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Capítulo 2: Como el perro y el gato

Kunikida comprobó la hora en su reloj, 7:59 de la mañana, quedaba un minuto para recoger al chico de ayer. Tras bajar del taxi, observó los desastrosos apartamentos de dos pisos que estaban delante de sus ojos. ¿Era aquí dónde vivía Nakajima Atsushi? No se veían seguros, principalmente porque parecía que una brisa de aire podría derrumbar la supuesta construcción de ladrillos.

- Las 8:00 – tras comprobar la hora en su reloj, Kunikida subió hacia el apartamento de Atsushi y llamó al timbre – Las 8:00, ni un minuto más ni un minuto menos.

Y tal como dijo, sin estar dispuesto a incumplir su perfecto horario, Kunikida se dio la vuelta para abandonar el edificio pero con lo que no contaba es con que la puerta se abriera y por ella se asomara la cabeza de Atsushi.

- Buenos días, Kunikida-san.

- Oh, estabas listo.

- Sí, a las 8:00 como usted dijo, ni un minuto más ni uno menos.

Kunikida lo comprobó, seguían siendo las 8:00.

- He de decir que me has sorprendido, no esperaba que madrugaras.

- ¿Madrugar? Oh no, no he madrugado.

- ¿No lo has hecho?

- Yo me levanto a las seis de la mañana.

- ¿Siempre?

- Siempre.

- Vaya, el inútil de Dazai podría aprender de ti y hablando de él - hizo una señal con la cabeza - Vámonos, hay que recogerle.

- Sí - Atsushi cerró la puerta de su piso y bajó junto al mayor al taxi que les estaba esperando, sentándose él atrás y Kunikida en el asiento del copiloto - ¿Dazai-san vive muy lejos?

- No creo que tardemos mucho en llegar - comprobó su cuaderno – He cumplido... he cumplido una de mis actividades a tiempo.

- ¿Eh? Kunikida-san, ¿está usted llorando?

- ¡No, claro que no! - secó una lágrima evitando que Atsushi la viera – Es solo que pocas veces, por no decir ninguna, consigo cumplir con mi horario.

- Oh... ya veo – Atsushi bajó su mirada nervioso hacia abajo, no tenía muy claro de qué hablar con Kunikida, seguro que, si estuviera Dazai, le sacaba un tema de conversación, el castaño tenía ese don – Esto... ¿hace mucho que conoce a Dazai-san?

- Sí, por desgracia sí.

- Claro – el silencio volvió a reinar incomodando otra vez a Atsushi – Emm... hoy... hoy hace sol.

Se quiso golpear, de verdad que se quiso golpear. ¿Se había puesto a hablar del tiempo? Era el típico tema de conversación cuando en realidad no existía un tema de conversación.

- Sí, pero hay alguna nube, espero que no llueva.

- Sí... emm...

- Oye, no hables si no quieres.

- No es que no quiera, es que... no sé bien de qué hablarle. ¿Qué le interesa?

- Librarme de Dazai.

- Ah, pues... no sé mucho de ese tema.

- Entonces no hace falta que hables.

Atsushi apoyó la cabeza contra el cristal de la ventana del coche. De verdad que no quería quedarse en un silencio tan incómodo, pero ¿qué conversación le sacaba al hombre? Existía un tema que se le podía sacar a cualquiera, pero no sabía si tenía derecho a preguntarle sobre eso, bueno, cualquier cosa mejor a quedarse callado.

- Kunikida-san.

- ¿Qué?

- ¿Usted tiene pareja?

- ¡¿QUÉ?! - se giró con el rostro rojo - ¿A qué viene eso?

- No sé, es que... usted se ve muy bien, como Dazai-san. He pensado... que tal vez tenían pareja o algo así.

- No, no tengo - volvió a colocarse bien con el rostro todavía rojo – Y si tienes alguna doble intención con Dazai, mejor vete olvidando.

- No lo decía con esa intención, Dazai-san es atractivo, pero...

- Mocoso, hazme caso. No te acerques de esa manera a él - Kunikida puso mala cara – Si lo haces, tendrás que enfrentarte a la mismísima muerte.

- ¿El qué? - pestañeó confuso sin entender al mayor.

El resto del camino hacia el apartamento de Dazai fue más o menos lo mismo, Atsushi intentando hablar aunque algo incómodo y Kunikida respondiendo con monosílabos sin dejarle entablar una conversación más profunda.

- Hemos llegado – Kunikida salió del taxi y Atsushi salió detrás de él.

- ¿Aquí...? ¿Aquí vive Dazai-san? - levantó la mirada hacia el cielo, el bloque de apartamentos era casi un rascacielos. ¿Cuánto debía costar un apartamento aquí? Seguro que más que todos sus órganos juntos.

- Vamos bien de tiempo – tras comprobar su reloj, se acercó a un panel con varios timbres, pulsó uno y esperó a recibir respuesta, respuesta que nunca llegó.

- Tal vez... si llama otra vez.

Kunikida volvió a mirar su reloj y volvió a pulsar el timbre pero el resultado fue el mismo, nadie respondía.

- Puede que Dazai-san esté en el baño.

Por tercera vez comprobó la hora, el segundero le puso nervioso al ver que ya había completado una vuelta entera, es decir, ya había pasado un minuto.

- No me lo puedo creer, llevamos un minuto de retraso.

- Un minuto no es mucho ¿no? - intentó sonreírle, pero el rostro de Kunikida no le devolvió la sonrisa.

- Un minuto son 60 segundos, ¿acaso eso no es mucho?

- Bueno...

- 61, 62, 63, 64 - empezó a contar desconcertando a Atsushi - ¡Los segundos de retraso siguen acumulándose! - volvió a pulsar el timbre con rabia - ¡DAZAI, DAZAIIIIIIIIII!

- Emm... Kunikida-san.

- ¡¡DAZAI!! ¡SAL DE TU MALDITA CASA!

- A lo mejor... a lo mejor tiene visita ¿no?

- ¿Visita? - Kunikida frunció el ceño - Ese bastardo... espero por su bien que no haya nadie en su cama. Bien, se acabó esperar, vamos.

El mayor entró al edificio con Atsushi detrás. Tras subir en el ascensor a uno de los pisos más altos, Kunikida caminó hacia la puerta del apartamento del castaño echando fuego por las orejas.

- Dazai... ¡¡DAZAI!!

Atsushi decidió mantener distancias con el hombre de gafas, de verdad que le estaba dando mucho miedo y estaba empezando a temer por la vida de Dazai.

- Dazai - pronunció con odio tras llegar delante de su puerta - ¡¡DAZAI!! ¡SAL YA! - empezó a aporrear la puerta asustando a Atsushi.

- ¡Kunikida-san! S-si somos tan ruidosos, molestaremos a los vecinos.

- Mmm... es verdad – recuperando un poco la compostura, metió su mano en uno de sus bolsillos y sacó una copia de la llave del apartamento – Entraremos ahora.

- No sé si eso está bien, es decir, es el apartamento de Dazai-san, ¿no sería eso entrar sin su...?

- ¡DAZAI! - sin escuchar al chico, Kunikida abrió la puerta y entró dando gritos.

- Me ignoró - se lamentó para después entrar detrás del mayor.

- ¡DAZAI! ¡DAZAIIIIIIIIIIIIII! ¡¿DÓNDE ESTÁS?! Más te vale que no... - caminó con rabia hacia el dormitorio del castaño - Dazai... ¡COMO ESTEMOS LLLEGANDO TARDE PORQUE ESTÉS EN LA CAMA CON ALGUIEN JURO QUE ME HARÉ UN XILÓFONO CON TUS HUESOS! - abrió la puerta de una patada - ¡DAZAIIIII!

- ¡Kyaaaaaa! - Dazai gritó de manera aguda y se tapó su torso descubierto - ¡Un pervertido! ¡Kyaaaa!

- ¡AH! Lo siento señora - Kunikida hizo una reverencia y cerró la puerta.

- Esto... Kunikida-san... esa "señora" ¿no era Dazai-san?

- ...

- Kuniki...

- ¡DAZAIIII! - volvió a entrar dando una patada.

- ¡KYAAAAAA! Váyase degenerado, si quiere ver pechos, póngase un hentai.

- ¡DEJA DE HACER EL PAYASO! - se lanzó hacia él para empezar a estrangularle.

- ¡WAAAA! ¡Atsushi-kun, ayuda!

- L-lo siento – Atsushi se dio la vuelta algo rojo para no ver el torso descubierto de Dazai.

- ¡YA VAMOS CON RETRASO POR TU CULPA!

- Ku... Kunikida-kun - habló Dazai con dificultad debido a la fuerza con la que le estaba estrangulando – Hoy tengo que grabar, ¿crees que está bien tratar así mi herramienta de trabajo?

- Tch, sí, es cierto - soltó su garganta – Te estrangularé al acabar el día.

Dazai puso mala cara, pero la cambió al ver a Atsushi en la puerta de la habitación.

- ¡Gatito! Buenos días.

- Buenos... - intentó girarse, pero no lo hizo ya que Dazai seguía sin vestirse entero – Buenos días.

- ¿Qué te pasa, gatito?

- Le pasa que vamos a llegar tarde por tu culpa, ¡vístete!

- Sí~ - aceptó con voz cantarina y terminó de vestirse para que Atsushi pudiera girarse sin morir de la vergüenza - Dazai Osamu, se encuentra ya vestido.

- Enhorabuena, la próxima vez, asegúrate de estar vestido cuando yo llegue. A veces parece que disfrutas el hacer perderme el tiempo - salió de la habitación con los otros dos detrás - Vámonos.

- Joooo, Kunikida-kun, no he desayunado.

- Te fastidias.

- Buaaaa, ¿qué harás si me desmayo por el hambre?

- Bailar sobre tu tumba.

- Al igual que una chica tsundere del anime, Kunikida-kun esconde su preocupación por mí mediante comentarios crueles. Me siento muy honrado porque sé que en el fondo me quiere y me aprecia.

- Yo... no estoy seguro de que sea así - comentó Atsushi en voz baja.

- Gatito, ¿cómo has dormido? ¡Ah, no me digas más! Has tenido sueños subidos de tono conmigo, tranquilo, te entiendo, te comprendo y te doy mi permiso para que los sigas teniendo.

- En realidad no, la verdad es... que vuelvo a estar algo nervioso.

- Tú tranquilo, tú tranquilo, yo estoy a tu lado y eso es bueno ¿no?

- Seguramente no – Kunikida agarró a ambos del cuello de la camisa y los arrastró hacia fuera del edificio – Que tú andes alrededor es una señal de que todo se va a fastidiar.

- ¡AHHHH! - Dazai llevó las manos a su pecho - ¡Los comentarios tsunderes de Kunikida-kun dañan mi frágil corazón! ¡¿Dónde está la escena en la que sonrojado me dice "Dazai-senpai no baka"?! ¡¡¿DÓNDEEEE?!!

- ¡CÁLLATE! - abrió la puerta del taxi y metió a ambos de un empujón - Como lleguemos tarde por tu culpa, yo mismo cavaré tu tumba y te enterraré vivo. ¿He sido lo suficientemente claro?

-Sí mamiii~ - Dazai se sentó bien y dirigió su mirada al chico a su lado – Atsushi-kun ¿sabes que tengo un regalo para ti?

- ¿Para mí? - se señaló confuso mientras el taxista arrancaba el coche.

- Yessss – de su bolsillo sacó un móvil blanco – Ayer dijiste que no tenías móvil ¿verdad?

- Sí.

- Pues ahora lo tienes, felicidades.

