Mientras mi madre preparaba el almuerzo de ese día me obligo mientras ella terminaba, a hacerle el famoso tour por la casa al invitado. Sin ningún interés de mi parte le señale cada habitación pero a él no pareció importarle mí, pues todavía tenía la sonrisa de ganador tallada en el rostro, una sonrisa que a mí me estaba causando tener unas ganas de abofetearlo. En algún punto del recorrido llegamos a mi habitación y para mi sorpresa ese cuarto si le intereso porque ni bien le mostré cual era él se sintió como en su casa y paso sin preocuparse por pedirme permiso, me quede helado por unos segundos para luego seguirlo como si él fuera el propietario de esa habitación y yo el extraño de otro mundo.

Cillian no paraba de ver mis cosas, observaba cada una de las estanterías sacando objetos, analizándolos y volviéndolos a poner en su lugar; reviso algún que otro libro pero luego de fisgonear un par de páginas rendido volvió a dejarlos donde se encontraban, eso me genero algunas dudas ¿acaso en su mundo tienen otra forma de escritura? Me quede pensando mientras me sentaba en mi cama y observaba que el pelinegro no rompiera nada, pues se me figuraba como un pequeño niño curioso. Mis pensamientos empezaron a flotar por mi mente, algunas dudas y preocupaciones giraban a mí alrededor tratando de hundir un poco más mi espíritu pero el imaginarme un mundo completamente diferente al mío género que estas dudas se fueran por donde vinieron, pasaron algunos minutos y me di cuenta que tal vez y solo tal vez me emocionaba un poco ver algo que me sacara de esta monotonía a la cual llamamos vida.

Y eso me estaba molestando un poco puesto que desde hace unas horas me estoy negando completamente a salir de esta normalidad a la cual estoy tan acostumbrado, me siento un poco hipócrita.

El ruido de algo golpeándose contra el suelo me saco de mis pensamientos y fijar mi vista en él, al parecer se le había caído un portarretratos con una foto de hace apenas un par de años. Era uno donde estábamos mis amigos y yo en la playa jugando una guerra de agua cuando teníamos catorce, ese fue un día muy divertido de recordar. Cillian se quedó estático observando la foto en el piso, se agacho para recogerla pero no se levantó, simplemente se quedó quieto en el piso; me acerque y me senté a su lado, su rostro se veía un poco apagado al contrario de hace unos momentos que estaba bastante feliz.

- Esos son mis amigos Martina y Pedro, mi hermano tomo esa foto – le dije mientras apuntaba a los susodichos, sus expresiones eran algo oscuras, se notaba que algo le estaba pasando

- Perdóname, Damián – yo me sorprendí un poco al escuchar una disculpa que no esperaba – Perdóname por tener alejarte de tu familia – dijo y levanto la mirada hasta encontrarse con la mía- pero yo te necesito- no supe que contestarle y me quede callado a su lado porque mi corazón decía que no me alejara.

Estábamos ambos sentados en el piso en silencio como si estuviéramos solos en medio de un trance en ese limbo en el que ya estuvimos juntos anteriormente, el no dejo de mirarme ni por un segundo y yo tampoco lo hice. Vi como poco a poco sus ojos se humedecieron y como cayo una lagrima solitaria encima de esa foto que guardaba recuerdos de un verano inolvidable. Levante mi mano y limpie el camino cristalino que había quedado en su mejilla.

Él se levantó primero y me tendió su mano para que me levantase, sostuve su mano que era un poco más grande que la mía y el con un tirón me levanto, yo quise irme a otro lugar pero él me detuvo y me seco las lágrimas que empezaron a caer sin que yo me diera cuenta. Nunca fui una persona demasiado sentimental pero creo que al darme cuenta de que esta situación no tendría marcha atrás y talvez habiéndome contagiado un poco de las disculpas de Cillian sentí que mi alma se había ablandado un poco y en ese preciso momento acepte que mi destino era ir con él a su mundo, podía ser un secuestrador, claro que sí, podía ser un lunático, no lo dudo, pero algo en el me dio la confianza para seguirlo a ese loco lugar del que tanto me había hablado.

Mis lágrimas no dejaron de caer por un rato, pero cada una de ellas fue secada por las manos de ese extraño chico que cada vez se hacía más cercano a mí. Sabía que dentro de muy poco mí vida cambiaría mucho más de lo que imaginaba y el temor no dejo de asaltarme al mismo tiempo que la emoción por vivir algo nuevo lo acompañaba. Un rato después ya me había calmado pero Cillian había decidido no alejarse ni un centímetro de mí, vamos que lo tenía pegado y para mi sorpresa no me molestaba en absoluto.

Poco tiempo después mi madre ya tenía preparado la comida y nos pidió que pusiéramos la mesa para así poder esperar a mi padre y almorzar los cinco juntos.

Este sería un muy extraño almuerzo en familia.

No, esperen.

Retiro lo dicho.

La comida fue relativamente normal, mi padre llego del trabajo y se puso a charlar de manera normal con Cillian, mientras que mi hermano mayor, que por cierto estuvo en su habitación en todo momento, simplemente se dedicó a hacer alguna acotación o a burlarse de mi frente al invitado, lo cual ya estaba bastante acostumbrado a ignorar.

Cuando mi madre le tiro la bomba de nuestro viaje a "África" mi padre se sorprendió bastante pero tampoco indago mucho en el tema. Mi papa siempre fue una persona tranquila, mientras vos le dieras todos los datos que necesitaba él no te acosaría con preguntas y yo antes de bajar al comedor había echo esa pequeña investigación en mi amada Wikipedia; logre responderle todas sus preguntas, desde donde nos alojaríamos hasta cuales serían las actividades que tendría que hacer, pero si hubo una pregunta que no pude contestar.

- ¿Por cuánto tiempo te piensas ir?- no lo había pensado y eso hizo que me congelara un poco, me quede callado, pero alguien decidió hablar por mí.

- Suele ser un año la duración, aunque a veces se alarga a dos pero se les avisaría – dijo Cillian sorprendiéndome y a mi padre que por su cara no pensó que sería tanto tiempo – es necesario que él se quede este tiempo para que los lugareños puedan acostumbrarse a él y tenerle confianza- wow Cillian se veía bastante confiado en sus respuestas.

- ¿Cómo te podrás comunicar con nosotros? – dijo mi madre, Cillian me susurro rápidamente algo al oído y en afirmación asentí.

- Damián les podrá enviar cartas, pero no creo que ustedes le puedan contestar puesto que es un pueblo muy aislado- Yo asentí

Seguimos charlando por un largo rato sobre todo lo que haríamos allá, les hice firmar unos papeles que saque de internet para que dieran más credibilidad a la historia y mis padres aceptaron todo con orgullo, me siento como el peor hijo de la historia.

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Hola mis queridisimos lectores de mi coranzocito

Nada les dejo esto por acá y me voy.

Los quiero muchissss, no se olviden pinchar la estrellita para ver si explota.

Les mando besitoooos