× Twenty Third Part ×
Estaba muy nervioso. Tal vez demasiado. ¿Cómo había llegado a ese punto? Se había prometido no involucrarse ni fiarse de nadie antes de llegar a su nuevo hogar, pero ahora estaba nervioso por su primera cita. No tenía sentido. Nada tenía sentido para él ya.
Suspiró y miró a ambos lados de la calle. Hyunjin no llegaba. ¿Le estaba dejando plantado? ¿Le había engañado todo ese tiempo solo para jugarle esa jugarreta y dejarle plantado en su primera cita? ¿Era todo mentira?
Una mano tomó la suya en ese instante y no tardó en sentir un beso en su mejilla. Al girar la cabeza pudo observar a un Hyunjin demasiado arreglado. Si él ya era guapo, aquel estilo resaltaba su belleza. DongWoo no pudo evitar sonrojarse.
- ¿Me esperaste por mucho tiempo?
- No... Acabo de llegar - mintió aún admirando su imagen.
- Mi madre me entretuvo en casa, siento haberte hecho esperar.
- Ya te dije que apenas esperé.
- Por cierto, quiere invitarte a cenar algún día.
- ¿A mí? ¿Tu madre?
- Sí.
- ¡Wow! Es... es un honor.
- ¿Por qué? ¿Nunca antes te invitaron a cenar en casa de otro?
- No.
- Debes de haberte cruzado solo con idiotas hasta ahora. Pero no te preocupes, ya llegó tu príncipe azul - le guiñó el ojo.
DongWoo rió.
- ¡Hey! No dije nada gracioso, ¿de qué te ríes? - puso pucheros el otro.
Eso, ¿de qué te ríes? Él puede hacerte daño. Te hará daño como lo han hecho todas las personas que han pasado por tu vida. Es tu novio ¿no? Te dejará como el resto cuando sepa la verdad.
- Nada. Vayamos ya adentro. Aquí afuera hace frío.
- Claro.
Entraron en la sala de juegos tomados de la mano. Entre risas, partidas ganadas, partidas perdidas, discusiones de bromas, etc. pasaron la tarde. Al final, DongWoo tenía tres muñecos que agregar a su habitación. Le hacía feliz puesto que hacía tiempo que los regalos y peluches habían desaparecido de su vida. Hyunjin le hacía feliz. Era la única persona del mundo que le trataba bien, que le mostraba cariño y amor. Sus padres habían dejado de hacerlo hace tiempo.
- ¿Vamos a cenar? - propuso este.
- Sí, vayamos - comenzaron a caminar fuera de la sala de juegos para buscar en la calle algún restaurante.
- Por cierto... esto es algo que nunca hemos discutido ni comentado...
- ¿Él qué?
- ¿Eres más mayor o más pequeño que yo?
- Eso depende de cuando hayas nacido. Intenta adivinarlo. ¿Crees que soy más pequeño o más mayor que tú?
- ¿Más pequeño?
DongWoo comenzó a reir - ¿Cuántos años crees que tengo?
- Los mismos que yo ¿no? Estás en mi clase al fin y al cabo. Nos tenemos que llevar solo meses.
- Repetí dos cursos.
- Un segundo... ¿Cuántos años tienes? - Hyunjin le miraba alucinando.
- 18
- ¿Qué? ¿18?
- Parezco más pequeño ¿verdad?
Hyunjin se quedó quieto en medio de la calle, alucinando. Unos pasos más adelante, DongWoo se dio la vuelta y se acercó a él para cerrarle la boca, ya que la tenía literalmente abierta.
- Hyunjin. La edad son solo números. Por favor no hagas un escándalo ahora. Que sepas que tengo unos años más que tú no cambia nada en realidad.
- Pero... pero... ¡Wow! Osea... No me lo imaginaba.
- Hay muchas cosas de mí que no sabes que no te imaginas.
Hyunjin le abrazó por la cintura acercándole a él - Pues las descubriré.
- No digas eso - le miró seriamente su novio - Si las supieras te alejarías de mí. Así que solo sigue siendo como lo eres conmigo ahora y olvídate de eso.
- Bien. Piensas que me puedo apartar de ti por alguna razón estúpida. No puedo dejarlo pasar.