- ¿Eh? - miró el móvil que le tendía Dazai y luego al mayor - ¡No, no, no, no! ¿Por qué lo ha comprado? Yo no puedo pagarlo.

- No lo vas a pagar, es un regalo, todos los gastos del móvil corren por mi cuenta. Tómatelo como algo así como... un regalo de bienvenida al negocio de los seiyuus ¿no?

- Pero...

- ¿Le has comprado un móvil? - Kunikida les miró por el espejo retrovisor – No le consientas tanto.

- Tranquilo, tranquilo, que tenga un móvil nos viene bien a todos. Al final lo iba a acabar necesitando sí o sí, ya sea para ponerse en contacto contigo, para oír me sensual voz o para ver un poco de hentai. ¿Verdad?

- No quiero usarlo para lo último.

Dazai le volvió a ofrecer el móvil aunque está vez si lo aceptó, lo atrapó entre sus manos como si fuera la cosa más cara que ha sostenido, aunque seguramente lo era, y miró nervioso a Dazai.

- ¿A qué esperas? Enciéndelo.

- No... no sé.

Dazai recuperó el móvil para enseñarle como encenderlo y después se lo devolvió. Los ojos de Atsushi miraron emocionados como el móvil se encendía, para alguien como él que nunca se había podido permitir tener un móvil, ver como se encendía podía ser considerado como algo fascinante. Después de que el nombre de la marca desapareciera de la pantalla, dejó a Atsushi ver varios números en la pantalla.

- Dazai-san.

- El PIN es 123.

- ¿En serio? - Kunikida le miró mal – Eres un estúpido.

- ¿Qué pasa? Es para que no se le olvide.

Atsushi pulsó nervioso los números y volvió a esperar a que la pantalla principal apareciera.

- ¿Eh...? ¡¿EHHHH?! - giró el móvil para que Dazai viera la pantalla - ¡¿Por qué usted es el fondo de pantalla?!

Así era, en el móvil recién encendido se podía ver una foto de Dazai guiñando el ojo.

- ¿No te gusta?

- ¡Es que...! Mejor olvídelo.

- He guardado el número de Kunikida-kun y el mío, puedes llamarnos cuando quieras.

- Mmm...

- Aquí - Dazai le señaló dónde debía dar y Atsushi lo hizo.

- Emmm... ¿"Mamá"? - leyó el nombre por el que había guardado al hombre de gafas.

- Sí, así te será fácil saber que es el número de Kunikida-kun.

- Claro - suspiró cansado - ¿Usted también está? - bajó la mirada al segundo y último contacto registrado – Ehh... "Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy" ¡Es un nombre muy largo!

- ¡Exacto! ¡Largo como mi...! - dejó de hablar ante la mirada asesina de Kunikida.

- No sé si le has comprado el móvil para ayudarle o para reírte de él.

- ¡Cruel, Kunikida-kun cruel! Se lo he comprado para ayudarle.

- De todas formas, el hecho de que tenga un móvil puede ser contraproducente. Mocoso, ¿has tenido un móvil alguna vez?

- Bueno... n-no.

- No tienes ni idea de usarlo entonces, eso puede ser un problema. ¿Qué harás si le estafan? - preguntó a Dazai.

- Eso no es problema, le ensañaremos ahora mismo – Dazai sacó su móvil y empezó a escribir.

El móvil entre las manos de Atsushi vibró y el sonido de un gato maullando sonó haciendo que sus mejillas se pusieran rojas. Parece ser que Dazai no iba a olvidar en la vida el gemido/maullido que se le escapó ayer.

- Gatito, mira los mensajes.

- Umm... sí - aunque lo dudó durante unos momentos, se metió en una aplicación de mensajes donde le salía el que le acaba de enviar Dazai.

Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy

Le escribo del banco gatito en celo, necesito el número de su tarjeta de crédito para unos trámites

- Bueno, por el nombre obviamente es falso.

- Bien, bien, bien hecho. No des tu cuenta del banco fácilmente. Venga, nivel dos, allá vamos.

Dazai volvió a escribir y el maullido de gato volvió a sonar del móvil de Atsushi.

Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy

Manda nudes

- ...

- ¡Rápido, Atsushi-kun! ¿Qué debes hacer en esta situación?

- ¿Qué es un nude?

Dazai se le quedó mirando sin ninguna expresión en el rostro mientras Kunikida se ponía rojo, no se podía decir si de la vergüenza o de la rabia.

- Ignoremos este nivel, pasamos al nivel 3.

El móvil sonó tras otro nuevo mensaje de Dazai.

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Muchas gracias y un saludo

- Bueno... este obviamente es falso también.

- Wao, increíble Atsushi-kun, muy bien.

¿De verdad lo había hecho bien? La verdad es que dudaba que los estafadores en Internet usaran trucos así y también era difícil tomárselo en serio con el nombre con el que se había guardado Dazai.

Cuando el taxi se paró, fue la señal de que ya habían llegado su destino. Los tres se bajaron y entraron en el edificio con Kunikida liderando la caminata y mirando nervioso su reloj.

- Maldición Dazai, la próxima vez que me hagas llegar tarde juro que te mataré.

- Kunikida-kun ¿Cuánto hace que no...? ¿Cómo lo digo suavemente y sin corromper la mente de Atsushi-kun? Ah, ya sé, ¿Cuánto hace que no liberas estrés mediante el tradicional acto de la expulsión de semen?

- ¡¿A TI QUÉ TE IMPORTA?! Siempre igual, tengo que estar detrás de ti para que hagas las cosas. Estoy empezando a pensar que de verdad crees que soy tu madre.

- ¡¿No lo eres?! - Dazai se sorprendió por eso - ¡Yo creía que sí! Entonces, ¿Quién es mi verdadera mamá? ¡Exijo respuestas!

- ¡DEJA DE HACER EL PAYASO! TÓMATE MÁS EN SERIO EL...

- ¡Akutagawa-senpai! - la voz de una mujer detuvo la regañina de Kunikida y volvió pálidos los rostros del castaño y del hombre de gafas.

- Oh, no...

- Mierda.

- ¿Qué pasa? - Atsushi preguntó sin entender.

Kunikida y Dazai giraron con miedo sus rostros hacia atrás y Atsushi hizo lo mismo. Detrás de ellos y vestido completamente de negro, iba caminando un chico de pelo negro con una especie de degradado en dos de sus mechones haciendo que estos acabaran en color blanco. Persiguiendo al chico desconocido iba una mujer rubia con el pelo recogido en un moño.

- Kunikida-kun.

- Maldición - volvió a comprobar la hora del reloj – Hoy nada va a salir bien.

- Dazai-san – los oscuros ojos del chico parecieron iluminarse cuando divisaron al castaño - ¡Dazai-san!

- Ugh – Dazai puso mala cara - ¿Será un buen momento para fingir mi muerte?

- Idiota, ya te ha visto – Kunikida arregló su traje e intentó aparentar tranquilidad - Déjame esto a mí.

Atsushi miró todo sin entender, ¿Quién era ese chico?

- Dazai-san – el gótico se plantó delante de Dazai – He venido para cumplir mis obligaciones como su compañero.

- ¿Mi qué?

- Perdona que interrumpa – Kunikida se interpuso entre Dazai y el chico – Pero el día de hoy Dazai no tiene ninguna grabación contigo. ¿Acaso tu manager no te tiene bien informado?

- ¡O-oiga!

- Higuchi, cállate.

La mujer agachó triste el rostro.

- S-sí, perdón.

- He venido para interpretar el papel de Uemura Yuuto.

- ¿Uemura Yuuto? - Atsushi se confundió todavía más por eso, ¿no le dijo Yosano que el papel era suyo? - Kunikida-san...

- Me temo que ese papel no es tuyo, puedes retirarte ya.

- Lo sé, ha llegado a mis oídos que han dejado a un cualquiera hacer ese papel. ¿Acaso a la escritora de este guion no le dan las neuronas para pensar?

Kunikida frunció el ceño al oír como empezaba a hablar mal de Yosano.

- Oye...

- ¿Y qué ocurre contigo? ¿Qué clase de manager eres al dejar que Dazai-san interprete un CD drama con un cualquiera? Si solo buscas destrozar su carrera, mejor abandona tu trabajo.

Higuchi se quedó pálida al ver el despliegue de groserías que estaba empezando a soltar su representado.

- Esto... - la mujer se metió entre el chico y Kunikida - Es que... ejem, como representante de Akutagawa-senpai, no me parece bien que no se haya tenido en cuenta su increíble talento en este negocio. Su voz es perfecta junto a la de Dazai, sería una combinación increíble, pero ni siquiera se le ha permitido un intento. ¿No es eso injusto?

- El casting está cerrado, vuelve a tu casa con el rabo entre las piernas.

Una lucha de miradas asesinas empezó a desatarse entre Kunikida y el chico, con la mujer rubia empezando a sudar.

- Emmm... A-akutagawa-senpai...

- ¡Higuchi, cállate! - dio un paso al frente, aunque eso no intimidó a Kunikida – La única persona que puede gemir para Dazai-san soy yo, si eres consciente de eso, no me vuelvas a hablar así.

- El papel de Uemura Yuuto lo tiene otra persona ¿Qué quieres que hagamos?

- ¿Quién? - preguntó con rabia haciendo que esta vez la postura de Kunikida sí dudara un poco - ¿Quién es la zorra que han elegido para que finja un orgasmo delante de Dazai-san?

- ¿Zorra? - Atsushi pasó de la confusión al miedo, algo muy dentro de él le decía que el día se iba a complicar de la peor de las maneras.

- ¡Hey! - Yosano llegó a la escena con un guion entre sus manos - ¿Cuánto tiempo pensáis tardar en llegar? Dazai, Atsushi, todo está listo ya para gra... - dejó de hablar al ver al gótico y a la rubia – Oh... mierda.

- ¿Atsushi? - pronunció cada sílaba con rabia - ¿Quién? - su oscura mirada se posó encima de la única persona que no conocía - ¿Tú?

- ¿Eh? - Atsushi empezó a caminar hacia atrás mientras el otro caminaba hacia él - S-sí...

- ¿Tú eres Uemura Yuuto? ¿Tú? - le miró de arriba abajo – No me suenas de nada.

- E-es que... soy nuevo en esto y...

- ¿Nuevo? ¿Y te atreves a dirigir la palabra a Dazai-san a pesar de que estás en lo más bajo de este negocio?

- Emmm... - su cuerpo chocó contra la pared ya que no podía seguir caminando hacia atrás para seguir esquivando al chico – M-me llamo... Nakajima Atsushi.

- Que nombre más ridículo, es perfecto para una fulana como tú.

- ¿Fulana? ¡Ah! - se sorprendió cuando la mano del contrario aterrizó en la pared dejándole acorralado – O-oye...

- Akutagawa Ryunosuke, la única persona digna de estar al lado de Dazai-san, acuérdate de mi nombre.

- ¿Akutagawa?

- Ahora que ya nos hemos presentado todos...

- Esto... yo no – la mujer rubia levantó con miedo la mano.

- ¡Cállate Higuchi!

- ¡Sí! ¡Lo siento!

- Como iba diciendo, ahora que nos conocemos todos... - acercó más sus rostros terminando de asustar completamente a Atsushi – Te recomiendo abandonar el papel si aprecias tu vida.

- ¿Eh?

- Bueno, bueno, creo que ya está bien – Dazai separó a ambos chicos dejando que Atsushi pudiera despegarse de la pared.

- Dazai-san, ¿Cómo es que usted ha aceptado grabar con semejante meretriz?

-¿Meretriz?

