~4~ Nuevo Comienzo Para Ambos
Día siguiente.
...
Otra vez la molesta alarma volvió a sonar esa mañana. El golpe que esta recibió esta vez fue más grande y logró derrumbar al monstruo del Tic Tac al suelo, desarmándose en pedazos el pobre despertador de color rosa. Se levantó y esta vez no se sentó en la cama para estirarse o pensar. Esta vez bajó sus delicados pies al suelo y se detuvo frente al closet, sacando de el un vestido largo hasta sus rodillas y de mangas largas para el frío de color naranja con mallas negras que decoraban la parte que cubría sus pechos, dándole un toque muy otoñal. Eligió unos zapatos Pump negros y medias de malla también negras.
Muy feliz cerró el closet de un portazo y se metió en el baño. Hoy era el día en el que volvería a ver a su enamorado reencarnecido. Media hora después salió del baño y se miró en el espejo de cuerpo completo, modelando y dando algunas vueltas sobre la punta de los tacones. Terminó de hacerlo y bajó al comedor lista para prepararse el desayuno.
...
—. ¡Buenos días!. — grita. Su madre se da la vuelta y la mira sonriente. —. ¿Cómo está la mamá más linda del mundo?. — pregunta y la abraza por detrás de su espalda.
—. ¿Qué quieres, Kagome?. — pregunta la madre con una media sonrisa mientras escurría un plato.
—. Voy a salir hoy con Sesshomaru Taisho. — dice. La madre se da la vuelta rápidamente y sonríe.
—. ¡¿Qué?! ¡¿Te invitó a salir?! ¡Cuéntame Kagome!.
—. Una larga historia. Te veré después, iré a visitar a mis amigas. Bye. — dice. Rápidamente agarra una manzana y sale de la casa.
...
—. ¡Por Kami, Kagome! Te ha invitado a salir un escritor famoso, mejor dicho, el escritor más famoso en todo Japón y tú estás como si nada, eres de admirar. — dice Yuka.
—. Sí. Estoy contenta y muy emocionada por verle. ¿Las demás no vienen?.
—. Ambas están estudiando para un examen que les hará la profesora de Teatro.
—. ¿Y tú?.
—. No tuve que hacerlo ya que escribí un libreto de 100 páginas resumiendo la historia de Romeo y Julieta.
—. ¡¿Un resumen de 100 páginas?!.
—. ¿Y que querías? La historia de esos dos no es tan corta que digamos. Además de que integré los diferentes relatos que algunos vecinos me brindaron. — dice la azabache sonriendo victoriosa.
—. Valla, valla, amiga. Tu si que tienes a la buena suerte a los pies. — mira su reloj de mano. — “Solo falta un poco para nuestro encuentro, quiero verte”.
—. ¿Tienes que irte?.
—. Sí, faltan 15 minutos para nuestro encuentro.
—. Llámalo cita, suena mejor así.
—. No tenemos ninguna relación ni tampoco somos amigos, creo o... No lo sé.
—. Mejor vete antes de que se te haga muy tarde y piense que eres el tipo de mujer que deja plantados a los hombres adinerados. — bromea.
—. Muy graciosa. Por eso nunca tendrás novio. Adiós Yuka.
...
—. Hola. Pensé que no llegarías a tiempo. — dice la azabache. Levantándose de la banca en la que estaba sentada.
—. Lo lamento, Kagome. Había mucho tráfico. — dice el albino. Hacercándose a ella.
—. No importa, yo también acabo de llegar. Siéntate.
—. ¿No ves también hermosos a los cerezos así? Yo los veo muy hermosos así con las hojas rojas y anaranjadas, y otros casi sin hojas para apreciar. Me hace saber que el invierno pronto vendrá y se irán todos los hermosos colores de las estaciones anteriores. Eso me pone algo melancólico. Siento que se me va una parte de mí y que demorará en regresar. Puede que pienses que soy un tipo estraño pero yo soy así, soy japonés pero me expreso cómo un francés. — dice. Siguiendo con la vista el baile de una hoja en el viento hasta caer en el lago.
—. No eres extraño. Solo te expresas de una manera diferente a los demás. Ayer por casualidad leí un libro tuyo. Se llamaba "El demonio". Dime ¿A quién le pedistes ayuda para saber sobre demonios si según tú conocías muy poco de eso?. — pregunta. La cara contraria expresa sorpresa.
—. Es cierto. — sonríe. —. Sé de demonios y cosas místicas, estudié lo suficiente para eso. Ese día que nos conocimos yo solo buscaba una perla, pero encontré a otra que no podía comprar. Por eso te mentí. Quería una cita contigo, es todo. — dice.
—. Me lo imaginé. ¿De dónde sacastes la idea para hacer el libro?.
—. En la noche que volví a Japón tuve un sueño. Esa noche salí a un bar con unos amigos y cuando volví a mi apartamento estaba un poco ebrio así que me acosté temprano y tuve ese sueño. Un demonio que se había ocultado toda su vida en un bosque y un día una humana osó en adentrarse a dicho bosque; encontrándose con el demonio. Él quedó cautivado con la belleza de la humana y por ello la dejó irse con vida. Y la humana, día tras día, iba a verlo hasta que una noche ambos se entregaron mutuamente. Un día ese demonio se atrevió a salir de su bosque a pesar de que susurros extraños le decían que no saliera, que era peligroso, que algo pasaría si lo hacía. Hizo caso omiso y salió de la oscuridad de los árboles y al salir encontró a su humana. Justo antes de correr a ella y asustarla como siempre lo hacía él con ella, algo profanó su interior y lo dominó por completo. Obligándolo a acercarse a ella y arrastrarla de nuevo a la oscuridad del bosque y allí... Quitarle la vida. Cuando volvió a ser el mismo y ver a su amada en el suelo muerta se enterró la espada en el pecho y murió a su lado. — terminó de decir y volvió a mirar los árboles de Sakura.
