Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

23|Respuestas


«Sabes que esa persona te ama, cuando es capaz de dar su vida por ti».

♡♡♡

Elizabeth:

—Liz me largo que he quedado. Se buena —dice mientras agarra sus llaves.

«¡Al parecer lleva mucha prisa!»

—¿Vas a salir otra vez con Benja? —Pregunto más que nada por retenerla un tiempo, la idea de quedarme sola en la habitación no me emociona del todo.

—Eso parece. Para deportista retrasado mejor un remplazo bien dotado...

—¡Natalia! —Ruedo los ojos —¿Crees que es sano?

—¿Qué cosa? —Retoca su labial en tono rojo que, en sus gruesos labios, sería la perdición de cualquier hombre. En fin, Erick es un idiota.

—Pues esto —Señalo la ventana donde se observa un carro aparcado, hace media hora, en la entrada —Quitar tu despecho acostándote con Benjamín. No digo que no pases página, pero a ti el ¨innombrable¨ te sigue moviendo el piso. Solo, no juegues con Ben. Él está pillado por ti.

—Liz, a mí él me gusta y créeme; se lo que se siente un corazón roto. La última persona que se lo haría sería a él, vale.

—¿Y qué pasa con... ya sabes quién?

—Él mismo mató el aprecio que le tenía. Además, que el amigote de Benja me está ayudando mucho a olvidarme de...

—Basta. Has matado el romanticismo —Me quejo. Cada vez que Natalia abre la boca, Shakespeare llora en el cielo.

—Me voy escritora cursi. No me esperes despierta.

—Nunca lo hago, pervertida. ¡Qué se diviertan! —Sonríe y sale por la puerta.

Me siento en la esquina de la cama. El silencio enloquece y la soledad me abraza.

«Si tan solo...»

No. No. No. Enfócate Liz.

Me pongo a dar vueltas por la habitación al punto de que aterrizo en el taburete del tocador. Miro fijo al espejo, buscando respuestas.

«Dos días. Han pasado dos malditos días desde que me dejó en los baños de la facultad. Desapareció sin más. No debería dolerme, pero ¡vaya que lo hace!»

Reclamo al cristal, como si en verdad me escuchase. Debo estar volviéndome loca.

«¡Dime! ¿Por qué me importa tanto? Debería darme igual; en cambio, su recuerdo me atormenta. Consternada, pasan las noches...

Y su ausencia es de notar, no solo por mi cuerpo sino también por mi alma y eso, es algo que le tengo pavor, que no puedo permitir, pero; ¿acaso está en mis manos controlarlo?»

Vuelvo a cuestionar, pero... nada. No sé porque tengo la ingenua idea de que obtendré una respuesta o quizás algo, lo que sea, por mínimo que sea que me indique qué hacer. Por ahora solo me queda reflexionar y contar a alguien, —mi reflejo, por estúpido que parezca— lo que callo o más bien, temo expresar.

«No puedo extrañarlo de esta forma, no después de lo que hizo. No después de saber que es un mentiroso, que me vio la cara de tonta todo este tiempo.

No puedo permitir que me destruya y que me arrastre con él, por más que sea lo que deseo justo en este momento, debo ser racional»

Entonces, ¿la racionalidad consiste en dejar ir lo que quieres por un bien utópico?

«¿Sabes qué?

Quiero ser completamente irracional por qué; ¿de qué me sirve engañarme? ¿Qué sentido tiene no escuchar a tu corazón o ir en contra de lo que quieres, si tarde o temprano te verás frente a tu reflejo y te arrepentirás por no haber hecho lo que sentías, justo como yo en este momento? Después de todo; ¿quién decide lo que está bien o mal? No somos más que un patético espejo de nosotros mismos, de lo que quieran que seamos»

Y entonces pienso...

¿No llevo ya demasiado tiempo cortando mis alas, siguiendo unas estúpidas leyes de moral que no han hecho nada más que controlar mi miserable existencia?

«Nicholas tiene razón.»

«¿Por qué escribir una historia de amor si puedo vivirla?»

Decidida, me ato el cabello en una coleta. Miro por última vez con quien llevaba esta conversación, es de locos pensar que me siento mejor por hablar conmigo misma, pero así es.

Me subo el pantalón e intento abrocharlo mientras marco el número de Natalia en el celular.

—¿Pasó algo, Liz...?

—¿Hoy había una pelea en el subterráneo, cierto?

—Si vas a hacer lo que estoy pensando, calabaza, desde ya te digo que...

—Gracias bruja, nos vemos en la noche.

—Liz, ni se te ocurra colgarme...