- Es una forma educada de llamarte puta – Dazai suspiró cansado – Hoy no he desayunado, no estoy preparado para lidiar con esto. ¿Qué te parece si lo dejamos para otro día?

- No.

- Sí... debía imaginarme esa respuesta.

- No voy a parar hasta que me deis el papel que merezco, solo yo puedo ser el acompañante de Dazai-san. Gemir para Dazai-san, es todo un honor para mí.

- Oye – Yosano se metió en la conversación - Yo ya tomé mi decisión ¿qué más hay que discutir? Quiero que Atsushi haga de Yuuto.

- ¿Y en qué criterios te has basado para tomar esa decisión?

- ¿Perdón?

- Tú - Akutagawa miró mal a Atsushi – Responde ahora mismo, ¿cuál es el tipo de sangre de Dazai-san?

- ¿Su... qué?

- Tipo de sangre, ¿eres sordo?

Atsushi se incomodó por eso, este chico estaba empezando a caerle muy mal a pesar de que apenas le conocía.

- No... no lo sé. ¿0?

- Ridículo, es AB, esto demuestra que no sirves.

- ¿Qué tiene que ver conocer su tipo de sangre?

- Es importante, si un loco peligroso le apuñalara, entonces no sabrías que sangre robar para él.

- ¡¿Cómo que robar?!

- Peso.

- ¿Ah?

- Que cuánto pesa.

- ¡Yo no puedo saber eso!

- 67 kg, por dios, es una vergüenza que quieras estar a su lado. Altura.

- Emmm... - miró a Dazai y luego volvió a mirar a Akutagawa – Un metro y... ¿85 cm?

- ¡Estúpido! - le gritó asustándole - Son 81 cm no 85. ¿No te da vergüenza vivir ahora mismo?

- No... oye, ¿se puede saber qué te pasa conmigo?

- Creo que esto son pruebas suficientes de que este chico no puede grabar junto a Dazai-san, ¿no crees? - se giró para preguntar a Yosano.

- Eso no es prueba de nada y de todas formas ya tenemos más que comprobado que tú no puedes grabar con Dazai.

- Ridículo, he mejorado mucho desde mi última prueba. Puedo decir sin ninguna duda que ahora mismo soy la pareja perfecta para Dazai-san - llevó sus manos a su pecho – Mi corazón ha estado preparándose desde hace mucho, por fin es ahora cuando siento que estoy 100% listo para estar al lado de Dazai-san - empezó a caminar hacia el castaño - Dazai-san, me entregaré a usted en alma y... - apartó la mirada avergonzado – Por supuesto que en cuerpo también, haga conmigo lo que usted desee. Me someteré sin ningún problema a sus deseos más oscuros.

- Creo que... - Dazai apartó la mirada incómodo - Mejor paso.

- Yosano – Fukuzawa apareció en medio de toda esta extraña discusión - ¿Se puede saber qué está pasando?

- Pues... lo de siempre, supongo.

- ¡O-oiga! - la mujer rubia caminó con algo de miedo hacia el más alto – Co-como manager de Akutagawa-senpai, me parece muy mal el trato que están teniendo con él. ¿Acaso le tienen miedo al éxito? Un CD drama de Dazai junto a Akutagawa-senpai sería un gran éxito. Juro como que me llamo Higuchi Ichiyo que no me voy a mover de este edificio hasta que le hagan una prueba.

Los ojos de Fukuzawa intimidaron a la mujer, si sabía que el hombre de pelo blanco tenía una absurda debilidad por los gatos ¿por qué daba tanto miedo?

- E-esto... ju-juro como que me llamo... usted... ¡Diga ya algo!

- Como quieras.

- ¡¿Ah?! - Yosano y Kunikida se sorprendieron por eso mientras Dazai lloraba internamente – Presidente, ¿está usted seguro? Ya sabemos cómo acaba esto siempre.

- No es la primera vez que pasa esto, es por eso que sé que no se va a ir fácilmente. Que haga la prueba y ya, es la manera más rápida de acabar con esto.

- Por fin un poco de cordura – Akutagawa se giró con elegancia – Acabemos con esto y demostremos a la fulana esta quien es la persona más adecuada para Dazai-san.

- La fulana... ¿soy yo? - Atsushi se señaló a sí mismo.

- Si lo sabes ¿por qué preguntas?

- Akutagawa-senpai, los conseguimos.

- Higuchi, cállate.

- Vale...

Todos acabaron yendo a la misma sala de grabación donde estuvieron Atsushi y Dazai ayer. Fukuzawa, Yosano, Kunikida, Atsushi e Higuchi se quedaron en la sala de sonido mientras que en el otro lado estaba un serio Akutagawa y un aburrido Dazai. El chico gótico echó para atrás su silla y se sentó con elegancia, poniéndose los cascos de la misma manera, su entrada en esa sala había sido muy distinta a la de Atsushi que comenzó tropezándose con sus propios pies.

- Vaya... es un borde, pero parece muy profesional.

- Por supuesto – los ojos de Higuchi empezaron a brillar – Es de Akutagawa-senpai de quien estamos hablando.

- No cantes victoria tan rápido - Kunikida se cruzó de brazos – Ya sabemos cómo acaba esto siempre.

- ¡Ustedes están muy equivocados! - Higuchi frunció el ceño - Akutagawa-senpai se ha esforzado mucho, continuamente ha estado escuchando CD dramas de Dazai para prepararse para este momento. El Akutagawa-senpai que tenéis delante no es como el que habéis conocido.

- Bueno, eso ya lo veremos – Yosano pulsó un botón para encender el micro – Empezad ya.

- Ok – Dazai hizo un gesto con la mano aunque por su cara se podía ver que no estaba muy contento - ¿Cómo de rápido quieres que acabemos esto?

Yosano intercambió miradas con Fukuzawa.

- Como tú desees.

- Bien, así será. Tapad los oídos al gatito, las cosas se van a poner algo sucias.

- Espere... - Higuchi se pegó al cristal - ¡No haga eso por favor!

- "Mamoru-san" - Akutagawa empezó la actuación - "¿Por qué me ha citado aquí?"

- "Yuu-to-kun~" - cada sílaba salió cantarina de la boca de Dazai - "¿Cómo puedes no saberlo? Un pajarito me ha dicho que te masturbas pensando en mí"

Akutagawa se sobresaltó por eso, pero enseguida recuperó la compostura.

- Oye – Kunikida llamó a Higuchi – En realidad hace eso ¿verdad?

- ¡Ustedes no tienen derecho a saber qué pasa dentro de la habitación de Akutagawa-senpai!

- "¿Usted me odia por eso? No puedo evitar tener esos pensamientos con usted".

- "Comprendo..." - Dazai apoyó los brazos en la mesa y dirigió una mirada a Yosano, la mujer asintió con la cabeza, esto no tardaría mucho en acabar - "Entonces, Yuuto-kun, ¿por qué no me enseñas cómo juegas contigo mismo?"

- ¡Ghm! - Akutagawa tembló pero al igual que antes acabó recomponiéndose - "¿Qué me está pidiendo con eso?"

- "Jajaja, no te hagas el santo, sé que eres un diablillo travieso".

- Ah... - la boca de Akutagawa se abrió por la sorpresa mientras sus mejillas empezaban a ponerse rojas - ¡Ejem! "Mamoru-san..."

- "Bájate los pantalones cariño y enseña a tu daddy como te gusta jugar mientras piensas en mí".

El rostro de Akutagawa, al igual que el de Atsushi, se puso completamente rojo.

- E-emmm... Da... Mamoru-san...

- ¿Qué ocurre cariño? ¿No vas a cumplir la petición de tu daddy? - Dazai sonrió de lado – Creo que tendré que castigarte entonces.

- ¡Sí! ¡Castígueme!

- Hey – la voz de Yosano salió de los altavoces – Te estás desviando un poco ¿no crees?

- Lo estáis haciendo a propósito - Higuchi miró mal a Yosano - Queréis que Akutagawa-senpai falle ¿verdad? ¡Senpai, aguante! - pegó su rostro al cristal - ¡Senpai, resista!

- No sé de qué hablas – Fukuzawa se cruzó de brazos y conectó miradas con Dazai. Se agachó para ponerse al lado de Yosano y pulsar el botón para que su voz se escuchara dentro de la sala – Dazai, acaba rápido.

- ¿Cómo de rápido?

- Déjale K.O.

- ¡AHHHHH! ¡NOOOOOOO! ¡MONSTRUOS! ¡Akutagawa-senpaiiiiiii, salga de ahí!

- Ok~ - Dazai hizo un gesto con la mano bastante feliz para cambiar enseguida su rostro y mirar al otro de manera traviesa - Darling~, ¿qué tengo que hacer para tenerte a cuatro patas sobre mi mesa?

- ¡NOOO! - Higuchi empezó a aporrear el cristal - ¡Eso no está en el guion! ¡¿Verdad?! ¡Sois unos monstruos sin corazón!

- Dazai-san... - Akutagawa se quedó en blanco a pesar de tener el guion delante – Y-yo...

- Yuuto-kun~ - le guiñó el ojo de manera coqueta - ¿No te vas a masturbar para tu Mamoru-san? Vengaaa~... hazlo por tu daddy.

- Dazai-san...

- Cariño, no sé quién es Dazai-san y como sigas diciendo el nombre de otro hombre... te vas a ganar unos buenos azotes.

Creía que lo había superado, es decir, ¿cuántos CD dramas de Dazai había escuchado? Eran tantos que ya ni se acordaba. ¿Por qué siempre le pasaba lo mismo? Daba igual la de veces que escuchara la voz del mayor decir groserías, su mente se calentaba al escucharle, aunque no era lo único que se calentaba al oír a Dazai hablar sucio.

Frotando sus piernas nervioso, intentó contar hasta tres y evitar mirar a toda costa el rostro de dios griego que tenía el castaño.

- ¿Todo bien? - preguntó Yosano.

- Perfectamente – Akutagawa sonrió con superioridad – Comprendo lo que estáis intentando hacer, buen intento Dazai-san pero he escuchado su voz muchas veces. No importa lo que diga, no va a hacerme retroceder. Solo yo puedo grabar con usted, no dejaré que ningún mocoso chupa prepucios intente seducirle.

- ¿Qué me ha llamado?

- Insinúa que chupas el prepucio de los penes – le aclaró Yosano – Tranquilo, nada serio.

- Ah, espere, ¿qué?

- Dazai-san, no me subestime. Ya no soy el mismo de antes. He pasado por un entrenamiento muy duro para poder estar a su lado. Día y noche he escuchado sus CD dramas para no caer rendido ante su seductora voz y puedo decir con orgullo que el día de hoy estoy completamente...

Dazai bostezó mientras Akutagawa daba su discurso de superación o de lo que fuera, total, no le estaba haciendo caso. Giro el rostro para mirar a Atsushi al otro lado del cristal, el chico notó su mirada y como no sabía que hacer le saludó tímidamente con la mano.

- Gatito - murmuró para sí mismo.

- ¿Dazai-san?

- Bueno, creo que ya hemos usado mucho tiempo. Kunikida-kun se va a enfadar conmigo si pierdo tanto tiempo – Dazai estiró el brazo y atrapó la mano de Akutagawa poniéndole nervioso – Empecemos de nuevo, prometo que me portaré bien.

- Eh... s-sí - asintió algo inseguro sin mirar como Higuchi le hacía señales de que eso era una trampa.

- "Bájate los pantalones cariño y enseña a tu daddy como te gusta jugar mientras piensas en mí"- Dazai volvió a repetir su frase solo que usando un tono de voz más grave.

