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OO7

Katsuki estaba agotado, solo quería llegar a su hogar y lanzarse a los brazos de morfeo. 

No sin antes llevarse a la cama consigo a su amado esposo pecoso, dormir pegado a su cuerpo y colocar sus manos en su pequeña cintura trazando en ella un movimiento circular y así disfrutar del contacto con su piel... es como estar en el paraíso.

El simple pensamiento, le hizo sentirse más relajado.

El rubio ceniza iba de salida de su trabajo, a las afueras del gran edificio de la compañía que su familia es dueña se encontraba estacionada su auto deportivo rojo y al por fin estar dentro del vehículo colocando sus manos al volante pudo suspirar de alivio. Katsuki encendiendo el motor tomo rumbo a su hogar no sin antes encender la radio y escuchar cualquier canción para distraerse un rato.

Luego de conducir varias cuadras, pudo visualizar a la vuelta del siguiente semáforo su edificio donde vivían su pareja y él desde hace varios años la cual gracias a sus ahorros y esfuerzos, pudieron comprarla y cultivar allí su nido de amor personal. Se detuvo en el semáforo que marco en rojo, y aprovecho esos instantes para darle una revisada a su celular, el sonido del motor en pausa junto a la música aburrida de fondo ocasionaba que de vez en cuando sus párpados fueran tentados a cerrarse, pero, para mantenerse despierto mordió su mejilla derecha y luego de obligarse a sí mismo mantener los párpados abiertos fue que la luz del semáforo cambio a verde.

Ni tiempo le dio de ver la hora.

Simplemente chasqueo la lengua restandole importancia, después de todo ya estaba a nada de llegar a su hogar ¿Por qué quejarse ahora? Podía maldecir a todos los extras incompetentes después de estar al cien por ciento de energías para así poder pensar en mejores insultos en vez de decir el mismo varias veces, hasta para él es patético gritar maldito extra sin algún insulto de respaldo para intimidar al personal que estaba bajo su cargo.

Vamos, estamos hablando de Bakugo Katsuki. Él debe de decir lo mejor de lo mejor a los bastardos de mierda que son sus compañeros de trabajo, lo normal.

Sin darse cuenta ya se encontraba en la entrada de su departamento y con lentitud saco las llaves para poder ingresar, apenas entra solo lo recibe la luz encendida de la cocina y el silencio de la noche era el que predominaba en el ambiente. Enarcó una ceja al percatarse de la luz de la cocina, luego de cerrar con seguro la entrada y quitarse los zapatos entra despacio en medias haciendo leves masajes a sus hombros tensos para así soltar un bostezo grande provocando algunas lágrimas pequeñas en sus ojos por causa del mismo.

Ladeo la cabeza al encontrarse con unos onigiris envueltos en un papel trasparente en medio de la gran mesa, parpadeo tomando entre sus manos el que estaba mordido y observo la nota situada a un costado.

Para Kacchan.

Con amor Deku.

Luego de quitar la envoltura no pudo evitar olfatearlo con desconfianza, frunció el ceño al no encontrar nada raro en el olor. Aún así no quería bajar la guardia ante el aperitivo ya que aunque ame bastante a su pareja sabe de sobra que, él no se desenvuelve bien en la cocina.

¿Por qué decía mentiras? El bastardo era incluso capaz de quemar el agua, las cosas como son.

 Su estomago rugió, aquello le recordó que por estar tan atareado en su trabajo ni pudo degustar del almuerzo que se había preparado para ese día. Nuevamente observo el onigiri y con resignación decidió probarlo. Un mordisco, dos mordiscos... Esta bien, debe de admitir que se esforzó bastante.

Quizás le falte un poco más de sal, pero es aceptable.

Hizo todo el procedimiento de siempre. Cocinar, limpiar y desempacar sus cosas aunque en otras noches dependiendo de cuan cansado este deja todo tal cual y se va directo a la cama, pero, en esta ocasión teniendo energías extra decide arreglar un poco. Luego de tener todo en orden apaga las luces y toma rumbo a su recamara, al abrir la puerta pudo ver a la distancia el pequeño bulto que ocupa la mitad de su cama y sonríe de lado.

Se acerca a la cama matrimonial para luego quitar -con delicadeza y cuidado de no despertar al contrario- las sabanas que ocupaba hasta arriba de la cabeza de su esposo, de inmediato en su campo de visión pudo ver la expresión relajada de Izuku. Un suspiro salio de entre sus labios para luego con su mano izquierda apartar algunos mechones rebeldes de la frente del peliverde acariciando de vez en cuando sus mejillas y admirar la belleza del chico por unos minutos.