Tarde. Con un poco de suerte encontraré a Nico en el subterráneo. Necesito verlo y hablar con él antes de que mis pensamientos terminen por devorarme.

♡♡♡

Eran las seis de la tarde. A lo lejos podía escuchar los gritos eufóricos de las personas. La gran multitud que rodeaba el cuadrilátero era cada vez más visible a la par de estremecedor. De solo pensar que estoy rodeada de armas blancas y de fuego, mis vellos se ponen de punta.

«Todo sea por obtener respuestas»

Me inmiscuyo entre el público y llego hasta las cuerdas. Ya había comenzado, pero ni rastro de él. Miro hacia el fondo y un rostro se clava en mi retina.

«Ya lo había visto antes»

Era un hombre alto y robusto, de unos cuarenta y pocos. Estaba en la esquina del ring cuando Nico peleó la última vez y a quien se dirigía con aire autoritario y sentido de pertenencia. Si es su jefe, quizás tiene conocimiento de dónde puedo encontrarlo.

Me hallaba a pocos pasos de él, su postura impone bastante, semblante serio y mirada perdida, le daba unas caladas a su cigarro cuando gira su vista y se cruza con la mía, un escalofrío recorre mi espina dorsal, trago grueso y continúo caminando en su dirección.

—¡Vaya, vaya! ¿A quién tengo el placer de dirigirme?

—Soy Elizabeth y...

—¡Qué nombre tan hermoso! ¿En qué puedo ayudarte Eliza?

«¿Recuerdan cuando dije que odiaba ese diminutivo? Lo sigo haciendo»

—Estoy buscando a una persona que igual trabaja para usted.

—Te escucho —Mira mi cuerpo de arriba abajo. Lo último que puedo hacer es ponerme nerviosa, no puedo darle la mínima señal de miedo. Son como los perros, huelen el miedo y ahí es cuando atacan. Su mirada descarada y sonrisa ladeada me provocan salir corriendo, pero no. Necesito respuestas.

—Su nombre es Nicholas, Nicholas Gray —Su rostro cambia en el instante que pronuncio cada una de las letras.

—Si eres inteligente no lo volverás a buscar.

—Con todo respeto —Hago una pausa y lo miro fijamente a sus dos cuecas negras —Yo no he pedido su opinión. Solo le hice una pregunta. ¿Sabe dónde está, sí o no?

—Mmm —Me escanea con la mirada, quizás en busca de una mínima señal de debilidad.

No le quedó de otra más que contestar: —Está en Bedlam —dice mientras expulsa el humo por la boca y apaga el cigarrillo con actitud desinteresada.

—¿Bedlam? —No puede ser. «¿Qué diablos hace Nicholas en un hospital psiquiátrico?

—Y más vale que te des prisa chiquita, si quieres alcanzarlo antes de medianoche.

—Gracias —Doy media vuelta y me dirijo hacia la salida aun sintiendo su mirada exploratoria en mi espalda, que cabe destacar, no es una sensación agradable.

Salgo a toda prisa. Finalmente logro atravesar la muchedumbre, seguido hago una señal al taxi justo en la entrada.

«Esta vez no huirás de mí, Nicholas Gray»

♡♡♡

Me bajo en la entrada del hospital. Aun no entiendo el por qué encontraría a Nicholas en un lugar para personas con trastornos psicológicos. Tampoco es que él me quiera dar respuestas.

Y aquí estoy... jugando otra vez a la acosadora del nerd misterioso. Como si no hubiese sido demasiado vergonzoso ya el dejarme con mis bragas en la mano después de tocarme en los baños de la facultad como para ahora venir a buscarlo porque, a duras penas, lo extraño. Dos palabras que ni muerta se las diría pero que es una realidad que debo comenzar a asumir antes de que me consuma por dentro.

No pienso en otra cosa más qué diré cuando me vea y que, estoy invadiendo su privacidad y fuera de que quiera verme o no, no puedo forzar el hecho de estar en su vida. Él ha dejado claro muchas veces que no quiere que sea parte de ella, no por el hecho de las peleas; sino por todo.

La verdad no hay quien lo entienda. Me pide que lo deje, pero tampoco me cuenta que diablos le sucede.

Pero así es Nicholas; y me encanta.

«Espera; ¿yo dije eso? Bueno en realidad lo pensé. Debo dejar de hablar conmigo misma, la recepcionista me mira con cara de —esta chica hay que internarla— y estar rodeada de otros loquitos, uno que otro con tendencias asesinas, no es un buen plan para un viernes en la noche.»

