Capitulo 21
Fluke estaba bajo refugio aún en la estación de trenes, mirando en la oscuridad como la lluvia caía, su apartamento estaba a menos de quince minutos de distancia, más allá de la curva de la carretera, las calles estaban inundadas y el se encontraba protegido por la barandilla de metal y las oscuras matas de hierba que se balanceaban con el ángulo cambiante de la lluvia.
Y allí parado solo, los recuerdos le atacaban y esta vez fue el nacimiento de Nirin, aquella fue la única vez que había visto a su marido realmente asustado, aunque esa no era la palabra correcta, aterrorizado podía describir la expresión de Teerapat en aquel entonces.
Sosteniéndolo en brazos, las lagrimas habían corrido por su rostro, cayeron por su mejilla mezclándose con las suyas, él solo lo miraba fijamente, observando como el negro comenzaba a cubrir su visión, levantó la mano para tocar la piel de su mejilla, pero este solo abrió los ojos en pánico, por la comisura de sus labios había comenzado a surgir un líquido carmesí.
—Fluke, Oh Dios mio, por favor...
En ese momento había perdido la conciencia, su niña había llegado al mundo de una manera intempestiva que casi lo había destruido, la hemorragia había ocurrido tan rápido que incluso los médicos se sorprendieron cuando sobrevivió.
Su esposo no se había apartado de su lado, su agarre sobre su mano era fuerte, tanto así que lo había sacado de la oscuridad en la que se había sumergido, su súplica tan desgarradora que lo había alcanzado en su inconsciencia, justo cuando su corazón estaba listo para dar su último latido.
Lo cual lo hacía preguntarse, ¿que había pensado su esposo en sus últimos momentos de vida?, ¿si necesito que él lo sostuviera de la mano y lo llamara para que no se fuera? ¿porque no estaba allí para abrazarlo?, para rogarle que no se fuera, tal y como él lo había hecho.
Se estremeció nuevamente, todos los que habían llegado en el tren con él ya se habían aventurado a la oscuridad de la noche, habían salido a la lluvia con la promesa de una casa cálida esperando por ellos, solo él se había quedado allí viendo como las gotas caían con el pecho adolorido por la presión que sentía en él.
Cuando estaba con Nirin y Aroon podía mantener un poco de control sobre sus acciones, sus pequeñas manos lo anclaban a la realidad, impedían que el sonido de la lluvia se filtrara en su mente y comenzará a consumirlo de nuevo, siempre estaba tembloroso cuando llegaba a casa pero simplemente se metía en la ducha con la esperanza de que el agua ocultara sus lágrimas, para que sus bebés no vieran cuanto le afectaba.
Pero esa lluvia que ahora caía no se comparaba con las anteriores que ya había tenido en Bangkok, nunca había estado solo en la oscuridad enfrentándose a ella, sintiendo el estremecimiento de su cuerpo, agarró la correa de su bolso con más fuerza, era tarde, demasiado para su gusto, sintió la vibración de su celular en el bolsillo despertandolo de su ensoñación... Debía regresar con sus bebés.
Inhalando profundamente dio el primer paso hacia la lluvia, se estremeció por el toque de agua helada y sus latidos del corazón se aceleraron, podía escucharlos claramente, su respiración también se había agitado de repente, estaba teniendo un ataque de pánico, pero aun asi siguio caminando debía llegar a su casa.
Pero a pocos metros de llegar a su meta se desmoronó agarrándose de un poste de luz en la calle como si su vida dependiera de ello, sus piernas temblaban, su sangre comenzó a bombear con más fuerza a través de su cuerpo, se sentía completamente frío en su interior, el sonido de un auto atravesando la lluvia hizo que se sobresaltara, miro por encima de su hombro como el conductor giraba bruscamente tratando de corregir su rumbo y pisar los frenos al verlo en el camino.
Se quedó paralizado el vehículo estaba derrapando en su dirección, la luz de los faros los segó al punto de tener que cerrar los ojos con fuerza, esperando que la oscuridad lo terminara de consumir, reuniéndolo con aquel que fuera su esposo.
Ohm estaba en el departamento con el estómago hecho un nudo, sus entrañas estaban retorciéndose dolorosamente dentro de su cuerpo, sentía que le faltaba el aire, Fluke estaba tarde, muy tarde, lo había llamado ya más de cien veces con el mismo resultado, ¿en donde estaba?, ¿porque no había llegado aún?.
Ya había pasado mas de una de su retardos habituales, saco de nuevo su teléfono y se quedó mirando la pantalla, camino hasta la puerta del apartamento y se la quedó mirando fijamente, antes de marcar un número.