Disfrutar de las expresiones hermosas de su esposo mientras duerme, hecho.

Ahora debe asearse antes de instalarse a descansar, se volteo con intenciones de irse al baño y al estar dentro se da una ducha rápida. Luego de refrescarse se da el tiempo de tomar entre sus manos el cepillo de dientes y echar la crema dental en el objeto para así dirigirlo a su boca cepillando sus dientes con furia.

— Mueran... Malditos gérmenes... ¡Mueran! — gruñó con espuma desbordando en su boca, cuidando de no levantar demasiado la voz.

Pasó una hora después en la que Katsuki por fin sale del baño con una toalla en la cabeza dando leves movimientos en su hebras rubias con la intención de secar los restos de agua que quedaron colgando del mismo, vistiendo un pantalón negro holgado y camiseta  del mismo color que la prenda anterior de manga larga con una calavera blanca situada en el centro de la prenda. Sin quitarse la toalla y entre sus manos su celular se dispuso a sentarse en el lado izquierdo de la cama, extendió uno de sus manos hacia la sabana para de igual manera arroparse con cuidado.

Katsuki al encontrarse apoyado en el respaldar y sin despegar la vista de su celular -que estaba bloqueado, y estaba colocando el patrón- nuevamente extendió su extremidad hacia los rizos que se asomaban en la sabana, apoyo su mano en su cabeza para luego empezar a jugar con ellos, enredando sus dedos entre las hebras verdosas que eran suaves al tacto y mientras su mano izquierda se encontraba ocupada él estaba revisando su celular en completo silencio.

La noche se encontraba tranquila, lo cotidiano gritaba entre las cuatro paredes que eran cómplices del ambiente arrullador que envolvía al bonito matrimonio. 

Luego de pasar algunos minutos en los cuales el rubio ceniza estaba sumergido entre tantas notificaciones, mensajes y correos sin importancia recordó algo importante y cerró con el dedo pulgar en un movimiento todas las ventanas del aparato para luego buscar la App donde su pareja subía constantemente vídeos y lives.

Se había olvidado de ver el live del día de hoy.

Sin mucha prisa le da play al vídeo que fue trasmitido en vivo hace más de seis horas atrás, lo que hizo que gruñera bajo ya que, después de todo, él nunca se perdía de ninguna trasmisión.

— ¡Buenas tardes, chicos y chicas!.— la hermosa sonrisa de Izuku fue lo primero que vio apenas empezó el vídeo.— Vaya... ya casi es de noche, hagamos que aún no es tan tarde ¿de acuerdo?

La risa risueña del pecoso resonó en el audio, no pudo evitar sonrojarse ante el melodioso sonido que puede presenciar cuantas veces quiera a cualquier hora del día, aún así volvió a reproducir esa parte como dos veces.

— No es para tanto, oh... ¡Para nada! sin ustedes este live no tendría sentido.

Los comentarios aparecían con la misma velocidad que las veces anteriores e Izuku en algunas ocasiones se quedaba callado para poder leerlos con calma, la cámara quedaba enfocada en su cara y todos los que estaban presentes en el live podían apreciar en primera toma cada expresión espontánea de Izuku.

Primera reacción, una sonrisa grande que podría iluminar hasta el sitio más oscuro de tu corazón.

Segunda reacción, su boca se abría en una "o" pequeña de forma sorprendida.

Tercera reacción, una mueca rara en su expresión aparecía junto a un brillo en sus ojos esmeraldas y sus mejillas se sonrojaban lo cual ocasionaba que sus pecas se pronunciaran más.

Cuarta y última reacción, sus esmeraldas paseaban de un lado a otro mientras una pequeña risa salia de sus labios con nerviosismo y también se puede apreciar como su mano libre se dirigía a la nuca rascandolo en el proceso.

Sí. Cada reacción de parte del pecoso valía oro para sus seguidores, cada uno de ellos era como sentirse completo en un mundo que alguna vez no tuvo sentido para luego encontrarlo con tan solo escucharlo. Definitivamente Izuku es un ser que no merece estar entre los mortales, y eso no era tema de discusión en los grupos de fans que organizaban siempre para poder hablar entre ellos las novedades del canal del pecoso. ¡Izukunistas unidos!

Se lo merecía, era el pensamiento de toda y cada uno de los presentes.

Mientras tanto, Izuku se dirigió a la cocina y mientras les platicaba sobre lo que haría buscaba en la alacena lo necesario para el aperitivo que prepararía a continuación.