- "Mamoru-san..." - Akutagawa bajó el rostro – "Si usted me lo pide... no le puedo decir que no... pe-pero no me miré así"

- "Yuuto-kun"

- ¿Mm?

Dazai sonrió pero no una de sus sonrisas juguetonas, fue una de sus sonrisas seductoras y aparentemente inocentes.

- "Te quiero".

- ¡Ah...! - la boca de Akutagawa se abrió por la sorpresa, por dios, que alguien estuviera grabando esto ahora. Lo necesitaría luego para... bueno, para practicar, sí, eso – Da... ejem, "Mamoru-san, m-me da vergüenza que me vea así... me..." - miró a Dazai a los ojos pero fue un grave error porque empezó a acalorarse.

- "Jajaja, que adorable" - el brillo malicioso volvió a los ojos de Dazai - "Yuuto-kun, te diré lo que vamos a hacer. Te vas a bajar los pantalones y te vas a subir a cuatro patas a mi mesa, vas a humedecer tus dedos y los vas a meter uno a uno en esa húmeda y estrecha cavidad, vas a gemir imaginando que es mi polla y me vas a suplicar por tenerme dentro, aunque lo siento mucho porque me voy a negar. No voy a follarte hasta que vea cómo te corres solo por imaginarme. Me has entendido ¿verdad? Pues cariño, sé un niño bueno y haz lo que tu daddy te ha dicho a no ser que quieras que te deje ese culito rojo de los azotes que te voy a dar".

El cuerpo de Akutagawa ya no tenía alma, se tambaleó en el momento en que lo llamó adorable, se derrumbó cuando dijo que imaginaría que es su polla y se convirtió en cenizas cuando le habló de azotarle. Se preparó, se preparó duramente para este momento y falló, pero de verdad que lo había intentado.

Lo había intentado, eso era lo que importaba.

- Bueno... - Dazai se quitó los cascos – Esto ya está.

Lo siguiente que se pudo escuchar en la sala fue como el cuerpo de Akutagawa caía al suelo e Higuchi iba en seguida a socorrerle.

- ¡Akutagawa-senpai! ¡Aguante!

- Ah... - el cuerpo del gótico giró en el suelo dejando ver su rostro completamente rojo y su nariz sangrando. El chico se había desmayado por el erotismo del castaño.

- ¡Gatito! - Dazai agitó los brazos contento para llamar su atención - ¡Es tu turno! Nyan, nyan, ven a ronronear con daddy.

Los ojos de Atsushi fueron del chico desmayado en el suelo al castaño que estaba tan feliz llamándole, como si nada hubiera pasado.

- Dazai-san... es verdaderamente talentoso.

Una vez que el gótico quedó fuera de combate, Yosano le entregó el guion a Atsushi, mismo guion que era el que habían estado siguiendo Dazai y Akutagawa antes. Inevitablemente el rojo se le subió al rostro al leer la parte subida de tono que hizo que el otro se desmayara.

- Es muy... Yosano-sensei.

- Dime.

- ¿Sus guiones son siempre tan...?

- ¿Tan...? - preguntó sin entender.

- Pues que dicen cosas muy... en fin, ¿duras?

- Ay, Atsushi, querido. Si vas a interpretar mis trabajos tienes que tener una cosa clarísima - levantó la barbilla del chico con uno de sus dedos – Si no estás dispuesto a gemir como perra en celo, entonces ni te molestes en leer mis guiones.

- Yosano-sensei~ - Dazai llegó a la sala de espera y se sentó junto a Atsushi – Atsushi-kun no puede ser una perra, él es un gatito.

- Bueno, el caso es que tienes que dejar la timidez fuera del edificio. No la quiero ver en las grabaciones, si te trabas y te pones nervioso entonces se retrasa todo y cierto hombretón obsesionado con el orden puede matar al inútil sentado a tu lado.

- Owww, eso me hizo daño pero... ¿hombretón? Ara, ara, Yosano-sensei~

- L-lo intentaré - la voz temblorosa de Atsushi llamó la atención de ambos.

- Atsushi – Yosano se agachó para quedar a su altura – No digas que lo intentarás, di que lo harás. Te he elegido yo para este papel, así que lo tienes que hacer bien. ¿Vale?

- Claro - miró el guion entre sus manos y después a Dazai – Esto... Yosano-sensei, ¿le importa si me tomo un poco de tiempo para leérmelo todo bien?

- ¿Mucho tiempo? Ya sabes quién se va a enfadar.

- Nah, si Yosano-sensei se lo explica, Kunikida-kun hará como si nada.

- Mmm... - la mujer empezó a pensárselo - Bueno, vale, pero tampoco tardes mucho.

- ¡Sí! ¡Muchas gracias! - se puso de pie de un salto - Emm... Dazai-san, ¿me acompaña?

Dazai sonrió de lado y se levantó al igual que el chico.

- No puedo rechazar una petición del gatito.

- Gracias, volvemos en seguida – hizo una reverencia delante de Yosano para salir corriendo en compañía de Dazai.

Ambos llegaron rápidamente al baño y Atsushi abrió el guion para leer sus vergonzosas frases.

- Yosano-sensei de verdad que escribe cosas algo atrevidas.

- Me pregunto en quien pensará mientras escribe estas cosas - preguntó al aire de manera inocente. 

- A lo mejor en su pareja.

- Jajaja, Yosano-sensei no está saliendo con nadie.

- ¿En serio? Es una mujer preciosa.

- ¿Quieres que te cuente un cotilleo, gatito?

- ¿Cuál?

- Ven, ven, no muerdo a no ser que me lo pidas – con la mano hizo un gesto a Atsushi para que se acercara – A nuestra mamá, Kunikida-kun, le gusta la maestra de los CD yaoi, Yosano-sensei.

- ¡¿En serio?! - se tapó la boca por la sorpresa aunque se avergonzó de estar cotilleando como una vieja chismosa - ¿A Kunikida-san? Vaya, los dos quedarían muy bien juntos, Kunikida-san también es muy apuesto.

- Oye, oye – Dazai puso mala cara y se señaló a él mismo – Pero yo te parezco más guapo que Kunikida-kun ¿verdad?

- ¡Waa! Démonos prisa o Kunikida-san se enfadará - ignorando la pregunta del castaño, Atsushi se metió rápidamente en uno de los cubículos y cerró la puerta – Dazai-san, ¿le importa si pasamos directamente a la parte en la que...? Bueno, usted ya sabe.

- ¿En la que te masturbas delante de mí? Mmm, suena bien para mí.

- No lo diga así, es vergonzoso. Voy... voy a gemir ¿vale?

- Nyaa~ ok.

El rostro de Atsushi se puso rojo por las burlas del mayor. Tras juntar sus piernas y respirar hondo, abrió su boca dejando escapar pequeños gemidos.

- Ah~...

- Jajaja.

- ¿Por-por qué se ríe? ¿Lo he hecho mal?

- No es eso, como decirlo... aquí Yuuto se está masturbando.

- Y-ya lo sé pero obviamente no voy a...

- ¿Seguro? Yo podría ayudarte.

- Deje de bromear.

- Sí, sí, bromear. Escucha gatito, la masturbación y el sexo... digamos que no son lo mismo. Perdona la pregunta pero, tú... ¿juegas entre las sábanas?

- ¿Jugar? ¿A qué?

- Por dios gatito, que difícil eres. Vamos a hacer esto ¿vale? No te imagines a nadie penetrándote, ahora tú eres el único protagonista. Tus dedos son lo único que te va a dar placer pero me temo que te van a dejar con las ganas. Gime, pero no alcances el éxtasis, necesitas algo mucho más grande para eso.

- Sí, vale.

Después de esas palabras, Atsushi quería meter la cara en el retrete y tirar de la cadena. ¿No era consciente Dazai del poder de su voz? Empezaba a comprender un poco el desmayo de Akutagawa, bueno, en realidad no. Dazai era sexy pero ¿desmayarse por su voz?

- Gatito, imagínate lo que yo te diga ¿vale?

- Sí.

- Estás en tu casa, en tu cama, no llevas pantalones ni ropa interior. Estás mojado, muy mojado ahí abajo. Tus manos bajan por tu pecho, quieres jugar con tus pezones pero sabes que hay algo mejor, hay un sitio que te va a dar más placer. ¿Sabes cuál es?

- Umm... sí, creo que sí - frotó sus piernas nervioso, retiraba lo dicho, a este paso se desmayaba como Akutagawa.

- Bien, pues bajas ahí y metes un dedo con cuidado, no quiero que te hagas daño.

- Vale...

- ¿Cómo se siente?

- Bien... ¿no?

- No sé, dímelo tú.

- Bien, se siente... - cerró los ojos y relajó los hombros – Se siente bien, Mamoru-san...

- Eso es gatito. Cuando metas el segundo seguro que molesta un poco, ¿lo intentamos?

- Sí.

Atsushi se puso más rojo todavía. ¿Era consciente Dazai que en realidad no se estaba metiendo nada dentro? Porque la conversación era tan... malinterpetable.

- Metes el segundo ¿cómo se siente?

- Ahh... duele un poco...

- ¿Pero?

- Pero se siente... ahh~... se siente bien.

- Muy bien gatito, lo estás haciendo bien. Te daré una pelotita con un cascabel dentro como premio.

- Dazai-san, otra vez bromeando.

- Es mi naturaleza.

- Ahora... ¿ahora va el tercero?

- Que impaciente, ahora separas un poco los dedos que tienes dentro. ¿Te lo estás imaginando?

- Sí... nyaa~ - rápidamente tapó su boca mientras la risa de Dazai sonaba en el cubículo de al lado - ¡No se ría!

- No maúlles mientras te masturbas.

- ¡Dazai-san! Espero que no esté pensando que me estoy masturbando de verdad.

- Obvio que no, venga, no te enfades y mete el último dedo. ¿Cómo crees que se siente este?

- Mmm... bien.

- Aunque algo insatisfactorio ¿no?

- ¿Por qué?

- Hay algo mejor que los dedos, tu interior lo sabe y por eso te pide más. Vamos, maúlla, perdón, gime algo inconforme.

Inconscientemente hizo un puchero, Dazai sí que sabía molestarle con lo del maullido.

- Ahh~...

- Separa las piernas.

- ¿Eh?

- Las juntas cuando estás nervioso, sepáralas.

Haciéndole caso, Atsushi separó las piernas y echó la cabeza para atrás mientras cerraba los ojos.

- Ya... la-las tengo separadas.

- Bien, sigue con los dedos entonces. Sigue gimiendo gatito, hazme saber que estás ahí.

- Ahhh~... ¡Mmm! ¡Ahhh~!

- Shh, tampoco grites. Entiendo que te guste, pero sería un problema si armas un escándalo.

- Es que... ¡Ahh~! M-me gusta...

- ¿Y en quién piensas mientras lo haces?

- ¡E-en usted! ¡Ahhh~!

Atsushi estaba metido en su papel, el "usted" por supuesto que iba referido al personaje de Mamoru aunque eso no lo sabía una persona delante del cubículo donde estaba Atsushi. Su ceño estaba fruncido y sus mejillas algo rojas por escuchar las palabras de Dazai aunque su enfado ahora mismo superaba en gran medida a su calentura.

El gato era para él un roba hombres, ahí delante estaba la prueba. ¿No estaba intentando seducir a Dazai gimiendo? Podría patear la puerta y darle una paliza pero no iba a hacer eso. Perder la compostura con Dazai en el otro baño no era una opción. Todo a su tiempo, el gato roba hombres se iba a enterar de quien era Akutagawa Ryunosuke y en cuanto a su calentura por escuchar la voz de Dazai, digamos que se haría cargo en casa, para ser más preciso, en su habitación y completamente solo.

