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× Second Chapter ×

Se ajustó la corbata del uniforme sonriendo al espejo. Cogió aire. Debía de volver a ocultar su propia identidad para dar una buena imagen. En verdad era todo estratégico; no podrían sospechar de alguien con una imagen impecable.

Salió de casa tras despedirse de su familia e hizo el camino hacia el instituto, que apenas estaba a unos pasos.

La gente rodeaba la puerta de entrada aguardando a que sonara el timbre. Sus voces resonaban por todas partes, hablando animadamente de como había ido el verano para cada uno. Y las voces abrumaban su cabeza. Odiaba el ruido, no le dejaba oír sus propios pensamientos. Prefería la soledad en el silencio, pero debía de fingir y sonreír.

- ¡Oh! ¡Mirad! ¡Es Félix!

En un santiamén, un tumulto de gente se había congregado entorno a él, que sonreía y saludaba a todos con cortesía.

- ¡Félix! ¡Félix! - una voz se alzaba entre todas y miró al chico que intentaba hacerse paso entre la gente.

- Chicos, dejarle pasar por favor - dijo amablemente a sus admiradores, que se sonrojaron y hicieron un camino para el chico de cabellos negros.

- ¿Qué tal sus vacaciones, señorito Lee? - preguntó cordialmente su "mejor amigo".

- Muy bien. ¿Y usted Kim? - respondió del mismo modo con una sonrisa.

- También, hyung.

- Eso es genial. ¿Alguna información sobre este curso? - comenzó a caminar entre la gente, ignorando los murmullos que decían que seguían igual de refinados que siempre.

- Sí señor. Su nuevo horario y los profesores que le tocaran este año se lo darán en clase junto al resto de alumnos, como siempre. No he podido conseguirlos por mi cuenta. Por otro lado, le han vuelto a escoger delegado por tener la mejor nota de la clase y yo seguiré siendo subdelegado. Como todos los años, el presidente del consejo estudiantil es su hermano; pero este año el subpresidente será Woojin. - dijo el pelinegro que caminaba tras de él.

- Tu hermano ¿verdad?

- Sí, señorito Lee. Este año ha decidido que hará su último curso en la misma escuela que yo y tiene la segunda mejor nota del instituto en los exámenes de ingreso.

- Entiendo. Muchas gracias Kim Seungmin.

De pronto oyeron a alguien carraspear a sus espaldas. Los dos se giraron, el pelirrojo con una ceja alzada. Las personas habían hecho un camino entre ellos y la persona que había carraspeado. Tenía pinta de matón con muy malas pulgas. Como Félix nunca le había visto antes en la escuela, supuso que era alguien nuevo.

- Es usted Félix ¿verdad? - dijo con una voz también bastante intimidante.

- Sí ¿qué es lo que quieres? Si necesitas algo estoy dispuesto a ayudarte - respondió el contrario con una fingida sonrisa.

- Pues la verdad es que... La gente a tu alrededor no paraba de decir tu nombre, por lo que supuse que eras tú. Creo que voy a necesitar su ayuda. Emh... Soy nuevo y me han hablado muy bien de ti. ¿Podrías enseñarme la escuela?

- Sí, claro. Sígueme. Aún no empezaron las clases. Tenemos tiempo.

El pelinegro asintió y le siguió hasta las puertas del instituto.

- ¿Ese no es el chico que hizo un graffiti hace dos días en el muro de los laboratorios Lee?

- ¿Qué hace con el heredero?

Changbin escuchaba a la gente cuchichear a su alrededor como si él no estuviera, pero pasaba de ellos. Escuchaba las instrucciones y explicaciones que le daba aquel chico con atención y asentía a cada pregunta de si lo había entendido. Cuando terminaron la visita, los dos " amigos" se giraron por fin para mirarle.

- ¿Alguna pregunta?

- Sí, tengo una. ¿Por qué le hizo creer a la policía que había realizado su crimen?

Félix fruncido el ceño. Desde el principio supo que era aquel chico y le extrañó su comportamiento amable hasta ese momento. Sabía que iba a contraatacar contra lo que le hizo y estaba preparado para actuar como siempre. Tenía un plan para que todos siguieran pensando que él era inocente.