— Kacchan quizás el día de hoy no almuerce, todos los jueves la señora Mitsuki le encarga supervisar algunas cosas del trabajo y se vuelve muy pesado... — comentaba el pecoso tomando la cámara nuevamente entre sus manos para luego colocarla en otra posición al otro extremo de la cocina, y con algunas cosas listas empezó a preparar el arroz.— Aveces llega a estresarse tanto que incluso olvida cuidar de su salud y para eso estoy yo, para recordarle con mucho amor que debe de alimentarse bien.— concluyó sus palabras con otra de sus sonrisas.

Katsuki sonríe de lado complacido, como siempre Izuku volvía a sacar a la luz lo empalagoso que puede llegar a ser. No le molesta en lo absoluto, pero tampoco tiene que saber ese detalle.

— En estos momentos prepararé unos onigiris, al menos es lo único que tengo por certeza que no se quemará en el proceso. — Izuku confesó abochornado, recordando las innumerables ocasiones que llego a quemar la comida y el hogar se llenaba de humo por su torpeza.

Luego recordó la vez que uno de sus vecinos llamo a los bomberos por pensar que se estaba incendiando su casa, cuando en realidad solo quería preparar un omelette mientras esperaba a Kacchan.

¿Es tanto pedir poder defenderse bien en la cocina por una vez en su vida? Al menos gracias a sus constantes live que comenzó a hacer hace semanas ya, pudo mejorar bastante en el arte culinario de los arroz al vapor.

Los días en que su hogar fuera envuelta en cortinas de humo, quedaron en el pasado. Al menos por ahora... Izuku tiene mucho que aprender.

— Veamos... ¿Con relleno o sin relleno? — murmuro indeciso mientras colocaba su mano derecha en su barbilla, pensando en sí debía sorprender a su esposo con algo innovador o preparar su clásico onigiri tradicional.— ¿Qué dicen ustedes chicos? ¿Con o sin...?

Izuku empezó a tararear una canción mientras se aproximaba a la cámara y leer los comentarios, después de otro silencio el peliverde soltó una risa con diversión.

— Ups. Me olvide de darles la introducción del platillo como siempre, ¿me perdonan?.— los comentarios sonaban de forma muy insistentes luego de formular aquella pregunta.— Tomaré eso como un sí, de "te perdono Deku"... ¡Oigan! — Izuku soltó una carcajada.— Llamarme Daddy es demasiado chicos.

— Tks... mandaré a esa bola de extras a la mierda un día de estos.— pronuncio Katsuki entre dientes, para luego acostarse completamente posicionando el celular con su mano derecha extendida hacia arriba de su cabeza.— Solo Deku me lo puede decir a mí.

— Los onigiri, o bolas de arroz rellenas, son en cierto modo la versión japonesa de los sándwiches o bocadillos. En este caso, sustituyendo el pan por el arroz, pero igualmente aportando una fuente de carbohidratos junto con un relleno que puede ser tan variado como se quiera... Mmmp... Ya en el siglo XI, la autora del famoso Genji Monogatari, Murasaki Shikibu, mencionaba en su diario a contemporáneos suyos comiendo bolas de arroz. También hay datos que mencionan a los samuráis envolviendo bolas de arroz en hojas de bambú para tener un snack para comer durante las batallas en el siglo XVII.— el pecoso dirigió la cámara hacia la mesa enfocando a su arroz preparado y luego enfoco algunas algas en un plato al costado.En cualquier caso, estos precursores de los onigiri no eran más que bolas de arroz sazonadas con sal. El alga nori, por ejemplo, no se popularizó hasta mediados del periodo Edo. Y no fue hasta tiempos recientes que los onigiri comenzaron a tener forma triangular gracias a la invención de una máquina que se encargaba de ello en la década de 1980... Creo que hable demasiado ¿Mucha información? 

Nuevamente en silencio leyó los comentarios.

— Me alegra saber eso. En fin, seguiré como siempre mis anotaciones de la receta del onigiri y si desean pueden tomar nota de todo lo que les muestre a continuación.

Katsuki durante los últimos minutos observo minuciosamente los pasos que realizaba el pecoso, al menos podía verle tranquilo y sin problema alguno, claro, mientras no tenga... 

— Corta las láminas de alga nori en tiras de dos o tres centímetros de ancho y unos diez centímetros de longitud.— menciono de forma automática alzando el cuchillo en frente de su rostro con determinación.

Debe de estar bromeando ¿cierto?