- Gata ladrona - insultó en voz baja antes de irse sin hacer ruido.

Cuando el entrenamiento del baño acabó, Dazai y Atsushi fueron a la sala de grabación donde Yosano les estaba esperando junto a Kunikida y Fukuzawa y para sorpresa de todos, Higuchi y Akutagawa seguían ahí.

- Chicos, pasad – Yosano les abrió la puerta y aunque Dazai entró, Atsushi se quedó mirando desconfiado a Akutagawa.

- ¿Te vas a quedar?

- ¿Algún problema, gata en celo?

El comentario le incomodó, pero decidió ignorarle y entrar. Se sentó donde anteriormente había estado sentado Akutagawa, los demás estaban al otro lado del cristal, entre ellos Akutagawa e Higuchi. Sobraba decir que el gótico podía matarle con la mirada.

- Atsushi, empiezas tú – le recordó Yosano.

- Va-vale.

- "El gatito y su daddy", toma 1, acción - Dazai habló en broma para relajar los nervios de Atsushi, cosa que consiguió.

- "Mamoru-san ¿Por qué me ha citado aquí?" - la primera frase sonó mucho más suave que cuando la dijo Akutagawa, esto le gustó a Yosano aunque se podía ver que el chico sin cejas no estaba nada feliz.

- "Yuu-to-kun~ ¿Cómo puedes no saberlo? Un pajarito me ha dicho que te masturbas pensando en mí"

- "¿Usted me odia por eso? No puedo evitar tener esos pensamientos con usted" - a Atsushi se le escapó una mirada de culpa que estrujó el corazón de Dazai, demasiado lindo.

- "Comprendo... Entonces, Yuuto-kun, ¿por qué no me enseñas cómo juegas contigo mismo?"

- "¿Qué me está pidiendo con eso?"

- "Jajaja, no te hagas el santo, sé que eres un diablillo travieso".

- "Mamoru-san..."

- " Bájate los pantalones cariño y enseña a tu daddy como te gusta jugar mientras piensas en mí".

- "Me da vergüenza".

- "Cariño, por favor..."

- "Bueno, lo haré por Mamoru-san... ahh~..."

Los gemidos de Atsushi empezaron y ahí fue cuando Higuchi empezó a sudar. Disimuladamente miró al chico a su lado, Akutagawa no estaba feliz, eso estaba claro, pero si el chico sabía lo que iba a pasar ¿por qué había insistido en quedarse?

- Emm... se-senpai, ¿qué le parece si...?

- Higuchi.

- ¿Sí?

- Cállate.

Tras meter las manos en sus bolsillos, Akutagawa abandonó la sala sin despedirse de nadie, dirigiendo una última mirada a quien para él era una sucia gata ladrona seduciendo a su Dazai-san.

- ¿Qué tal lo he hecho? - preguntó Atsushi en una extraña mezcla entre nerviosismo y vergüenza.

- Has estado como un auténtico gatito en celo – Dazai le guiñó el ojo avergonzándole más.

- Yosano-sensei...

- Bastante bien para ser un novato. Buen trabajo.

La felicitación de Yosano le emocionó, la vergüenza y los nervios habían valido la pena.

- Emmm... lamento preguntar esto ahora, pero... ¿mi paga?

- De eso me encargo yo – le informó Kunikida – No te preocupes.

- Gracias.

- Vuelve mañana y grabemos otro CD drama ¿vale?

- Sí, muchas gracias – Atsushi hizo una reverencia delante de la mujer, la cual se fue por los pasillos despidiéndole con la mano.

- Mmm... gatito, gatito~ - Dazai se acercó a él por detrás - ¿Estás libre esta noche?

- ¿Esta noche? Sí ¿por?

- Podríamos ensayar el siguiente CD drama de Mamoru y Yuuto ¿no crees?

- Bueno, supongo que sí.

- ¡Yeiii~!

- Ni yei ni leches, ¿tengo que recordarte que a ti todavía te queda trabajo por hacer?

- Waaa... Kunikida-kun destroza mi felicidad.

- Trabaja dentro de tu horario y tendrás más tiempo libre.

- Buuu-buuuuu, no quiero trabajar, quiero ensayar con Atsushi-kun.

- Me da igual lo que quieras.

- ¿Cómo puedes ser mi madre y ser tan cruel conmigo?

- ¡Que no soy tu madre! - el puño de Kunikida aterrizó con fuerza en la cabeza de Dazai - Tú te vas a tu siguiente grabación y en cuanto a ti – su mirada fue hacia Atsushi – Por hoy has acabado, puedo llamar a un taxi para que te lleve a casa.

- Oh, no, no, no se preocupe. Iré andando.

- ¿Estás seguro?

- Claro, no se preocupe.

- Bien, nos vemos mañana entonces - empezó a arrastrar a Dazai a la fuerza.

- ¡Nooo, no me quiero ir! ¡Gatito, rescata a tu daddy!

Atsushi le despidió con la mano para después dirigirse a la salida del edificio.

- ¡Oye! - una voz femenina le llamó ya en la puerta pero al mirar hacia los lados no había nadie – Pss, psss, aquí, aquí.

Miró alrededor buscando a quien quisiera que le estuviera llamando pero no podía ver a nadie.

- Nakajima Atsushi, estoy aquí - escandida detrás de un montón de plantas se encontraba la manager de Akutagawa con un maletín en las manos – Ven, ven, sígueme.

- Ehhh... ¿por qué?

- Tú ven, no discutas, tengo material que te puede interesar.

Siguiendo a la mujer rubia que se había puesto unas gafas de sol en un inútil intento de no ser reconocida, acabó metido en una calle estrecha en la que con suerte entraban sus dos cuerpos.

- ¿Ocurre algo?

- Tengo una oferta para ti - dejó el maletín en el suelo – Si rechazas el papel de Uemura Yuuto... todo esto será tuyo – una sonrisa maligna se dibujó en el rostro de Higuchi mientras abría el maletín dejando ver un montón de fotos de Dazai.

- ...

- ¿Qué tal? Un material único y muy valioso ¿verdad?

- ¿Fotos?

- Sí.

- ¿De Dazai-san?

- Oh, sí. ¿Qué me dices? ¿Hay trato?

- Pues... - miró detenidamente las fotos, no estaba seguro, pero era muy probable que si él le pedía una foto a Dazai, este se la daría encantado y sin tener que soportar ningún chantaje – La verdad es que no estoy interesado en fotografías de Dazai-san y menos cuando creo que él me daría una si se lo pido.

- ¡Ah! - el rostro de Higuchi se quedó pálido - Ehh... ¡Espera! Te-tengo un plan B - cerró el maletín y se puso a buscar en sus propios bolsillos – Si renuncias a ser Uemura Yuuto te daré... emm... un chicle y... una horquilla para el pelo.

- ...

- ¿Qué tal?

- Me voy.

- ¡No, por favor, espera!

- Deje de intentar sobornarme por favor.

- Tú no lo entiendes, necesito que abandones ese papel.

- ¿Por qué?

- Pues... porque lo quiere Akutagawa-senpai.

- Pero él no lo ha conseguido, puede intentarlo con otro CD drama.

- ¡Tú de verdad que no lo entiendes! El problema no es el papel, el problema es que es un papel junto a Dazai Osamu. Akutagawa-senpai vive por y para Dazai Osamu.

- ¿Y?

- ¡¿Cómo que "Y"?! Akutagawa-senpai... - la chica tragó duro – Akutagawa-senpai está ahora mismo furioso, la única manera de calmarle es que abandones.

- Pero no puedo hacer eso.

- ¿Por qué? Ni si quiera eres un seiyuu de verdad. Lo que dijo Akutagawa-senpai en parte es cierto, si el CD drama con Dazai no tiene éxito, entonces puedes perjudicarle a él, pero Akutagawa-senpai ya tiene experiencia en el negocio, él puede convertir esto en un éxito.

- Aun si a la gente no le gusta... yo ya he molestado a Kunikida-san y a Dazai-san, incluso a Yosano-sensei. Si les digo que no quiero ser más Yuuto, ¿no estaré siendo un maleducado con ellos?

- Tú... - los ojos de Higuchi se humedecieron amenazando con empezar a llorar – Eres demasiado puro para este negocio.

- No irá a llorar ¿verdad?

- ¡Claro que no! - limpió sus ojos con la manga de su chaqueta – Haz lo que quieras, ya me las apañaré yo con Akutagawa-senpai.

- Su trabajo debe ser difícil.

- Y eso que no has visto nada - cogió el maletín lleno de fotos de Dazai y se alejó de Atsushi – Ah, una cosa más. Por favor, por lo que más quieras en el mundo, Dios, Buda o a quien tú reces. Que Akutagawa-senpai no te vea interesado en Dazai.

Atsushi asintió algo inseguro mientras Higuchi se alejaba de la escena. En el momento en que se quedó solo por fin, pudo escuchar como sonaba un maullido a pesar de que no había ningún animal cerca aunque no tardó en acordarse del sonido que Dazai le había puesto en el móvil.

Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy

Gatito

Kunikida-kun es malo :(

Tras ver el mensaje, se dispuso a contestarle usando sus inexistentes habilidades con el móvil. 

Si usted se porta bien, Kunikida-san no le regañará

Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy

:(

¿Vas a casa?

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Avisa cuando llegues

Tu daddy quiere saber si has llegado bien y tu mamá tsundere también

Una sonrisa se escapó de los labios de Atsushi, hacía ya algo de tiempo que alguien se preocupaba por él. Retomando su camino hacia su hogar, Atsushi sentía la extraña sensación de que alguien le seguía, pero por más que se giraba y lo buscaba con la mirada, no podía encontrar a nadie.

- ¡Atsushi! - una animada Naomi le pilló por sorpresa y se lanzó hacia él en un abrazo.

- Naomi-san, ho-hola - sonrió algo nervioso por lo fácil que era para la chica generar un contacto tan cercano con cualquiera.

- ¿Has grabado ya? Jo, no puede ser, ¿me lo he perdido?

- Sí, lo siento – los ojos de Atsushi se percataron de la presencia de un chico detrás de Naomi que él no conocía - Esto...

- Oh, sí, no os conocéis - Naomi deshizo el abrazo y se colocó al lado del chico desconocido – Te presento a Tanizaki Junichiro, mi hermano mayor.

- ¿Hermano mayor?

Recorrió al chico de arriba abajo, no es que se pareciera muchísimo a la chica, pero tampoco es que fueran mellizos ni nada de eso.

- Hola, tu ayudaste a Naomi ayer ¿verdad?

- S-sí.

- Gracias y lo siento, Naomi me dijo que perdiste un saco de arroz en oferta por su culpa.

- No fue para tanto.

Diablos, ¿tenía que recalcar lo de "en oferta"? Parecía que fuera un tacaño o un chico pobre, ah, espera, era la segunda.

- Onii-sama, este es Nakajima Atsushi, un chico con una potente y sensual voz. Venga Atsushi, gime algo para mi hermano.

- Naomi, no le pidas eso - pidió algo avergonzado Tanizaki.

- Ah, mi hermano también hace CD dramas. Deberías escucharle mientras es brutalmente penetrado por un hombre sin rostro.

- ¡Tampoco le digas eso! - protestó sonrojado.

- Mi hermano está genial en cualquier tipo de CD drama. Puede gemir porque tiene dentro varios juguetes sexuales e incluso ser parte de un trío.

- ¡Naomi!

- Algún día yo misma escribiré un guion en el que profanan a mi hermano.

- Ah, q-que bien... emmm... bu-buena suerte – Atsushi intentó no mirar al hermano de Naomi a la cara.

- Naomi, por favor, para.

- Mi hermano tiene una cara tan de uke, me gustaría ver cómo es profanado en un despacho por... - el móvil de la chica empezó a sonar – Oh, dadme un momento.

Naomi se alejó contenta para contestar la llamada, dejando juntos a ambos chicos avergonzados.

- Entonces... ¿eres el hermano de Naomi-san y además haces CD dramas?

- Sí - rascó su cabeza nervioso – Lo último me da un poco de vergüenza.

¿Vergüenza? Anda que, si el chico supiera de la grabación de la que salía él, con Dazai diciéndole cosas demasiado subidas de tono y él gimiendo fingiendo que se estaba masturbando.

- Creo que te entiendo, yo acabo de salir de mi primera grabación oficial. Es un trabajo... digamos que es difícil.

- Sí, sobre todo cuando llega el momento de gemir ¿verdad? Siempre me acaba costando mucho entrar en ambiente. ¿Cómo lo harán los demás para que parezca tan fácil?

- Tanizaki-san... - los ojos de Atsushi se iluminaron - Tú me entiendes.

- ¿En serio? Yo creo que es lo normal ¿no?

Atsushi no llevaba mucho tiempo en el negocio y tampoco es que conociera a muchos seiyuus pero de los pocos que sabía, hacían parecer el negocio increíblemente fácil. Dazai era capaz de usar un vocabulario increíblemente atrevido sin avergonzarse en ningún momento, Akutagawa, a pesar de no poder grabar con Dazai, había demostrado mediante sus descarados insultos que la vergüenza tampoco podía con él siempre que no se tratase de Dazai y faltaba mencionar al seiyuu del CD drama que Dazai le puso en el baño ayer, todavía se sonrojaba si pensaba en ese desconocido gimiendo.

- ¿Atsushi?

- Ah, perdón, estaba pensando... en nada importante.

- ¿Con quién grabaste hoy?

- Con Dazai-san.

- ¿Con... Dazai? - la cara de Tanizaki perdió completamente su color – Atsushi... tú... ¿no le temes a la muerte?

- ¿La muerte?

- ¿Acaso no sabes quién es Akutagawa Ryunosuke?

- Ah, sí, le he conocido hoy.

- ¿Y no te ha matado? ¿Cómo es eso posible?

- Bueno, él... acabó desmayándose así que tampoco supuso un mayor problema.

- Aun así... ten cuidado ¿vale? Ese chico se vuelve algo loco si de Dazai se trata.

- Sí, algo he notado.

- ¡Nos tenemos que ir! - Naomi llegó tras colgar su llamada – Atsushi, en el próximo CD drama que grabes déjame estar presente. Tengo tantas ganas de oírte gemir, a cambio te prometo que cuando escriba a mi hermano siendo profanado, tú serás de los primeros en escucharlo.

- Esto... ¿gracias?

- ¡De nada! Hasta la próxima - Naomi se despidió contenta con la mano.

- Hasta la próxima - algo avergonzado, Tanizaki se despidió como su hermana.

Atsushi se despidió de ellos con una sonrisa, le gustaría hablar más con Tanizaki, parecía el más normal dentro del negocio y eso le agradaba. Naomi era muy animada y aunque sus muestras de afecto a veces le hacían sentirse algo incómodo, podía decir que también era una buena chica.

Ambos hermanos le caían bien, pero ¿eran ellos los que sentía que le estaban siguiendo?

- Seguramente ¿no? - Atsushi retomó su caminata hacia su apartamento, pero la sensación de estar siendo observado seguía sin desaparecer.

Puede que un ladrón le estuviera siguiendo, pero si era así, esa persona perdía el tiempo. Atsushi no tiene nada de valor, como mucho sus riñones y duda mucho de que eso sea algo fácil de robar. Otra ventaja de su vida sin ningún tipo de lujo, el ladrón que quiera robarte pierde el tiempo.

- Espera... - su mano fue hacia su bolsillo donde estaba guardado el móvil que le dio Dazai.

No estaba seguro del precio de eso pero obviamente era caro, lo cual le hizo empezar a sudar. Nakajima Atsushi tenía algo que valía la pena robar, ahora sí que era un problema que un ladrón le siguiera. Con la intención de despistar a su perseguidor, se metió dentro de un supermercado y rápidamente se ocultó detrás de unas de las estanterías esperando a que el sujeto desconocido entrara en su búsqueda. ¿Cómo sería? Es decir, ¿cómo son los ladrones? Debería tener una cara sospechosa ¿no?

- Venga... ¿quién eres?

La puerta automática del supermercado se abrió y por ella entró la gótica figura que Atsushi había tenido la desgracia de conocer el día de hoy.

- ¡¿Tú?! - salió de su escondite y le miró sorprendido - ¿Eres tú el que me está siguiendo?

- ...

- ¿Por qué haces eso? Me has dado un buen susto, pensé que era alguien que me quería robar.

- Primer papel de Dazai-san.

- ¿Perdón?

- El primer papel de Dazai-san, ¿cuál fue?

- ¿A qué viene eso?

- Su color favorito.

- Oye...

- ¿Qué prefiere? ¿Perros o gatos?

- Ehh... ¿gatos?

Akutagawa frunció el ceño y dio un paso hacia delante quedando demasiado cerca para el gusto de Atsushi.

- Aléjate de Dazai-san, gata rompe hogares.

- ¿Qué? ¿Cómo que rompe hogares?

- Si tú no estuvieras aquí, yo ahora mismo estaría disfrutando de un apasionado beso de Dazai-san. ¿Crees que no sé que lo estás seduciendo?

- ¿Seduciendo? - se señaló a si mismo confundido - ¿Yo?

- ¿Estoy hablando con alguien más? Eres una fulana.

- ¿Una qué?

- Una meretriz barata.

- ¡No entiendo tus insultos!

- Os he escuchado en el baño.

- ¿Qué...? - sus mejillas se tiñeron de rojo – E-eso fue...

- Sé lo que fue, fue un intento ridículo de seducir a Dazai-san. Pobre Dazai-san, debe estar pasándolo fatal al escuchar tus gemidos de cortesana en un vulgar intento de provocarle una erección. Siento decirte que solo yo puedo causar esa reacción en su cuerpo.

- Pues... pues muy bien, ¿a mí que me cuentas? Venga, hasta luego - salió del supermercado pero se sorprendió al ver que el chico le seguía - ¿Se puede saber qué haces?

- Si ya me has descubierto, no hay necesidad de seguir ocultándome.

- ¿Y?

- ¿Y?

- ¿Qué por qué me sigues?

- Quiero observarte de cerca. ¿Cómo es el inconsciente que se ha atrevido a intentar alejarme de Dazai-san? No sabes su tipo de sangre, ni su primer trabajo, ¿sabes acaso cuando es su cumpleaños?

- ¡19 de junio! - le respondió algo enfadado - ¿Contento?

- ¿Cómo sabes eso? - la respuesta correcta le enfadó.

- ¿Ahora qué te pasa? Si no sé la respuesta a una de las preguntas te enfadas y si la sé también te enfadas. ¿Sabes? Haz lo que te dé la gana, no me apetece seguir perdiendo el tiempo con alguien como tú.

Recogiendo todo su orgullo, Atsushi continuó caminando e ignorando la presencia de Akutagawa a pesar de que este continuaba siguiéndole. De su móvil volvió a escucharse un maullido haciendo que el gótico le mirara raro.

- ¿En serio?

- ¡N-no lo he puesto yo! Y tampoco sé cambiarlo – avergonzado sacó el móvil y comprobó que era otra vez Dazai.

Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy

Kunikida-kun me maltrata, llama a la policía

Atsushi sonrió por el mensaje, pero esa sonrisa desapareció al volver a mirar al chico detrás de él. Usando una vez más sus torpes habilidades al escribir mensajes, respondió a Dazai.

Puede que sea usted quien tenga que llamar a la policía

Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy

:o

¿Quién te está tocando, gatito? >:(

No me están tocando, su fan número uno me está molestando

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¿Kunikida-kun?

No

Akutagawa

Aunque esperó alguna contestación por parte del castaño, esta no llegó así que volvió a guardar el móvil y continuó caminando con el otro siendo prácticamente su sombra.

- ¿Te vas a disculpar? - preguntó Atsushi algo molesto.

- ¿Se puede saber de qué hablas?

- Pues de todas las veces que me has insultado hoy, ¿no piensas disculparte?

- Ridículo - metió ambas manos en sus bolsillos - ¿Por qué debería disculparme con una fulana como tú? Dime exactamente que buscas de Dazai-san, ¿su dinero? ¿Sexo? Ríndete en lo último, no pienso dejarte. Solo yo dormiré entre sus sábanas.

- Pues me alegro por ti - aceleró el ritmo aunque Akutagawa también - ¿Vas a durar mucho así?

- Lo que haga falta, no pienso dejarte hasta que abandones el papel de Yuuto.

- Entonces tendrás que vivir siempre detrás de mi espalda.

- Lo haré si es necesario, todo sea por el bien de Dazai-san.

- ¡Ah! ¡Eres insufrible! - empezó a correr y Akutagawa también - ¿Cuál es tu problema con Dazai-san? Siempre que hablas lo mencionas por lo menos una vez.

- Dazai-san... - mordió sus labios con fuerza sin dejar en ningún momento de correr detrás de Atsushi – Dazai-san lo es todo para mí, quiero... quiero estar siempre a su lado.

- ¡Pero ese no es motivo para...!

- ¡Dazai-san me gusta!

Los ojos de Atsushi se abrieron por la sorpresa tras oír semejante confesión en plena calle.

- Quiero a Dazai-san, no espero que tú lo entiendas. Conozco a Dazai-san desde hace mucho más tiempo que tú, conozco todo sobre él, soy su fan número uno y aún así... ¡¿Por qué prefiere grabar con alguien como tú?! La única explicación lógica es que le estás seduciendo con trucos de gata ladrona.

- ¡La explicación podría ser que más que un chico enamorado pareces un acosador peligroso! ¡Y déjame en paz!

Ninguno dejó de correr en ningún momento y cuando por fin llegaron al apartamento de Atsushi, ambos llegaron jadeantes en busca de oxígeno tras semejante carrera.

- Tú... ve-vete... está es... mi casa.

- Ri... ridícula... tu casa... es tan patética... como tú.

- Pues... pues vete ya – un poco más recuperado, Atsushi subió las escaleras, pero el otro seguía siguiéndolo - ¿Todavía sigues aquí?

- Tengo que ver el lugar donde planeas tener relaciones con Dazai-san.

- ¡Yo no quiero eso con Dazai-san!

Ambos terminaron subiendo las escaleras a empujones y acabaron delante de la puerta de Atsushi.

- Escucha, esto es lo que vamos a hacer - sacó la llave del apartamento y la metió en la cerradura - Tú te vas a ir, haré como que no me has estado siguiendo y aquí no ha pasado nada, perfecto, ¿verdad?

- Deja que lo piense... no - apartó a Atsushi de un empujón e hizo girar la llave para poder entrar.

- ¡Oye! ¡No te metas en las viviendas de los demás sin permiso!

- Ja, ridículo - recorrió la vivienda con la mirada.

La palabra "enano" era poco para describir el hogar de Atsushi, nada más entrar, podía ver el espacio donde el chico debía de colocar el futón para dormir, pero si miraba hacia su derecha podría ver también su cocina.

- Duermes y cocinas prácticamente al lado. ¿Cómo se supone que vives aquí?

- ¡¿Y a ti qué te importa?! ¡Oye!

Akutagawa ignoró sus protestas y se dirigió hacia unos de los muebles de la habitación. Sin ningún pudor ni respeto abrió uno de los cajones y sacó unos bóxers con estampado de rayas de tigre.

- ¿Con esto planeas seducir a Dazai-san? Ridículo.

- ¡No hurgues en mis cajones! - completamente rojo, le quitó la prenda íntima de las manos, pero el chico siguió hurgando como si fuera su casa - ¡Estate quieto!

- Tu ropa es ridícula, no hay ni una sola prenda de lencería. ¿Acaso crees que puedes provocar a Dazai-san con ropa interior de mercadillo?

- No es de mercadillo - apartó la mirada avergonzado – Era una oferta.

- ¿Una? - sacó otros bóxers con el mismo estampado - ¿Seguro de que era solo una oferta?

- ¡Venían varios! ¿Cuál es el problema? - le arrebató la nueva prenda que había sacado del cajón - ¿Vas a seguir haciendo esto?

- No - cerró el cajón - Ya he comprobado que si llegas a bajarte los pantalones delante de Dazai-san, lo único que causarás será un ataque de risa.

- ¡No me voy a bajar los pantalones delante de él! Y otra cosa - señaló al gótico - Mucho reírte de mi ropa interior, pero con solo mirarte una vez sé cómo es la tuya.

- ¿Cómo es?

- Bóxers negros y aburridos.

- Incorrecto - se giró para encararlo – Yo no uso bóxers.

- ¿Eh...? - la mirada de Atsushi bajó completamente roja hacia debajo de las caderas del chico - ¡¿E-estás desnudo ahí abajo?!

- Por supuesto que no, ¿acaso crees que soy una fulana como tú?

- Pero acabas de decir que...

- Yo solo uso lencería.

- Ah, vale, espera ¡¿Por qué?!

- ¿Acaso eres estúpido? No sé en qué momento Dazai-san va a declarar su amor por mí, debo estar preparado por si en cualquier momento quiere rebasar "esa" barrera.

En resumen, lo que había dicho el chico era que llevaba lencería por si un Dazai cachondo se le lanzaba encima. Vaya, sonaba muy mal dicho de esta forma.

- ¿Y luego yo soy la fulana?

- Sí, sé en qué consiste tu plan.

- ¿Mi plan?

~🖤~

En una habitación de hotel, un Dazai sin camisa pegaba un trago a su copa de whisky.

- Osamu-sama~ - Atsushi, que solo estaba vistiendo la camisa del mayor, se le acercó por la espalda en un abrazo – Osamu-sama, su olor y presencia es tan varonil. No puedo vivir sin tenerle entre las piernas.

Tras pegar un trago a su copa, Dazai la dejó con rabia sobre la mesa y miró mal a Atsushi.

- Oye, no te pegues a mí así, me das asco.

- Que cruel, Osamu-sama~ - siguió restregando su cuerpo contra el de Dazai - ¿Acaso no le gusta mi interior?

- Por supuesto que no, ¿te has mirado al espejo? No eres nada comparado con mi hermoso Ryu-chan.

- ¿Ryu-chan? - puso un rostro de desagrado – Ah, esa zorrita.

- ¿Zorrita? ¿Con qué derecho lo dices tú? - alejó a Atsushi de su cuerpo – Para que te enteres, Ryu-chan es la persona más preciosa, más sexy y más perfecta del universo. Cada vez que veo a Ryu-chan mis mejillas se tiñen de rojo al no poder sostener su mirada, es que... ¡Por dios, Ryu-chan es tan sexy! Me pasaría la vida recorriendo sus piernas con mi lengua y jugando con mis dedos en esa apretada entrada, porque sí, Ryu-chan es más puro que tú que seguro que has tenido a medio mundo entre las piernas. ¡Hazte un examen de enfermedades de transmisión sexual, zorra!

- Vaya – Atsushi sacó de uno de los pantalones tirados por el suelo un paquete de cigarrillos y se encendió uno – Vaya boca más sucia, Osamu-sama.

- Para sucio tu trasero.

- Que maleducado - expulsó el humo del tabaco – Lo único bueno de ti es ese monstruo que tienes entre las piernas, te voy a decir que vamos a hacer ¿vale? Vas a follar duro conmigo, soy una perra así que me gusta el sexo duro. Luego me darás 1.000.000 de yenes para que pueda comprar penes de plástico y metérmelos en el culo. Si haces eso, puede que luego te deje ver a tu Ryu-chan.

- Maldita perra.

- Pues sí, soy una perra. Dime ¿lo tomas o lo dejas?

- Prométeme que podré ver a mi Ryu-chan, el amor de mi vida, la luz de mis ojos, mi futuro esposo con el que tendré dos hijos preciosos que criaremos en las afueras.

- Verás a esa perra, pero primero... - apagó el cigarro contra un cenicero y dejó caer la camisa que era la única prenda que llevaba – Fólleme sucio, Osamu-sama, soy una zorrita hambrienta de su semen.

Dazai puso cara de disgusto, pero acabó dirigiéndose a la cama junto a Atsushi.

- Lo haré, pero tendré que pensar en Ryu-chan, él es el único que consigue excitarme.

- Piensa en quien te dé la gana, pero fóllame ahora mismo.

- Ryu-chan, perdóname por hacerte esto – con desagrado, dejó que Atsushi se le subiera encima – Ryu-chan, yo te amo.

~🖤~

- ¡Lo sé, Dazai-san! ¡Yo también le amo! - gritó un emocionado Akutagawa.

- ¿Por qué gritas ahora? ¿Se puede saber que estabas imaginando hace un momento?

Akutagawa no le respondió, se dio la vuelta y siguió inspeccionando su hogar.

- Entonces, ¿quieres un millón de yenes para comprar penes de plástico y metértelos por el culo?

- ¿Perdón? ¡AY, se acabó! - dejó el móvil encima de uno de los muebles y se encerró en el baño - Cuando salga del baño, espero por tu bien que te hayas ido.

El sonido de la puerta del baño cerrándose no altero de ninguna manera a Akutagawa, con su mirada siguió recorriendo el lugar donde vivía el ser humano que había tenido la osadía de robarle su papel.

- Ridículo, un piso ridículo.

El maullido de un gato llegó a sus oídos, aunque pensó que era porque Atsushi tenía una mascota, en seguida recordó que era el ridículo sonido que hacía su móvil.

- Otra cosa ridícula - se acercó al móvil y aunque pensó que sería un mensaje, se trataba de una llamada ya que los maullidos de gato eran continuos – Tch, ¿quién es este? - al coger el móvil pudo ver el estúpido nombre del contacto - "Cuerpazo de playboy adonis dios griego protagonista de mis sueños húmedos hot daddy", ridículo, ¿se puede saber que pasa por la mente de esa putita en celo? - miró mal hacia la dirección del baño y luego volvió a mirar el móvil, pulsando el icono del teléfono verde tomó la horrible decisión de contestar - ¿Quién eres? - contestó de mala gana.

- ¿Gatito? ¿Eres tú? Oye, sobre tu mensaje de antes, estoy llegando a tu apartamento.

- ...

- ¿Gatito? ¿Estás ahí?

Atsushi salió del baño, las pocas esperanzas de que Akutagawa se hubiera ido desaparecieron cuando vio que seguía ahí.

- Oye, ¿todavía aquí?

- Cuerpazo.

- ¿Qué?

- De playboy.

- O-oye...

- Adonis - apretó con fuerza el móvil entre sus manos mientras lo iba separando despacio de su oreja – Dios griego.

- Oh... no... - Atsushi empezó a sudar al comprender qué estaba pasando.

- Protagonista de mis sueños húmedos - empezó a caminar hacia Atsushi, haciendo que este tuviera que caminar hacia atrás - ¡¿Hot daddy?! Con que no estabas interesado en Dazai-san de esa forma... ¡Mentiroso! ¡Gata roba hombres!

- ¡Yo no he robado nada!

De repente Atsushi pudo comprender a que se refería Tanizaki con no tener miedo a la muerte. Akutagawa no se veía como una persona simpática, ni alegre y mucho menos sociable, como le podía ver ahora mismo era como alguien capaz de pegarle un mordisco si se acercaba a Dazai.

- Mis suposiciones hacia ti eran ciertas, no eres más... no eres más... ¡No eres más que una putita! - su puño golpeó con fuerza la pared contra la que acorraló a Atsushi, con lo que no contaba es que el golpe fuera tan fuerte que acabara haciendo un agujero en la pared.

- ¡¡AHH!! - el rostro de Atsushi perdió todo su color al ver el destrozo que había hecho - ¡Mi pared!

- Eh... - Akutagawa, que también se había sorprendido, se recuperó rápidamente y se alejó del chico - Ri-ridículo, tu casa es tan ridícula que un simple golpe causa un agujero.

- ¡¿Simple golpe?! - se asomó por el agujero, la habitación de su vecina era completamente visible, gracias a dios no estaba en casa - ¡¿Me puedes explicar que hago yo ahora?!

- No es mi problema.

- Que no es... ¿Qué no es tu problema?

Se acabó, la paciencia de Atsushi era infinita, él era capaz de aguantar muchísimo pero por desgracia, Akutagawa Ryunosuke superaba todo lo que Atsushi era capaz de aguantar.

- Eres... eres...

- No malgastes saliva – Akutagawa dejó el móvil en el mueble de donde lo cogió, se dirigió hacia la puerta y la abrió - Mejor resérvatela para realizar felaciones.

- ¡Mejor me guardo esa saliva para besar a Dazai-san!

- ¿Qué? - la voz vacía de sentimientos de Akutagawa le puso la piel de gallina.

La fastidió, una simple combinación de palabras era suficiente para firmar su sentencia de muerte. Había cavado su propia tumba al decir eso pero es que de verdad que el chico gótico era muy complicado e insoportable para él.

- ¿Qué has dicho?

- Que... - tragó saliva nervioso, ya era suficiente de asustarse de ese chico – Que mejor me la reservo para besar a Dazai-san.

- Vaya... - dejó la puerta abierta y se dirigió hacia donde estaba Atsushi – Eres una putita con una boca muy grande. ¡Deja que te la cierre de una patada!

Agarrando con fuerza los pelos de Atsushi, Akutagawa tiró de ellos con fuerza provocando un grito de dolor en el otro. Forcejeando para librarse del agarre del gótico, ambos acabaron tirados en el suelo y tirándose de los pelos, a los pocos segundos de que empezara esta pelea, tres personas llegaron justo a tiempo al apartamento.

- ¡Gatito!

- Tch, como se podía esperar del perro rabioso.

- ¡Akutagawa-senpai!

Dazai, Kunikida e Higuchi entraron por la puerta que Akutagawa dejó abierta y separaron a los dos chicos peleándose en el suelo. Kunikida tiró del cuerpo de Atsushi mientras Dazai tiraba del de Akutagawa consiguiendo separar a ambos.

- ¡Puta! No sirves para Dazai-san, tu asquerosa ropa interior de tigre es una vergüenza para cualquier persona.

- ¡¿Y tú qué?! ¡Solo llevas lencería esperando a que Dazai-san se acueste contigo! ¡Desesperado!

- ¡Mejor desesperado que chupapollas!

- Se-senpai...

- ¡Cállate, Higuchi!

- ¡Sí, lo siento!

- Eres una zorrita hambrienta de polla, ¡No conviertas a Dazai-san en la próxima víctima de tus enfermedades de transmisión sexual!