—¿Thitiwat?— Kao se escuchaba realmente confundido al contestar la llamada.
—¿Has visto a Fluke?
—No, ¿no se supone que deberías estar con él?
—No ha vuelto a casa...
—¿Qué? ¿Ya lo llamaste a su celular?
—Sí y no me atiende, me manda directo a buzón de mensajes—. Estaba preocupado, podía escuchar sonidos a la distancia y la voz de alguien hablando con su amigo.
—Quizas lo dejo en la escuela y por eso no te contesta, la lluvia es una locura, puede que no se quiso arriesgar a salir así y va a tomar uno de los últimos trenes.
Ohm solo se mordió el labio inferior, esas palabras no le quitaban la preocupación —Quizas tengas razón—. Camino y abrió la puerta frunciendo el ceño por unos ruidos que venían desde las afuera, era la primera vez que escuchaba tanto alboroto en el apartamento del doncel.
—Me tengo que ir—, susurro Kao del otro lado de la línea para después finalizar la llamada.
Cerro la puerta con cuidado y camino a ver que sucedía con el miedo apretando lentamente su corazón, al llegar a la puerta del edificio pudo ver luces y sirenas de las ambulancias, observó a la gente con impermeables y paraguas mirando hacia la acera, un árbol estaba bloqueando el camino.
No sabía porque pero siguió caminando sin importarle que estaba empapando su ropa, sentía que debía llegar allí, la voz de Aroon en su cabeza diciéndole que a su papi no le gustaba la lluvia lo atormentaba, sus pies lo llevaron rápidamente al lugar del accidente, esforzándose por ver más allá de los paraguas e impermeables que rodeaban la escena y otra frase del niño le llegó rápidamente ...Si algo le paso a mi papi, ¿nos quedamos contigo?...
Las voces de las personas a su rededor susurraban suavemente, y sus ojos se esforzaron por ver en la oscuridad y el brillo confuso de la noche, la lluvia y las luces rojas y azules giraban en los vehículos de emergencias desorientadolo un poco.
—¿Golpearon a alguien?—, pregunto con miedo.
—Creo que estaba tratando de evitar a alguien, el conductor estaba borracho y no iba viendo por donde conducía... Ese pobre chico...
En ese momento Ohm giro buscando quien había pronunciado esas palabras, pero no hizo falta allí al final de la multitud su mirada conecto con una marrón que reflejaban las luces de las sirenas en su pupila, tenia la capucha de la chaqueta bajada y estaba mirando a la nada con una expresión pálida que no correspondía a su habitual expresión.
Así que con la respiración atrapada como un clavo en sus pecho, se tambaleó entre los cuerpos de la multitud, empujándolos sin importarle nada, solo quería apartarnos de su camino, hasta que por fin llego a donde estaba él.
—O..h.m, Ohm—. Lo llamó como si fuera un espejismo, había reaccionado y sintió como el líquido salado llegaba a sus labios confundiendolo con las gotas de lluvia.
El pelinegro no lo pensó dos veces y dio un paso adelante, arrastrándolo hacia sí con fuerza, una mano en la parte baja de su espalda y la otra enterrada en el cabello de su nuca, apretándolo contra su cuerpo.
—¡Mierda Fluke!, pensé...
El cuerpo que tenia entre sus brazos se estremeció violentamente, con sus manos agarrando su camisa con tanta fuerza que podía sentir como el agua escurría entre tela.
—Tengo tanto frío... no puedo moverme... El auto solo iba directo a mi en la acera...— Su voz se quebró y la violenta sacudida de sus temblores hizo que su respiración que ya luchaba por normalizarse se volviera acelerar.
El pelinegro lo levantó abruptamente y él se acomodo con sus piernas alrededor de su cintura, con la cara hundida en el cuello contrario, sintiendo como su respiración se aceleraba aun mas estaba entrando en un nuevo ataque de pánico, pero trato de serenarse antes de que eso sucediera.
—¿Estas bien?—, pregunto Ohm preocupado.
—No puedo sentir mis dedos... Están tan helados...
—Solo respira—. El castaño sintió que el agarre que le estaba dando Ohm era igual que el de sus hijos, estaba atándolo a tierra, así que se aferro a esa sensación mientras él caminaba hacia el apartamento, se aferro fuertemente a esa sensación mientras respiraba su aroma masculino.
Sin preocuparse por las miradas de las personas que observaban el accidente, subió los escalones del edificio y entró al apartamento, se fue directo al baño, abrió la ducha regulando el agua a una temperatura ideal, lo bajó al suelo, pero el doncel no quería apartarse de su lado.