Mejor no seguir dándole vueltas, yo quiero verlo, necesito hacerlo.

Me dirijo hasta la señora de unos sesenta años, con lentes y cabello gris por encima de los hombros.

—Disculpe, ¿me podría decir si Nicholas Gray es paciente de este hospital?

—Déjeme revisar en el ordenador —En unos pocos minutos ya me daba respuesta —Lo siento, no hay ningún paciente con ese nombre.

Y entonces; ¿su jefe me mintió? ¿Si no está internado por qué me envió a buscarlo aquí? A lo mejor...

—¿Puede verificar si está de acompañante de alguien o a lo mejor como responsable de algún paciente?

Gira su vista hacia mí, claramente diciendo —no molestes más niña— vuelve a dirigirse al ordenador con menos ganas que la anterior, demostrando su descontento con mi presencia.

—La persona a la cual busca es responsable del pago de un nuevo ingreso que tuvimos ayer.

—¿No puede ser más específica? ¿Algún otro dato?

«Liz, terminarás por acabar la paciencia de esta pobre señora»

—Va en contra de la ética del hospital, señorita.

—Y si quisiera visitar a la persona que está internada...

—Solo quien está a cargo legalmente puede darle un pase de visita.

—Pero si...

—Señorita, voy a llamar a seguridad.

—No es necesario, ya voy —Doy media vuelta a sabiendas que su mirada con desprecio me sigue hasta la salida cerciorándose de que realmente lo haga.

«Otra investigación fallida»

Esto de ser Sherlock no se me da tan bien como creía. Solo miren el resultado: en las afueras de un psiquiátrico, echada casi a patadas por andar de preguntona y lloviendo a cántaros.

«Este día no puede acabar mejor —nótese el sarcasmo—»

Parezco un perro mojado, literalmente, y llamar a Natalia a estas horas es inútil.

«¿A quién se le ocurre salir sin una libra en el bolsillo, quedar varada en la nada y no tener a quien llamar?»

Exacto, a mí. Y todo me pasa por andar de curiosa.

Más vale guarecerme, como siga aquí parada sin hacer nada cogeré un resfriado. Mejor comenzar a pensar que dormiré hoy con los loquitos así la idea no suena tan descabellada ni tan perturbadora.

Camino hacia la parada del autobús, con un poco de suerte consigo montar alguno a esta hora con las dos libras que llevo en el bolsillo, cuando una moto pasa por mi lado a toda prisa. El agua de alcantarilla salpica hacia mi ropa. ¿Mi instinto? Gritar como una loca.

—Imbécil. Ojalá y se te pinche una rueda, pedazo de neandertal.

«Vale, igual me pasé un poco pero no tengo la culpa de esta mierda de día. Alguien tiene que pagar mi frustración»

La moto se detiene abruptamente y da marcha atrás. «Genial, ahora tengo soportar al cretino quema ruedas» No pretende revelar su identidad y yo no puedo distinguir de quién se trata. Tal vez es un violador o puede que solo un chulo en ambos casos lo mejor es mantenerse alejada. Tiene una postura rígida que me es conocida y me den tengo a observarlo.

La lluvia cae sobre su cazadora negra y levanta el casco lentamente —o así me pareció— para luego clavarme su mirada avellana en mi rostro empapado.

—¡¿Nicholas?!

—Elizabeth, ¿qué haces aquí?

—Yo... te estaba buscando. Es que yo... necesito hablar contigo, ya no... Nicholas yo...

—No digas nada Callen, solo no digas nada —Se baja de la moto y me brinda su cazadora, acto seguido me abrocha el casco y me mira a los ojos.

—Vamos a casa —Nos subimos a la moto y me doy cuenta que él aún no lleva protección.

—Nicholas; ¿dónde está tu casco?

—Lo llevas puesto, pecosa.

—Pero...

—Sujétate fuerte —Entrelazo mis brazos a su cintura y me acerco a su oído, casi en un susurro imploro: —No vayas deprisa.

—Te protegeré con mi vida Callen, no debes temer nunca mientras yo esté a tu lado porque soy capaz de recibir cada golpe por ti, con tal de que nunca se apague la luz de tus ojos.

♡♡♡

Nota de la autora:

¡Hola calabazas!

¿Qué les pareció este capítulo? Nico no deja de robarnos suspiros, me pregunto; ¿qué pasará cuando lleguen a su casa? *inserta expresión pervertida*

Recuerden votar antes de leer el siguiente capítulo, no lleva nada de tiempo y ayudarían a que esta hermosa familia siga creciendo.

Nos leemos pronto :3

Lela♡


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro