Narra Eddie

Escuché voces a mi alrededor como si provinieran del fondo del agua, no podía entender casi lo que decían, ni distinguir de quienes eran. Abrí los ojos, cegándome con una luz blanca.

—¿D-dónde estoy?

Balbuceé con dificultad. Parpadeé un par de veces intentando acostumbrarme a la luz. Me percaté de un pitido que sonaba de manera intermitente. Estaba aturdido y desorientado. Una vez que mis ojos se acostumbraron, pude ver por fin la habitación y quienes eran los que hablaban a mi alrededor.

—A-al fin despertaste, Eddie.

La inconfundible voz de Richie sonó a mi lado, me giré hacia él, encontrándome con su sonrisa opacando las lágrimas que recorrían sus mejillas.

—¿Q-qué ha pasado con Eso?

Intenté incorporarme, pero un dolor agudo en mi abdomen me lo impidió, haciendo que soltase un quejido.

—No te levantes, Eds —acarició mi cabello —. No te preocupes por Eso, hemos acabado con él. No volverá, puedes estar tranquilo.

Cerré los ojos y solté un pequeño suspiro aliviado; nuestra pesadilla acabó por fin. De repente, la mano de Richie tomó la mía, lo miré, pero él tenía la mirada clavada en nuestras manos, acompañada de una sonrisa que vacilaba entre la felicidad y la tranquilidad. Me sentía un poco incómodo, pero no podía apartar mi mano de la suya, no tenía fuerzas para hacerlo. En su lugar, decidí desviar la mirada.

—Qué bueno que ya despertaste, Eddie.

La voz de Beverly hizo que Richie soltara mi mano rápidamente, desvié la mirada hacia ella encontrándome con su sonrisa. Se acercó a nosotros y le extendió a Richie un pequeño vaso descartable.

—¿Cómo te sientes?

—Al menos sigo vivo —contesté logrando que mi voz no temblara tanto—. ¿Dónde están los chicos? —Bev tomó un pequeño sorbo de su café.

—Fueron a dejar flores en la tumba de Stan —suspiró tomando otro sorbo—. Luego de traerte, Billy decidió ir, quería despedirse de él apropiadamente después de lo que sucedió entre ellos cuando éramos niños.

Asentí sintiendo repentinamente la mirada de Richie fija sobre mí. Lo miré de reojo haciendo que desviara la vista rápidamente.

—Bien, creo que iré a fumar —dijo él repentinamente levantándose de la silla en la que se encontraba sentado—. No tardaré.

Dicho esto, salió de la habitación; me sentí un poco más relajado cuando se fue.

—La ha pasado realmente mal estos días —Beverly se encontraba bastante seria—. Sabes perfectamente porque te lo digo —solté un suspiro pesado.

—Bev, estoy casado, no puedo volver al jueguito que teníamos Richie y yo de pequeños —bajé la mirada—. Escucha, realmente quiero a Richie, pero lo quiero como quiero a todos ustedes, no como en ese entonces —jugueteé con mis manos unos instantes—. Ahora mismo, solo quiero volver a mi casa y ver a Myra —ella chasqueo la lengua—. De verdad lo siento, Bev, sobre todo por Richie, pero no puedo hacer nada, es solo mi amigo de la infancia, o mi novio de la adolescencia.

Sus facciones se endurecieron unos instantes y volvieron a relajarse. Podía entender que le molestara lo que acababa de decirle, pero no podía cambiar las cosas, hasta hacía unos días no recordaba la existencia de Richie y estaba seguro que él tampoco me recordaba.

—Está bien, Eddie, no te obligaré que lo veas como lo veías en aquel entonces, pero, al menos, regálale algo de tiempo, aunque sea como agradecimiento, ya que estás aquí gracias a él.

Dicho esto, y como si supiera que ya no hablaríamos de él, Richie apareció en la habitación. Me volví hacia Bev nuevamente, pero ella ya se encontraba de pie con la intención de salir.

—He llamado a tu esposa, Eds.

—No me llames "Eds" —me quejé, notando la sonrisa idiota que se formaba en su rostro—. ¿Qué le has dicho?

—Que estás en el hospital, pero que te encuentras bien —colocó su mano cerca de la mía rozándola—. Me ha dejado un mensaje para ti: quiere que te recuperes pronto y vuelvas a casa. Que te extraña.

Noté que la sonrisa que tenía en el rostro se desdibujaba un poco, no hice más que asentir. Las cosas seguirán sintiéndose un poco tensas si Richie continuaba así.

—Bev me ha dicho que tú me sacaste de la caverna —asintió—. Gracias.

Mi agradecimiento se escuchó más escueto de lo que hubiera querido, pero pareció suficiente para que él se animara un poco, o al menos se olvidara por un segundo que había tenido que hablar con mi esposa.

***

Unas semanas después, me dieron el alta del hospital. Me encontraba mejor, pero no recuperado completamente, por lo que me recomendaron quedarme en Derry por lo menos dos meses, hasta poder volver a mi vida normal. Durante el tiempo que me quedé en el hospital, los chicos, sobre todo Richie, se encargaron de hacerme compañía en el hospital. Richie era quien se quedaba conmigo por la noche, cuando los demás debían irse. También él fue quien me llevó hasta el hotel donde parábamos y me llevó hasta mi habitación.

Tomé mi celular y miré la pantalla unos instantes. Hacía poco más de una hora que había hablado con Myra, no parecía muy preocupada por lo que me había sucedido, parecía importarle más que volviera a casa y me ocupase de lo que ella no quería hacer. Solté un suspiro pesado y dejé el celular, al tiempo de que sonaban unos toques en la puerta, me levanté con sumo cuidado, me dirigí a esta y la abrí, del otro lado se encontraban los chicos, me miraron sonriéndome.

—Hola, cariño —me saludó Bev con una sonrisa—. Debe ser aburrido tener que quedarse aquí, así que decidimos hacerte algo de compañía. Tenemos que festejar que Eso se ha ido para siempre.

Me tomó de los hombros y con cuidado me llevó hasta la cama para sentarme, mientras los demás entraban y se acomodaban en mi habitación. Noté que traían paquetes de frituras, cervezas y sodas. Como habían planeado, hicimos una "reunión" como si fuéramos niños nuevamente. Ben se había encargado de poner música mientras los demás simplemente hablábamos. Richie no dejó de molestarme en todo el rato, burlándose de mí y mi esposa cada vez que podía.

—¿Por qué decidieron hacer esto? —pregunté cuando nos encontrábamos un poco más tranquilos.

—Q-queríamos que las c-c-cosas no sean tan aburridas para ti, Eddie —dijo Bill apoyado contra la pared—. No he-he-hemos tenido tiempo de relajarnos lueg-g-go de lo que sucedió.

—Y festejamos que Eso no te ha matado por distraído —continuó Richie rodeándome el cuello con uno de sus brazos.

—Me atacó por salvarte. Fuiste un idiota al enfrentarlo solo.

Me crucé de brazos frunciendo levemente el ceño, todos comenzaron a reír, incluso Richie, que me atrajo más a él. Lo aparté de mi un poco en broma y un poco en mala gana, para luego posar, sin querer, la vista en Bev. Ella tenía una mirada que no supe identificar, parecía como si quisiera decirme algo. Volví a apartar la mirada fingiendo que lo que hacía Richie me molestaba, aunque realmente no le estaba prestando mucha atención. Una vez que nuestra reunión terminó y los chicos volvieron a sus habitaciones, comencé a recoger y limpiar un poco la mía con la ayuda de Bev. Nos tardamos unos veinte minutos en terminar de arreglar todo. Ella se sentó en mi cama, se cruzó de piernas y se llevó un cigarrillo a la boca, lo encendió, inhaló y, quitándoselo de la boca, soltó el humo.

—¿No iras con Ben? —inquirí mirándola.

—¿Estas echándome? —negué con la cabeza—. Tenemos que hablar, Eddie. Necesito que respondas algo.

Dio unos golpecitos a su lado indicándome que me sentase, así hice, me senté a su lado y la miré. Me sentí nervioso, su rostro serio no indicaba nada bueno. Tenía una ligera idea de lo que quería hablar, pero eso no evitaba que me pusiera nervioso. 

**

Muy buenas ~ acá traigo el nuevo capítulo de esta segunda parte del minifanfic Reddie. En lo personal, es mi shippeo favorito en este momento, por lo que soy muy feliz de volver a escribir algo de ellos. Llevo unos cuantos meses preparando esta historia, el borrador lo tenía hace tiempo esperando para comenzar, pero por unas cosas o por otras, aún no había logrado terminar el capitulo propiamente dicho, ni darle los últimos toques. Como sea, si les gustó este primer capítulo, por favor voten, comenten y compartan, su apoyo siempre se agradece muchísimo. 

Pequeño aviso: esta historia va a ser actualizada de manera irregular, dado a que estoy en clases y suelo tener mucho para leer.