La puerta de la gran mansión sonó. El mayordomo la abrió y sonrió al ver quien era la persona que había al otro lado. Le caía muy bien ese chico. Tenía buenos modales y era muy amable, por no hablar de que por fin era una persona que conseguía sacar de su mundo de estudios al mayor de los dos jóvenes de la casa.

- Bienvenido señorito Kim.

- Gracias señor Kang. ¿Está Chan en casa...? Quiero decir... el señorito Lee.

- Sí, está en su habitación. Pase, le llamaré.

Woojin asintió y esperó en el gran vestíbulo mientras el mayordomo subía las escaleras y llegaba a la habitación de Christopher. Llamó a la puerta tres veces tras las cuales se le invitó a pasar. De nuevo, el dueño de la habitación estaba enfrascado en uno de sus libros de estudio, haciéndo esquemas y resúmenes.

- Señorito Lee, vino el señorito Kim a verle.

- Dile que no estoy.

- Ya le dije lo contrario.

- Pues dile que te has confundido y no estoy.

- ¿Acaso peleó con él o algo?

- ¿Qué? - le miró por primera vez desde que entró - No. Pero ahora estoy ocupado - volvió a sus libros - Y es tan testarudo que seguro me arrastra a pesar de que le digas que no puedo quedar hoy.

- Señor, usted está siempre ocupado.

- Sí.

- Por un día que salga y deje sus estudios no pasará nada.

- Sí que pasará, iré retrasado con los estudios. No me puedo permitir eso.

- Yo creo que sí.

- ¿Vas a seguir discutiéndome o vas a obedecerme como mi criado que eres? - le miró furioso.

Woojin se había cansado de esperar. Sabía que el presidente del consejo estudiantil era tan cabezota como él y estaría buscando una escusa para no ir con él. Pero cuando llegó se encontró con esa parte de él que no conocía.

- No pensaba que en verdad fueras así - dijo - No te molestes más señor Kang. Me iré. - y se dio la vuelta.

Chan se dio cuenta de lo que estaba haciendo. El estrés, el cansancio y la ansiedad habían podido con él y había acabado tomándola con quien no debía diciendo cosas que no debía decir.

- ¡Oh dios! - se tapó la boca con la mano. Se levantó de golpe e hizo una reverencia a su mayordomo, que observaba la escena sorprendido como si en verdad no fuera con él - Lo siento muchísimo señor Kang. Perdóname. No debería de haberle dicho eso.

- No importa señorito Lee, pero le recomiendo que corra tras ese chico si no quiere perder su amistad.

El chico asintió y salió corriendo. Bajó las escaleras a toda prisa y salió a la calle. Pudo ver la figura del mayor caminando enfurecido lejos de la casa. Chan corrió hasta alcanzarle y se puso delante de él.

- Woojin - le llamó - Espera, déjame explicarte.

- ¿Qué hay que explicar? - el otro alzó la ceja apoyando todo su peso en la pierna derecha.

- Yo no soy así, de verdad. Estaba estresado, eso es todo. Me siento fatal por haberle dicho eso al señor Kang con lo buen mayordomo que es él.

- ¿Y tengo que creerme esto? Sé perfectamente que los niños ricos actúan muy bien para ganarse la confianza de la gente. Conozco lo que tu hermano le hace al mío. Al principio pensé que tal vez no fueras como él pero ya no sé que creer.

- Créeme, por favor. Yo no soy como Félix y en el fondo él es una buena persona cuando lo conoces de verdad.

- Ya... ¿Tienes algo más que decir o puedo irme ya?

- Tengo más que decir. Entiendo tu posición. Como te sientes ahora. Pero de verdad yo no soy así. Eso era solo estrés. Nada más. Si no... ¿no crees que tendría amigos? Me paso el día estudiando en casa por lo que la gente acaba no queriendo estar conmigo y desistiendo en ello. Me consideran un buen compañero, un buen estudiante y un gran chico. Pero ninguno me considera un amigo. No me invitan a fiestas porque saben que no iré. Tampoco me piden quedar con ellos porque siempre les digo que estoy ocupado. Y es que lo estoy, estudiando. Eres el único que se a quedado a mi lado a pesar de todo eso. Eres mi único amigo ¿entiendes? Así que por favor, no te vallas.

