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Capitulo 1 Conociendo a Damian


Todo comenzó una mañana como cualquier otra, nada me hizo pensar que algo fuera de lo común pasaría ese día, pero así dicen que comienzan las mejores historias.

Mi historia comenzó un día de clases habitual, estaba ya a media semana, faltaban solo dos días para que el ansiado fin de semana comenzara, aunque en realidad no es que hiciera mucho esos dos días de descanso, siempre terminaba muy rápido y me dejaba con esas ganas de que nunca se acabe, pero la realidad no se rige por mis deseos así que el descanso siempre se acaba, para volver a la esclava vida de un estudiante promedio.

Porque si, soy chico promedio, mis notas no son la maravilla están bien pero hasta ahí, siempre corriendo el riesgo de que algún profesor que no le gusto mi cara de "por favor levánteme un puntito, no sea malo" me desapruebe y me envié a estudiar en verano, que no sería la primera vez. Tampoco soy una maravilla en los deportes, me las arreglo para que no me elijan de último y mientras no faltes nunca te desaprueban, que vas a evaluar de treinta adolecentes hormonales persiguiendo una pelota como si fuera lo único importante en la vida y no olvidemos esas clases de arte en el que la profesora siempre trata de remar la situación pero sin ningún interés de por medio del alumnado no espera mas que collages desprolijos y retratos de cuarto grado, siempre está el gracioso que dibuja penes el trabajo grupal y en todos los lugares que le sean posible, ósea en todas partes.

Yo por mi parte trato de alejarme de esos compañeros, para no verme involucrado en sus problemas de falta de confianza, más allá de todo eso, soy un alumno normal que no destaca en nada específico y el que siempre esta y al mismo tiempo no, mis amigos (si tengo amigos) dicen que es como si no me interesara por el resto, pero de que quieren que me interese si se nota desde lejos que quieren resaltar y no es mi manera de ser, aun así mis amigos me aguantan, casi siempre.

Bueno volviendo al tema, esa mañana fue de lo más normal, levantarme gracias al estruendoso sonido de esa alarma, que como gran idea había puesto una canción que me gustaba, ahora la detesto, pero todos sabemos que nunca la voy a cambiar. Me levante con pesadez y me dirijo el baño que estaba al final del pasillo, el baño que normalmente comparto con mi hermano mayor, que por suerte va a la universidad en el turno de la noche; eso me deja libre albedrío para su uso en la mañana, hubieron guerras por este baño cuando íbamos a la misma escuela, pero no voy a ahondar en mis derrotas. Me acicalo lo suficiente para que no se me note tanto la cara de zombi, tampoco me esfuerzo demasiado. Al terminar regreso a mi habitación para cambiarme el pijama, y al terminar agarro mi mochila y bajo a la cocina donde dejo mi mochila en una silla y prendo las luces, porque en esta casa soy el primero en despertar, mis padres entran a trabajar a las diez así que duermen hasta más tarde, por lo que yo siempre desayuno y me voy rápidamente.

Esa mañana lo hice de la misma forma, eran ya las siete y diez de la mañana, la hora en la que caminando a paso rezagado me dirijo a la parada del colectivo; todavía esta oscuro a fuera lo que me dan aún más ganas de presentar una queja contra el ministerio de educación, que permite estos horarios basura, los cuales hacen que más del treinta por ciento de los alumnos lleguen tarde, muchas veces para saltarse el saludo de la mañana, (lo cual he hecho más de una vez) o por que se han quedado durmiendo las famosos "diez minutitos más" (este también me paso). Espero al transporte mientras observo como los arboles peligrosamente altos y sin podar hace años, se mueven en un vaivén que me hace pensar que el día de hoy va haber bastante viento. Paso de ver los arboles más rato porque me da sueño y veo como una señora con su hijo pequeño vienen corriendo a sabiendas que el colectivo va a llegar, con mi manos les hago señas para que bajen el ritmo, porque no está ni cerca, la señora baja el ritmo y llega tranquila a la parada. Me saludo con un beso en la mejilla, y el pequeño niño vestido con su guardapolvo blanco me sonríe y pasa a pedirle a su madre su chocolatada.

Ahora si por fin llega nuestro transporte, se ha acumulado un poco más de gente, a pesar de que yo llegue primero dejo a la madre pasar ella me agradece y sube apurando a su niño, subo después de ella saludando al conductor y pasando mi tarjeta por el escáner, no tan sorprendente , salta la señal roja lo cual significa que no tengo saldo, me pongo al costado para los demás puedan subir y paso a pedir si alguien me podría prestar un pasaje, una señora mayor me llama, y me entrega su tarjeta, yo le agradezco y saco mi billetera para poder pagarle mi viaje, ella se niega con una sonrisa, y me obliga a guardar mi dinero, yo le agradezco. Luego de pagar le devuelvo la tarjeta, camino hasta el fondo donde voy a viajar parado, todavía quedan lugares pero es hasta el frente y todos sabemos que no es una buena idea sentarse ahí porque rápidamente alguien nos pedirá el asiento.

