Capítulo 29
Fluke había llegado a casa y había cenado junto a ellos sin ningún problema, les había contado lo que le había propuesto a Up para ese fin de semana, por ello ahora después de llevar a los niños a la cama, Kao estaba tirado en el suelo de la sala de estar derrotado.
—¿De verdad lo invitaste?—, pregunto desde su lugar.
—Si—. Suspiro el castaño dejando sus hombros, él tampoco estaba contento con esa decisión que había tomado, pero siguió con su labor de untar algunos panes con mermelada para merendar y le tendió uno de los platos a Kao —De verdad lo siento por eso, pero en ese momento pensé que seria una buena idea, a Ohm no le ofreció pan porque el estaba entretenido con un té de burbujas y perdido entre las paginas de un libro mientras le prestaba atención a la conversación de los otros dos.
—¿Puedes cancelar la invitación?—, murmuro desde el suelo el hombre —Quizas podríamos decirle que cambiamos de opinión y ya no vamos a ir.
—El no es mala persona... Es solo que tu lo has estado haciendo demasiado difícil para él Kao—. El doncel levanto su brazo para que viera las manchas de tinta que aun no se le habían quitado para que las viera —Antes de venirme tuve que ayudarlo a desatascar la impresora, vi los folletos Kao, todos tenían tu nombre.
—¿De verdad?
—Si, él y yo tuvimos que meternos de cabeza en la maquina, no podíamos sacar la bendita hoja de papel y todo lo que tienes que hacer es reducir la cantidad de copias que sacas para que no se atasque, Up me dijo que ya te lo había dicho, ¿porque no hiciste lo que te pidió?
—¿El todavía estaba en la escuela?—. De todo lo que había dicho el castaño lo único que le había quedado en su mente era que el doncel todavía estaba en la escuela cuando este había terminado sus clases de tutoria.
—Si él todavía estaba allí, tenia parte de su trabajo atrasado por culpa de la impresora... —Fluke miro a Ohm para luego preguntarle —¿Verdad que él no es tan malo?, por lo general es agradable con las personas.
—Siempre y cuando no seas Kao—, contesto el interpelado en tono burlón.
—Pero el se pone tan arrogante cuando esta enfadado—, comento Noppakao dejándose caer nuevamente en el suelo.
—¿Arrogante?—, pregunto Ohm alzando una ceja mientras miraba hacia el doncel.
—No lo se, pero nervioso puede ser una palabra que defina el comportamiento de nuestro amigo cada vez que lo ve—. Se inclino sobre la mesa para poder ver mejor a Kao recordando la forma en que Up lo había inmovilizado esa misma tarde cuando entro a la sala de profesores.
—¿Nervioso?, ¿porque dices eso?—, hablo el pelinegro acusado después de un largo silencio y como si fuera una repetición de lo que había pasado anteriormente sus mejillas se habían sonrrojado.
—¡Lo estas haciendo a propósito!— La realización llego a Fluke de repente.
—¿A propósito?, yo no...—Trato de excusarse nervioso el hombre.
—Ya Kao solo era una pregunta, tampoco es para que te pongas así...
—Creo que es tiempo de que me vaya a casa.
—¡No tienes porque irte!, solo fue una pregunta inocente—. Lo miro asustado el castaño, no quería que su amigo se enfadara.
—No me voy por tu pregunta, solo que ya es tarde y tengo todavía que hacer unas compras, nos vemos mañana chicos—. Se despidió tomando sus cosas rápidamente para luego dirigirse a la puerta sin decir nada mas.
Los otros dos solo se quedaron sentados en la mesa de comedor sin saber exactamente que había pasado —A el le gusta Up—, dijo al fin Ohm rompiendo el silencio.
—¿Tu crees?, yo también lo pensé por eso le hice la pregunta...
—Si lo creo, solo que todavía no se ha dado cuenta—, murmuro pasando una pagina de su libro.
—Pero se pelean mucho...
—¿Tu y Teerapat nunca pelearon?
Esa pregunta dejo un poco fuera de base al doncel, aun le dolía oír el nombre de su marido muerto —La verdad es que si peleábamos a veces—, contesto acomodándose mejor en su silla para tomar su taza de te.
—¿De verdad?—. El pelinegro solo había hecho la pregunta por curiosidad pero jamás espero que él le fuera a responder.
—Si, pero no lo hacíamos muy seguido y tampoco era como lo de Kao con Up.
En ese momento la curiosidad brillo en los ojos de Ohm, tanto que dejo de lado el libro para prestarle atención al doncel —¿Porque pelearon?
—Una vez fue porque se emborracho en una fiesta y golpeo a Prem en la cara.
—¿De verdad?
—Si, yo estaba molesto porque mi primo necesito puntos en su mejilla por eso—. El recuerdo llego a su mente como si hubiera pasado el día anterior.
—¿Estabas molesto porque golpeo a Prem en la cara?—, pregunto sorprendido el pelinegro, de todas las cosas que se había imaginado esa no era una de las causas por la cual pensó que hubieran peleado.
—Si, yo se que mi primo no es el doncel mas amable que hay en el mundo pero es buena persona, su personalidad solo es una coraza para que no le hagan daño.
—No se porque Teerapat lo golpeo, pero estoy seguro de que yo también lo hubiera hecho, tu primo tiene una manera particular de decir las cosas que no a todos les cae bien, de hecho creo que esa no fue la primera vez que él lo golpeo.
—¿Que?
—Como lo oyes, recuerdo que teníamos quince años quizás, mi hermano estaba trabajando hasta tarde y yo estaba aburrido en mi casa, después llego Teerapat y no se como terminamos cerca de los terrenos de aquel viejo gruñón que le gustaba pelear cada vez que estábamos cerca de sus arboles de fruta, estábamos justo donde las propiedades estaban separadas por el dique... Ahora que lo pienso a lo mejor Teerapat quería echarte un vistazo.
—¿Verme?—, pregunto confundido Fluke, para esa época él no había tenido ninguna interacción con su marido.
—Si, la casa Natouch era la mas grande y limita con la propiedad del viejo gruñón—. Ambos se perdieron en la geografía de su pueblo ubicándose exactamente en la locación que describía el pelinegro —El me hizo entrar a la propiedad Natouch, estaba buscando algo, creo que quería averiguar cual habitación era la tuya—. Ohm trato de recordar las palabras de su amigo mientras se internaban en la propiedad —Pero Prem nos encontró antes de que pudiéramos avanzar mas.
—Mi primo tenia la costumbre de salir a caminar al patio de noche...
—Eso lo explica todo, la cuestión es que hizo uno de sus lindos comentarios y Teerapat se molesto, yo también lo hice, pero no fue una pelea de dos contra uno, yo no planeaba involucrarme, yo sabia que Teerapat podía defenderse solo—. El pelinegro sonaba divertido contándole ese recuerdo —Pero entonces llego ese otro tipo rubio.
—¿Boun?
—Si ese, no medio palabras ni pregunto que estaba pasando, solo se lanzo ayudar a tu primo, allí si eran dos contra uno así que me tuve que involucrar y definitivamente creo que termine golpeando a Prem también...
Fluke no pudo evitar reír ante eso, se podía imaginar la escena en su cabeza, para aquel entonces Boun estaba detrás de los huesos de su primo pero este no le hacia caso y se imagino que para ganar puntos se había metido a defenderlo, para él era una ofensa que alguien se metiera con su gordito como el lo llamaba, definitivamente una pelea adolescente y ahora que hacia un poco de memoria él también podía recordar ese incidente, se había levantado a la mañana siguiente para ver a su primo algo magullado, pero cuando le pregunto le dijo que no era nada, que se había caído en su caminata nocturna.
—Sabes, ¿me pregunto como sera Aroon?—, pregunto de la nada el pelinegro.
—Yo también lo hago, pero creo que ha heredado mi personalidad tranquila mas que la de su papá, ahora Nirin es otro cuento...
—Tienes razón—. Estuvo de acuerdo Ohm para luego mirar su reloj —Ya es tarde, creo que debería irme ya.
—Si ya es tarde... Ohm, tu hermano... ¿que hacia?, ¿porque trabajaba hasta tarde?—. Esa era la primera vez que el castaño le preguntaba algo referente a su familia.
—El era doctor... Trabajaba en una clínica de salud mental...
—No lo sabia, Teerapat nunca me quiso hablar de él y de las razones por las que te fuiste.
—Me tengo que ir—. Volvió a decir el pelinegro antes de que pudieran surgir nuevas preguntas.
—Esta bien nos vemos mañana en la escuela...
Lo acompaño hasta la puerta y sorprendiéndolo le dio un abrazo de despedida, para luego darse la vuelta y caminar a su habitación con las palabras del Ohm rondandole la cabeza, su hermano era un médico.
