Uno de los capitales más importantes de Voces Anónimas es su gente. No nos olvidemos de que son las personas quienes mantienen vivas las historias y las cuentas. Y el programa, además de nutrirse de cientos de leyendas que circulan libremente en la tradición oral, también recibe cantidad de testimonios de personas que se acercan a la producción para compartir sus experiencias a través de diferentes canales, como mails, llamadas telefónicas, cartas o simples conversaciones personales. Pero de todos estos medios, sin lugar a dudas el más importante es internet, que nos permite recibir instantáneamente una gran cantidad de material, no sólo desde Uruguay sino también desde otras partes del mundo, e interactuar de una manera más fluida con los seguidores del programa. Muchos de estos correos, incluso, han llegado a transformarse en un programa de televisión y otros tantos perfectamente podrían hacerlo en un futuro. Pero son tantos los correros que recibimos que, a pesar de que muchos de ellos son muy buenos, es imposible que todos lleguen a trascender.

          En este capítulo, precisamente, se pondrán al descubierto algunos de esos mensajes, que consideramos representativos del espíritu del programa y claros ejemplos de ese gran caudal de información que de manera permanente llega a la casilla de correros de nuestra producción.