Treinta minutos después de haber subido, nos bajamos unas diez personas la mayoría alumnos de mi institución, caminamos unas dos cuadras en esa mañana fría de otoño hasta que por fin llegamos a la cárcel, digo escuela (ups mi error). La mayoría se queda afuera charlando con otras personas de caras conocidas pero sin ningún vínculo establecido, así que sin saludar a nadie entro, a esta gran galería que hoy gracias a dios funciona la calefacción, no como la semana pasada que como huelga todos los alumnos vinimos a estudiar con mantas; ese día el diario local nos entrevistó y pasamos a estar en el Facebook de todos los residentes de este pueblo. Me fui a sentar a mi sector desde que entre a esta secundaria, unos diez minutos después llego Martina una de mis amigas del curso, ella llego como siempre con su cara de "a quien mierda se le ocurre estudiar a la ocho de la mañana" (ven no soy el único que lo piensa), me saludo con un sonoro beso en la mejilla, y tiro su mochila al lado mío donde se acostó a dormir un rato, todavía faltaban unos quince minutos para el comienzo. Yo por mi parte agarre su celular y me puse a jugar a uno de sus juegos, ella me deja, no estoy cometiendo ningún crimen, lo juro.

Paso un rato hasta que la campana de entrada sonó, el preceptor de turno era el pendeviejo Martin, un profesor de educación física que al no conseguir un cargo de su disciplina lo tomaron como preceptor, él se comporta como esos compañeros de los que hable antes, si, los que dibujan penes y quieren llamar la atención. El caso es que se puso a hacer una melodía con el timbre hasta que la vice directora le dijo que parara, gracias vice a veces haces las cosas bien.

Martina y yo nos paramos para dirigirnos lo más alejado de escenario posible, ella me roba su celular y se puso a revisar su red social favorita: twitter, la vice se subió al escenario para darnos las noticias de hoy que eran básicamente las mismas que ayer, además que otro reto común, ralladura de paredes, baños tapados, aulas sucias y por supuesto los aficionados a dibujar penes, un clásico (si, tengo una obsecion con el que dibuja penes).

Al terminar la charla nos da permiso de pasar al aula, nosotros esperamos un poco al ver como nuestro otro amigo Pedro nos hace señas desde afuera de la ventana, luego de que firmara el libro de faltas paso a estar con nosotros, como todos los días.

- Buenos días mis soles que alumbran mis días- nos dijo Pedro cuando se acercó a abrazarnos como todas las mañanas, Martina y yo nos miramos y seguimos caminando ignorándolo, el con tono indignado nos empezó a joder, hasta que se dio cuenta de que no lo estábamos escuchando y nos siguió corriendo.

Entramos al aula junto con nuestros otros veintisiete compañeros, somos un montón, para esta minúscula aula, Martina y Pedro se sentaron juntos como habíamos pactado la clase anterior y yo me senté en el banco que estaba adelante solo, era lo normal que nos fuéramos cambiando así los tres estábamos siempre con alguno.

Nos pusimos a hablar hasta que llegara el viejo de historia, que siempre antes de una clase nos daba el discurso de porque deberíamos tener la clase divididos hombres y mujeres, que porque ellas no son tan inteligentes como los hombres, un discurso machista y sumamente retrogrado, por el cual había tenido denuncias de casi todo el alumnado, pero como está a punto de jubilarse lo le hacen nada, no saben cómo se puso cuando salió todo el tema del aborto legal, casi trae al cura del pueblo para que nos santifique.

Ya habían pasado más de quince minutos de que sonara la campana y no había rastro de profesor, Martina estaba que saltaba de alegría, poco después entro el preceptor para tomarnos lista.

- Buen día chicos, les aviso que el profesor Marcelo, tuvo un accidente y no podrá venir...- por toda el aula se escuchó el grito de satisfacción al escuchar las palabras Marcelo, accidente, no venir. El profesor los calmo un poco y siguió hablando- pero se encuentra bien- otra vez se escuchó un grito pero esta vez no fue de satisfacción sino de decepción, el preceptor nos miró y levanto una ceja, nos volvió a callar para poder terminar de dar las noticias e irse a desayunar mientras nosotros estudiábamos – bueno, alégrense porque tienen hora libre- abrió su carpeta donde estaba la lista de alumnos y empezó a nombrar. Yo estoy como en el medio de la lista puesto que mi apellido es con I, Martina es una de las primeras, y Pedro va casi último.

- Iqueria Damián- pregunta después de un rato diciendo nombres. Si ese soy yo.- Presente- dije sin ánimos como todos los días, el preceptor me miro y anoto en la lista de presentes, siguió tomando lista hasta que se retiró y nos dio el permiso de salir al patio.

Pedro va a ir a jugar al futbol con los otros chicos del curso, mientras que Martina decide dormir para sorpresa de nadie; yo mientras tanto prefiero ir a la biblioteca para que nadie me moleste por un rato, talvez lea algún libro o vea una serie, no sé pero no quiero estar encerrado en el aula y menos jugar al futbol, ya suficiente que lo juego en educación física.

Entro a la biblioteca que es bastante grande para ser de una secundaria publica en un pueblo pequeño, y saludo a Karen que es la señora encargada de esta, es bastante buena, a veces me recomienda libros; Karen me sonríe y paso directo al cual es mi sector, sé que a esta zona nadie viene nunca, ósea quien de entre trece y dieciocho años va a querer ir al sector de la literatura Rusa, es sorprendente que tengamos todo un pasillo solo de esta.

Me tiro en una esquina y dentro de una caja que está en el fondo de la estantería saco una manta y una almohada, me acomodo y saco un comic que estaba leyendo el día anterior, una buena persona (o un mal padre) dono una caja entera de comics a la biblioteca, y como yo soy un buen amigo de Karen, me dejo leerlos antes de que los etiquetara. En este momento estoy leyendo uno de linterna verde, pasa un rato y me empieza a dar sueño, dejo la historieta de lado y me acuesto.

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Holitaaaaa ¿todo bien? Les gusto Damian es un toque introvertido, pero es un capito yo lo quiero.

Bueno nada eso espero que le haya gustado el primer capitulo y no se olviden de comentar y darle a la estrellita, adiuuu


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