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Capitulo 34

—¿Así serán las cosas ahora?—, pregunto Kao mientras iba sentado en el tren al lado de Ohm, de alguna manera la conversación era medio privada a pesar de estar rodeados de tantas personas.

Iban de regreso a sus casas después de haber cuidado a los niños ese día, ellos se habían ido a dormir felices después de pasar tiempo con sus tíos y su papi, sin saber que cuando la puerta de su dormitorio se cerro una tensión apareció en el aire, una que solo aparecía cuando sus ojos inocentes no estaban mirando, en esos momentos Kao no demoraba mucho en irse siendo seguido rápidamente del hombre que iba a su lado.

Ohm estaba cansado, el tipo de cansancio que no podía desaparecer con una buena noche de sueño, el luchar por alejarse de las cosas que quería para si mismo era bastante agotador, era una tortura que no tenia fin, hacia las cosas por inercia, no tenia ánimos para hacer nada.

—No se que quieres que te diga—, contesto al fin el hombre.

—¿Te preocupas por él?... Se que crees que si, pero siento que te preocupas mas por ti que por él.

Los ojos del pelinegro se levantaron y lo miraron un poco antes de recostar la cabeza del vidrio de la ventanilla del tren —¿Podrías explicarme?

—Dices que quieres protegerlo de ti, pero estas ignorando lo que le estas haciendo.

—Todavía estoy aquí, todavía estoy ayudando, no he dejado a los niños...

—Si, pero el quiere estar contigo.

—No— Ohm negó con la cabeza —Él no ha dicho algo como eso.

—¡Dios!, se que eres inteligente, no finjas ser estúpido—, dijo Kao exasperado.

—¿Y si le digo que quiero estar con él?, ¿entonces que?—. Sus ojos se dirigieron a su amigo quien le devolvió la mirada.

—Estarían juntos...

—¿Como?, ¿seria su novio?

—No se... Lo que ustedes quieran que sean— Kao no entendía a donde quería llegar con esas preguntas.

—¿Y si no funciona?, ¿que hago?, ¿desaparezco?

—¿Porque no habría de funcionar?—, pregunto Kao frunciendo el ceño.

—El acaba de perder a su marido, yo... Yo soy un desastre andante ¿se lo escondemos a los niños en caso de que no funcione? ¿y si no separamos?, ¿si lo hacemos en malos términos?, ¿que hago?, ¿me quedo por lo niños?, ¿lo hago sentir incomodo?

En ese momento la expresión de molestia del otro pelinegro se suavizo —Solo tienen que darse una oportunidad, te conozco, también lo he llegado a conocer a él y no son unas personas de citas, si deciden estar juntos es porque quieren estar juntos y están seguros de que todo va a estar bien... Lo que sientes es miedo, el miedo es lo que te detiene, no es el deseo de cuidar de ellos como te has hecho creer —, murmuro sombriamente Kao dándose la vuelta —Si, tienes muchas razones para no arriesgarte, pero... ¿cuales son las consecuencias de no hacerlo?—. Finalizo tomando sus cosas para acercarse a la puerta, estaba pronto a llegar a su parada.

—¿Las consecuencias de no hacerlo?

—Si, ¿puedes imaginarlo con alguien mas?—. El estremecimiento que recorrió a Ohm fue involuntario —¿Puedes imaginarlo en la cama con alguien mas?... ¿sobrevivirías a eso?

Con esa ultima pregunta Noppakao bajo del tren sin esperar que su amigo le respondiera, cuando las puertas se cerraron Ohm miro hacia donde se perdía este entre la multitud antes de que el tren reanudara su trayecto y se quedara solo con la multitud, tratando de mantener el equilibrio contra la sensación de malestar en su estomago.

—Consecuencias...

Era su tarde libre y Kao no pudo seguir postergando lo inevitable, esa tarde había quedado en verse con Up, por fin irían por el bendito gato que le había estado pidiendo que lo acompañara a buscar, le había dado largas a esa salida pero al final el doncel se había salido con la suya y por eso ahora se encontraba en las puertas del centro comercial esperando por él, por lo que se sorprendió cuando lo vio caminar hacia su posición de manera relajada, vistiendo una camisa suelta con unos pantalones en iguales condiciones, la ropa se veía grande para su delgado cuerpo pero igual no dejaba de verse adorable.

—Hola

—Hola, vamos por tu gato...

—No yo quiero un gatito—. Lo corrigió el doncel y se paro a su lado en la acera.

—Bien vamos por tu gatito—. Caminaron juntos hacia dentro y de vez en cuando el pelinegro le lanzaba una que otra mirada apreciativa, de verdad le gustaba la forma en que iba vestido ese día Up, se veía tan diferente a como acostumbraba verlo en la escuela.

Llegaron a la tienda de mascotas y el doncel presiono su cabeza contra el vidrio observando detenidamente la sección de los gatos —¡Oh no!—, exclamo de la nada.

—¿Que sucede?

—¡Todos son tan lindos!

—¿Que?

—No se cual elegir, los quiero todos.

Kao solo negó con la cabeza, para segundos después colocar cara de preocupación, pues su acompañante había volteado en su dirección con los ojos llorosos —¿Porque vas a llorar?

—¡Son demasiado lindos Kao!—. Las lagrimas fluyeron por sus mejillas sin darse cuenta que lo había llamado por su nombre de pila por primera vez —¡Son demasiado lindos!, ¿como puedo escoger solo uno?—. Hizo un puchero cuando vio que el otro se estaba riendo de sus palabras    —¿Por que te ríes?, esto no es gracioso—. Se cruzo de brazos.

—¡Eres demasiado lindo!— Kao apretó sus mejillas con una sonrisa en sus labios, abrió la puerta de la tienda esperando que el doncel entrara.

—Quiero que Nirin consiga uno, ¿tuviste la oportunidad de mencionárselo a Fluke?

—Si, pero no era el mejor momento para hacerlo así que...—No pudo seguir hablando porque llego el encargado para atenderlos y con una seña le dijeron que iban a mirar primero antes de llamarlo.

—He visto a Fluke muy triste en estos días—, susurro Up mientras se agachaba para tomar en sus manos uno de los gatitos —Deberias ser mas feo, así esto no seria tan difícil para mi—. Le hablo al pequeño animal.

El pelinegro solo lo observo mientras interactuaba con las pequeñas bolas de pelo para luego decirte —Si, Fluke ha estado un poco tristes últimamente...

—El parecía estar feliz cuando lo conocí—, repondio el doncel tomando otro gatito.

—¿De verdad?—.pregunto jugando con uno de los juguetes que estaba cerca del lugar en donde estaba los gatos.

—Si, estaba bastante seguro que él y Thitiwat eran pareja—. Siguió hablando Up sin apartar la vista de los gatitos.

—No, ello nos son pareja—, contesto él un poco molesto.

—Mmmm, tu... ¿te gustaría ser la pareja de Fluke?—, pregunto inseguro el doncel.

—¡No!—. La respuesta fue rápida, si le hubieran preguntado lo mismo el año pasado hubiera sido muy diferente —Entre Fluke y yo no hay nada.

—Bien.

—A Fluke le gusta Ohm—. Termino diciendo Kao —Le gusta mucho, en realidad creo que no se ha dado cuenta que le gusta el idiota de mi amigo y eso me esta volviendo loco porque se que a Ohm tiene sentimientos por ese doncel, pero como lo dije antes es un idiota.

Kao había necesitado alguien con quien hablar, así que sin importarle comenzó a contarle todo lo que se había estado guardando para si mismo —Ohm tiene este pensamiento extraño de que cree que arruina todo lo que toca... No lo culpo, puede ser un poco cierto, se de donde viene y por parte de lo que ha pasado pero ha cambiado desde que Fluke aprecio con sus hijos en su vida y solo quiero sacudirlo para que se de cuenta... — Se detuvo al ver como Up se alejaban un poco de él y se dio percato de lo que estaba diciendo y en lugar donde lo estaba haciendo           —Probablemente no debería haber dicho nada, pero es que ahhh—. Se paso un mano por el cabello.

—Tranquilo solo tenias que dejarlo salir.

—Gracias por escucharme supongo—. Se encogió de hombros.

—Menos mal que no te gusta Fluke—. Sonrió Up —Sino hubiera pensado que estaba fuera de la carrera.

Kao no pudo verse más confundido en ese momento —¿Qué dijiste?

—Solo estaba bromeando—, dijo nuevamente el doncel dándose la vuelta para cargar otro gato —Creo que este, este se ve lindo y tranquilo, será un buen amigo—. Lo levantó por encima de su cabeza y el gato lo miró con pereza.

El corazón de Kao latía en su pecho por lo cual respiró hondo en un intento de calmarse —Ahora tenemos que ir a buscar comida—. Se dio la vuelta y se detuvo a mitad de camino hacia uno de los pasillos.

—¡Kao!, ¿pasa algo?

—Nada—. Sacudió la cabeza con fuerza —No pasa nada.

—Esta bien—. Sonrió Up sabiendo que lo había dejado descolocado con su declaración, esa fue la intención desde un principio —Vamos—. Lo agarró del brazo para arrastrarlo por la tienda, el pelinegro solo se dejo llevar mirando su espalda, en su cabeza  seguían repitiéndose las palabras del chico, nunca se lo hubiera imaginado.

La lluvia había estado cayendo durante todo el día, Fluke solo la veía a través de la ventana, era un poco extraño porque estaban casi al comienzo de las  vacaciones de verano, a su lado en la cama estaba Aroon, su cabello castaño oscuro esparcido por las blancas sábanas y lentamente paso sus dedos por el, sintiendo la seda de cada mechón pasar por su piel.

Él lo miró perezosamente, tenía las mejillas sonrrojadas y la boca formando una media sonrisa satisfecha, era raro que tuviera tiempo para estar así solo con su niño, antes Teerapat habría estado afuera dando vueltas alrededor de la casa tratando de cansar a Nirin mientras él y Aroon leían historias en la habitación, escuchando de fondo las payasadas de su padre y su hermana afuera a través de las ventanas entreabiertas para dejar entrar la brisa por el calor del verano.

Pero ya había pasado mas de un año desde que tuvo la oportunidad de hacerlo, Nirin se había ido a dormir temprano la oscuridad de la lluvia había hecho que le diera sueño antes de lo esperado.

—Mmmm—, suspiro Aroon satisfecho enterrándose un poco  más en la suavidad de las mantas de su madre, había algo en el olor, le había dicho él una vez, le gustaba acostarse del lado de su cama.

—Huele a limpio y a rosas.

Fluke solo sonrió y bajo su rostro para darle un beso en la nariz —Esta lloviendo bastante —, susurro él castaño en voz baja y el pequeño dejó que su  mirada se desviara brevemente hacia la ventana antes de acomodarse mejor en la cama, acurrucándose en el calor de su papi.

—A ti no te gusta la lluvia.

Los ojos castaños de Fluke se posaron en los de su hijo, sorprendido por la intensidad de su joven mirada, en las sombras de la tarde de lluviosa parecían brillar, reflejando la poca luz disponible en la habitación, la seriedad en ella era inesperada, lo estudiaba como queriendo una respuesta.

—No me gusta porque todo está mojado y resbaladizo—, murmuró suavemente pasando los dedos por su mejilla sintiendo su aun suave piel de bebé.

—¿Así es como murió papá?

Su rostro se quedó inmóvil en ese momento y con un poco de esfuerzo su mano continuó moviéndose, deslizándose a través de sus cabellos, trazando líneas en su cuero cabelludo, pensando que un día su pequeño crecería y sería igual a su padre, sus ojos lo mirarían como si fuera él pero era su niño el que esta dentro.

—Así es—. Admitió en voz baja levantando los ojos hacia la mirada fijamente de su hijo —Simplemente no me gusta.

—¿Extrañas a papá?

—Sí, bebé—, respiro tembloroso esforzándose por mantener la calma mientras él dolor familiar e interminable resonaba sordamente en su pecho —Por supuesto que los extraño.

—Yo también lo hago—, dijo él niño tomando la mano de su papi entre sus pequeñas manos —¿Cuando tendremos un nuevo papá?

Esta vez Fluke no pudo evitar que la sorpresa se registrará en su rostro y lo estudio, agradecido de que su mirada siguiera la trayectoria de sus dedos sobre la mejilla y luego su mandíbula, hasta su oreja, trazando el contorno de su cara con cuidado.

—Aroon... ¿Que...

—En la guardería, mi amiga Leila me dijo que su mamá y papá ya no viven juntos—, susurro lentamente con los ojos enfocados en el recorrido de sus dedos —Pero ella vive con su mamá y un nuevo papá.

