Se me parte el cerebro. Me despierto, entonces me encuentro con que ya no estoy en la sala de entrada del sótano. ¿Fue todo un sueño? ¿Me drogué? ¿Acaso el amor psicópata no existe? ¿Todo fue una fantasía sexual de Wattpad? Malditos libros libidinosos, que me ponen cachonda y me dejan soñar despierta, pero ¡cómo los amo! Qué triste, Silas no está y no seré su compañera de crimen.

―¡¡Ah!! ―Lloro―. ¡¿Por qué no soy el personaje de un libro de Wattpad?!

―Deja de llorar. ―Veo entrar a Salah a la enfermería.

Bajo de la camilla, corriendo, y la agarro, rápido, de la ropa.

―¡¿Qué pasó?! ―chillo―. ¡¿Fue todo un sueño?!

Se ríe.

―Claro que no. Te desmayaste y fingí demencia, te usé de pantalla para que creyeran que te había rescatado de esa masacre. Gracias, al fin sirves para algo y no para que me delates.

―¡¡Silas!! ―Lloro y lo abrazo.

¿O sería la abrazo? Ah, esto es tan complicado, tener una novia metamórfica o lo que sea, es una locura.

―¡¡Un segundo!! ―Me aparto―. ¿Cuánto tiempo estuve desmayada?

―Un día entero ―responde, tranqui.

―¡¿QUÉ?!

Me desmayo otra vez.

―¡¿Eres tonta?!

~~~

Despierto de nuevo en la camilla de la enfermería, pero esta vez con Silas, sentado a mi lado. Cruza las piernas como toda una chica bonita y genial. También masca chicle, hace globos y hace gestos sin importancia.

―¿Dejaste de hacerte la boba? Solo me quedan tres días, quizás un poco más y me olvidaré de todo, así que espabila para ayudarme a entrar al sótano.

―¿En verdad te olvidarás de todo? ―pregunto, preocupada.

―Soy mujer, no tarado.

―¡¡Ya sé, pero...!!

―Escúchame, sé que no me crees, que piensas que me operé y todo eso, pero no, es un hechizo, así que ayúdame o perderás a tu amorcito para siempre.

Bufo y hago puchero.

―Bien. ―Levanto el puño―. ¡Lo intentaré con todas mis fuerzas!

Sonríe.

―Excelente, esa es mi chica.

―Ay, diosito. ―Me desmayo por tercera vez.

―Ya mejor no le hago cumplidos.