor el auto se atasca en un gran hoyo y aunque Nick pisa el acelerador desenfrenadamente, todo está perdido, estamos perdido.
-¡Joder, joder! -exclama pegándole con ira al volante, como si eso fuera el culpable de todo lo que está pasando.
Mi primera reacción es deshacerme del cinturón de seguridad y jalar de la manija del auto, y justo cuando estoy a punto de abrir la puerta para salir, una mano callosa y tatuada la detiene. Consternada dirijo la mirada hacia arriba y me encuentro con un rostro mutilado, una sonrisa amplia y dientes amarillos y chuecos. Unos ojos marrones que nunca hubiera querido presenciar en mi vida.
-Hola, nena -Eso es lo único que escucho antes de sentir un terrible golpe en la frente que hace que todo se vuelva negro y confuso.
* * *
El puño del extraño se clava nuevamente en mi rostro, pasando por mi boca y haciéndome soltar a su paso un buche de sangre. El maldito se cree que tengo la misma resistencia que un hombre, se está aprovechando de mi debilidad como mujer para hacer de las suyas.
-Dime dónde demonios tiene tu novio esos milloncitos guardados -me exige y con su mano callosa abierta completamente, vuelve a golpearme en la cara.
Me encuentro magullada y de rodillas en el suelo. Unas cuerdas difíciles rodean mis muñecas, lastimándome, causándome un sufrir más grande que el que me proporcionan sus puños.
Lo miro y su sonrisa asquerosamente molesta se hace evidente en su semblante. Después me humedezco mi labio partido con la lengua, y maldigo cuando la herida comienza a hacer de las suyas, ardiente como el fuego.
-Ya... ya te dije que no sé nada -respondo con la voz ronca y magullada como mi cuerpo-. Nick nunca me ha contado de sus finanzas, de nada aparte de lo que me correspondía como su secretaria en la empresa.
Chasquea la lengua y niega con la cabeza mientras me rodea. Posa su mano mugrienta en mi hombro y hace que el nudo en mi estómago se enrede más de lo que estaba.
-De seguro que se le escapó algo mientras follabais en Malibú. ¿No te parece?
El tono asqueroso en que las palabras brotan de su boca hace que me den arcadas. Me hacen sentir vergüenza, porque a pesar, de todo, se enteraron incluso de nuestras relaciones.
-¿Qué le has hecho a Nick? -le pregunto dando por alto sus estúpidas observaciones.
-Te aseguro que su cara no está tan linda como la tuya, he sido muy bueno contigo -dice riéndose, disfrutando del dolor que al momento se evidencia en mi semblante. No me lo puedo ni imaginar, solo intentarlo me produce un dolor sumamente traumático.
» Como no vas a hablar, nena, creo que tendré que usar otros métodos que de seguro te gustarán tanto como a mí -continúa tomando con su pulgar mi barbilla, exigiéndome que le mire directo a sus ojos decaídos pero sanguinarios al mismo tiempo. Su aliento huele a café rancio, y su cuerpo, el cual está cerca del mío, huele a sudor y mugre.
Siento que puedo respirar con más tranquilidad cuando se aleja de mí y sale de la habitación, cerrando de un tirón la reja oxidada. Mis ojos se llenan de lágrimas instintivamente, mientras recuerdo por todo lo que hemos pasado yo y Nick, nuestra difícil relación era más que suficiente para mi corazón, pero ahora esto, estas personas peligrosas capaces de cualquier cosa, son demasiado para un alma que ya estaba rota cuando comenzó el juego.
14 de mayo, 2016.
La costra de sangre seca que se esparce por la esquina de mi boca todavía me recuerda a la paliza que me dio el capullo hace tres días. El castigo se ha vuelto más tortuoso, me ha flagelado y causado verdugos en todo el cuerpo, ha hecho de mis costillas un balón de futbol al que patear por diversión. Me ha tenido en posición fetal desde la última vez que entró, y de eso hace una hora.
Siento que la reja se abre en un molesto sonido y después los pasos brucos de mi pesadilla. Ese hombre ha estado en mis sueños en todos estos días, causándome verdugos, tocándome y riéndose de mi dolor.
-Te he traído pan y agua -dice la maldita voz que ha retumbado en mi cabeza sin cesar.
Con un ramalazo por los golpes evidenciándose en mi rostro, miro dolorida hacia la entrada. El hombre, si es que se le puede denominar así, está vestido como siempre, con sus harapos negros y el cabello rizado y tupido cayéndole hasta los hombros.
-Por... por favor, déjame ir -le imploro mientras me arrastro hasta la bandeja que ha dejado en el suelo.
Él se ríe de mis absurdas palabras y me toma del brazo, apretándome fuertemente con sus dedos callosos.
-Mira como estas, llena de marcas y con el mentón lleno de sangre -dice pateándome nuevamente en la costilla. Su bota rígida hace que me retuerza de dolor-. Si quieres limpiarte, arrástrate hasta el lavadero que hay en la esquina y échate un poco de agua encima, apestas.
Me vuelve a pegar como si fuera un balón y sale de la celda. Estoy cansada, jodidamente cansada de todo esto. De que este tipo me golpee cuando quiera liberar tensión, que descargue en mí su rabia como si fuera un maldito objeto de su posesión.
Tomo el pan con la boca y con trabajo comienzo a masticarlo. La masa está dura y un poco vieja, pero necesito tener algo en el estómago, debo de resguardar fuerzas para la próxima tanda de golpes. Termino de comer y me arrastro por el suelo de cemento, el cual me raspa la piel de los muslos y el torso. Llego al fregadero y noto que es inútil que intente limpiarme, tengo las manos atadas, la piel de mis muñecas está deteriorada por el daño de las cuerdas.
-Es inútil, estoy perdida -me digo a mi misma, mientras recuesto contra la pared despintada y turbia.
Dirijo mi mirada hacia el suelo y noto entre toda la oscuridad algo que refulge, veo fijamente hacia el objeto una y otra vez hasta que me aseguro, es un trozo de espejo. ¿Podría ser?
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Espero que os haya gustado. Pronto vengo con más actualizaciones.
Bye ;)
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