꒰🌋
10:00 am
Casa de Vegetta
Un joven de cabellos azabache estaba practicando en el patio delantero de su casa.
Daba golpes presisos al muñeco que tenía frente a él.
Tomó su espada espada y se encaminó a una mesa en la cual tenía algunos alimentos, como manzanas, sandías, naranjas y todo lo que te quieras imaginar.
Con un solo movimiento cortó en dos la sandía, para después simplemente Agarrar un pedazo y con una cuchara empezar a comer la deliciosa fruta.
Debemos aclarar que el pequeño pueblo de Karmaland había entrado en guerra con un pueblo vecino, por eso el entrenamiento.
No eran todos los reclutados, pero por desgracia le tocó a él y casi a la mitad de los héroes de aquel lindo pueblo.
Una risa tan linda y unos lentos aplausos se hicieron presentes en la casa de Vegetta.
Se volteó a ver el dueño de aquella encantadora risa.
Rubén Doblas.
-¿Cómo va el entrenamiento, Vegettita?
-Perfecto, lo único malo es que no me gustaría ir.
Comentó el de pantalones morados, el albino se acercó al contrario abrazándolo, colocando sus brazos alrededor del cuello del guerrero.
-Yo tampoco quiero que vayas, pero supongo que es tu deber~
Se acercó al rostro ajeno, besando los labios de manera cariñosa, el azabache colocó sus manos en las caderas del híbrido, besándolo igual.
Los dos eran pareja ya desde hace unos años, obviamente se amaban demasiado, y digamos que uno de los dos ansiaba que le pidieran matrimonio.
-¿Estas libre hoy, chiqui?
-Claro que si, ¿para qué me necesitas? Si es para coger, te digo de una buena vez, que desde ayer me duelen mis caderas, así que no pienso volver a hacerlo en un buen tiempo.
Comentó Rubén, cruzando se de brazos y haciendo un lindo Puchero ante los ojos morados del contrario.
El chico soltó una risilla, enserio amaba con locura al chico oso.
-Es una sorpresa.
-Está bien, dime en lugar y ahora y ahí estaré.
El chico sonrió alegremente, tenía pensado una enorme sorpresa para el chico antes de que él se fuera a la guerra.
-En la casa del árbol a las 6:00.
-Ahi estaré Vegetta.
6:00 pm
Casa del árbol
El joven sin camiseta se encontraba más que nervioso, sus manos dudaban un poco, iba de un lugar a otro y ordenaba el lugar consecutivamente.
Suspiró tratando de controlar sus nervios y sacó de su bolsillo una caja negra con un moño, la abrió con lentitud, encontrando un hermoso anillo con tonalidades moradas ya azules.
Le recordaba a la noche en la que él y Rubius habían visto las estrellas, que resultaron ser meteoritos.
Unos pasos se escucharon en la casa del árbol, y si, los nervios volvieron.
Guardó la cajita y se puso en posición para su siguiente movimiento.
Una cabellera albina se presentó en el lugar, tenía algunas manchas en su sudadera, estaba despeinado y tenía algunas heridas en la cara y parte del cuerpo.
-¿¡Qué leches?! ¿Qué te paso, chiqui?
-Se me hizo tarde y vine corriendo, pero me encontré con algunos monstruos en el camino.
Dijo el menor de edad sacándose una flecha que tenía en su brazo derecho.
Vegetta se preocupó tanto que lo regañó por llegar tarde y diciéndole que de seguro era por las cosas "ilegalísimas" que tenía fue la razón por la que llegó tarde.
Rubius frunció el ceño e hizo un berrinche delante del mayor, pero Vegetta en ese momento no quería discutir, quería llevar a cabo su plan.
Puso a Rubén en la posición adecuada y simétrica que según él había puesto para que la escena fuera romántica y linda.
El albino miró la decoración que había hecho su pareja, encontrando casi igual a la vez que vieron las estrellas juntos.
-¿Te gustaría saber cómo sería tu nombre gay?
-¿mi nombre gay?
-Seria prácticamente tu nombre...
Comenzó a hablar mientras se arrodilla a frente a él, los ojos de Rubén se abrieron a más no poder, ta sabia a dónde iba todo esto.
-Pero con mi apellido...
Y finalmente, sacó de su bolsillo la caja con el anillo y la abrió.
Oficialmente, le estaba pidiendo matrimonio.
Los ojos verdes se le llenaron de lágrimas, leves sozollos era lo único que se escuchaban en el lugar. Vegetta se alarmó, pensó que la había cagado.
-Si, si sí sí.
Se lanzó a sus brazos llorando de felicidad, el azabache correspondió al abrazo, dejando algunos cariñitos en los cabellos blancos de su amado.
Cuando por fin se había calmado, le dio un golpe en el brazo, y el de pantalones morados se quejó.
-¿Y eso?
-Fue por la pedida más extraña que se ha hecho en la historia, ¿es que estas tontito?
Dijo para después besarlo cariñosamente.
-Y eso fué por por fin proponerme matrimonio.
🌋꒰Volcano aclaraciones
➤Historia Homosexual
➤Se centra en el shipp Rubius x Vegetta
➤Capítulos cortos
Atte: Alexis
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