4|Nos vemos esta noche
«...¨Lo esencial es invisible a los ojos¨, dijo Exupéry, nosotros; los simples mortales, somos la personificación de sus palabras».
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Del latín se derivan todas las lenguas romances; pero seamos sinceros, ¿a quién le importa? Tenía que escuchar a la catedrática hablar en lengua muerta donde no sabía si estaba recitando un conjuro o explicando el género y número. Era muy frustrante.
—El primer trabajo del semestre es en pareja y lo quiero listo para dentro de una semana. ¿Alguna duda? —Silencio —Bien, pueden irse; pero no sin antes ver el listado con los equipos. ¡Suerte a todos!
Estaba por cruzar la puerta del salón de conferencias cuando escuché la voz de Abigail llamarme desde el estrado. Hizo un gesto para que me acercase, arrastrándome —literalmente— hasta un rincón de la habitación.
—Liz, ¿te importaría cambiar de pareja? —Puso ojitos de cachorro y continúo con sus súplicas —Es mi oportunidad para acercarme a Zack, sabes que estoy loca por él desde hace tiempo. ¡Por favor!
Quisiera saber por qué las personas no se dan cuenta cuando alguien no muestra ningún tipo de interés, con lo fácil que es decir «¡jódete!» y seguir de largo.
El mundo es masoquista —¡Te compraré helado! —Y yo un ser muy débil.
—Sabes que no me puedo negar a eso —Me dejó con las últimas palabras en la boca.
Como una ráfaga de viento, Abi ya se encontraba interrumpiendo a la profesora que guardaba sus papeles en el portafolios con suma calma. No sé cómo lo hizo, pero cuando me vine a percatar, la profesora asentía amablemente frente a la propuesta de mi amiga.
—La señorita Callen trabajará con el joven Gray en el proyecto, ya no aceptaré más cambios... —No escuché más nada después de nombrado mi nuevo compañero, mi mente se encontraba en un bucle que solo repetía su apellido.
«¿Esperanzas? Sí, haber escuchado mal».
—Espere, ¿qué?
—Perdone a Liz, está algo... distraída —dijo el otro demonio que tengo por amiga, pellizcándome el brazo. Será diferente a Natalia, pero sin dudas, el método de convencer era el mismo: ser dulcemente aterradoras.
—¿Me está diciendo que Nicholas va a ser mi pareja? —Mi proceso de digerir información se vio afectado unos minutos. No asimilé la idea de estar a solas con el capullo egocéntrico y encima, aguantarlo como si tuviese la paciencia de mil sacerdotes.
Estaba convencida de que el destino, karma o lo que sea que estaba detrás de esto, disfrutaba de mi sufrimiento desde las sobras.
—Sí, ¿tiene alguna inconveniente señorita Callen?
—No, claro que no —Se apresuró en decir Abigail.
«Eso era traición, me ha enviado directamente al infierno. Un helado no bastaba, tendría que comprar la heladería entera para saldar su deuda».
—Si no tienen nada más que decir, pueden retirarse —Nos señaló la puerta.
«A eso lo llamo mandar a la mierda con elegancia».
Abigail me arrastró hasta los pasillos y yo seguía ensimismada. Caminamos sin decir nada hasta la cafetería, donde ya nos esperaba Natalia en la mesa de siempre, un poco lejos de la entrada.
Buscamos la comida, lo cual era un martirio gracias a Abi. Miraba por donde miraba toda su bandeja era de color verde. No podía negar que a veces me hacía sentir culpable por comer a otro ser vivo, pero luego recordaba a qué sabían sus ensaladas mixtas y se me pasaba.
Tomamos asiento junto a una pelinegra malhumorada que no dejaba de pinchar la manzana con el tenedor.
—Calma, te ves con ganas de matar a alguien —dijo Abi mientras se llevaba una cucharada a la boca.
—A una rubia mal teñida como no te calles —Tenía la mirada en un punto fijo a la par que despedazaba la pobre fruta con sus manos.
Lo normal era que Natalia tuviera mal carácter, pero hoy estaba diferente. No desperdiciaría comida sin una buena razón.
—¿Quieres contarnos que te pasa? —Pregunté con una voz apacible en aras de calmarla.
—No voy a decir nada en frente de la rubia anoréxica —Abi la asesinó con la mirada, pero lo era lo suficientemente inteligente como para no discutir, al menos no por esta vez.
—Déjame sola con ella un momento, hablamos luego en clase, vale —Se levantó sin chistar, después de todo, me debía un favor. Un minuto más tarde tenía frente a mí a una Natalia derrumbada.
—¿Ya me quieres contar que te hizo el cabrón de Erick para poder cortarle las pelotas?
La conozco lo suficiente como para saber que él era el único capaz de hacerla sentir mal. Lo que más me duele era que sabía cómo iba a terminar.
Horas de charlas, películas románticas y toneladas de chocolate, para luego tirar todo por la borda y enrollarse con cualquiera del sexo opuesto.
Así es mi mejor amiga, desestabilizada emocionalmente y; ¿por qué? Por no decir de una vez lo que siente a Erick, por refugiarse detrás de su armadura antipática que, por más fuerte que sea, no podía evitar que lastimasen su corazón.