—. ¿Y qué pasó con el demonio? ¿Se fue al paraíso con su amante o se fue al infierno a pagar su pecado?. — preguntó.
—. No lo sé. Nunca volví a soñar con eso. También me hubiera gustado saber que pasó con él.
—. Si no me necesitas creo que debería irme. — dice la azabache. Levantándose de la banca. Seguida por Sesshomaru.
—. ¿Puedo invitarte a un café?.
—. ¿Un café?. — preguntó sonriente cruzando de brazos.
—. ¿O prefieres una cena en un restaurante muy gourmet?. — preguntó él, sonriendo.
—. Prefiero el café. No quiero que mis amigas se enteren que salí a cenar con un gran artista literario.
—. Créeme, todos sabrán que salistes conmigo. — vuelve a reír a carcajadas junto con la azabache.
—. “Al parecer tendré que conocer esta nueva versión de ti, Sesshomaru. Me encanta el reto que me has dejado antes de morir. Oye tú, chico listo, dime una cosa: ¿Recuerdas nuestro árbol de Sakura favorito? El viejo Sesshomaru odiaba ver a los pétalos rosas caer sobre él, pero a ti, veo que te encanta ver las hojas anaranjadas del cerezo bailar en el aire hasta caer en el lago.”. — pensó y volvió a sonreír.
Era evidente que tendría que conocer a la nueva versión de Sesshomaru. Un hombre serio pero a la vez carismático y humorístico. Un nuevo cambio. Sería un reto. Sí, definitamente sería un nuevo reto que cumpliría sí o sí.
Volver a conocer al nuevo Sesshomaru sería un gran pasatiempo. Una nueva aventura. Un desafío.
—. “Tener que volver a conocerte me causa mucha curiosidad. Dime Sessh: ¿Que has heredado de tu viejo tú?. Quisiera decirte que yo conocí a tu tú del pasado pero me da miedo que pienses que estoy más loca que una cabra. Lo mejor será que todo ese pasado sea un secreto para ti. Volveré a enamorarme de ti si eso incluye Volver A Conocerte”. — pensó la azabache. Dándole un sorbo a su café. —. Interesante.
—. ¿Qué?. Bebo café como cualquier otra persona.
—. Pensé que beberías solo café hecho por franceses. — bromeó.
—. Muy graciosa, Kagome. Para tu información bebo todo tipo de cafés. — dijo irónico.
—. ¿A sí? Pero seguro que no has bebido un café hecho por mí. — dijo ella.
—. Me encantaría. ¿Sábado por la mañana en mi apartamento? Quiero probar ese café. — dijo el albino. Acercándose peligrosamente al rostro sonriente de su acompañante.
—. Claro que lo harás. Y si te gusta tanto tal vez te deje probar otras delicias mías. — dice.
—. Mmm. Ya quiero probar ese café. — dijo y acortó la distancia entre ambos rostros en un suave y cálido beso.
—. Señor, la cuenta. — interrumpe el mesero.
—. Sí claro. ¡¿Dies yenes por cada café?! ¡¿Qué acaso sacaron los granos de la era de los samuráis o qué?! ¡Explíquese!. — exclama el peliplata.
—. Señor dísculpeme pero es el costo de cada café que han pedido. El café amargo es el café menos costoso en este lugar. — se excusa el empleado.
—. ¡Já! Si ese es el más barato no quiero saber el costo del más caro. ¡Aquí tiene sus 20 yenes! Disfrútelos. — dice molesto. Tomando del brazo a Kagome y sacándola del lugar. Ella solo se limitaba a reír. —. Es una estafa. En París un café amargo solo cuesta tres euros.
—. Eso es en París. Y así es aquí en Tokyo.
—. Es toda una mierda. Odio gastar tanto en dinero.
—. ¿Codicioso?.
—. Ahorrativo. Ni siquiera se por qué soy así. Supongo que mi abuela me enseñó más valores de los que debía enseñarme.
—. Al menos mi café no te costará mucho. — dice acariciando el cuello del ambarino con una de sus manos.
—. Por tu café pago toda mi fortuna si es necesario.
—. Solo pasaría eso si tuviera intereses en tú fortuna.
—. ¿Y en que tienes intereses?. — pregunta pegándola a su cuerpo.
—. Supongo que en conocerte y ver tu cuerpo desnudo sobre el mío.
—. Podemos saciar esos intereses ahora. ¿Que te parece si vamos a mi apartamento y me haces ese café?. — pregunta labiendo una de sus mejillas.
—. Me parece mal porque tengo que ayudar a mi madre a lavar la ropa. Así que nuestros planes tendrán que esperar hasta el sábado.
—. Que mal. Esperaré con ansias, señorita Kagome. — dice y toma una de sus manos. Besándola delicadamente.
—. Hasta el sábado, Señor Sesshomaru.
...
The End.
Si yo se que ustedes querían esperar también hasta el sábado pero... Tengo aún trabajo por hacer.
Se me ocurrió hacer un shot sobre ese sueño de Sesshomaru (inventado por mí, obvio. En mi película nadie piensa sin yo mandarlo y sin yo hacerlo primero XD) y quisiera intentar hacerlo.
Espero que me apollen y que les halla gustado mucho este fic cortito. Donde maté a mi querido Sesshomaru y dejé solterona a Kagome para luego volverla a juntar con el Sessho del futuro. Un millón de gracias por leer y hasta la próxima
(⌒▽⌒)(( ˘ ³˘)♥
By: Mary__🌸
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