Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO CINCO: La autora


Ciudad de México, 13 de julio de 2022, 7:50 am

Quedan poco más de doce horas para el fin del mundo.


No lo sé con exactitud, pero creo que llevo alrededor de media hora mirando el mismo punto de la pared de la habitación, ubicada unos centímetros por encima de la pantalla de la computadora.

El cursor parpadea en la página de Word, quizás al mismo ritmo de mis pestañeos. Se ha quedado así a mitad de la palabra "búsqueda", la número 3439 del antepenúltimo capítulo de mi quinta novela. Planeaba que tuviera alrededor de 5000 palabras, pero ahora ya no sé.

Ya no sé nada.

La alarma sonó hace tres horas y veinte minutos, pero se siente como si siguiera gritando. Su tono es un fantasma en mis oídos.

Cuando inició, yo llevaba muy poco durmiendo. Me había acostado después de estar escribiendo el capítulo 57 de la novela. Cuatro horas continuas leyendo, con el volumen de Spotify al máximo, me dejaron en una especie de trance que se convirtió en sopor apenas suspendí la computadora y apoyé la cabeza en la almohada. Ni siquiera noté cuando por fin me dormí, pero sí recuerdo muy bien haberme despertado por el bullicio insistente de la alarma. Aturdida, leí el mensaje en la pantalla de mi celular mientras, alrededor de mi departamento, sonaban decenas de otros celulares que eran mirados con el mismo nivel de confusión.

Leído el anuncio del fin del mundo, me levanté de inmediato y, de nuevo, en una especie de trance, solo que en esa ocasión estaba cargada de energía. Encendí la computadora y me puse a escribir el capítulo 58.

La escaleta de la novela la tengo a mi derecha, desplegada en post-it de varios colores, indica que la historia debe terminar en el 60. Ese post-it (de color verde oscuro) apenas tiene una palabra escrita. A mí me basta con eso; de hecho, tengo el capítulo casi entero escrito en mi mente. Pensaba terminarlo el fin de semana y publicarlo en Wattpad el domingo en la noche. En la madrugada, más bien, porque así puedo fingir que duermo mientras llegan los primeros comentarios.

Pero ahora todos esos planes se fueron a la mierda. Por eso no dejo de mirar el mismo punto de la pared, el único libre de notas, escaletas, frases usadas o por usar, mensajes de ánimo que me escribo a mí misma. En ese espacio solo hay un trozo de pintura azul claro que no he tapado ni taparé con nada.

Reconozco que hubiera agradecido el anuncio del fin del mundo hace unos meses, cuando la novela estaba a punto de volverme loca o de provocarme una importante crisis de ansiedad y de estrés. Pero ahora, el fin (solo el de la novela, suponía yo, antes de que sonara la alarma) está demasiado cerca. Dejarla inconclusa se siente como una enorme pérdida de tiempo. Dos años de mi vida, nada menos. Y eso sin contar con los ratos que han gastado los lectores (lectoras, me leen más mujeres que hombres) leyendo un libro que no podrán terminar.

No es mi culpa, claro. Es culpa del fin del mundo. Poco más de doce horas quedan para que todo se acabe, según decía el anuncio. No sé por qué, pero en ningún momento me lo he planteado como falso. Ya viví muchos falsos finales del mundo, y este se siente distinto. La alarma es la clave. La alarma que sonó en todos los celulares a mi alrededor y, según pude ver en Twitter en un breve momento de procrastinación que me concedí, en el resto de la ciudad, del país, del continente y del planeta.

Este fin del mundo se siente diferente.

Entonces, ¿qué hago con mi libro? ¿Lo termino? ¿Me paso el resto de estas doce horas que nos conceden escribiendo, con el volumen de la música a todo volumen, hasta que acabe... el mundo o la novela? Lo que ocurra primero.

Si así lo hiciera, ¿de qué serviría? Casi nadie lo va a leer. Si es verdad que el mundo se acabará, mi quinta novela, cuarta parte de la saga que me ha tomado ocho años escribir, se perderá junto con lo demás.

Escribir lo que falta es una tarea inútil, lo sé. Pero entonces, ¿por qué se siente como un desperdicio tan grande dejarla hasta acá?

Por primera vez en casi cuarenta minutos, dejo de mirar el pedazo de pared azul claro encima de la pantalla de mi computadora y observo la escaleta hecha de post-it. De haber sabido que llegaría a este punto, me habría apurado más en escribir para terminar con suficiente tiempo para que mis lectores supieran cuál será el final, pero ya es tarde para pensar en eso. Parece ser muy tarde para pensar en cualquier otra cosa que no sea el temor a que todo se acabe.

Lo extraño, sin embargo, es que no tengo miedo de eso. De morir, de que todo muera. Quizás estoy en shock, quizás el terror me esté esperando apenas salga del sopor.

O tal vez sea cierto que lo que realmente temo es dejar la novela en este punto, aunque nadie la vaya a leer. Porque, si es que el mundo se acaba, serán miles las novelas inacabadas. Miles las películas sin terminar de grabar, miles de canciones a medio componer, miles de dibujos solo boceteados.

Yo soy solo una más. Mi novela solo me importa a mí y a un puñado de personas que la leen al otro lado de la pantalla.

Entonces, ¿por qué se siente tan mal dejarla así?

La palabra en el último post-it de la escaleta atrapa mi mirada. Ayer solamente tenía sentido dentro de la novela. Ahora parece un mensaje escrito más para mí que para los personajes.

—Continuar —leo en voz alta.

Las puntas de mis dedos rozan el teclado antes de que mis ojos se concentren en la pantalla. Escribo las primeras letras a ciegas, por inercia. Con las demás ya entro por completo en el manuscrito y el final que se avizora varias páginas más adelante.

El único fin que me importa en estos momentos.

No moriré hasta poner el punto final.

Y, por si acaso, dejaré en anuncios el final resumido en dos párrafos. Espero que no me odien demasiado cuando vean que maté al protagonista. 


GRACIAS POR LEER :)

Y si quieren ver qué harían algun@s autores en la misma situación que la protagonista de este capítulo, váyanse al perfil de Twitter de uutopicaa y lean las respuestas. 

Para la muestra un botón :)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro