一¿Estás bien?

一No mucho. 一Felix se removió entre los brazos de su menor, apegando su rostro al pecho impropio. Sintió cómo las manos de Jeongin se acoplaban con delicadeza alrededor de su cintura, atrayéndolo hacia él y protegiéndolo de la brisca fresca que amenazaba con chocar contra su cuerpo.

Felix sorbió por su nariz, aguantando las lágrimas que derramaría por sus mejillas tarde o temprano. Jeongin suspiró ante sus palabras.

一Perdón, mi pregunta fue un poco estúpida.

El pelirrojo alzó su cabeza, dedicándole una mueca que más bien pretendía ser una sonrisa. O al menos, un intento.

一Está bien, yo no sabría qué hacer para consolarte en este caso.

Jeongin besó la coronilla pelirroja de su novio, acariciando su espalda con parsimonia.

一¿Dónde lo encontraron? 一preguntó con suavidad, temiendo desatar nuevamente la llorera en su pequeño.

Felix limpió su húmedo rostro con la manga de su suéter, recordando las palabras de la madre de Minho.

一En el bosque. 一habló con su tono nasal.

一¿Gangha? 一cuestionó Jeongin, a lo que Felix asintió con cierta debilidad.

一Yo le dije que no fuera... 一susurró, amenazando con romper en llanto nuevamente al recordar su charla una semana atrás.

A Minho sentado frente a él, borracho hasta decir basta, en un estado tan patético que en aquel momento había sentido asco de sí mismo por servirle otra copa. Se lamentaba con que aquel sería su último recuerdo.

一No podías evitarlo, bebé. 一musitó JeongIn sin saber qué más hacer, palmeando la espalda del mayor en un intento por calmarlo一. Hiciste lo que pudiste. Ahora está con Jisung.

一Hannie. 一ronroneó, recordando a la pareja一. También lo extraño.

一Seguro que sí.

一Debiste haberlo conocido. 一susurró, esta vez sonriendo ante el recuerdo一. Era maravilloso, estaba tan enamorado de Minho, eran tal para cual.

一Y... ¿Qué pasó?

El pelirrojo rió con amargura.

一La vida no lo había tratado bien. 一musitó por lo bajo一. Al final no pudo aguantar con todo y Minho no se dio cuenta hasta el último momento.

Jeongin calló al percatarse de lo que quería decir.

一Oh. 一habló apretando su mandíbula一. Felix, lo siento...

一Está bien, fue hace tiempo. 一dijo separándose con lentitud del ajeno, revolvió su cabello y se molestó en voltear su rostro. La suave brisa azotó su blanquecina piel, removiendo la humedad que en esta se había quedado. Suspiró, el crepúsculo regocijándose en la lejanía, ofreciéndoles un tardo espectáculo. El pequeño río frente a él repleto de agua cristalina serpenteaba. Felix cerró los ojos durante un segundo, centrándose en escuchar el contento de la naturaleza y acomodó su gordo abrigo一. Pásame la vela.

Las palabras llegaron a oídos de Jeongin, quien no tardó en asentir y acto seguido, en obedecer, posando la vela blanca sobre la pequeña mano de su novio.

Una tabla de madera curvada se mantenía a orillas, aguardando por ser usada. Minho le había comentado hacía tiempo sus anécdotas y charlas con Jisung.

No dudaba que aquella sería una buena despedida.

一Hasta nunca, Lee Minho. 一besó la vela antes de prenderla con las cerillas que había traído el azabache, el cual se mantenía en pie, a metros de distancia y observando los gestos de su novio.

Felix colocó la vela sobre el barquito de madera y con pesar, la empujó.

La luz del sol desapareció por completo y la vela alejándose fue la única que iluminó su camino hacia la lejanía.

"Tarde o temprano tendrá que apagarse", pensó Felix, abrazando nuevamente a su novio.

Jisung y Minho observaron su tributo felices, desde las estrellas.