- Pues tú... pues tú eres... - Atsushi se lo pensó un rato, ¿por qué era tan lento para pensar insultos? - Eres tan... ¡Eres tan feo que fuiste a un concurso de feos y no te dejaron entrar porque no aceptaban profesionales!

- ¿Ah, sí? Con que esas quieres, bien, ¡Tú eres tan feo que ni el rimel se te corre en la cara!

- ¡¿Ah?! - Atsushi se puso rojo por eso, pocas veces por no decir ninguna se había puesto a insultar - ¡E-eres tan feo que te trajeron al mundo dos cigüeñas, una para traerte y otra para pedir perdón!

- ¡Tú no es que seas zorra, es que vienes con abre fácil!

- ¡Espera! Soy nuevo en esto de los insultos, deberías darme ventaja. ¡E-eres tan pu-puta que no sé qué se caerá antes, tus argumentos o tus bragas! - insultó con el rostro completamente rojo por haber dicho una palabrota - ¡Y-y eres tan feo que cuando cagas te clonas!

- ¡¿Qué?!

- ¡Lo que he dicho!

- ¡Bueno, ya! - el grito de Kunikida puso punto y final a la pelea de insultos entre ambos chicos - ¿Se puede saber cuántos años tenéis para estar peleándoos así? ¿Cinco?

- ¡Ha empezado él! - Atsushi señaló al gótico.

- Él buscaba seducir a Dazai-san, yo solo le protegía.

- Ay... tú de verdad que me vas a hacer envejecer el doble de rápido. ¿Qué harás si por el estrés me vuelvo viejo y arrugado?

- ¡Le amaré igual! Viejo, arrugado o con sobrepeso, yo amaré a Dazai-san de cualquiera de las maneras. ¡No como esa zorra que solo le busca por el dinero!

- ¡Yo no...!

- ¡Mírate al espejo de una vez! ¡No eres nadie al lado de Dazai-san, menos que una hormiga, menos que una mota de polvo! ¡Podrías desaparecer del mundo y nadie te echaría de menos!

Los ojos de Atsushi se abrieron como platos, le había llamado puta ya varias veces, pero el insulto que le acababa de decir puede que fuera el único que le había dolido.

- Akutagawa – la voz grave de Dazai sonó a sus espaldas – Para ya, es decepcionante que precisamente tú seas el que está insultando así.

- Yo solo... - la osadía del chico pareció desaparecer después de las palabras de Dazai - Yo solo quería estar a su lado, usted es todo por lo que yo...

- Vete.

- ¿Eh?

- Vete - soltó el cuerpo de Akutagawa – Creo que el día ya ha sido bastante ruidoso, vete a casa.

- Pero...

Solo hizo falta conectar miradas con Dazai durante unos pocos segundos para que Akutagawa saliera corriendo del apartamento con Higuchi detrás de él no sin antes hacer una rápida reverencia como forma de disculparse en nombre de su representado.

- De verdad que es un perro rabioso – Kunikida soltó a Atsushi - ¿Estás bien?

- Sí, esto... si veis pelo blanco por el suelo, creo que es mío - sobó su adolorida cabeza – Es muy delgado, ¿cómo ha podido tirarme al suelo? Si hasta ha destrozado mi pared.

- Gatito – Dazai se acercó a él y se agachó un poco para quedar a su altura - Perdón por eso.

- No, usted ha conseguido echarle, le debería dar las gracias.

- No creo - murmuró para sí mismo – Akutagawa-kun está muy pegado a mí, no es la primera vez que arma un escándalo a mi alrededor. ¿Sabes? - acarició con el dedo un arañazo superficial en el rostro de Atsushi – Puede que la mejor opción sea que lo dejes.

- ¿Por qué?

- Es como te llama Dazai ¿no? - Kunikida acomodó sus gafas - Tú eres un gato y Akutagawa es un perro sin vacunar de la rabia, puede destrozarte con un solo mordisco.

- Pues... pues no me da la gana – las palabras dichas por Atsushi sorprendieron a Dazai y a Kunikida - ¿Es un perro y muerde? Pues yo soy un gato y araño - con un pequeño sonrojo en las mejillas, imitó las garras de un gato y arañó el aire.

- Ja... JAJAJAJAJA – la sonora risa de Dazai estalló en la vivienda avergonzando a Atsushi – Di que sí, eres un gatito con las garras recién afiladas.

- No se ría - inconscientemente hizo un puchero – Yo iba en serio... ¡Y cambiando de tema! - recogió el móvil del mueble - ¡Todo esto ha pasado por el nombre con el que usted se guardó! ¡Cámbielo!

- Claro - aceptó el móvil y se dispuso a cambiar su nombre - ¿Cómo me pongo? ¿"El amor de mi vida"?

- Póngase como "Dazai-san".

- "Hombre más sexy del universo".

- "Dazai-san".

- "Verga caliente".

- ¡Dazai-san! ¡Guárdese por su nombre!

- "Hombre al que le quiero ronronear".

- ¡Démelo! ¡Lo cambiaré yo!

- Pero si no sabes cómo.

- ¡Lo averiguaré!

- Bien, bien, me rindo - cambió su nombre en el móvil y se lo devolvió a Atsushi - ¿Mejor?

- No – Atsushi frunció el ceño y dio la vuelta al móvil para mostrar el nuevo nombre - ¿"Hot daddy"? Usted solo lo ha acortado.

- Bien, bien, cambiando de tema. ¿Sabes que tu mamá estaba preocupada por ti?

- ¡Dazai!

- Sí, sí - se acercó a la oreja de Atsushi para empezar a susurrarle – Le dije a tu mamá que Akutagawa-kun te estaba molestando y Kunikida-kun se puso en plan "Nadie se mete con mis polluelos".

- Yo no dije eso.

- ¿Usted se preocupó por mí?

- N-no... - Kunikida apartó la mirada avergonzado - ¿Qué esperas? Soy tu manager, tu manager en funciones, recalco lo último. Si te pasa algo es mi responsabilidad.

- Kunikida-kun es tan tsundere con sus bebés.

- Deja eso y mejor pide perdón de rodillas. Akutagawa está obsesionado porque tú existes.

- ¿Perdón por existir?

- Por fin te disculpas por eso.

- ¡AH! Kunikida-kun, eres el tsundere más horrible de todos.

- Esto... - Atsushi se plantó avergonzado delante de Kunikida - Perdón... por preocuparle.

- No estaba preocupado - intentó no mirarle, Atsushi de verdad que se veía como un gatito arrepentido – Y cambiando de tema - agarró a Dazai del cuello de la camisa – Hemos abandonado el trabajo, ¡¿Cuántos minutos de retraso llevamos?!

- Tranquilo, tranquilo, guiñaré el ojo y Yosano-sensei dirá "Waa, increíble Dazai, eres tan guapo que te perdono todas tus irresponsabilidades" y si eso no funciona... - miró de forma burlona al más alto - Ofreceré el cuerpo de Kunikida-kun como disculpa a Yosano-sensei.

- ¡No digas tonterías! - con fuerza y con su rostro algo rojo, arrastró a Dazai a la puerta del apartamento – Nosotros nos vamos, cierra con llave y no dejes entrar a desconocidos, cualquier cosa tienes mi número y por desgracia el de este idiota.

- Sí.

- Y otra cosa.

- ¿Sí?

- Si de verdad eres un gato, afílate bien las garras para arañar a ese perro rabioso.

- ¡Sí! - asintió contento.

- Nyaaaa~ - Dazai imitó la zarpita de un gatito – Practica tus arañazos en mi espalda si quieres.

- Claro – Atsushi aceptó en su infinita inocencia.

- ¡¿EH?! ¡¿EN SERIO?!

- ¡CÁLLATE Y PONTE A TRABAJAR!

Kunikida tiró con fuerza del cuerpo de Dazai aunque este se intentaba agarrar a la puerta del apartamento de Atsushi.

- ¡No me quiero ir! ¡Atsushi-kun ha dicho que practicará sus arañazos en mi espalda!

-¡QUE TE CALLES! - tras un golpe mortal al castaño en la cabeza, se lo llevó a rastras bajo la mirada de Atsushi.

Cuando ambos hombres se fueron, Atsushi cerró la puerta del apartamento y miró con pena el agujero que ahora conectaba su piso con el de su vecina. ¿Se iba a enfadar? Seguramente sí, pero ¿qué excusa le ponía? Oye, que gimo en CD dramas yaoi y un chico que está obsesionado con mi compañero me ha seguido hasta aquí y en un ataque de celos ha hecho un agujero de un puñetazo.

- Es surrealista – apoyó su espalda en la puerta y se dejó caer hasta el suelo.

Tras volver a sacar el móvil, lo desbloqueó con la sencilla combinación de números que le dio Dazai y enseguida salió en la pantalla el rostro del castaño. Con el dedo índice pulsó el icono que le llevó a sus contactos.

Ahora mismo solo había dos, pero a él no le importaba que el número fuera tan reducido. Lo único que le importaba es que eran dos personas que se habían preocupado por él.

"Mamá" y "Hot daddy", sus dos primeros contactos que pertenecían a su manager en funciones y al castaño de irresistible voz. Si recogía un poco más de valor, podría ampliar un poco sus contactos y pedir su número a Naomi y Tanizaki, aunque una cosa tenía clara, no quería por nada del mundo el número de Akutagawa Ryunosuke.

Para él, cuanto más lejos esté ese chico, mejor.

En la oficina de Fukuzawa, este rellenaba algunos papeles en la mesa de su escritorio donde se podían ver un par de fotos de gatitos y otras de un niño de ojos verdes con gafas. El sonido de su móvil situado a su derecha llamó su atención y aunque al principio sus intenciones eran ignorarlo, no pudo hacerlo al ver el nombre de la persona que le estaba mandando mensajes.

Intentando reprimir su emoción y una sonrisa boba, desbloqueó el móvil para ver los mensajes de la persona que le escribía.

Ranpo

Hey!! Mañana vuelvo

Cómprame dulces

Fukuzawa negó con una sonrisa, el chico no cambiaría nunca.

Cuando vuelvas deberías ir al dentista

Ranpo

>:(

Ya no voy

No te puedes quedar en Estados Unidos para siempre

Ranpo

En realidad sí

¿Qué?

Ranpo

Ah! Te tengo una sorpresa

¿Cuál?

Ranpo

Si te la digo no es sorpresa >:)

Te quedas con la duda

Mañana la ves

Guud bai

¿Ese es el inglés que has aprendido?

Ranpo

No, no! Era broma

He tenido un profesor que está muy bueno

Querrás decir que es muy bueno

Ranpo

Eh?

¿Eh?

Ranpo

Compra dulces!

Aunque lo último le extrañó un poco, Fukuzawa no le dio más importancia y continuó con su trabajo más contento. Su hijo no biológico volvía mañana a Japón, lo que no sabía es que no volvía solo.


Hola!!! Hasta aquí el capítulo, podré poner a Akutagawa como perra tóxica pero en el fondo le amo, es un husbando gótico sin cejas. 

Para aclarar a aquellos que no habéis leido "Pilares Mangakas", este "🖤" es desde ahora una señal de peligro ya que indica el principio y el final de un pensamiento loco que está solo en la mente del que lo tiene. Los colores variarán en función de quien tenga el pensamiento, en este caso, el negro es para Akutagawa. Obviamente lo que pasa en los pensamientos no pasa de verdad porque son imaginaciones. 

Spoiler del próximo capítulo: Husbando de los caramelos

Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el próximo capítulo. 

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