Capitulo 18 Despedidas
Mi madre me ayudo a preparar la pequeña mochila que Cillian me recomendó llevar, no podía llevar demasiado equipaje puesto que no viajaríamos de una manera normal y además el pelinegro dijo que allí no necesitaría nada, pero eso no quitaba que me quisiese llevar alguna que otra cosa, con algo de tristeza supe que ni mi celular ni mi computadora podrían servirme halla.
Dentro de la mochila coloque algunas cosas que me parecían importantes, mi cepillo de dientes que casi olvido si no fuera por mama, puse una libreta que nunca había utilizado y mi estuche que usaba para el día a día, a pesar de que Cillian me dijo que no necesitaba llevar ropa no le hice mucho caso y metí mis dos de mis camisetas preferidas, unas bermudas y todos mis calzoncillos. Nunca se sabe qué clase de ropa interior me darán, siempre hay que estar seguros. Decidí también que me llevaría algunas fotos, la de mis amigos en verano le saque el portarretratos y me lleve solo la imagen, también tome una de una navidad de hace bastantes años en la que estábamos toda mi familia y mi perro que había fallecido el año anterior. No sentí que necesitaría más cosas de las que ya tenía allí, por lo que algo decidido cerré la bolsa que me había acompañado por mucho tiempo, no le saque los broches que tenía colocados en ella porque representaban etapas distintas de mi vida, y tampoco saque los llaveros ya que facilitaban el abrir la vieja bolsa.
Cillian solo observo como guardábamos todo junto a mi madre sin decir nada y yo se lo agradecí, en ese momento no había nada que se pudiera decir y mi madre a cada minuto que pasaba se ponía más sentimental y en algún punto la entendía, su hijo más pequeño se estaba yendo repentinamente a un lugar que era desconocido para todos, su pequeño se iba de la seguridad de sus brazos y del calor que solo una madre podía dar, en algún punto de este proceso las lágrimas que pocas veces la había visto derramar comenzaron a caer de manera paulatina.
Antes de tener que marcharme quien sabe por cuánto tiempo me faltaba hacer algo muy importante y que había dejado para el final, pues suponía ser una de las partes más complicadas. Debía despedirme de mis dos mejores amigos, pensé hacerlo por mensaje o alguna clase de carta pero sabía que no era justo para ellos y tampoco me parecía bien dejarlos solos con un miserable mensaje de texto. Les escribí que debíamos vernos urgentemente en nuestra base, y ambos me respondieron rápidamente que allí estarían, era la hora de hablar con ellos.
Le dije a Cillian que se quedara en mi habitación mientras yo iba a reunirme con mis amigos, el acepto y me deseo suerte algo que en ese momento me vendría bien. Él sabía que yo necesitaba hablar con ellos antes de irme por eso solo me siguió hasta la puerta de entrada y antes de irme casi corriendo me dio unas palmadas en la espalda, dándome un poco más de valor, yo le agradecí moviendo mi mano mientras me iba hacia la base.
Cuando estaba por llegar a lo lejos vi como venía tanto Pedro como Martina caminando y hablando de cosas que por la distancia no podía escuchar, Pedro fue el primero en verme y con su energía de siempre me saludo haciendo que Martina notase mi presencia y sonriese mientras seguía a el energético chico que no dejaba de saltar en mi dirección. Ellos me saludaron y subieron rápidamente a la casa del árbol sabiendo que yo no les diría nada a menos que estuviéramos alejados de los vecinos chusmas que siempre se encontraban recorriendo el barrio en busca de algún chisme del cual alimentarse.
Subimos rápidamente y nos sentamos en el lugar que cada uno ya había adoptado como el suyo, Pedro saco una botella de jugo del mini bar y algunos vasos para que pudiésemos tomar, yo no tenía sed pero lo acepte para poder sostener algo en mis manos y que no me temblaran al hablar,
Parece que Martina se dio cuenta rápidamente que yo no me encontraba en mi normal estado de ánimo eso la llevo a ser la primera que preguntase él porque de mi extraña actitud.
- Los llame de la nada porque quería que ustedes sepan que voy a hacer de ahora en adelante – hable tratando que mi voz no temblara tanto, Pedro pareció notar que la charla que estábamos a punto de tener no era de las divertidas, se acomodó un poco en su asiento y se puso recto- Me voy a ir por un tiempo- ellos parecieron haberse sorprendido al escuchar esa noticia.
- ¿Cómo que te vas? – hablo primero la morocha, subiendo un poco su tono de voz por la sorpresa, Pedro movió su cabeza en forma afirmativa para dar a entender que el estaba esperando la misma respuesta que la chica.
- Estos días estuvieron pasándome cosas extrañas, ¿recuerdan el día que supuestamente exploto una tubería del gas? – ellos asintieron – eso no fue lo que paso...
- ¡Lo sabía! – grito Pedro de la nada, haciendo que pegara un pequeño salto – Fue muy rara esa situación, no había ni un poco de olor a gas y lo digo yo que tengo olfato de perro – dijo cruzándose de brazos, ese era uno de los raros talentos de nuestro amigo su olfato era brutal, te podía decir que especias usaron en la comida sin haberla probado, pero ese es un tema para otra conversación-
- Yo tampoco estaba muy segura de lo que paso ese día, fue muy raro – dijo Martina meditando la situación
- Tienen razón eso no fue una simple fuga de gas, ustedes parecen no recordarlo pero ese día pasaron muchas cosas...
Les conté todo lo que habíamos pasado en la escuela y también mi encuentro con Cillian Pedro reaccionaba sorprendido por cada cosa que yo decía a veces se emocionaba y zarandeaba un poco a Martina en el proceso, mientras que ella se quedó tranquila escuchando mi relato aunque a veces se le escapaba un pequeña sonrisita.