—El hombre sólo chocó contra el árbol y salio disparado—, susurro aún impactado.
Ohm no repondio solo le quito el bolso y la chaqueta tirándolos al suelo, le quito el suéter que llevaba, sus propias manos estaban temblorosas, estuvo a punto de perderlo.
—Había una niña en el auto, ella salió ilesa pero el hombre...— Siguió hablando el castaño con la mirada perdida.
—Fluke por favor, necesito que me ayudes aquí, tienes que calentarte—. Deslizó la prenda por encima de su cabeza y pudo ver parte de su piel cuando la camisa que llevaba abajo se levantó un poco.
—Yo solo me quede paralizado...
—Fluke—. Lo llamo nuevamente, sus ojos se negaban a mirarlo a la cara, estaba asustado y lo entendía, el mismo lo estaba al verlo entre la multitud en medio de los equipos de emergencia lo había llenado de pánico.
—Por un momento pensé que iba a morir, el auto venia en mi dirección, no pude... fue allí cuando pensé que no pude decirle que no podía hacer esto sin él... No puedo hacer esto solo... Casi dejo a mis hijos sin su otro padre... Yo solo me quede allí parado, no reaccione...
Lentamente se dejó caer en el suelo contra la pared de la ducha, no había dejado de aferrarse a Ohm, el agua corría sobre ellos y el vapor se movía a su alrededor.
—No estas solo—. Le susurro suavemente rozando con sus labios su oreja.
—Casi me golpean, ¿qué pasa si muero?, ¿qué pasaría con mis hijos?, ¿qué harían sin mí?
Los sollozos se hicieron más fuerte y el agarre que tenia el pelinegro sobre él se hizo más fuerte, sintiendo como se relajaba contra su pecho dejando salir sus lágrimas.
—Yo te tengo, también los tengo a ellos—. Suspiro sintiendo que el ritmo de su corazón se relentizaba por fin con el cuerpo del doncel pegado al suyo.
A la mañana siguiente despertó con el olor a rosas impregnando su nariz y un suave aliento chocando con su cara, con los ojos cerrados se permitió absorber el calor de su cuerpo presionado contra el suyo por un momento, la curva de su cintura bajó su mano, un trozo de su piel entre su camisa y sus pantalones en contacto con la palma de la misma en su estómago.
Lentamente casi asustado, lo miro a través de sus pestañas, observándolo en la oscuridad antes de que el sol terminara de hacer su aparición.
Sus mejillas tenían ese brillo rosado, del cual Teerapat le había hablado en sus cartas, como si se hubiera sonrrojado mientras dormía, su aliento era suave y le acaricio la cara, recorriendo la línea que iba desde su mejilla hasta sus labios, por un segundo sus ojos se detuvieron allí, en la boca rosada que estaba a centímetros de la suya antes de que cuidadosamente comenzará a retirarse.
Respirando suavemente se deslizó fuera de la cama, temblando por repentino frío que azotó su piel, se arreglo la ropa, estaba agradecido de tener un cambio en su bolso, siempre llevaba uno cuando debía cuidar a los niños por cualquier eventualidad.
Se había quedado allí la noche anterior sin siquiera pensarlo, la forma en que él lo había mirado cuando comenzó a ponerse la chaqueta lo había destrozado, cuando se metió bajo las sábanas sintió como su cuerpo temblaba y sus ojos aún estaban brillantes por las lágrimas no derramadas.
Él no se lo pidió, pero tampoco hizo falta, siguió adelante a pesar del susurro en su mente que le decía que era mala idea, el doncel cuidadosamente se había abrazado a su cuerpo, no hubo ninguna palabra entre ambos, todo se dio tan natural, algunas lágrimas de alivio brotaron de sus ojos castaños, mientras se presionaba contra su cuerpo buscando seguridad.
Se quedó dormido después de que el muy elocuentemente se lo pidiera, o mejor dicho se lo ordenará, Fluke no quería hacerlo por miedo a que él se fuera, así que aferrándose con mayor fuerza a su cuerpo por fin cerró los ojos.
El lo había observado por largo minutos, pensando en Teerapat y las veces que había ocupado esa misma posición, atrapado entre sus brazos, aspirando ese exquisito aroma a rosas que despedía el doncel.
En un principio había planeado irse en el momento que estuviera seguro de que estaba dormido, pero el tiempo pasó lentamente y sólo se quedó mirándolo respirar lentamente, rogándole a su amigo que lo perdonará cuando sus ojos se detuvieron más de lo debido en sus labios.
Finalmente la oscuridad lo había reclamado a él también y en el primer movimiento de su cuerpo contra el suyo se despertó antes del amanecer, no era bueno que los niños los vieran en esa posición.
Lentamente recogió sus cosas, sintiéndose como un extraño saliendo a escondidas del apartamento a horas tempranas, la lluvia se había ido, los rayos de sol se podían ver a través de la ventana, estaba casi listo y se preguntaba si quizás al abrir la puerta de la habitación Aroon se despertaría.
Como si la respuesta llegara a él antes de lo esperado pudo oír la risa de Nirin respondiéndole algo a su hermano, rápidamente se movió hacia la ventana, iba a irse por la salida de emergencias, no podía permitir que ellos lo vieran allí, en la habitación de su papi, eso los confundiría.
Antes de que pudiera hacer su escapada escucho su voz ronca llamándolo algo confundido.
—Ohm...
Congelado se dio la vuelta y vio como él se sentó en la cama pasándose una mano por sus cabellos, estaba cansado y confundido, parpadeo varias veces haciendo que un lindo sonrrojo se extendiera por sus mejillas al darse cuenta de lo que estaba pasando, todo lo que Teerapat me había escrito sobre su despertar era verdad y eso hizo que le doliera el pecho.
—Los niños—, susurro él castaño y como si fuera una señal una mano diminuta comenzó a sacudir la perilla de la puerta, sus ojos se abrieron en pánico y trato de levantarse rápidamente de la cama y cuando se dio la vuelta, el pelinegro ya no estaba, solo quedaba la ventana abierta y la suave brisa entrando a la habitación.
—¿Esta todo bien?—, pregunto Kao frunciendo el ceño hacia él, Ohm parecía tener la peor resaca de su vida y sin embargo sabía que estaba completamente sobrio, sobre todo después de contarle todo lo que había pasado.
—Realmente no—. Admitió Ohm de mala gana —No se si fue solo el accidente o el simple hecho de que estaba bajo la lluvia fue lo que lo asusto, él estaba realmente mal anoche—. Se cubrió los ojos, la luz de la sala de profesores le estaba haciendo mal, estaba feliz de que ese fuera el día libre de Fluke.
—La verdad es que sonabas como mierda por teléfono anoche—, dijo Kao de repente en un susurro sintiéndose culpable —¿De verdad fue tan malo?
—Fue lo peor Noppakao, lo peor, tu no viste en el estado que estaba.
—De verdad lo siento...
—¿Porque lo sientes?
—Debería de haber estado allí... Te abandone por completo...— hablo nuevamente mirando a cualquier parte que no fueran sus ojos.
—¿Donde estabas por cierto?, escuché que había alguien contigo
Noppakao no respondió, solo fingió que estaba leyendo algo en sus carpetas.
—¿No me digas que estabas en una cita?, ¿después de todo lo que me dijiste ayer?, de verdad no puedo creerlo...
—¡Ya basta!—. La voz de Noppakao era diferente, no hubo tolerancia ni una sonrisa —Realmente no quiero hablar de eso.
El silencio reino después de esas últimas palabras, la conversación había terminado y cada quien se decidió a lo suyo, lo cual dejó al pelinegro libre de repasar los acontecimientos de la noche anterior con más detenimiento.
Inicio Flashback
...No puedo decirle que no Ohm, a veces lo intento pero no puedo, él solo me mira y ladeada la cabeza y ya me tiene comiendo en sus manos. He luchado contra eso, sus peticiones no son nada del otro mundo, pero a veces sólo digo que no para ver hasta donde es capaz de llegar, él solo sonríe como si supiera lo que estoy haciendo, pero no me lo dice, al final siempre termino diciendo que si, puede ser algo tonto como lo que vamos a cenar o que tipo de auto deberíamos tener, pero eventualmente descubro que lo ha conseguido termino aceptando lo que él quiere.
Y por dios no quiero negarle nada, no quiero estar de acuerdo con alguien mas de la misma forma que lo estoy con él.
Es un poco aterrador amigo... estar tan abrumado por un par de ojos, romperse por completo al verlos llenos de lágrimas, se que no te gusta sentir miedo, pero espero que algún día lo sientas, espero que mires a alguien y te asalte el terror de que si alguna vez vuelve a mirarte así podrías morir...
La carta de Teerapat daba vueltas en su cabeza mientras esperaba que Fluke se cambiara en la habitación después de llorar entre sus brazos en la ducha, se preguntó por el sentimiento que su amigo describió, esa carta la había leído mientras los niños cenaban, era una que había tomado al azar, y precisamente esas palabras eran las que lo perseguían en ese momento, miro fijamente la puerta cerrada y se levanto para hacerle saber que se marchaba.