- ¿Por qué no? Es fácil. Mira - se separó de él y siguió caminando alejándose de él. Hyunjin le alcanzó y le tomó de la mano para hacer que se girase hacia él.
- Para ti puede ser fácil pero para mí no. Si hay algo que te causa dolor, quiero saberlo para ayudarte. Si en el pasado hiciste cosas malas de las que te arrepientes o te hicieron cosas malas... sea el caso que sea, quiero saberlo para ayudarte a llevar esa carga. No tienes porque cargarla solo.
- No sabes de lo que estás hablando... No sabes... - comenzó a llorar y apoyó la cabeza en su hombro para que no viera su rostro. Su novio, simplemente le abrazó - No quiero perderte...
- No me vas a perder.
- Quiero que me sigas tratando como ahora, como lo haces porque no lo sabes... Que me sigas queriendo como ahora.
- Voy a seguir haciéndolo incluso si lo sé.
- ¿Y cómo puedo estar seguro de eso? ¿Cómo puedes estarlo tú? No sabes de lo que estoy hablando. Mi familia, mis compañeros de clase, mis profesores, mis amigos... todos me dejaron, me criticaron y me martirizaron cuando lo supieron. Tuve que venirme a vivir solo por ello. Si tú también lo supieras... No quiero perderte como les perdí a ellos. No lo soportaría. Hacia mucho tiempo que nadie me quería por como soy.
- Si toda esa gente te dejó... Es que eran todos idiotas. Tengo un presentimiento de que no es como tú crees que es. No te voy a dejar, sea lo que sea. Sé como eres y eso no va a cambiar por que sepa algo más de ti. Los sentimientos no cambian así como así. Y yo realmente te quiero mucho.
- Di eso otra vez.
- ¿El qué?
- Que me quieres.
Hyunjin alzo su rostro por la barbilla con su dedo índice para mirarle a los ojos - Te quiero mucho - le besó. DongWoo se rindió al beso, correspondiéndole. Sabía que ese día llegaría. Sabía que tendría que decírselo, Hyunjin no iba a dejar de insistir. No debió de haber dicho nada. Si solo se hubiera callado...
Dolía tanto la sensación de que ese iba a ser su último beso. Eso pensaba él, que después de aquel beso, le diría la verdad y todo acabaría. Pero debía aprovechar ese beso, debía disfrutarlo al máximo y guardarlo en su memoria para siempre.
De nuevo tenía que decir esas palabras. De nuevo perdería a alguien. De nuevo huiría. De nuevo se había involucrado con alguien para acabar siendo dañado. Era un estúpido.
Con todas sus fuerzas, se acercó a su oído, dijo las palabras y se fue corriendo; dejando al otro con la palabra en la boca. Hyunjin le siguió corriendo, pero le perdió de vista. Apretó los puños con furia y comenzó a gritar:
- ¡¿Y qué importa?! ¡Puta sociedad de mierda! ¡Nada de él está mal! ¡Nada de ti está mal DongWoo! ¡Joder! ¡Vuelve! - pero ya se había ido y no le escuchaba.
Las últimas palabras que había dicho no paraban de aparecer en su cabeza: No nací siendo hombre.
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Estaban los dos sentados, uno al lado del otro, sin mirarse. La pantalla blanca delante de ellos, las butacas casi todas vacías. Los dos estaban nerviosos y no sabían que hacer.
- ¿De qué dijiste que iba la película, hyung? - preguntó el menor para romper el ambiente incómodo.
- Creo que de amor.
- ¿Le gustan las películas de amor?
- Me gustan todo tipo de películas.
- No pensé que las de amor también.
- ¿Y por qué no?
- No lo se... parece más... de esos machos pechos peludos que solo ven películas de acción o de terror.
- ¿Y soy menos hombre porque me gusten las películas de amor?
- No... osea... a mi también me gustan... Solo digo que no parece de ese estilo.
- La gente juzga mucho sin saber.
- Lo siento - bajó la cabeza avergonzado, pero su cabeza no tardó en ser levantada por el otro y sus ojos se encontraron.
- No te disculpes, no pasa nada.
- Está bien hyung-Bin.