Lentamente el aire se expandió en los pulmones del castaño, tratando de disipar la presión que se acumulaba en su pecho, las lágrimas brotaban ahora, sin importar su intento de mantenerlas a raya, lentamente parpadeo, sintiendo como mojaba sus pestañas mientras se estremecía.

—Yo aun quiero mucho a tu padre—. Su voz vacilo —No se... Si podría tener un nuevo papá para ti.

Aroon no dejo de jugar con una de sus manos manos —¿Pero podrías?

—Aroon...

—Tu puedes elegir—. Soltó la mano de su papi para esconderse debajo de las sábanas.

Fluke busco su rostro, sus labios entreabiertos con las palabras que  no sabía cómo expresar      —Yo supongo que podría elegir, pero Aroon...

—¿Si tienes que elegir?—. La voz del pequeño vacilo apartando los ojos decididamente.                 —¿Podría ser el tío Ohm?

El doncel se movió para sentarse, sus ojos en su rostro con las lágrimas aún bajando por sus mejillas igual que la lluvia que dejaba riachuelos de agua en la ventana.

—Aroon no es tan simple... Bebé, ¿tu quieres que sea él?—. Sus palabras quedaron atrapadas en su garganta y se detuvo intentando calmarse.

El niño permaneció inmóvil en la cama, sus ojos distantes mientras estudiaba  nuevamente la mano de su papi, justo en el lugar en donde debería estar su anillo.

—Creo que papá estaría feliz de que fuera él —. Lentamente Fluke se llevó una mano a la boca presionándolo allí mientras cerraba los ojos con fuerza, incapaz de mirar la tristeza en los ojos de su hijo, en una cara parecida a la de su difunto marido —Lo siento papi, yo solo pensaba... Lo siento—. Siguió diciendo el niño algo preocupado mientras se escondía debajo de las sábanas, no le gustaba ver que su padre llorar —¿Papi?—. Le tembló la voz enterrándose en el colchón.

—Aroon—, susurro él castaño, su voz algo quebrada por las lágrimas, se recostó en la cama y abrazo a su pequeño, presionando su frente contra la de él, su sonrisa vacilante pero presente.

—¿No te gusta?—, pregunto Aroon con la voz algo temblorosa por la eminente llegada de las lágrimas.

El doncel suspiro presionando más fuerte su frente contra la de él, con los ojos cerrados retrocedió, ahora estaba recordando  los ojos oscuros de Ohm, recordando su mirada impasible aquel día que se vieron por primera vez, la manera en que su mandíbula se había apretado con disgusto al verlo, después de años de esconderse había llegado él para arruinar su supuesta calma.

Todavía podía sentir la animosidad saliendo de su cuerpo cuando pensaba en ese momento, pero luego había estado su quietud, su conmoción al saber sobre la muerte de Teerapat, observó en su mente el recuerdo de aquella vez que había llegado a la puerta de su apartamento, estaba listo par iniciar una pelea pero siendo derribado por la mirada de Nirin en el pasillo, sus ojos aterrorizados y avergonzados.

—Yo se que es gruñón a veces—. Admitió Aroon.

—Pero... El es muy amable—, susurro Fluke recordando sus interacciones con su niña.

—Si y muy divertido—. Estuvo de acuerdo el niño.

¿Cuántas veces había llegado para encontrar a los niños dormidos sobre su cuerpo?, siempre pegados a él, como para asegurarse que no se marchará cuando se durmieran, ¿Cuántas veces no los había tomado a él mismo en brazos? Permitiendole llorar por Teerapat en su ropa, susurrando su promesa de permaneces con ellos.

—También me da dulces a veces—. Agrego Aroon tímidamente haciéndolo sonreír y saborear la sal de sus lágrimas en su rostro el castaño —Tal y como lo hacía papá.

—A mi también me gusta Ohm hijo—. Por fin susurro él doncel y su cuerpo se estremeció por las palabras dichas.

—¿Te gusta?—, pregunto el pequeño sorprendido, Fluke solo se rio suavemente ahogando sus lágrimas, sus ojos mirando a través de sus pestañas húmedas, mientras la lluvia continúa a cayendo afuera.

—Si bebé, creo que me gusta...


Fluke lo ha admitido, ha entendido que le gusta Ohm ¿se dará una oportunidad con él?














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