—Fluke...
El silencio fue lo que le respondió tras la madera, se mordió el labio y se obligo a girar la cerradura asomando su cabeza, la luz estaba apagado, solo la lámpara de la mesita de noche estaba encendida, la ropa mojada estaba en el suelo, sus ojos se movieron por la habitación para encontrarlo ya metido en la cama hecho tapado con las sábanas abrazándose a si mismo.
El castaño parpadeo en su dirección a través de la tenue luz de la lámpara, no dijo nada, solo miró por un momento.
—¿Quieres que te traiga algo de té?
El doncel sólo cerró los ojos y el silencio fue lo que reino, se enterró más profundo en las sábanas de su cama, vacilante entro a la habitación —¿Estas bien?, lo bueno es que mañana es tu día libre y no tienes que ir a la escuela.
Un ojo se abrió lentamente de nuevo, reflejando la luz detrás de él, levantó su mano llamándolo y él simplemente no lo pudo rechazar, el tirón que sintió en sus dedos lo hizo dudar por un segundo, es gracioso las cosas que vienen a la mente en momentos así, el podía sentir claramente la voz de Teerapat en la suya.
...Es un poco aterrador amigo, estar tan abrumado por un par de ojos... espero que mires a alguien y te asalte el terror...
Trato de detener los latidos de su corazón como si hubiera un pájaro enjaulado en su pecho, lo miro, estaba sorprendido porque la mirada no había abandonado su rostro, él estaba allí temblando como pequeñas ramas movidas por el viento
...No puedo decirle que no Ohm, a veces lo intento pero no puedo...
Tomando una respiración profunda y temblorosa suspiro de nuevo, sintiendo como el volvía a tirar de su mano, su agarre era fuerte.
—Vendré a verte mañana después del trabajo—. Intento decirle.
Sus ojos permanecieron impasibles en los de él, buscando en silencio algo, le devolvió la mirada sintiendo como su sangre era bombeada a través de sus venas, no sabía cuanto tiempo duró contra su mirada, pero estaba seguro que solo fueron segundos.
Lentamente se acomodo a su lado, sintiendo como él se enrollaba en su cuerpo, metiendo la cara en el hueco de su cuello mientras temblaba de nuevo, él solo deslizó sus manos por su espalda tratando de tranquilizarlo.
Teerapat había tenido razón , se sentía un poco de terror...
Fin Flashback
Ahora se encontraba en la puerta del apartamento de Fluke y rememorar lo sucedido no lo ayudaba a llamar a la puerta, se preguntaba si tal vez debería de haber llamado antes de presentarse allí, era miércoles, por lo general él y Kao trataban de no aparecerse ese día, era un día de él con sus hijos.
Parpadeo por un momento inclinado a no llamar, ya lo vería al día siguiente en la escuela, pero el zumbido en su bolsillo lo hizo cerrar mis ojos y en silencio sacó su celular mirando el nombre en la pantalla por un segundo antes de contestar.
—Hola
—Hola—, murmuraron del otro lado.
El silencio se prolongo por un largo momento y él escucho su respiración, esperando que hablara nuevamente.
—Dijiste... mencionaste que podrías...
—Estoy afuera—. Fue lo único que contesto antes de que la puerta fuera abierta.
El castaño parecía cansado, la clase de cansado bonito, su cabello estaba desordenado, vestía una franela que tenía el nombre de su secundaria impreso en el frente pero que era demasiado grande para él.
Eso lo hizo parpadear un par de veces antes de decir —Esa... Esa franela que llevas puesta era mía...
Sorprendido Fluke se miró a sí mismo algo desconcertado por lo incomoda de su declaración.
—No lo es—. Lo dijo con tal convicción que por un momento el pelinegro pensó que estaba equivocado, solo hasta que el doncel sonrió y dijo: —Sí lo es...
—Lo sabía, esa pequeña mancha que tiene en la manga se la hice yo, recuerdo que Teerapat me la pidió prestada una vez...
—Yo me entere tiempo después, él la usaba todo el tiempo hasta que se la robe—. El le devolvió una pequeña sonrisa a modo de disculpa, y Ohm pudo evitar observar el sonrrojo que comenzaba a formarse en sus mejillas.
No pudieron decir más nada porque en eso llego la voz alegre de Nirin desde el pasillo corriendo a toda prisa—Galleta—. Y fue entonces que el doncel se apartó del camino dejándolo entrar por completo y ver como su niña se arrojaba a su brazos, sin saber que su papi intentaba calmar los rápidos latidos de su corazón.
Hola a todos feliz inicio de semana...
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