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× Sixth Chapter ×

La reunión comenzó en cuanto el presidente se levantó de la mesa. Se presentó ante todos, pero fue interrumpido bruscamente por alguien que abrió la puerta de golpe. La sala entera giró la cabeza en esa dirección para ver a Changbin jadeando mientras se apoyaba en el marco.

- Siento... llegar tarde - hizo una reverencia - No encontraba el sitio...

Félix le observó con una ceja alzada. Recordaba perfectamente haberle enseñado cada rincón de la escuela ¿Es qué no había estado prestando atención? ¿O tal vez aquel chico era un olvidadizo sin remedio? Rodeó los ojos y volvió a mirar la pizarra de reuniones frente a él, intentando no mostrar el mínimo interés por él.

- No pasa nada Seo. Siéntese con sus compañeros en la mesa de su clase, apenas acabamos de empezar. Solo me presenté.

El pelinegro asintió y miró la mesa que le correspondía. Félix parecía no hacerle ni caso mientras que Seungmin, Lisa y Chanyeol le miraban sorprendidos como el resto del consejo. Decidió sentarse justo al lado de la chica, al borde de la mesa. Igualmente era el único asiento que quedaba libre. 

- Como iba diciendo. Esta es la primera reunión del consejo. Tendremos reuniones cada tarde después de clase para hablar sobre temas del instituto y realizar el papeleo que nos corresponda. Por supuesto, no todos tendremos que asistir ni realizar todo. Los únicos que deben quedarse siempre son los delegados, subdelegados y secretarios. Los delegados de limpieza y deportes solo vendrán cuando esos asuntos sean el tema de preocupación del consejo. En ese caso, serán avisados por sus delegados.

La reunión continuó con temas sobre la apertura. Aunque las clases ya habían comenzado, quedaba realizar el tema de abertura y los test médicos. Serían todos el viernes. Hablaron sobre como organizarlo todo y de que se encargaría cada uno. Como Changbin solo se encargaba de deportes, solo tenía que ayudar a los clubs para que realizaran sus presentaciones lo más cómodamente posible.

La reunión terminó y el pelinegro se levantó para salir de allí. Cuando el primer alumno en salir abrió la puerta, pudo ver a Jeongin sorprendido por la repentina forma en la que el otro alumno había abierto la puerta. Hizo una reverencia y le dejó salir. Changbin se dirigió hasta él algremente.

- ¿Cómo es que estás aquí?

- Decidí esperarte para salir juntos.

- No tenías por que hacerlo.

- Claro que sí, eres mi amigo.

En el momento en que Seungmin vio el rostro de Jeongin, una esperanza se avivó en su interior. ¿Podría ser que se acordara de que iban al mismo bus y le hubiera esperado para ir juntos? Pero sus esperanzas fueron aplastadas al ver al otro chico acercarse a él y comenzar a hablar animadamente. Estaba claro que había ido por Changbin, no por él. Jamás le esperaría a él. 

Salió del lugar tras Félix con la cabeza baja. ¿Cuánto más tendría que ser su perrito faldero? Hasta que fuera a la universidad, era verdad. Odiaba aquella situación, pero debía hacerlo. 

Se quedó observando como los otros dos amigos caminaban delante de él mientras Félix le hablaba, pero él no prestaba atención. Se había sumergido en la memorización de cada acto de Jeongin. De como hablaba, de sus gestos, de su sonrisa... Llegó el momento de separarse en la puerta.

Se despidió de Félix y caminó hacia la parada de bus. Al entrar, una voz captó su atención. Sus ojos se iluminaron a ver la mano alzada del menor.

-¡H-h-hyung! ¡Le... guarde el... sitio! - le gritó sonrojado. Seungmin pasó su tarjeta de bus por la máquina y corrió hasta Jeongin para abrazarle al tiempo que se sentaba.

- Mi Jeonginie es tan lindo y atento - dijo mientras le apretaba entre sus brazos. El contrario se había vuelto a poner rojo, pero sintió en su mano el pañuelo de aquella mañana y cogió fuerzas para hablar. Mantenía aquel pañuelo en el bolsillo de su chaqueta, donde tenía la mano metida mientras el otro la abrazaba con fuerza.

- Hyung, me haces daño - consiguió decir provocando que el otro le soltara.

- Lo siento... Es que eres tan adorable... - le cogió de las mejillas mientras Jeongin reía nerviosamente.

Changbin pudo observar la escena al otro lado de la ventanilla del automóvil, sonriendo en la parada de bus. Hasta que este arrancó y se perdió en la lejanía de la carretera. Sus palabras habían hecho efecto en su nuevo amigo.

- Dijiste que Seungmin iba contigo al bus ¿no?

- Si...

- Pues acaba de salir también de la reunión. Guárdale sitio y así podréis hablar. Podrías conseguir un nuevo amigo.

- ¿Estás seguro? Además de mi timidez, dijiste que teníamos que tener cuidado con todo lo relacionado a Félix.

- Bueno... me da buena vibra y por el momento no parece mal chico... Para saber si de verdad está obligado a estar con ese chico ¿no habría que conocerle? Andemas, tampoco debemos juzgar a alguien por con quien anda. Ve con él. No por que seas mi amigo y tenga enemistades con Félix no quiere decir que tu deberías de tenerlas con Seungmin. Haz tus propios amigos Jeongin. 

- Está bien... Intentaré... Intentaré no ponerme nervioso de nuevo.

- Así se habla.

Sonrió para sí mismo y caminó en dirección contraria para ir a su casa, que no quedaba muy lejos de allí. Entró con sus propias llaves y se dirigió hacia la cocina, pues ya era la hora de cenar. Se le había acabado haciendo muy tarde. Su hermano, su madre y Jisung ya estaban sentados en la mesa; esperándole.

- Changbin... Tenemos que hablar - la mirada de su madre era severa. Aquello no era buena señal. Se sentó en su sitio en la mesa y la miró a la espera de lo que tuviera que decir - Hoy la policía vino a casa y dejó una carta. Yo estaba en el trabajo. Ya decidieron que sería lo que tienes que hacer por lo del graffiti.

El chico asintió animando a su madre a que continuara. Ella suspiró y puso su mano en su pantorrilla, en símbolo de preocupación e intento de tranquilizarle para sus siguientes palabras.

- Lo que tienes que hacer es... prestar servicios a la familia Lee como mayodormo las tardes de los fines de semana durante el primer semestre.

La noticia le pilló por sorpresa. Aquello le quedaba casi sin tiempo para pasarlo con sus amigos (aunque solo tenía a Jeongin) o para cualquier actividad de ocio. Debería de pasarse las tardes de los días de diario haciendo deberes y estudiando junto con las mañanas de los fines de semana, y luego hacer de mayordomo del mismo que le había metido en aquel lío. 

Respiró hondo y asintió. No podía hacer nada para cambiar su destino y enfurecerse no arreglaría nada. - Está bien omma. Lo haré, pero deberían de decirme la dirección de su hogar para poder ir allí.

- Claro cariño - su madre le abrazó efusivamente -Yo tengo la dirección, venía en la carta, luego te la doy. Eres un encanto. Cualquier otro adolescente se habría enfurecido y tirado todo por los aires.  - le besó en la frente y se sentó de nuevo.

- Yo lo habría hecho - dijo Jisung por lo bajo.

- Tú lo que eres es un bruto - le contestó su mejor amigo.

- ¡Oye! Es comprensible. No debería de aceptarlo así sin más. Va a tener que cumplir todas las ordenes del tipo que le inculpó. No es justo.

- No lo es. Y no lo acepto. Pero la vida es así de injusta y eso es algo que tarde o temprano todos debemos aceptar. Además, por mucho que me enfurezca las cosas no van a cambiar, no sirve de nada más que de pasar un mal momento. Porque nadie lo pasa bien cuando se enfurece ¿no?

- No - respondió el pelirrojo a regañadientes.

- Ahora vamos a cenar chicos - les dijo la madre con una dulce sonrisa. Ellos asintieron y comenzaron a comer.

Cuando terminaron, cada uno fue a su habitación y la madre al salón a ver la televisión. Jisung y Hyunjin compartían habitación y se ayudaban mutuamente con las tareas de clase. El mayor de los chicos las hacía por su cuenta. En ese momento su móvil comenzó a sonar. Era Jeongin, por supuesto. Le descolgó y puso el móvil en manos libre para poder hacer los deberes al tiempo que hablaba con él.

- ¡Hyung! Hice caso a lo que me dijiste y ahora estoy en un apuro. Es por tu culpa.

- ¿Qué pasó?

- Pues Seungmin ahora sabe donde vivo. Dice que me acompañará a casa siempre que pueda. Resulta que al final nos bajamos en la misma parada pero que el otro día se le olvidó bajar. Y vive cerca mío. Dos calle más arriba.

- ¿Y eso no es algo bueno?

- ¿Y qué pasa con mis nervios? ¿Y mi timidez?

- Se irán con el tiempo, como te pasó conmigo.

- Ya pero... ¿Y si a él no le gusta como soy yo al final? ¿Y si no le caigo bien? ¿Y si...?

- Deja de hacerte tantas preguntas. De verdad pareces enamorado hasta la médula. Deja que las cosas sucedan. Le caerás bien, ya verás.

- ¡Ah! No sé...  Tal vez debería irme al Polo Norte y enterrarme en un iceberg para no tener que pasar más situaciones así.

- ¿Qué cosas dices? - se rió el mayor.

- Hablo en serio...

- Actúa como lo harías conmigo. ¿Cómo puedes ser tan tímido con él y conmigo no? Al fin y al cabo solo nos conocemos de hace dos días.

- Es diferente... Contigo he hablado más y... me siento más cómodo porque de alguna forma nos entendemos. Pero no sé casi nada de él. Salvo que piensa que soy muy lindo, que vive dos calles más arriba que yo y que siempre va con Félix aunque no quiera por algún asunto privado.

- Bueno... Ya sabes algo.

- Para ti es tan fácil. Tú no eres tan tímido como yo. No sabes lo que es sentirte agobiado cuando alguien desconocido se acerca a ti. Sentir tu corazón agitarse rápidamente, el sudor corriendo por todo tu cuerpo y no saber que hacer o que decir.

- Eso suena a alguien en frente de la persona que le gusta.

- ¿Cuánto tiempo más vas a insistir? ¡No me gusta! ¡Me pasa con todo el mundo!

- Está bien... está bien. Ya paro. Pero va en serio. Intenta ser tu mismo.

- Si... lo intentaré... Te dejo, tengo que estudiar.

- Adiós Jeongin-ah.

- Adiós hyung.

Changbin dejó que el teléfono sonara con los pitidos de fin de llamada hasta que se calló y siguió haciendo sus deberes. Cuando terminó ya eran más de las ocho y el sueño comenzó a inundarle. A pesar de que en otras culturas dormirse a las ocho era impensable,  él ya tenía un sueño terrible. Vio algún capítulo de su serie favorita de anime en su teléfono y a las nueve y media se metió en la cama a dormir.

Mañana sería un nuevo día y debía de descansar para poder afrontarlo con fuerza.

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La puerta se abrió lentamente y una cabeza asomó ella.

- Adivina quien vino a darte las buenas noches - dijo Chris con una voz fingida de muñeco de la tele.

- No soy un niño hyung - respondió su hermanastro sin apartar la vista de su laptop.

- ¿Qué haces? - se acercó a él cerrando la puerta tras de sí.

- Estaba hablando intentando averiguar el correo electrónico de mi omma.

- ¿No te cansas de intentarlo?

- Algún día la volveré a ver. Lo sé.

- Félix han pasado... ¿Cuánto? ¿13 años? No volverá.

- ¿Y eso como lo sabes?

- Porque ya lo habría hecho.

- En algunas películas resulta que al final vuelven con una buena escusa. Estuvo salvando el mundo o cosas por el estilo.

- La película no es la vida real.

- La esperanza es lo último que se pierde. Eso es la vida real ¿no?

- Aish... Haz lo que quieras.

- Solo lo dices porque tu si que sabes que tu padre nunca volverá.

-Está muerto, es imposible que vuelva.

- ¿No le hechas de menos?

- ¿Tú echarías de menos a tú padre?

- Si... A pesar de lo mucho que le odie sigue siendo mi padre.

- Una parte de mí le hecha de menos... Por otro lado... no estuve el tiempo suficiente junto a él como para echarle de menos lo suficiente. Lloré mucho con su muerte y estuve unos meses con un psicólogo. Pero era muy pequeño, apenas tengo recuerdos por los que añorarle ahora.

- Yo quiero crear esos recuerdos por los que echar de menos a mi omma. Por eso no pierdo la esperanza.

- Bueno... deberías de irte a dormir. 

- Está bien - dijo el peli-naranja mientras dejaba el portátil en su mesilla de noche, que resultaba bastante grande para ser solo una mesilla de noche.

- Por cierto - dijo su hermano antes de salir de la habitación - Los fines de semana tendremos como mayordomo al chico que hizo un grafiti en el muro de los laboratorios.

Luego se fue. Félix comenzó a reírse sin saber bien por qué. Por alguna razón, le había cogido manía a ese chico y el destino había sido cruel al tener que ponerle junto a aquel chico. Changbin. Seguramente él lo estaría pasando peor.

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