—Estaba en clase cuando escuché a la imbécil de Grace decir que tuvo sexo con Erick en los baños de la facultad. Según sus propias palabras, no es un rollo de un momento sino algo serio —Sus ojos se nublaron y la primera lágrima cayó por su mejilla.
«¡Maldita zorra! Eso no se le hace a mi amiga».
—Ambas conocemos a Grace, seguro que se lo inventó. ¿Por qué no te enfrentas a Erick y se lo preguntas tú misma? O mejor, le dices que quieres estar con él y ya. Muy imbécil sería si te rechazara —Le di una sonrisa y conseguí que me la devolviese acompañada de su sarcasmo característico.
—Hay más posibilidades de que tú pierdas la virginidad a que yo le confiese mi amor a Erick —Comenzó a reír como si no existiera nadie más en la cafetería.
«¡Eso es un avance!»
—Pero no puedes guardar silencio toda tu vida.
—Y tú no puedes pasar ni un segundo más sin sexo, es antinatural —soltó entre risas.
«Por lo menos ahora se ríe de mí».
—No me cambies de tema Natalia, estamos hablando de ti.
Mi celular vibró en la mesa. Era un mensaje de Abi:
Le di tu dirección al nerd para el trabajo, espero que no te moleste. Ya está al tanto del cambio.
PD: Espero que lucifer esté mejor.
Si antes tenía una mínima esperanza, ahora ya no tenía escapatoria. Lo que me pareció increíble fue que le diese mi dirección a un extraño. Sin dudas, mis amigas perdían el juicio cuando se trata de hombres o, mejor dicho, niños que no sabían de su existencia.
Natalia en un amor silente con el distraído de Erick, que no se daba cuenta que ella babeaba, literalmente, cada vez que pasaba. Abigail, por otra parte, siendo ¨sutil¨ en sus acercamientos con Zack, quarterback del equipo y mejor amigo de mi ex, en fin, un capullo integral.
Resumiendo: El amor te hace tonto, en muchos sentidos.
Entre risas y refrescos siento una voz muy cerca de mi oído.
«Pero ¿qué...?»
—Nos vemos esta noche en tu cuarto, pecosa —Casi me atraganté al escucharlo, su voz ronca era inconfundible. Me giré y vi a Nicholas alejarse.
Natalia se encontraba con los ojos muy abiertos, acusadores, a expensas de una explicación.
—¿Vas a follar con el nerd? —Exclamó muy sorprendida, directa y sin tapujos, como siempre. No supe si fue una pregunta o una afirmación bastante dudosa.
—No Nat, no digas tonterías —Le quité importancia, a ver si la hacía callar de una vez.
—Pero él dijo que... —La interrumpí, mejor no darle mucha cuerda, de otro modo no me dejaría en paz.
—Sé lo que dijo, solo vamos a hacer un trabajo, no es nada del otro mundo.
—Del capitán del equipo de fútbol pasas al nerd misterioso del salón, chica tu vida es un puto libro —dijo entre risas y parece ser que no pensaba cambiar de tema.
—Tomaré notas para un futuro.
—Puedes empezar escribiendo en la reliquia histórica que tienes ocupando espacio en el cuarto.
—No te metas con Josephine —Le dije señalándola con el dedo, también es mi amiga, aunque esté vieja y oxidada.
—¿Sabes que se escucha raro eso de que le pongas nombre a una máquina de escribir verdad?
—No me importa.
—Tú misma, olvidemos a Jay. Cuéntame; ¿lo harías con el nerd? —Sus ojos curiosos me miraban y destellaban.
«¡Vaya, que rápido se olvidó de Erick!»
—Primero: es Jo, ¿vale? —Lo digo lento y alargo la vocal para que se le quedase bien grabado —Segundo: no vamos a follar solo hacer un puto trabajo y tercero: no te quiero en la habitación cuando llegue y menos haciendo tus preguntitas indiscretas ¿entendido?
—Si no me quieres ahí es porque vais a follar, no tienes por qué ocultármelo. Yo soy la primera que está a favor de que te desvirguen.
—Natalia —Llamé su atención, en verdad que me ponía de los nervios.
—Vale, no digo más nada —Con su típica sonrisa cómplice.
Miré el reloj. Tan solo quedaban unas horas para ver nuevamente al capullo.
«Todo parecía indicar que me esperaba una larga noche».
♡♡♡
Nota de la autora:
¡Hola calabazas!
¿Qué les pareció el capítulo? A mí casi me da un infarto cuando Nico le dijo que la esperaba en el cuarto; y la pobre Liz con la guardia baja. *risa malvada*
Si les gustó no olviden votar y dejar sus opiniones u teorías en los comentarios.
Les recuerdo que pueden pasar por mi Instagram para ver ilustraciones de los personajes e interactuar aparezco como lela_carmona en todas mis redes. Por allá los mantendré al tanto de las actualizaciones y novedades que se presenten.
Sin más,
Nos leemos pronto :3
Lela♡
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