- Te quiero Lixie - le sonrió revolviéndole el pelo.
- Y yo a ti.
La película comenzó y los dos dirigieron sus miradas a las pantallas. Después de unos minutos de película, Changbin estaba mirando a Félix sin prestar atención a la película. Parecía estarla disfrutándola de verdad. El mayor quería sostener su mano mientras veían la película, pero no se atrevía a dar el paso.
Llegó una escena triste y Félix no pudo evitar comenzar a llorar. Changbin vio su momento. Se acercó al menor y le tomó la mano, acariciando el dorso de esta con su pulgar. El menor volvió el rostro hacia él al sentir su tacto.
- ¿Estás bien? - le susurró el mayor.
- Si - le respondió el otro - Solo que es una escena muy triste y... en cierta manera... me recuerda un poco a mí.
- Tranquilo, estoy contigo - Changbin le besó la frente con dulzura, pero el otro se adelantó y antes de que se separara del todo; le besó. No se enteraron del resto de la película, estuvieron dándose besos y palabras de amor todo el tiempo.
-Malditos maricas. Así no se puede disfrutar de la película. No tienen respeto - dijo alguien mientras salía de allí porque la película ya había terminado.
Félix se separó de pronto de Changbin. Molestaba a otros. Estaba molestando a otros de nuevo. No debía hacerlo, tenía que parar. ¿Les habría hecho mucho daño? Comenzó a hiperventilar, pero una mano en su mejilla hizo que sus ojos se centraran en los del chico preocupado frente a él.
- No les hagas caso. No es verdad ¿me oyes? No hacemos daño a nadie.
- Hyung... - Félix comenzó a sollozar - Appa dice que enamorarse de otro hombre no solo es pecado, si no que además daña a las personas que no son como ellos porque les hace tener que soportar ver esas horribles escenas.
- Tu padre es idiota y siempre lo dijiste ¿recuerdas? Tu padre no tiene razón en nada. ¿Acaso te parece a ti horrible lo que estamos haciendo? ¿Besarte es horrible? ¿A sí lo ves?
- No... Yo...
- No hagas caso, nada está mal en ti.
Félix asintió y se refugió en sus brazos. Se había vuelto muy vulnerable en tan poco tiempo... Y Changbin no sabía la verdad. No sabía todo por lo que estaba pasando. Todo el dolor de su corazón. No quería que aquello despareciera de su vida, no quería perder a Changbin cuando le acababa de conseguir; pero eso iba a pasar y no podía evitar llorar. Aún así, se lo aguantó todo y solo dijo: - Te amo.
- Amar es una palabra muy fuerte.
- Pero yo realmente te amo, hyung-bin.
- Yo a ti también.
- Dijiste que tu omma tenía comida en casa - el menor se separó con una sonrisa y se secó las lágrimas - No la hagamos esperar.
- Está bien - se levantó y le ofreció su mano. Félix la tomó feliz levantándose también, y juntos salieron de allí. No hablaron en el camino, no hacía falta. Cuando quieres a alguien, los silencios no son incómodos porque su sola presencia es suficiente.
Cuando llegaron a la casa del mayor, la madre de este les abrió la puerta con una sonrisa - Así que ya están aquí.
- Sí, omma - Changbin pasó dentro y se quitó los zapatos, pero Félix se había quedado en el portal mirando el interior con inseguridad.
- No te quedes ahí, hijo - le dijo la señora Seo - Pasa.
- ¿De verdad está bien? - bajó la cabeza y comenzó a jugar con sus dedos - Después de todo lo que Félix hizo... siente que está siendo un desconsiderado y que ustedes están siendo demasiado buenos.
- No digas tonterías - su novio le cogió del brazo y tiró de él para hacerle entrar, cerrando la puerta tras de él.
- Mira, el pasado pasado está. No sé que habrás hecho para enamorar a mi hijo, pero tienen que ser buenas razones así que por mí no hay ningún problema. Es más; quiero conocerte, para eso te he invitado.
- Gracias... Y Félix de verdad lo siente por todo.
- No pasa nada hijo, entra y disfruta de la cena.
#Kpop:v
#LasTwice:3 (aquí todo bien gay pls)
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