Era viernes por la noche y desde que Ohm había tenido aquella conversación con el doncel, los recuerdos habían llegado con fuerza, cuando por fin pudo dormir, sus sueños estuvieron plagados de pesadillas, todo lo que podía ver en su mente era sangre, un suelo lleno de sangre, un cuerpo sin vida con una bata medica y a otro hombre encorvado sobre él, todo era tan macabro, tan real, que se levanto agitado con la respiración entrecortada, sentía una opresión en sus pulmones que no dejaba que el aire pasara entre ellos, el vomito también había llegado a su garganta, tanto así que ni siquiera le dio tiempo de llegar al baño y solo asomo su cabeza por un costado de la cama, se agarro a ella con todas sus fuerzas incapaz de ver mas allá de la oscuridad de su habitación.
Jadeando y agotado se levanto como pudo para llegar al baño en donde se limpio los restos del vomito, las imágenes que había tratado de enterrar en los mas profundo de su mente habían vuelto aparecer desestabilizandolo, aun recuerda vividamente el piso de la clínica resbaladizo por la sangre, sus manos en la cara de su hermano pidiendo ayuda, tratando de detener el sangrado, llamándolo para que no lo dejara.
Pero todo fue en vano, su hermano no lo escuchaba, había sido un corte limpio debajo de su camisa, se había desangrado en la escena, solo el silencio y la risa maníaca de su asesino era lo único que se escuchaba en ese momento; la ducha lo calmó un poco pero seguía respirando con dificultad, salió a trompicones del baño, solo estaba envuelto en una toalla, iba con los ojos cerrados tratando de no ver el desastre que había hecho en la habitación.
Atropelladamente llegó a la sala tomando su celular, lo miro en la oscuridad de su apartamento, dudo por un momento, sus ojos demorándose en la hora, eran casi las dos de la mañana, era la peor hora para despertar a alguien y sin embargo su corazón no se detenía, necesitaba escucharlo.
Le tomo tan solo unos segundos que su teléfono marcará, sus dedos estaban temblando, los repiques solo fueron cuatro antes de que una voz susurrada se escuchará a través del dispositivo, un pánico suave que hizo que le dolieran las entrañas y sin embargo alivio la risa que aún se reproducía en la cabeza.
—Ohm... ¿Estás bien?
—No... Lamento llamar tan tarde...
—¿Que sucede?—, pregunto preocupado Fluke, la voz del pelinegro se escuchaba quebrada, probablemente por las arcadas que hizo para vomitar.
—Lo siento, solo necesitaba escucharte...
El silencio se prolongó por un momento, pero en la misma quietud el sonido de sus respiraciones fue tranquilizador para él.
—¿Que paso?, Estás...
—No puedo... No puedo hablar de eso...
—Esta bien—. El castaño comprendió que era una de esas pesadillas que no quieres revivir —Me quedaré contigo—, susurro después de un momento de silencio, se podía oír a través de la línea la forma en que se acomodaba mejor en la cama —Me quedaré contigo en el teléfono hasta que quieras que cuelgue.
La imagen del castaño permaneció en la mente de Ohm, de su cuerpo cálido y suave entre las sábanas, mechones de su cabello enredados y esparcidos por la almohada, se lo imaginaba con la camisa holgada que uso para dormir en la noche de la lluvia.
—Gracias—, contesto al fin.
—¿Quieres que cancele el viaje de mañana?
Sacudió la cabeza, su respiración había regresado a un ritmo normal, estaba cansado y miserable —No, estaré bien.
—De acuerdo...
Se sentaron de esa manera escuchándose respirar durante unos minutos, de vez en cuando sus pequeños bostezos llegaban a través de su teléfono, distrayendolo de sus pensamientos más oscuros mientras imaginaba sus movimientos.
—Lo que sea que haya pasado—. Comenzó de repente Fluke sorprendiéndolo —Me alegro de que me hayas llamado.
Ohm apoyo la cabeza en la pared, tragando saliva con los ojos cerrados, escuchando su respiración, solo estaba a un viaje en tren de distancia, deseaba poder subirse en uno e ir a verlo.
Finalmente decidió acomodarse en el sofá de su sala, se quedó allí con sus pensamientos a la deriva sobre el doncel hasta que por fin se durmió y cuando despertó a la mañana siguiente se dio cuenta que la llamada seguía conectada, y del otro lado se escuchaba el suave aliento soñoliento de Fluke que lo arrullo nuevamente para volver a quedarse dormido, no era un día de escuela así que se podía dar el lujo de dormir unos minutos más escuchando su suave respiración.
Se va develando el pasado doloroso de Ohm...
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