Decidí que ellos debían saber la verdad de la situación y no me malinterpreten me hubiera gustado poder decirles a mis padres de todo esto pero ellos no lo hubieran entendido, ¿Qué padres lo entenderían?, entonces supe que ellos si lo aceptarían y quería que si me pasaba algo alguien supiera la verdad. Sabía que estaba yendo por el camino fácil, pero estaba seguro que algún día podría decirles la verdad a mi familia.
El caso es que cuando termine de contar lo que había sucedido ellos se quedaron callados, bueno en realidad Pedro estaba rodando en el piso emocionado, pero no me respondía, tal vez estaba teniendo una convulsión, nah así era Pedro. Martina se había quedado pensativa por unos momentos hasta que se decidió a hablar.
- O sea que ese chico que apareció de repente en nuestra escuela antes había aparecido cerca de tu casa buscándote – exactamente le respondí - y ahora te queres ir con él a su supuesto mundo, porque te lo pidió o más bien te obligo mediante lastima - me dijo mirándome mientras entrelazaba sus dedo y le daba un aire un poco aterrador a la situación.
- Si lo decís así suena bastante mal- dije mirando hacia otro lado- pero no tengo dudas, estoy segura que él dice la verdad, ¡tiene magia! – me emocione tratando de que ella también lo hiciese, pero me miro y me respondió
- Si vos confías en el yo también lo voy a hacer, pero parece sacado de un cuento de hadas y eso me hace desconfiar no querría que te metiesen en una red de trata o vendieran tus órganos a algún ricachón desesperado, simplemente quiero una seguridad de que volverás con seguridad junto a nosotros - ella tomo mi mano y yo asentí.
- Tratare de volver en algún momento, les enviare cartas y te juro que no me pasara nada- ella me miro y hablo
- No jures con algo que no está en tus manos, confió mucho en vos Dami y sé que nos volveremos a ver, solo espero que te cuides y que nos mantengas informados de tu situación- Pedro también tomo nuestras manos y afirmo dando a entender que estaba de acuerdo con Martina, yo no pude evitar que se me humedecieran los ojos, pero no llore porque esto no era un adiós si no un hasta pronto, volvió mi fase poeta.
Seguimos hablando por un rato y les conté la excusa que les había dado a mis padres ellos entendieron y para la última fase de mi plan le deje mi celular a Martina para que ella pudiese contestar los mensajes que me mandaban mis padres, solo serían un par de días lo que duraría el viaje después de eso podría apagarlo y esconderlo, total ya les había dicho que en ese pueblo no había ninguna clase de señal telefónica. Ella me apoyo y se guardó el celular. Mis amigos decidieron que me acompañarían hasta mi casa y solo allí se despedirían.
Fuimos charlando en el camino hasta llegar a la entrada de mi casa donde se encontraba el pelinegro esperándome, al verme llegar se acercó hacia donde estábamos. Pedro que solo lo había visto de lejos abrió su boca de la sorpresa.
- Si parece de otro mundo- dijo refiriéndose a su belleza mientras lo miraba de arriba para abajo sin ninguna vergüenza, Martina y yo le pegamos un codazo al mismo tiempo haciendo que se retuerza de dolor en el piso, un poco exagerado porque no le pegamos muy fuerte.
- Ganaste la lotería – dijo esta vez la chica mirándome con segundas intenciones, yo me tape la cara de la vergüenza mientras que para nuestra sorpresa el pelinegro soltó una risotada, los tres nos quedamos viéndolo algo sorprendido, el paro de reír y me miro.
- Supongo que estos son tus preciados amigos- luego de decir eso extendió su mano hacia Martina y ella la acepto- Un gusto conocerlos, me llamo Cillian- luego mis dos amigos se presentaron.
Mis amigos y Cillian se quedaron un rato hablando y no me dejaron participar simplemente se alejaron un poco, no los moleste pues supuse que eso podía pasar y había dudas que yo no podía responderles. Pasó media hora hasta que volvieron a mi lado, Cillian me miro y me dio a entender que era la hora de despedirse, así que eso hicimos.
Los tres nos abrazamos fuertemente como lo hacíamos de niños, los me dieron palabras de aliento como si me fuera a ir a la guerra, yo sonreí y las acepte, tanto Martina como Pedro se largaron a llorar, porque eso sí que tenían en común ambos, lloraban bastante y por más gótica que pareciera Martina lloraba como un río en temporada de deshielo, de Pedro no era una sorpresa pues se comportaba como un cachorro de Golden retriever. Estuvimos abrazados por unos cuantos minutos hasta que decidieron soltarme pero antes de irse ambos se miraron y me golpearon la espalda con la palmas de sus manos, eso era muy nuestro, era como una forma de empujarnos a hacer algo; igual ellos se pasaron con la fuerza, sentía mi espalda arder, ambos sabiendo esto se fueron corriendo mientras se giraban y me saludaban aun con lágrimas en los ojos. Se me escapo una escurridiza gota del ojo pero esta vez no deje que nadie la secara por mí y simplemente sonrió viendo por donde se habían ido.
- Vamos a entrar- le dije al pelinegro que simplemente se dedicó a seguirme sin decir nada y dejándome el silencio para pensar.
-------------------------------------------------------------
UY UY UY UY UY
Les gusto el capitulo?,fue un poquito mas largo de lo usual, pero bueno, mejor para ustedes.
Los quiero muchisisisisimo y no se olviden que por ahí dicen que si pinchas una estrella aprobas las materias xd
Les mando besossssss y nos vemos en el siguiente capitulo, chau.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro