—¡Hola! Soy Sana Minatozaki, en este momento no puedo responder, ¡pero déjame un mensaje! Bye bye.

Beep.

—A veces me pongo a pensar cuando rompimos, Sana.

>> Creí que era una de esas estúpidas peleas que solíamos tener cada tanto, pero la cosa cambió.

>> Supe que era diferente cuando empezaste a verte con esa tarada de Nayeon, lo supe desde el momento en que ella te trajo hasta casa, te despediste y ni bien te diste la vuelta esa estúpida te miró el culo.

>> Claro que lo noté, yo te abrí la puerta ese día, porque te habías dejado las llaves dentro y la ví muy claramente.

>> Me molestó mucho, y discutimos, como tantas otras veces.

>> Dijiste que sólo era tu amiga y estaba más que segura que tú lo veías como una amiga, al menos en ese momento, pero yo noté bien cómo ese animal bajaba hasta tus nalgas.

>> Tú culo es hipnótico, Sana, fue una de las primeras cosas que noté de ti, una de las cosas que más amo de tu cuerpo también... Y mierda, es mío y ya te lo dije varias veces, pero que esa cara de rata lo haya mirado me dieron ganas de golpearla.

>> Tú no la querías pero ella si te quería a ti.

>> Y debí haber esperado que luego de esta estúpida discusión y tus palabras de "Me voy de esta estúpida casa" fueras hasta la de Im para quedarte.

Se escucha un suspiro.

—Entiendo que fue mí culpa, debí detenerte, o detenerme yo misma, ahora te extraño.

>> Tardas mucho en volver, Sana, no me hagas esperar tanto, por favor.