Pauso el vídeo de inmediato para luego tomar entre sus manos las palmas contrarias -No se preocupo de la delicadeza en lo absoluto.- y supervisar que no tenga ninguna cortada grave. Y no, no tenía nada y eso le hizo suspirar aliviado.

Ya con rastros del sueño acumulando en sus párpados decidió adelantar el vídeo hasta casi terminar el live, donde pudo ver que el pecoso tenía listo los dos onigiris que encontró hace horas en la cocina.

 — Finalmente terminamos ¡Qué lindo quedó! — exclamo eufórico Izuku, desbordando de alegría. Y por supuesto, los comentarios felicitándolo en el chat no se hicieron faltar.Espero que a Kacchan le guste, sé que él es el experto pero... lo prepare con todo el amor que le manifiesto a diario y eso es lo que importa ¿No?

Izuku sin dejar de sonreír a la cámara tomo entre sus manos un onigiri y lo probo, luego de saborearlo unos segundos hizo una mueca para luego inflar sus cachetes junto a un puchero.— Uhh... le falto un poco más de sal, quizás no lo note.

Si lo noto.

— Bueno, fue un placer tenerlos otro día aquí y nos vemos en el próximo live... ¡Cuídense!

El live finalizo, y por simple curiosidad se aventuro a los comentarios que estaban activos en el momento de la transmisión pero al terminar quedaron registrados.

Su pulgar se movía rápido al bajar y subir leyendo cada uno para luego adentrarse en algunas respuestas, ya que, por likes uno que otro destacaba más. Pero, su dedo se detuvo en un comentario en específico y su ceño se frunció bastante.

Izuku-chan ¿Cuánto quieres que te pague para que vengas a mi casa y me prepares unos onigiris? Puedo donar mi riñón para eso.

Ah no imbécil de mierda, consíguete la tuya.

Refunfuño mientras apagaba su celular y lo ponía en su mesa de noche.— Jódete bastardo.

Siguió maldiciendo en voz baja mientras se acostaba adentrándose más en las sabanas para luego extender sus manos a la cintura de Izuku y atraerlo hacia él en un abrazo, hundió su rostro en el espacio del cuello y hombro del peliverde para luego mover su nariz en la piel ajena en busca de apaciguar los celos que le comerían vivo.

— ¿Kacchan...? — pregunto arrastrando las palabras con somnolencia, y con una afirmación ronca de parte del contrario Izuku coloco sus manos encima de las que lo tenía apresado en la cintura, intentando regresarle el abrazo.— Bienvenido a casa... Kacchan...

— Hola nerd.

 — ¿Viste los onigiri que te prepare?

Katsuki se quedo en silencio e Izuku tomo eso como una afirmación.— ¿Qué tal te pareció...?

— Le falto sal.

Izuku soltó una risa pequeña para luego voltearse, quedando frente a frente del rubio cenizo que no despego ni un segundo sus manos de la cintura contraria. El peliverde le regalo una sonrisa pequeña por producto del sueño, pero, resplandecía de igual que las de siempre y se acurruco en el pecho de Katsuki aspirando su aroma para después soltar un suspiro satisfactorio.

Ambos encajaban en los brazos del otro, una forma de decir que se complementaban y eran el uno para el otro.— Me alegra que te gustará, buenas noches Kacchan...

Katsuki acaricio la espalda de Izuku para luego colocar su mentón en la cabeza del contrario, y cerró los ojos dispuesto a descansar junto a quien le juro amar y cuidar hasta que la muerte los separe.— Buenas noches Izuku...

Ufff tenía miedo de escribir este capítulo... porque estuve toda la semana escuchando las canciones de Given y se me abrió la herida en algunas ocasiones, suelo ser esa clase de persona que es muy apegada a sus sentimientos y para escribir dependo de ellos.

¡Saludos preciosuras! Espero les haya gustado el capítulo de este fin de semana, repito, me encanta escribir cosas cursis y ustedes no pueden negar que les gusta Katsuki modo posesivo uwu

Me sorprende como termino el desenlace, porque tenía pensado otra cosa para este capítulo. Pero bueno, será para el próximo si me nace 🙃(?

Sin más nada que decirles, me quito el sombrero ante ti
¡Y un pan con queso te regalo por estar aquí!

Psdt: Quiero un pan con queso, ¿tu quieres un pan con queso?

Psdt2: Le dedico este capítulo a mi KimKim, por ayudarme con algunas dudas que tenía de este capítulo ¡Eres un amor, T amo preciosa!

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