Woojin bajó la mirada. Sabía que decía la verdad. Lo notaba en sus palabras, en su mirada desesperada y en que sabía que era verdad que no tenía más amigos. Suspiró y le tomó del rostro.

- Tienes que dejar de torturarte de esa manera Chanie. Estudiar es bueno, pero lo es más descansar. Estás así de estresado y cansado por no pasar más tiempo fuera de los libros. Ni siquiera podría estar seguro de que comas bien. No debes de obsesionarte tanto con las notas. Son solo números. Es más importante tu salud y tu bienestar. ¿Podrías decir que estás bien o que eres feliz? Porque yo creo que no.

- Lo sé. Tienes razón, pero tengo que hacerlo - las lágrimas comenzaron a salir por sus ojos - Una vez salí con unos chicos de clase a tomar algo. Fue la única vez que lo hice. Por casualidad y seguramente cansancio, la siguiente nota que saqué fue más baja de lo normal en mí. Mi padrastro comenzó a culpar a Félix de llevarme por mal camino y hacer que me descentrara en los estudios por decirme que saliera con alguien a pasar el rato. Además... Mi padrastro no se podría considerar una buena persona ¿sabes? Tengo que estudiar para conseguir una buena carrera y un buen trabajo en el que pueda conseguir bastante dinero como para alejarnos a Félix y a mí de él. Tengo que hacerlo.

- ¡Dios Chanie! - le abrazó con fuerza y dejó que el menor llorara en su hombro - Te entiendo. Estoy contigo y te apoyo. Voy a conseguir que puedas llevar todo eso acabo y descansar también. Ya lo verás.

No se lo podía creer. ¿Por qué Woojin estaba haciendo todo aquello por él? Se aferró con fuerza a su camiseta mientras se desahogaba llorando. Nunca antes alguien había sido tan bueno y comprensivo  con él. Nadie había hecho por él lo que aquel chico estaba haciendo. Su corazón latía con fuerza contra su pecho. Tampoco había llorado nunca delante de nadie. 

Una idea pasó por su cabeza. Todos aquellos sentimientos eran nuevos para él. Pero había uno que era diferente. ¿Acaso se había enamorado de aquel chico que le estaba consolando ahora? Toda su vida había buscado rehusarse del amor. No quería experimentarlo y tenía razones para ello. Pero aquel chico había destrozado todos sus principios y sus ideas. Se había negado muchas veces lo que sentía por él, pero ahora ya no podía hacerlo más.

- Pero... - la voz de Woojin sonó algo más entristecida - Creo... creo que hay un problema.

Chan se separó de golpe mirándole con miedo en los ojos. La mirada del mayor estaba llena de inseguridad.

- ¿Qué... problema?

- Siento ser egoísta ahora, pero a veces tenemos que ser egoístas. No voy a dañarme a mí mismo por ayudarte a ti. Lo siento por decirte esto. De verdad lo siento mucho.

Chan no entendía nada de lo que estaba pasando. Su corazón estaba comenzando a resquebrajarse. ¿Por qué le hacía aquello ahora? Primero le llenaba de esperanzas y luego... ¿las deshacía como si fueran un castillo de arena?

- Dijiste que soy tu único amigo... Pero no puedo conformarme con ser solo tu amigo. No quiero... no quiero ser solo eso.

Chan abrió los ojos hasta que pareció que le iban a salir de sus órbitas. Se había preocupado por nada. Pensaba que iba a decir algo peor, pero le había dicho eso. Le había dicho algo muchísimo mejor que cualquier otra cosa que le pudiera haber dicho. Sus sentimientos eran correspondidos.

- ¡Idiota! - le dijo. El mayor bajó la cabeza entristecido - Me asustaste de verdad. Pensé que me ibas a dejar o algo por estilo. Eres tan estúpido Kim Woojin - y entonces le besó.

Al principio el mayor no podía creerse lo que estaba pasando. Los labios de Chan presionaban los suyos esperando una respuesta por su parte. No fue hasta que Woojin salió de su sorpresa que abrió un poco sus labios para corresponder el beso. Movías sus labios sobre los del otro de forma acompasada, ladeando un poco la cabeza para que el puzzle de sus bocas encajara perfectamente.

Y aunque por la mente del menor no dejaran de cruzar imágenes de su pasadl traumático y auquello que más odiaba, se centró en disfrutar de aquel beso.

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Hyunjin había pasado el anterior recreo solo, observando al chico nuevo. No se había dado cuenta de lo esencial que era la presencia de Jisung hasta ese momento, pues el aburrimiento acudía a él con fuerza. Quería hacer algo más que observar.

Aquel día, Jisung se fue en el recreo sin decirle nada. Por la tarde en casa tampoco habían hablado. Aquello le preocupaba. Temía haberse pasado y por su estupidez estar perdiendo a su mejor amigo.

Suspiró y hundió la cabeza entre sus brazos. Pensaba hablar con él en cuento volvieran a casa, por el momento debía de centrarse en cual sería su siguiente paso con DongWo. No pensaba esperar más. 

Se sentó en el pupitre que habían dejado vacío delante de él y se tumbó sobre un espacio libre de la mesa del nuevo - Dongwonie - le dijo haciendo pucheros - Consuélame - dijo como niño pequeño.

- ¿Por qué debería hacer eso? - le respondía con una pregunta sin apartar la mirada de sus libros y sus ejercicios.

- ¿Porque en el fondo eres una buena persona?

- ¿No tienes amigos y recurres a mí?

- Tengo bastantes amigos, para tu información. Pero yo quiero que me consueles tú.

- ¿Por qué?

- Porque eres especial.

- ¿Podrías intentar dejar de ligar conmigo? No estoy interesado.

- No intento ligar contigo ni nada por estilo. Ya te lo dije, yo soy así - le sonrió. El chico alzó la cabeza para intentar mirarle con furia y decirle que se fuera y le dejara en paz; pero, al ver aquella sonrisa, no pudo evitar sonrojarse por lo hermosa que era y bajó la cabeza de nuevo. 

- De... déjame - dijo con voz débil.

- No pareces convencido.

- ¿Por qué insistes tanto en ser mi amigo?

- Porque todos necesitamos amigos y tu eres la única persona que conozco que no los tiene. No puedo dejarte solo. Sería... mmmh... ¿de mala persona? No lo sé... Pero tampoco me importa si es de mala o buena persona, solo no puedo dejarte solo. Nadie se merece eso. Por otro lado... Me causas demasiada curiosidad.

Dongwo, no lo hagas. No te dejes engañar. Recuerda todo lo que pasó en tu pueblo natal. Recuerda el daño que te hicieron. No vuelvas a ser tan débil como para dejar que las palabras te engatusen de nuevo. No dejes que su sonrisa te engañe.

- Bien - se levantó de su asiento y le miró con toda la seguridad y le fuerza que pudo, pero el rojo de sus mejillas le quitaban fuerza a sus intenciones. Hyunjin le miraba curioso por lo que diría - El sábado por tarde a las seis en el centro comercial. Tienes una hora para convencerme de ser tu amigo. Nada más, ni nada menos. ¿Entendiste?

- Por supuesto. No fallaré - el guiñó un ojo.

El mechado de rubio se dio la vuelta bruscamente y salió del aula sin saber muy bien a donde iría ahora. En verdad, solo quería alejarse todo lo posible de aquel chico mientras pudiera. Se sentía estúpido por haberse vuelto a dejar llevar. De nuevo había hecho algo imprudente. Quería creer que por alguna razón su instinto le decía que todo aquello acabaría mal. Pero eso no le decía y era frustrante. Sabía lo malvadas que podían ser las personas. No quería que todo acabara como la vez anterior. No debería de haber dicho aquello. Se maldecía a sí mismo una y otra vez por ser tan débil. 

Por el contrario, Hyunjin daba saltitos de felicidad hasta su asiento de nuevo. Lo había conseguido, había conseguido dar un paso más hacia DongWo. Ahora solo debería de el sábado al centro comercial y convencerle de que sus intenciones no eran malas. Era pan comido.

Lo sé, lo sé... Él ship principal es el Changlix pero me estoy enrollando demasiado con los otros ships. Lo siento, es que de verdad necesitaba avanzar con estos ships un poco más. Aunque a veces escriba mucho sobre lo que les pasa a los otros, no se olviden de quienes son nuestros protagonistas. 

Es que, teniendo en cuenta la linea temporal, ahora mismo no esta pasando nada interesante entre ellos pero con los demás sí. Lo interesante se viene en el fin de semana, cuando Changbin vuelva a ser el mayordomo de nuestros señoritos Lee.

Ya verán lo que les tengo preparado ;)

Nos leemos mis dropies!!!!

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