Mis compañeros habían comenzado ya a entrar al aula y por lo que había oído al loco no lo habían dejado pasar, una sonrisa se me asomo en la cara, ese tipo era la base de los chismes de esa mañana y por suerte nadie sabía que yo era la otra parte, porque ya sabemos que pasa en una secundaria cuando ocurren cosas que están fuera de la rutina, y es que los adolescentes (no me excluyo) somos como predadores de lo extraño, estamos ansiosos por historias basadas en hechos reales, que al final no sabemos si fueron verdad o no, muchas veces por parte de algunas personas que gracias a esto de paso le arruinan la vida a algunas personas.

Esa mañana Martina no dejo de acosarme con preguntas que Pedro no terminaba de entender y que yo por mi parte ignoraba o respondía escuetamente. Pedro que había llegado tarde como todas las mañanas, dijo no haberse encontrado con un tipo ultra sexi como lo describió Martina, en la entrada todo había sido normal, el grupo de las chicas que se dedicaban a chismear y a sacarse selfies para después subirlas a redes sociales con el título de Promo 19 prometiendo retos que avergonzarían al propio satanás seguían en su mismo lugar, el grupo de los fumadores que solían varían entre tabaco o paraguayo (marihuana de mala calidad) estaban en su esquina como siempre con sus aspectos fúnebres rodeados de cadáveres de cigarrillos y una nube gris que siempre los acompañaba, y el clásico grupo de porteros que se tomaban un descanso para no ver la cara de tanto adolecente hormonal mientras se quejaban y con razón de lo asquerosas que dejaban las aulas estos, con sus palabras "sucios pendejos malcriados".

Habían pasado cerca de media hora y la clase ya había comenzado, el preceptor hace rato que ya había pasado la lista de asistencia tachando a los faltantes y a los rateados que en el caso de hoy solo habían sido dos; pasaban los minutos y no pudiendo concentrarme en la clase de física decido divagar por mis pensamientos siempre cayendo en lo mismo ¿Qué querrá de mi ese tipo extraño? Porque era muy extraño, por lo menos en este pequeño pueblo que de por si veía mal que las chicas usaran shorts, que un joven usara el pelo largo y que se vistiera de la manera que Él se vestía. Por un momento trate de concentrarme en la clase pero no podía, hoy no podía, cosas extrañas estaban pasando a mi alrededor y ya me había cansado de buscarle respuestas lógicas que al final nunca las encontraba; Porque sombras que te persiguen en la escuela no es normal, piedras que brillan solo hay en las profundidades de las minas de áfrica, y tipos ultra sexis con ropa de fantasía solo están en los libros y películas.

El profesor ya me había llamado la atención un par de veces, pero después de un rato me dejo estar después de claro anotarme en su odioso cuaderno de profesor donde te bajaban o subían puntos, en este caso no creo que me los suban. Martina tuvo la idea que para e primer recreo desayunáramos en el patio, hoy la mañana estaba fría pero no era una exageración como en invierno, así que Pedro y yo aceptamos.

La campana que anunciaba el fin de las primeras horas de cursada había sonado, nos pusimos nuestros abrigos y nos dirigimos a la cocina donde nos entregaron nuestra taza de mate cocido humeante y un pan con dulce de leche, el clásico de los viernes. Esta al ser una escuela pública nos daba el desayuno todas las mañanas lo cual todos nosotros disfrutábamos gratamente, porque no es lindo tener el estómago vacío toda la mañana y muchos de nosotros no podíamos gastar plata en el quiosco de la escuela.

Los tres tomamos nuestras tazas de plástico y un pan y nos retiramos rápidamente a sabiendas que se venía la avalancha de estudiantes malhumorados, somnolientos y hambrientos, casi que parecían zombis, no tendrían nada que envidiarles. Rápidamente abrimos la puerta que daba al jardín y nos fuimos a sentar al lugar más codiciado, el único banco que quedaba en condiciones de todo el patio. Rápidamente nos sentamos y empezamos a comer mientras tratábamos de enfriar la bebida que con temor nos quemáramos, otro clásico, tenías que esperar como quince minutos para que tus papilas gustativas no terminaran calcinadas. Martina y Pedro se pusieron a charlar sobre sus cosas, videojuegos y superhéroes, yo tirando comentarios pero sin querer meterme en su conversación porque hoy no tenía ganas de hablar, solo tenía ganas de esconderme en la madriguera de un conejo o en algún lugar donde ese tipo no me ubicara; vieron la valentía que tenía con la sombra, con los humanos era otra cosa, las personas dan más miedo que las sombras de eso estoy seguro.

El corto receso termino y con suspiros y mala gana los alumnos empezaron a entrar nuevamente a las cuatro paredes más aburridas, sin apurarnos ni un poco y a paso rezagado comenzamos a caminar hacia la puerta. Faltaban solo unos pasos y algo me detuvo, y no, esta vez no fue una sombra.

Me gire para encontrarme a una cara que ya conocía y que al parecer no estaba muy feliz.

- Maldito ladrón, me engañaste – dijo el pelinegro con su fuerte voz.

- Ah, hola...- dije sin saber que decir.

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Que ondaaaaaaaaaa (acostumbrence a si saludo yo jajajjajajaja)

Ya lo agarraron al pobre de Dami

Y AHORA QUIEN PODRA AYUDARLO.

Les va gustando por donde va? Es re vueltero Damian ya lo se, ah re.

Nada los quiero, TENGAN MI AMORRRRR y dejen su amor en forma de estrellitas y comentarios, obvio si quieren mis bebes, nadie los obliga.

Chau chau