- No sé de que me hablas.

- Bien. Entonces te preguntaré otra cosa. ¿Por qué harías un graffiti en los muros de tus propios laboratorios?

- ¿Qué? - se comenzó a reír- Eres muy gracioso.

- ¿Vas a hacerte el sueco?

- No voy a hacerme el sueco. De verdad estas diciendo disparates - seguía riéndose.

Entonces toda la gente a su alrededor comenzó a reírse. Changbin no era alguien que se enfurecía fácilmente, pero la paciencia tiene un límite. Se acercó amenazadora mente a él con los puños apretados. Todo el mundo se callo soltando un sorprendido: "¡oh!"

- Se van a pelear - susurraban algunos.

- Hay que llamar al director - decían otros.

- ¿Ese chico pegará a Félix en serio?

- Pobre Félix. No hizo nada.

Changbin se detuvo en seco y cerró los ojos detectando el plan de su adversario. De esa forma no haría ningún amigo y todos le odiarían. Pasaría el resto de su vida de instituto solo ¿Por qué la había tomado con él?

- Algún día pagarás por tus actos. No sé como ni cuando, pero un día todo lo malo que haces te pasará factura. El destino siempre devuelve lo que haces.

El pelinegro se dio la vuelta y caminó pasillo arriba, hacia el tablón en el que estaría su nombre con la clase que le había tocado. La gente se apartaba de su camino; asustados, y el solo sentía un peso en su alma, la tristeza de que le hubiera toca sufrir todo aquello. Ojalá sus palabras sobre el destino se cumplieran también con él.

Félix le observó irse con una sonrisa en el rostro. Intentando atacarle e inculparle solo se hundiría más a sí mismo. El ya había hecho que la gente tuviera una buena visión de él en previsión a que algo como aquello pudiera pasar y por más razones. Jamás sospecharían de él. Ahora tenía a alguien a quien inculpar de sus acciones. Aquel chico sería su salvación, desde luego; pues con su aspecto de matón, era el sospechoso perfecto.

Seungmin miró la escena asombrado, sin entender nada de lo que acababa de pasar. Una parte de él gritaba por ayudar al pelinegro, pues siempre había sospechado que Félix no podía ser tan perfecto como se pintaba y aquel chico no habría podido hacer todas aquellas cosas por pura actuación para intentar culpar a Félix si ya le habían pillado. Todo aquello le daba mala espina, pero debía mantenerse del lado del pelirrojo por obligación.

Se mordió los labios y observó como un chico de la multitud corría tras el otro chico que se alejaba entristecido. Parecía preocupado por él. Al menos, alguien estaría de su lado. Su alivio fue a más al reconocer a esa persona.

Jeongin había visto toda la escena desde la máquina expendedora. No había podido desayunar, así que había decidido coger una barrita energética de ahí antes de que empezaran las clases. Entonces comenzó toda aquella escena y supo enseguida que Félix mentía y el otro chico decía la verdad. ¿Si no por qué actuaría así el pelinegro? ¿Por qué haría todo aquello si estaba mintiendo en realidad? No tenía sentido.

Corrió tras él. Todo el mundo estaría de lado de Félix y eso no era justo. Aquello dejaría al otro chico solo. Jeongin no iba a permitir eso, era demasiado injusto. No dejaría al chico solo incluso si eso hacia que tuviera que dejar de lado la timidez por la que había estado solo él en primaria. Ya que sabía lo que era estar solo, no dejaría que ese chico lo estuviera. Y menos si encima tendría que soportar los insultos de los demás, por que la sociedad era así y sabía que ese chico ya estaba marcado para todos como un matón.

Le tomó del hombro para llamarle la atención, pero cuando se dio la vuelta y le miró sintió la timidez salir de nuevo. Además, la mirada de aquel chico era demasiado intimidante. Pero cuando le sonrió se sintió mucho mejor. Aún así  sus mejillas se tiñeron de rojo y sonrió nervioso, mostrando sus encías y sus braquets.

- Hola. ¿Pasó algo? - le dijo amablemente. Y eso sorprendió al menor, pues su apariencia no estaba concordando con su forma de ser.

- Y-yo... Esto... La verdad es que... Mmh... - a pesar de la sonrisa que mantenía, cerró los ojos y apretó los puños maldiciéndose por ser tan tímido.

- ¡Oye! - el chico puso las manos en sus hombros intentando tranquilizarle - No voy a comerte ¿sabes? Tranquilo. Dime lo que quieras.

- Lo siento... No es por ti... Es que soy demasiado tímido... - suspiró pudiendo hablar por fin.

- No pasa nada. ¿Qué querías?

- Creo en ti - le miró firmemente - Creo que tú dices la verdad y Félix miente.

El mayor le sonrió aliviado y le abrazó repentinamente - Gracias, muchas gracias.

Jeongin le dio palmadas en la espalda nervioso y sorprendido, sin saber como reaccionar. Pero antes de que pudiera hacerlo, el otro se separó cogiéndole de los hombros y sin parar de sonreír.

- Mi nombre es Seo Changbin.

- Yo soy Yang Jeongin - rió nerviosamente mientras alzaba la mano temblando. El mayor se la estrechó con las dos suyas. 

- Todo un placer. Pensé que pasaría solo toda la secundaria.

- Yo también.

Los dos comenzaron a andar por el pasillo lentamente mientras hablaban.

- ¿Cómo? ¿Eres nuevo también?

- No es que... Es mi primer año de secundaria y siempre he sido tan tímido que... Bueno, estuve solo en primaria...

- Entiendo - el mayor apoyó su brazo sobre los hombros del otro - Pues ya no estarás solo. Seremos amigos ¿si?

- Claro - sonrió nervioso. Entonces el timbre sonó y los dos tuvieron que separase para irse a sus respectivas clases.

Cuando Changbin entró en la suya, todos se hacían a un lado asustados y le miraban con miedo. Todos excepto Félix. ¿Por qué sería que el destino tenía que jugar con él y ponerle en su misma clase?

Se sentó en su sitio y esperó a que el profesor entrara en la clase, manteniéndose firme y cuando su mochila colgada en el respaldo. El tutor no tardó en llegar. Se presentó como el profesor Young y les dio sus horarios según pasaba lista. Después, paso a decir quiénes habían salido delegados de la clase: Félix y Seungmin.

"Así que así se llama su perrito faldero"

- Pero aún quedan por decidir quien será secretario o secretaria, jefe de limpieza y delegado de deportes. Para el primero habrá una votación entre las dos personas que quedaron terceras en el examen de ingreso. Para el tercero será votación con los alumnos que quedan y para el último será el que mejor nota saque en el examen físico que realizaremos fuera con el profesor de educación física. ¿Alguna duda?

Todos respondieron que no y comenzaron las votaciones. La primera votación fue buena y justa, pero a la segunda todos al menos tenían un voto excepto Changbin. Al final salieron: Secretaria - Una chica llamada LaLisa y Jefe de limpieza - Un chico llamado Chanyeol. Solo quedaba la prueba física.

Bajaron en orden al patio, donde el profesor de educación física les esperaba. Hicieron carreras de obstáculos en las que evaluaron por el tiempo que tardaban. También ejercicios de abdominales, flexiones, pruebas de resistencia, flexibilidad, etc. Y al final, el primero de la clase resultó ser ni más ni menos que Changbin. Cosa que le sorprendió pero que al parecer al resto no y solo hacía que tuvieran más miedo de él. ¿Por qué? Si alguien con aspecto de matón que realizó un graffiti y amenazó al chico más bueno y popular del instituto resulta que también tiene mejor condición física que tú ¿acaso no sentirías miedo también?

Y así habían acabado las cosas para el pelinegro. Primer día de instituto y todos excepto una persona le tenían miedo. Bueno, al menos una persona no lo hacía. Podría haber sido peor. Podrían haberle tenido miedo el instituto al completo. Así que agradeció al cielo que al menos Jeongin no lo hiciera. Que al menos pudiera tener un amigo en aquella nueva ciudad. Algún día conseguiría que las cosas cambiarán y la gente dejará de tenerle miedo. Poco a poco, lo haría.

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